El Asesino de Mery Del Cerro

El basquetbolista Carlos Matías Sandes con sus más de dos metros de altura y su pie talle cincuenta y dos salió de su casa como cualquier otro día. Aquella jornada no tenía entrenamiento y estaba dispuesto a disfrutar de algún modo lo que era un día libre. Era un Quesón, uno de esos asesinos seriales llamados Carlos que le tiran un Queso a sus víctimas. Y deseaba asesinar a alguien aquel día, o sea quesonear a alguna mina. Salió con los guantes negros, colocó el machete en su cinto y puso en una mochila, un enorme Queso Emmental, muy grande. No sabía muy bien que hacer, dispuesto a que el destino y la casualidad lo guiaran a algo. Que le pusieran alguna víctima producto del azar. Sería alrededor del mediodía cuando Carlos entró a un outlet famoso por tener zapatillas de tamaños muy grandes. Vale aclarar que la gente siempre le abría paso a Sandes mientras caminaba por la calle dado el fuerte e intenso olor a Queso que emanaba siempre de sus pies, por momentos apestan...