El Cuento Quesón de Superman (o Kal El, la caída del último Carlos Hijo de Krypton) #QUESO
(El Mundo Quesón y el Universo DC unidos en una única historia)
En las profundidades etéreas de la Zona Fantasma, un rincón donde el espacio y el tiempo se retorcían como un lienzo roto, Lex Luthor convocó una reunión clandestina. Su traje impecable, desafiando las leyes físicas del vacío interdimensional, brillaba bajo una luz imposible. Frente a él, un grupo de villanos aguardaba: Brainiac, su cráneo metálico pulsando con datos fríos; Bizarro, un coloso torpe con fuerza divina; Mr. Mxyzptlk, el bromista de la quinta dimensión, flotando con un sombrero de copa giratorio; el Capitán Frío, mítico enemigo de Flash, el malvado Gorila Glod, y Sinestro, su anillo amarillo destellando con energía del miedo. Y por supuesto, los tres villanos de la Zona Fantasma, tan poderosos e hijos de Krypton como Superman, liderados por el General Zod, más la Mujer Ursa, pérdida y malvada, y Non, un mudo gigante, con mucha fuerza bruta y cero inteligencia.
"¡Caballeros!", proclamó Lex, sosteniendo un maletín plateado que emitía un brillo ominoso. "He creado el arma definitiva para destruir a Kal-El, el kryptoniano cuyo nombre, en su lengua natal, significa Carlos o Charles: ¡la kryptonita negra!"
Brainiac proyectó un holograma analítico. "¿Kryptonita negra? ¿Otra roca fallida, Luthor?"
Lex sonrió, abriendo el maletín para revelar un cristal negro con vetas doradas que latían como un corazón corrupto. "No es una roca, Brainiac. Es una obra maestra. Mezclé kryptonita pura con café espresso de Antioquia, Colombia, destilado a presión cósmica, y Queso Gruyere, en hebras con precisión molecular. Esta combinación convertirá a Kal-El, el Carlos de Krypton, en el Quesón Asesino de Mujeres, un ser seductor y letal, obsesionado con el caos. El mundo lo verá como un monstruo, y la Liga de la Justicia caerá."
Bizarro gruñó. "¡Café con Queso! ¡Bizarro odia cosas sabrosas! ¡Eso bueno para Kal-El malo!"
"Exacto", dijo Lex, cerrando el maletín. "Kal-El será nuestro. Metropolis será mía."
“Pronto el mundo estará totalmente congelado, ja, ja” reía de sarcasmo el Capitán Frío.
“Los animales dominaremos, los gorilas estableceremos una dominación en el mundo entero” señaló Glod.
Mxyzptlk, haciendo malabares con esferas dimensionales, rió. "¡Lexy, esto es un espectáculo de quinta dimensión! Pero, ¿cómo le damos ese café maligno al Boy Scout?"
Sinestro, su aura amarilla crepitando, añadió: "El miedo de Superman será su perdición, pero necesitamos un plan preciso."
“A nosotros no nos interesa la Tierra, es un mundo insignificante para nosotros, pero sin Superman, podremos dominar sistemas enteros” dijo el General Zod.
Lex señaló un portal que se formaba. "Por eso nos reuniremos con aliados en Gotham. Síganme."
En un almacén abandonado en los muelles de Gotham City, la élite criminal esperaba: El Guasón, con una sonrisa cortante, jugaba con cartas marcadas; Catwoman, reclinada con gracia felina, hacía girar su látigo; El Pingüino, sosteniendo un paraguas venenoso; Dos Caras, lanzando su moneda; Hiedra Venenosa, rodeada de enredaderas; y Deathstroke, afilando su espada con precisión letal.
"¿Qué tienes, Luthor?", dijo el Guasón. "La última vez que seguí a un calvo, terminé con un pastel explosivo."
Lex colocó el maletín en una mesa cicatrizada. "Esto es la kryptonita negra. Transformará a Kal-El, el Carlos de Krypton, en un asesino seductor. Metropolis será un buffet libre, y Gotham, el epicentro del crimen."
Hiedra Venenosa alzó una ceja. "¿Y yo qué gano, Luthor?"
