El Asesino de Charlotte Caniggia



En un pueblo bonaerense o pampeano, se estaba desarrollando una gran fiesta de folklore a la cual concurrieron varias figuras importantes, y por supuesto, mucha gente; además de los shows, había también stands para comer y chupar sin restricciones.
Una rareza del evento fue la presencia del gran basquetbolista Carlos Delfino, “el Lancha”, campeón olímpico en Atenas 2004, que había ido a hacer una demostración de dobles y triples.
Su participación había finalizado y en el escenario principal, Jairo comenzó a entonar sus canciones:
Aqui canta un caminante, Que muy mucho ha caminado, Y ahora vive tranquilo, Y en el cerro colorado
Cuando terminó Jairo, Silvio Soldán, el conductor del evento anunció:
- Feliz Domingo para Todos. Ahora lo más profundo de nuestro humor criollo y gaucho, el gran Luis Landriscina y el gaucho Tala. Un corte, una quebrada y volvemos.
Los dos humoristas empezaron a recitar sus huevadas, de las que nadie se reía…
- Por la pereza del tiempo el otoño estaba tibio,  ya que en el Chaco, el verano es como dueño del sitio. Y a veces demora en irsesin importarle el destino.
La gente empezó a aburrirse y muchos se fueron. Ocurría eso cuando Carlos Delfino murmuró:
- Qué bodrio.
- Deberías ser más respetuoso de nuestras tradiciones criollas. Yo soy del tango pero respeto al folklore. Además vos sos santafesino, pibe.


El basquetbolista se dio vuelta. El que le contestó era Silvio Soldán.
- Bueno, podrán ser nuestras tradiciones criollas pero esto es un bodrio – replicó Carlos – además soy santafesino, vamos a cantar una de Leo Mattioli, el gran león santafesino.
- Mejor pibe anda a aquel stand, mira hay eso que tanto te gusta a vos, comete un buen Queso, y después hablamos.
Carlos optó por no contestarle a Soldán y fue al puesto de los Quesos. Agarró una enorme horma de Queso Emmental. La iba a pagar pero el puestero le dijo:
- No, m’hijito, uste’ e’ un “querson”, uste’ no paga na’.
- Tante grazie bambino – le contestó Carlos en italiano, que igualmente dejo unos veinte euros.
Mientras tanto Landriscina y el gaucho Tala seguían con sus cuentos, ante cada vez menos gente.
Y había en el pago una maestra que le enseñaba a los gurises unas clases donde la única verdad era el marxismo, porque la maestra, como todas las maestras de la educación pública, difundía ideas de izquierda, era progre, bolche y zurda


Carlos Delfino se fue a un costado a comer el Queso. Pensaba comerse la horma entera. De repente ante él estaba Charlotte Caniggia.
- Qué grandote y patón que sos pibe. Como te gusta el Queso. Y oles a Queso en los pies.
- ¿Vistes? Soy Carlos Delfino el basquetbolista asesino. Me gusta cortarle el cuello y tirarle un Queso a minitas como vos.
- ¿En serio? A ver, hacelo, quesoneame Carlos.
- No. No tengo interés en quesonear a nadie hoy. Además no sos una víctima digna para ingresar a mi historial.
- Quesoneame, Carlos, dale, mi vida es indigna, quesoneame y me reencarno en otro ser, quizás en otro planeta. Hazme ese favor.
- No, ya te dije, que no sos digna para ser quesoneada por mí.
Carlos Delfino seguía comiendo el Queso. Y Landriscina y el gaucho Tala proseguían su bodrio…



Y entonces el velorio empezó cuando don Rosendo puso el cajón y dijo “Las flores son rosas” pero en ese momento…entró el comisario que venía de cruzar el Paraná, y las huestes de don Juan Manuel de Rosas
Charlotte insistió. Quería ser quesoneada. 
- Quesoneame Carlos.
- Bueno, si no queda otra.
Carlos se pusó los guantes y puso sus pies sobre el rostro de Charlotte. Esto los olió, besó, lamió y chupó. Primero el izquierdo, luego el derecho. Luego cogieron, con rapidez, Carlos lo disfrutó pero al mismo tiempo lo quería hacer rápido. Finalmente, cuchillo en mano, le cortó el cuello, y le tiró el Queso.
- Queso.


