El Asesino de Alessandra Rampolla

La temporada de básquet había entrado en receso. Carlos Matías Sandes, Basquetbolista, Quesón y Asesino, para no perder la forma, se encontraba entrenando en un gimnasio, con sus 2,02 metros de altura y sus gigantescos y olorosos pies talle cincuenta y cinco, repletos de olor a Queso. El olor a Queso era de tal magnitud, que nadie lo había podido aguantar, incluso debió venir una ambulancia, para retirar a media docena de personas desmayadas y todos se fueron, dejando a Sandes, entrenando en solitario. Las empleadas del gimnasio, Caro y Vicky, habían permanecido bien alejadas con máscaras antigas para poder soportar aquel olor, era un Queso impresionante, eran los pies de Carlos Matías Sandes, los pies talle cincuenta y cinco que poseía, y que parecían crecer cada vez más con cada Queso que tiraba. - Si sigo así en unos meses voy a calzar cincuenta y seis – pensaba el basquetbolista mientras recordaba a sus víctimas más famosas - Wanda Nara, Vicky Xipolitakis, Laura Fernánde...