"Recursos, Pamela. Bancos, tecnología, poder. Todo estará a su alcance," respondió Lex.
Deathstroke, frío, intervino: "¿Cómo le entregamos esa roca a Superman?"
Lex desplegó un mapa de Metropolis. "La Convención de los Carlos, fusionada con un festival de café artesanal, se celebra este fin de semana. Kal-El, como Clark Kent, estará allí para el Daily Planet. Colocaremos la kryptonita negra en una máquina de espresso modificada, liberando su esencia en el aire. Una inhalación, y Carlos será el Quesón Asesino de Mujeres."
El Guasón aplaudió, riendo. "¡Un héroe cayendo por café y Queso! ¡Poesía, Lexy!"
Catwoman se estiró. "Si falla, Luthor, te cazaré yo misma."
De repente, apareció el Acertijo, que llegó tarde al encuentro, pero enterado de los planes, añadió: "Del grano tostado y la leche cuajada, una joya oscura teje su farsa. Un héroe llamado Carlos, de acero forjado, caerá en un torbellino de crimen perfumado. ¿Qué plan, calvo y brillante, derrite la esperanza en un festín de venganza?"
Metropolis vibraba con la Convención de los Carlos, un evento que celebraba nombres como Carlos, Charles y Karl, ahora mezclado con un festival de Quesos suizos y nederlandeses, junto a Café de Colombia y Brasil. El centro de la ciudad era un torbellino de aromas a Queso, espresso, música y orgullo nominal.
Clark Kent, el alter ego de Kal-El, se movía con torpeza, ajustándose las gafas mientras tomaba notas para el Daily Planet. Nadie sospechaba que tras esas gafas estaba Kal-El, cuyo nombre kryptoniano equivalía a Carlos, un título de fuerza y destino.
En el corazón de la convención, Clark posaba en una foto grupal con "Carlos" célebres: Charles Barkley, bromeando sobre la NBA; Karl Malone, contando anécdotas; Charlie Hunnam, ajustándose la chaqueta; Carlos Alcaraz, con una raqueta imaginaria; Carlos Sainz, con su casco de Fórmula 1; Carlos Tévez, gesticulando; Carlos Villagrán, como Quico; Carlos Baute, tarareando; Carlos Vives, con carisma caribeño; y Carlos Delfino, recordando triples. Junto a ellos, los Gemelos Fantásticos, Zan (como Charles en su idioma natal de Exxor) y Jayna, participaban con entusiasmo. Zan, transformado en un chorro de café líquido, servía tazas desde un puesto cercano, mientras Jayna, como un jaguar con gafas de sol, entretenía a la multitud con acrobacias.
"¡Clark, sonríe como verdadero Carlos!", gritó Carlos Vives, dándole una palmada. Clark rió, pero un aroma extraño —café, Queso Gruyere y algo maligno— lo alertó.
En el puesto del Krypto-Kafé, decorado con luces de neón, Mr. Mxyzptlk, disfrazado como un brócoli parlante con delantal, servía cafés. La máquina de espresso, modificada por Lex, contenía la kryptonita negra. Brainiac controlaba la dispersión del gas desde un servidor remoto, mientras Bizarro, como barista torpe, derramaba café. Sinestro, oculto en las sombras, vigilaba con su anillo amarillo.
Lex, desde un rascacielos, observaba por un monitor. "Mxyzptlk, asegura que Kal-El inhale la kryptonita negra," ordenó.
"¡Tranquilo, Lexy!", respondió Mxyzptlk, haciendo girar un ojo de brócoli. "¡Esto será más fácil que un truco de quinta dimensión!"
Clark se acercó al puesto, atraído por el aroma. "Un espresso, por favor," pidió. Mxyzptlk pulsó un botón, y una nube de vapor negro envolvió a Clark. Tosiendo, sintió un ardor. Sus ojos se tiñeron de rojo, y su postura cambió. La timidez de Clark Kent se desvaneció, y una risa cruel emergió. Kal-El, el Carlos de Krypton, era ahora el Quesón Asesino de Mujeres.
Mxyzptlk saltó. "¡Funciona, Lexy! ¡Adiós, Superman! ¡Hola, Quesón!
