El Asesino de Alina Moine
En aquellos días, que quizás sean estos mismos días, ocurrió que un importante equipo de básquet de la ciudad, de colores azulgranas en su casaca, gano la Liga Nacional de aquel deporte.
En medio de tantas noticias futbolísticas el tema hubiera pasado inadvertido por las grandes cadenas deportivas. Pero la ausencia del fútbol debido a la suspensión de la fecha por una huelga de Futbolistas Argentinos Agremiados hizo que no quedará otra que hablar de estos temas.
De esta manera, en Fox Sports, invitaron a Carlos Matías Sandes, uno de los jugadores de aquel equipo. Mendocino como la tierra del buen sol y del buen vino, el basquetbolista, de 2,02 metros de altura y calzado número 52, concurrió a la entrevista.
La conductora era Aline Moine, que tenía llenar espacios, mientras esperaba novedades de la reunión de capitanes de los equipos de fútbol a ver si se levantaba o no la huelga…
Como suele ocurrir en estas entrevistas, donde el desconocimiento de la periodista hacia el mundo del básquet era casi total, se termina hablando de cualquier tontería…
Y cuando un basquetbolista es el entrevistado es casi inevitable hablar del tamaño de los pies. Y Aliné no podía sacar su vista de los enormes pies de Carlos Sandes.
- ¿Cuánto calzas?
- 52.
- A ver tus zapatillas.
- ¿Me las tengo que sacar?
- Sí, dale, dale…
- Pero…
- ¡Que se las saque! ¡Que se las saque! – gritaron todos en el estudio, camarógrafos, iluminadores, apuntadores, nadie se quedo callado.
Carlos le hizo caso entonces a todos y se sacó las zapas solo para compararlas con el tamaño de otros pies que había allí.
El momento fue muy gracioso. El olor a Queso que se expandió en el estudio fue enorme. Algunos lo pudieron resistir pero otros no…
- ¿Tenes algún apodo? – preguntó Moine.
- El Queso – dijo Sandes – no es necesario aclarar por qué... ja ja
Todos se rieron. Y la entrevista finalizó con normalidad. El basquetbolista se iba a ir. Pero Moine se acercó a Sandes y le dijo:
- Te espero en mi camarín, esos Quesos los quiero oler con más profundidad.
Sandes no tenía intención alguna de cometer un asesinato aquella jornada, pero al verla a Aliné Moiné, así, casi regalada, cambio de parecer…
- Al fin y al cabo asesiné a muchas minas. Wanda Nara, Vicky Xipolitakis, Laurita Fernández, mis víctimas más famosas. ¿Porqué no puedo Quesonear a Aliné Moine?
El basquetbolista regresó al auto, se puso los guantes negros, agarró el Queso, un enorme Queso, siempre tenía uno porque era un Quesón y sabía que en cualquier momento podía cometer algún asesinato, y por supuesto, el machete, el largo, enorme y filoso machete que usaba como arma.
Sandes entró al camarín de Moine, que se estaba cambiando, casi semidesnuda…
- Ay Carlos – le dijo Moine – sabía que tu fama de Quesón era muy grande. Pero no lo puedo creer. No te lavas nunca esas patas.
- Me las lavo todos los días – dijo Sandes – pero sufro del “Síndrome de Gruyere”, al lavármelas el olor se expande y es peor, si me pongo talco, no sabés…
- ¿No tiene cura?
- Exige un largo tratamiento y sin garantías de éxito.
- Ahora que decís creo que al Lancha Delfino le paso lo mismo. Y después del tratamiento quedo peor.
- Mucho peor. Además, en el básquet no quieren que me trate, dicen que esto sirve para espantar rivales…
- Ja, ja, ja – río Moine – a ver quiero esos Quesos para mí.
Y así fue que Sandes puso sus enormes pies sobre el rostro de Aline Moine. El olor a Queso era algo impresionante. Imposible de describir con palabras.
- ¿Me pones los pies en mi concha?
- ¿Me pones los pies en mi concha?
- Con mucho gusto.
Y eso fue lo que ocurrió a continuación. Imaginemos la escena. Sandes estaba satisfecho, pensó:
- Ahora la Quesoneo.
Moine quedó tan extasiada que no se dio cuenta que Sandes sacó de la mochila el Queso y el machete, y tras dejar el Queso sobre una mesa, tomó el machete y se acercó a Moine.
- ¿Y ahora Carlos?
- Te voy a asesinar.
Moine gritó de espanto y dolor, pero la respuesta de Carlos fueron unos cuantos machetazos, una gran cantidad de los mismos, con tajos profundos en todos lados, bien al estilo de Jason en “Friday the 13th”.
Al finalizar, Carlos Matías Sandes contempló al cadáver de su víctima, tomó el Queso, lo arrojó sobre el cadáver mientras decía en voz alta:
- Queso.
Y abandonó la escena del crimen con total impunidad. No tuvo problemas en pasar por todo el canal, con esa extraña impunidad de la que parecen gozar los Quesones. Lo cierto es que en el momento en que se levantó la huelga del fútbol, descubrieron el cadáver quesoneado de Aline Moine.
asi es su historia y huelen bien horrible los pies
ResponderBorrarTiene un cuerpo para matarla y una cara de korky para cagarla a cachetasos
ResponderBorrarno lei nada ...pero me encanta Alina Moine
ResponderBorrarPero por qué? Si era un bomboncito...
ResponderBorrarJajaja
ResponderBorrarCuando era chico en mi provincia se decía "QUESIAR" cuando le aplicabas una patada maliciosa al jugador del equipo contrario
QUESONEADA me suena a algo parecido pero con más sangre
"¿Nombre?
ResponderBorrar"¿Ocupación?"
–Quesonear minas
"Ah, qué bien...
¡¿Cómo dijo?!"
Jajaja
La mataría a pijasos.. pero como soy un típico nerd me mato a pajas.
ResponderBorrarNo la hubiera elegido como víctima. Pero tiene morbo, aunque Delfino le podría haber dedicado más tiempo, para el placer.
ResponderBorrares interesante al ser víctima de un quesón, automaticamente lo convierte a Marcelo Gallardo en viudo de una quesoneada
ResponderBorrarO está en pareja con una clon.
BorrarEl Fauno
con lo mal que juega River se ve que Gallardito esta comiendo a full con esta mina
ResponderBorrar