Carlos Melia y La Venganza de la Rumana
Viernes 18 de abril de 2008, por la quema de pastizales, el humo invadía toda la ciudad de Buenos Aires. A Carlos Melia, el Queso Gay, gran promotor del turismo gay a nivel mundial, poco le importaba, se encontraba en un salón de belleza, haciéndose un tratamiento en la piel, una crema, que le daba energía, vitalidad y lo mantenía siempre joven y jovial.
El lugar tenía un público casi totalmente femenino, de hecho, Carlos era el único hombre en aquel momento, pero como era gay, su presencia no generaba malestar alguno. Las demás clientas también descansaban en unas esplendidas reposeras, con la crema encima, y un traje de baño.
Totalmente despreocupado y mientras Carlos escuchaba su música preferida con el MP3, hablamos de Madonna y Kylie Minogue, algo compatible con su condición de gay, las demás clientas del Salón de Belleza hablaban de la invasión de humo que afectaba a la ciudad. Una de ellas era Laura Bonacieux, una de las dueñas de la Boutique y del Burdel.
Carlos ya dio por terminado el tratamiento aquella tarde y se sacó los auriculares de sus oídos. Ya se estaba satisfecho con haber escuchado a Kylie Minogue. Bonacieux lo observó a Melia y le dijo:
- Hola. Discúlpame, ¿Vos sos Carlos Melia, no? Promotor del turismo gay.
- Sí – contestó Carlos.
- Te ví el otro día en unos videos de YouTube. Sos Mr Gay Internacional. Lo ví.
- Así es, je, je, soy Mr Gay Internacional 2008, je, je.
- ¿Sabes una cosa Carlos? Yo soy la dueña de este Salón de Belleza, además de ser una de las dueñas de un importante burdel de la Ciudad, muy concurrido, queremos ser amplias, y empezar a abrirnos al público gay, quizás si algunos de tus clientes internacionales cuando vienen a Buenos Aires, empiezan a venir, podríamos hacer buenos negocios.
- Podría ser, podría ser, es una buena idea. Bueno, usted sabe que yo soy Carlos Melia, pero usted… ¿Cómo se llama?
- Ay discúlpame Carlos, soy Laura Bonacieux.
- Bonacieux – dijo Carlos repitiendo el nombre de Laura.
Melia se fijó entonces su celular. Estamos en 2008. Aún no usaba Iphone, lo que usaba era un Blackberry. Tras leer un mensaje, le dijo a Bonacieux:
- Me interesa lo del Burdel. Lo podemos hablar mejor.
Se fueron a un costado, nadie los veía en el Salón de Belleza, ella era la dueña, conocía todo a la perfección, Carlos estaba vestido muy elegantemente. Le dijo a Bonacieux:
- ¿La conoce usted a Lady Dumitrescu?
- ¿Dumitrescu? Sí, es una rumana bastante extraña, una de las mejoras clientas de nuestra boutique.
- Me acaba de mandar un mensaje por la Blackberry. Le comunicó señora Bonacieux que me paga muy bien por asesinarla.
- ¿Asesinarla? ¿A quien asesinar?
- A usted. Dimitrescu me paga muy bien sí la asesinó. Y eso es lo que haré. Soy Carlos Melia, el Queso Gay, sicario internacional, asesino a sueldo especializado en ejecutar mujeres.
- ¡Nooooooooooooooooooooooooooo! – gritó desesperada Bonacieux y se arrodilló ante Carlos Melia - ¡Piedad! ¡Piedad! ¡Piedad! ¡Dejame aunque sea chuparte la pija antes de ser asesinada!
- Muy bien. Soy gay, pero me gustan esas cosas. No solo la pija, los Quesos, los pies también.
Bonacieux, arrodillada, empezó a olerle, chuparle, besarle y lamerle los pies a Carlos Melia, que olían muy fuerte, despues le chupó la pija, la fellatio fue intensa…
- Gracias Carlos, por dejarme disfrutar de esto – le dijo la mujer – ja, ja, buena esa broma de que Dumitrescu te contrató para asesinarme.
- No es broma alguna – dijo Carlos – lo siento, pero debo cumplir con el contrato.
- Nooooooooooooooooooooooooooo – gritó desesperada otra vez Bonacieux.
Carlos Melia sacó un revólver largo, un calibre 45 con silenciador, y apuntó a Laura, disparándole ocho certeros balazos que impactaron en todo el cuerpo de Bonacieux. Al terminar, el promotor del turismo gay sacó de su cartera, la cartera de gay, un Queso, un Queso Reggianito.
- Queso – dijo Carlos Melia, el asesino, mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Laura, su víctima.
Eran las 17:17 cuando Carlos Melia tiró el Queso sobre el cadáver de Laura. El asesino dejó el lugar del crimen con total impunidad. Rato después, la dama rumana, que no era otra que Lady Dumitrescu, llegó a aquel lejano rincón de su propiedad, y vio el cadáver de Bonacieux, la dueña del Salón de Belleza. Siendo las 18:18 de aquel viernes 18 de abril de 2008, dijo en voz alta:
- Știu ce au făcut în iarna de optzeci și opt, a plătit-o cu un brânză, fiicele ei vor primi și o brânză (que en rumano significa “Se lo que hicieron en el invierno del ochenta y ocho, ella lo pago con un Queso, sus hijas recibirán también un Queso”).
CADA DÍA MAS GAY, MELIA PARECE DECIR "AY NO ME TOQUES"
ResponderBorrares el Queso Gay o el Quesón Gay?
ResponderBorrarUn efectivo relato.
ResponderBorrar¿Algún quesón usará el derecho de protección con Kylie Minogue?
Me gusta esa venganza. La Lady podría intentar revivir a su nieto, con algún ritual que implique matar a varias famosas.