El caos estalló en la Convención de los Carlos. El Quesón surcó los cielos, su capa como una sombra maligna. Bajo la kryptonita negra, Kal-El se convirtió en un depredador seductor y letal, obsesionado con conquistar y destruir a las mujeres prominentes de todo el Universo DC. Sus crímenes, marcados por encuentros apasionados y asesinatos brutales, dejaron la ciudad en pánico.
En un penthouse de lujo en Metropolis, los ventanales reflejaban las luces de la ciudad cuando el Quesón irrumpió, sus botas desprendiendo un aroma embriagador a Queso Gruyere y café tostado. Lana Lang, su amor de juventud en Smallville, ahora una empresaria exitosa con un vestido de seda, lo miró con fascinación. "Kal-El... ¿Carlos?", susurró, atrapada por la kryptonita negra. Arrodillándose, olió los pies gigantes del Quesón, su nariz rozando las botas, y con un gemido lamió y besó la superficie rugosa, chupando con devoción mientras sus ojos se nublaban. El encuentro sexual fue un torbellino: paredes de mármol se agrietaron, lámparas de cristal estallaron, y los gemidos de Lana resonaron.
Pero en el clímax, el Quesón extrajo su cuchillo kryptoniano, su hoja brillando con símbolos antiguos. Lo hundió en el pecho de Lana, apuñalándola repetidamente mientras la sangre salpicaba el suelo de mármol, formando un charco escarlata. Con un gesto teatral, invocó un Queso Gruyere gigante, de tres metros de diámetro, que cayó sobre su cuerpo, aplastándola con un estruendo que hizo temblar el edificio. "¡QUESO, soy KAL-EL, el Carlos último hijo de Krypton!", rugió, su voz resonando en la noche mientras volaba hacia su siguiente presa.
En los estudios de Galaxy Communications, el plató principal estaba bañado en luces parpadeantes cuando el Quesón irrumpió, su capa ondeando como una sombra viva. Cat Grant, la carismática presentadora con un vestido escarlata, quedó hipnotizada por el aroma a Queso Emmental y café. "Carlos...", murmuró, cayendo de rodillas ante sus botas kryptonianas. Olió profundamente el olor penetrante, lamió y besó los pies gigantes con una intensidad febril, chupando mientras su respiración se aceleraba. El encuentro sexual fue frenético: cámaras se estrellaron contra el suelo, monitores explotaron, y el plató se convirtió en un caos de pasión desatada.
Pero el éxtasis se tornó en horror cuando el Quesón, con una risa sádica, clavó su cuchillo en el abdomen de Cat, cortando con precisión quirúrgica mientras la sangre salpicaba los focos, apagándolos en un chisgueteo. Un Queso Emmental gigante, perforado con agujeros y del tamaño de un auto, cayó sobre su cuerpo, aplastándola contra el suelo del estudio. "¡QUESO, soy KAL-EL, el Carlos último hijo de Krypton!", proclamó, su silueta alzándose entre los escombros antes de volar hacia su siguiente objetivo.
La redacción del Daily Planet era un torbellino de actividad cuando el Quesón irrumpió, exigiendo ser llamado Carlos. Lois Lane, con su libreta en mano, lo enfrentó, pero el aroma a Queso Gruyere y café la envolvió como un hechizo. "Kal-El... ¿Carlos?", susurró, su voluntad doblegada. Arrodillándose, olió los pies gigantes del Quesón, lamiendo y besando las botas con una devoción hipnótica, chupando mientras sus ojos brillaban con fascinación. En una sala de conferencias, se entregaron a un encuentro apasionado que destrozó mesas, rompió ventanas y esparció titulares por el aire. Lois, transformada, murmuró: "Carlos... eres todo." Pero el Quesón, con una sonrisa cruel, se puso guantes negros y hundió su cuchillo en su pecho, apuñalándola con furia mientras la sangre teñía los titulares del periódico, formando un mosaico rojo. Un Queso Gruyere gigante, de un metro y medio de diámetro, aplastó su cuerpo con un estruendo que resonó en la redacción. "¡QUESO, soy KAL-EL, el Carlos último hijo de Krypton!", gritó, su risa maniacal llenando el aire mientras se elevaba.