Se escuchaban los gemidos de Charlotte mientras era quesoneada, lo que motivo que Landriscina dijera:
- Wow vaya creo que estan haciendo torta fritas alli afuera.
Y el gaucho diga algo asi zarpado como " más que torta frita le esta comiendo la empanada". Y Landriscina contestó: “Le gustaba el Queso a la gurisa”. 
Entonces Landriscina dándose cuenta que ya quedaba poco público dijo:
- Voy a destruir el anillo a Mordor.
- Y yo voy a ir a Hogwarts – replicó el Gaucho – a estudiar Magia y Hechicería con el gran Albus Dumbledore.
- Qué la fuerza te acompañé.
Y ocurrió que de repente como salidos de la nada, el lugar empezó a llenarse de gente, vestida con uniformes nazis, al estilo de las SS, mientras entonaban la canción:
Die Fahne hoch! Die Reihen fest geschlossen! SA marschiert Mit ruhig und festem Schritt Kam’raden, die Rotfront und Reaktion erschossen, Marschier’n im Geist In unser’n Reihen mit
Parecían como salidos del Túnel del Tiempo, de algún acto nazi en Nuremberg en 1933 o 1934. Como esos desfiles de “El Triunfo de la Voluntad”, el momento culmine fue cuando un tipo de bigotitos gritó:
Ich bin Deutschland, Lasst uns weiter nach Österreich ziehen, Unser Schicksal ist der Lebensraum, Der höhere Grund ist unser
Los nazis rodearon a Landriscina y al Gaucho Tala, como tomándolos prisioneros y dijeron, en castellano:
- Prisioneros serán hasta que el IV Reich sea proclamado.
En eso apareció Silvio Soldán y dijo:
- ¡Oh cielos! ¡Han regresado!
También apareció Jairo que dijo:
- ASÓMATE A ESA VERGÜENZA, CARA DE POCA VENTANA, Y DAME UN JARRO DE SED, QUE ME ESTOY MURIENDO DE AGUA.
Los nazis tomaron prisioneros a Soldán y a Jairo, cuando apareció Carlos Delfino. El nazi de bigotitos gritó:
- ¡A él! ¡Es Carlos Delfino el basquetbolista asesino!


Los nazis dispararon al basquetbolista, pero este con el Queso actuando como un chaleco antibalas, repelió todos los disparos, todos, sin excepción, con el Queso, rechazó los disparos, y sacándose las zapatillas, terminó de fulminar a todos los nazis.
Ninguno muerto estaba, pero sí heridos y dormidos, Soldán gritó:
- ¡El IV Reich ha sido derrotado! ¡Qué grande Carlitos!
Y Landriscina comenzó a entonar las estrofas del Martín Fierro:
- Aquí me pongo a cantar al compas de la vigüela…
Pocos minutos después, los noticiosos empezaron a transmitir la noticia, de como habían resurgido los nazis y como los había derrotado Carlos Delfino.
José Gómez Fuentes de “Sesenta minutos” dijo “Vamos ganando”.
- Sabe Señor Delfino, que usted es un héroe?
- Yo solo como mucho Queso. Soy un Quesón – dijo Carlos, dando media vuelta y se fue.
- Se va el Lancha Delfino, seoras y seores, un HEROE, y son las once y media aquí amigos terráqueos, esto ha sido todo por hoy, mis amigos, buenas noches Argentina, vamos ganando.
Silvio Soldán le dijo a los medios:
- No todo ha sido agradable hoy. Los nazis han sido derrotados sí. Pero Charlotte Caniggia se ha ido en el ataque. De todas formas, dicen que parece que era un clón. La verdadera estaría en Marbella.
Carlos Delfino sonrió y dijo:
- Queso.




Comentarios

  1. perfecto el titulo porque es un delirio... no tiene ni pies ni cabeza... bah... los pies bien grandes de "Cabeza" Delfino si los tiene...

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  2. Me imagino que Carlos Delfino va al baño una vez por mes. Digo, de tanto queso que come.

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  3. de donde salieron los nazis? ja ja ja ja

    che que desaprovechado Jairo en el relato

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  4. Me gustó, pero tardaste mucho en meter a los quesos

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  5. Que gracias Charlotte queriendo ser quesoneada.
    No está mal, pero lo de después sobra un poco.

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  6. Creo que si es por tontería, Gisela Barreto es una candidata para un futuro cuento sangriento. No se conformó con el absurdo del vaso de agua. Sino que ahora anda diciendo tonterías contra las vacunas, que causan autismo, que disminuyen la inteligencia. Puede ser que un quesón sea convocado para hacer un servicio para la humanidad, además de comportarse de acuerdo a sus instintos letales.
    Parece una candidata a recibir el pisotón letal, que mató a Silvia Martinez Cassina. Luego de doparla con el olor de los pies, para tener sexo salvaje con ella. O tal vez para sumergirle la cabeza en un balde de agua, luego del sexo con dopamiento queson.

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