En un almacén de alta seguridad de LexCorp, Mercy Graves, la leal guardaespaldas de Lex Luthor, revisaba monitores cuando el Quesón irrumpió, su presencia magnética llenando el espacio. El olor a Queso Emmental y café la envolvió, y Mercy, normalmente fría, sucumbió al hechizo de la kryptonita negra. "Carlos...", dijo, arrodillándose ante sus botas. Olió el aroma embriagador, lamió y besó los pies gigantes con una intensidad casi ritual, chupando mientras su respiración se aceleraba.
El encuentro sexual fue intenso, con cajas de tecnología destrozadas y contenedores volcados en un torbellino de pasión. Pero el Quesón, con un destello sádico en los ojos, cortó la garganta de Mercy con un movimiento rápido de su cuchillo kryptoniano, la sangre salpicando los monitores en un arco carmesí. Un Queso Emmental gigante, con sus característicos agujeros, cayó sobre ella, rompiendo el suelo de concreto con un crujido ensordecedor. "¡QUESO, soy KAL-EL, el Carlos último hijo de Krypton!", declaró, su capa ondeando mientras desaparecía en la noche.
En Gotham, el Quesón irrumpió en el apartamento de Vicki Vale, periodista de investigación del Gotham Gazette, cuyas notas sobre Batman cubrían las paredes como un rompecabezas obsesivo. El aroma corruptor a Queso Gruyere y café llenó la habitación, y Vicki, con un vestido negro, quedó atrapada en su hechizo. "Kal-El... ¿Carlos?", susurró, cayendo de rodillas. Olió los pies gigantes del Quesón, lamiendo y besando las botas con una pasión incontrolable, chupando mientras sus manos temblaban.
El encuentro sexual fue febril, destruyendo muebles, esparciendo notas y rompiendo lámparas en una danza caótica. Pero el cuchillo kryptoniano atravesó el corazón de Vicki con un golpe preciso, la sangre manchando sus investigaciones en un charco viscoso. Un Queso Gruyere gigante, duro y aromático, la aplastó contra la pared, derrumbando parte del apartamento. "¡QUESO, soy KAL-EL, el Carlos último hijo de Krypton!", rugió, mientras las sirenas de Gotham resonaban en la distancia.
En Central City, el Quesón persiguió a Iris West, periodista y esposa de Flash, en la redacción del Central City Picture News. El aroma a Queso Emmental y café la envolvió, y sus ojos se nublaron bajo la influencia de la kryptonita negra. "Carlos...", murmuró, arrodillándose ante las botas del Quesón. Olió el olor penetrante, lamió y besó sus pies gigantes, chupando con una devoción hipnótica mientras su cuerpo temblaba.
El encuentro sexual dejó la redacción en ruinas, con escritorios volcados, computadoras destrozadas y papeles volando en un torbellino de pasión. Pero el Quesón, con una risa fría, cortó el pecho de Iris con su cuchillo, la sangre salpicando las portadas del periódico en un rojo brillante. Un Queso Emmental gigante, perforado y pesado, la sepultó contra el suelo con un impacto que hizo temblar el edificio. "¡QUESO, soy KAL-EL, el Carlos último hijo de Krypton!", exclamó, mientras Flash llegaba segundos tarde, su velocidad inútil ante la tragedia.
En un teatro de Metropolis, donde Zatanna Zatara, la maga más poderosa del Universo DC, ensayaba un espectáculo benéfico, el Quesón irrumpió, su silueta recortada contra las luces del escenario. El aroma a Queso Gruyere y café llenó el aire, y Zatanna, con su traje de escenario reluciente, sucumbió al hechizo de la kryptonita negra. "Carlos... ¿Kal-El?", susurró, su magia incapaz de resistir. Arrodillándose, olió los pies gigantes del Quesón, lamiendo y besando las botas con una intensidad mística, chupando mientras sus ojos brillaban con un deseo sobrenatural.
El encuentro sexual fue un espectáculo de caos: cortinas de terciopelo se rasgaron, focos explotaron en chispas, y el escenario se convirtió en un campo de pasión desatada. Pero el Quesón, con un gruñido sádico, hundió su cuchillo en el abdomen de Zatanna, cortando a través de su magia y su carne, la sangre salpicando las tablas en un patrón carmesí. Un Queso Gruyere gigante, de olor penetrante, cayó sobre ella, aplastándola contra el escenario con un crujido que resonó en el teatro vacío. "¡QUESO, soy KAL-EL, el Carlos último hijo de Krypton!", proclamó, mientras el telón caía sobre la tragedia.
En un callejón de Star City, Dinah Lance, conocida como Black Canary, patrullaba con su chaqueta de cuero cuando el Quesón apareció, su presencia dominando el espacio. El aroma a Queso Emmental y café la envolvió, y Dinah, normalmente imperturbable, quedó atrapada en el hechizo de la kryptonita negra. "Carlos... ¿Kal-El?", dijo, su voz temblando. Arrodillándose, olió los pies gigantes del Quesón, lamiendo y besando las botas con una pasión incontrolable, chupando mientras su grito sónico se apagaba.
El encuentro sexual fue feroz, con paredes del callejón agrietadas, contenedores volcados y el eco de sus gemidos resonando en la noche. Pero el Quesón, con una sonrisa cruel, clavó su cuchillo en el pecho de Dinah, cortando con precisión letal mientras la sangre manchaba el asfalto en un charco oscuro. Un Queso Emmental gigante, con sus agujeros distintivos, la aplastó contra el suelo con un impacto que hizo eco en Star City. "¡QUESO, soy KAL-EL, el Carlos último hijo de Krypton!", rugió, mientras Green Arrow llegaba demasiado tarde, su arco temblando en sus manos.
En un tejado de Midway City, donde Hawkgirl (Kendra Saunders) vigilaba desde las alturas, el Quesón irrumpió, su capa ondeando como una tormenta. El aroma a Queso Gruyere y café llenó el aire, y Kendra, con su maza de Nth metal en mano, sucumbió al hechizo de la kryptonita negra. "Kal-El... ¿Carlos?", murmuró, sus alas temblando mientras se arrodillaba. Olió los pies gigantes del Quesón, lamiendo y besando las botas con una intensidad guerrera, chupando mientras sus ojos se nublaban con deseo.
El encuentro sexual fue salvaje, con antenas del tejado dobladas y el viento silbando entre sus alas mientras destruían el entorno en un frenesí de pasión. Pero el Quesón, con una risa inhumana, hundió su cuchillo kryptoniano en el pecho de Kendra, apuñalándola con furia mientras la sangre salpicaba su armadura de halcón. Un Queso Gruyere gigante, duro y aromático, cayó sobre ella, aplastándola contra el tejado con un crujido que resonó en la ciudad. "¡QUESO, soy KAL-EL, el Carlos último hijo de Krypton!", exclamó, mientras Hawkman, alertado por el caos, llegaba volando, su grito de angustia perdido en el viento.
En las costas de Atlantis, accesibles desde un portal submarino cerca de Metropolis, Mera, reina de Atlantis, emergió para investigar disturbios en la superficie. El Quesón la interceptó, su presencia imponente contrastando con las olas. El aroma a Queso Emmental y café la envolvió, y Mera, con su corona y armadura acuática, quedó atrapada en el hechizo de la kryptonita negra. "Carlos... ¿Kal-El?", susurró, arrodillándose en la arena. Olió los pies gigantes del Quesón, lamiendo y besando las botas con una devoción casi sagrada, chupando mientras el agua a su alrededor parecía vibrar con su deseo.
El encuentro sexual fue tumultuoso, con olas rompiendo contra las rocas y corrientes girando en un torbellino mientras sus cuerpos se entrelazaban en una danza primal. Pero el Quesón, con una sonrisa gélida, clavó su cuchillo en el abdomen de Mera, cortando con precisión mientras la sangre se mezclaba con el agua salada, tiñendo el mar de rojo. Un Queso Emmental gigante, perforado y pesado, cayó sobre ella, hundiéndola en la arena con un estruendo que hizo temblar la costa. "¡QUESO, soy KAL-EL, el Carlos último hijo de Krypton!", rugió, mientras Aquaman, emergiendo desde las profundidades, rugía de furia, su tridente brillando inútilmente.
En Gotham, el Guasón, Catwoman, el Pingüino, Dos Caras, Hiedra Venenosa y Deathstroke intentaron distraer a Batman, pero el Caballero Oscuro, alertado por Jimmy Olsen, Perry White y Alfred Pennyworth, rastreó el dron de Lex. En Metropolis, la Liga de la Justicia se movilizó: Mujer Maravilla, Flash, Linterna Verde, Aquaman, Cyborg, Hawkman, Martian Manhunter, Green Arrow y Doctor Fate. Los Gemelos Fantásticos, devastados por el caos en la convención, ayudaron a evacuar civiles, con Zan como un torbellino de agua y Jayna como un águila gigante.
En la cima del Daily Planet, Batman enfrentó al Quesón. "Kal-El, Carlos, esto no eres tú," dijo, lanzando un batarang. El Quesón esquivó, arrojando un Queso Gruyere que se derritió al impactar. Pero las palabras de Batman tocaron un eco del verdadero Superman. Sus ojos parpadearon azules, y cayó de rodillas. "¡QUESO... qué he hecho?", murmuró. Batman lo sedó con un compuesto anti-kryptonita “Soy un Quesón, las asesiné a todas, QUESO”.
En la Torre de la Liga, los héroes trabajaron para restaurar Metropolis. Shazam y Booster Gold protegieron los cielos, mientras Blue Beetle y Firestorm limpiaban los Quesos gigantes. Superman fue confinado en una celda anti-kryptonita, y Doctor Fate buscó una cura. Lex, desde un búnker, celebraba con Brainiac, Glod, el Capitán Frío, Bizarro, Mxyzptlk, Sinestro, Black Manta y Cheetah, planeando atacar Isla Paraíso, Central City, Star City y Atlantis. Un portal dimensional de Mxyzptlk dejó caer un Queso cósmico infinito, complicando sus planes.
Lex alzó una copa. "Que vengan los héroes, que vengan los Quesos. Mercy Graves ha sido quesoneada, alguna baja debemos tener, ja, ja. El futuro es nuestro. Hemos vencido."
¿Se adueñará por fin Lex Luthor y sus secuaces del Universo DC?
Esa es otra historia, esta es la historia de KAL EL, O LA CAIDA DEL ULTIMO CARLOS HIJO DE KYPTON
una colección de Relatos Quesones y Narraciones Quesonas (no fan fics), a través del tiempo y del espacio, con narraciones y leyendas del Mundo Quesón y de la Mitología Quesona, con galeria de imágenes generadas por CICI AI
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esto es sensacional, mejor que cualquier cómic, es excelente!!!!!
ResponderBorraruno de los mejores relatos y tal vez el mejor de esta saga (aunque el de Roma es excelente también), tiene todo lo que debe tener un buen relato Quesón y un buen cómic de la DC Cómics, sensacional
ResponderBorrarun placer leer como Superman amasija a todas estas minas de DC Comics y final abierto
ResponderBorrarEn este caso, si es una fanfiction, de cómics de superhéroes.
ResponderBorrarSuperman convertido en villlano, como en Injustice, pero quesón.
Sabia que Black Canary y Zatanna, muy sexies heroinas, estarían entre sus víctimas.
Las villanas tuvieron mucha suerte, pudieron caer como Mercy Graves. Le deben agradecer a Batman, que venció porque los quesones no matan hombres
El Fauno
mejor que cualquier capítulo de los Superamigos, es una historia sublime, me encanto, bien las menciones a los personajes de DC Cómics, perfecta la narración
ResponderBorrarhas quesoneado a tanta gente que has tenido que recurrir a los personajes de la DC Comics
ResponderBorrarSuperman siempre me parecio medio queson, ya varias veces en este blog se dijo que Kal El era equivalente de Carlos, ahora eso esta totalmente confirmado, el Quesón de Acero
ResponderBorrarKara Zor-El tal vez sea una Carla o Karla. Tal vez en la variante Karla Zor-El
ResponderBorrarEl Fauno
es un pájaro? es un avión? No, es un quesón
ResponderBorrareste post son palabras mayores, es excelente, no puede haber algo mejor
ResponderBorrares mejor que todas las películas que hacen que son siempre lo mismo
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