El Asesino de Laura Azcurra
Carlos Eisler no tenía muchas ganas de ir a la presentación de un ciclo teatral aquella tarde porque su equipo, River Plate, jugaba un partido de la Copa Libertadores con Cruzeiro justo a las 19:00 horas. Sin embargo, el actor, de muy mala gana, concurrió al evento, sabía que debía mostrarse para cuidar su carrera cinematográfica y teatral. El evento era la presentación de un ciclo de obras shakesperianas, entre ellas “La Tempestad”, “Las alegres comadres de Windsor”, “Macbeth”, “Otello” y el gran clásico “Romeo y Julieta”.
Mientras seguía de reojo el partido vía twitter, Carlos se encontraba en el evento teatral. Era el actor de la exitosa película “La Marca C de Carlos” que estaba batiendo todos los records de taquilla y fue aclamada en el Festival de Cannes. Ya no era el simple actor de “Línea de Cuatro” una película que había quedado olvidada e ignorada por todos.
Una de las actrices era Laura Azcurra, que interpretaría a Desdemona en “Otello”, la esposa del moro de Venecia que termina siendo asesinada por su marido luego de una falsa acusación de infidelidad. Carlos se acercó a Laura para saludarla.
- No te conozco – le dijo Laura, algo que a Carlos no le hizo gracia alguna.
- Soy Carlos Eisler, el actor de “La Marca C de Carlos” y “Línea de Cuatro”.
- Algo oí de “La Marca C de Carlos” pero la otra película no la conozco. La verdad no te registro pibe.
- Bueno, no importa, Laura Ezcurra, no te molesto más – le dijo Carlos, cambiándole una letra al apellido en forma intencional.
- No soy Ezcurra, soy Azcurra, con A.
- Discúlpame, creía que eras descendiente de don Juan Manuel de Rosas, cuya esposa era doña Encarnación Ezcurra.
- ¿Me estas tomando el pelo pibe?
- No, vos me lo estas tomando a mí, decís que no me conocés, además no me digas “Pibe”.
- Raja de aca, pendejo – le dijo Azcurra en tono claramente agresivo – te voy a denunciar por acoso y no vas a salir más de la cárcel. Te van a dar perpetua.
Carlos prefirió irse. No le temió a la denuncia de acoso, justo el, que era un asesino, con decenas (¿O cientos?) de mujeres asesinadas en su haber, y estaba libre como si nada. Simplemente pensó “Y bueno, no me queda otra, Laura Azcurra, mereces un Queso, te lo tengo que tirar, seré tu Otelo para tu Desdemona, pero no te estrangularé, je, je, usaré alguna otra arma”.
Para alegría de Carlos, le llegó la noticia que River le había ganado a Cruzeiro por penales. Una preocupación menos. Carlos salió del evento y se dirigió a su auto. No usaría revolver ni puñal, pensó en una maza, un martillo, una máquina de lanzar clavos, alguna arma de esas características. Bueno ya pensaría que arma usar. Enfrente del evento había un shopping, ya estaban por cerrar, pero Carlos se metió en el, y vio una casa de camping, de productos al aire libre, y allí encontró lo que necesitaba: un arpón de pesca, sí, era el arma que buscaba.
- Perfecto – pensó Carlos Eisler.
Adquirió el arpón de pesca. Cuando lo estaba pagando, cerraron las persianas del local. Salió del mismo, se dirigió a su auto, y sacó el Queso, guardó el arpón y el Queso en una mochila, y regresó al evento. El mismo continuaba, ahora en un escenario, Azcurra realizaba una breve interpretación de Otelo en su rol de Desdemona.
Carlos comenzó a observar. Otro actor se acercó a el y le dijo:
- Le cambiaron el final. En esta versión Otelo no estrangula a Desdemona, ella le da una patada en los huevos y el tipo va preso por violencia de género.
- Basura – dijo Carlos Eisler.
- ¿Vos sos Carlos Eisler, el actor de “La Marca C de Carlos” no?
- Sí.
- El papel de Otelo te hubiera sentado bien porque te sientan bien los roles de asesino de mujeres.
- Puede ser. Igual voy a hacer una nueva versión de Romeo y Julieta, donde Julieta es lesbiana y Romeo, gay.¿No lo hizo Ileana Calabró antes de que la quesonearan?
- Algo parecido. Pero no igual. Teobaldo, el primo de Julieta, se queda con Romeo, en esta final alternativo. Julieta se mete de monja y la proclaman Papa, trasvestida de hombre. La obra termina con la fumata blanca en el Vaticano ¿Qué contursi?
- Puede andar, puede andar – le dijo el actor.
El evento finalizó. Carlos Eisler escuchó que Laura Azcurra se iba en un Uber. La actriz salió a la calle a esperar que llegará el auto. Carlos se acercó a ella y le dijo:
- Una basura esa nueva versión de Otelo.
- Una basura es lo que hace vos. La verdad que no te conozco. Vos para lo único que servís es para hacer de “Bob Patiño” en una versión humanizada de Los Simpsons.
- Bob Patiño era patón y asesino de mujeres. Como yo. O sea que el papel me sentaría muy bien. No se llamaba Carlos, pero no importa, se le escapó a Matt Groening.
- ¿Patón y asesino de mujeres? ¿Vos decís que sos eso? – dijo Azcurra.
- Sí, piba – en ese momento, y con una gran rapidez, Carlos sacó un pañuelo, y se lo puso sobre el rostro a Laura, durmiéndola de inmediato.
La actriz quedó planchada y Carlos la llevó a su auto. Abrió la puerta, y la metió adentro. Se aseguro de estar en un lugar del estacionamiento donde nadie veía nada. Y les aseguró que nadie vio nada. Azcurra quedó sentada en el asiento del acompañante mientras Eisler estaba afuera. El actor puso sus enormes pies talle 48 modo “Bob Patiño” sobre la actriz, el olor a Queso era sofocante, apestante, intenso, asfixiante.
- ¿Qué es esto? – dijo Azcurra volviendo en sí con el olor a Queso después de estar inconsciente.
- Esto, es un Queso – le dijo Carlos Eisler con frialdad.
- Te voy a denunciar por acoso, disfruta de tus últimos minutos de libertad – le dijo Azcurra.
- Ja, ja, ja, yo asesiné a un montón de minas, les tiré un Queso, y ahora llego tu turno, no entiendo como ningún Quesón todavía no te había quesoneado.
- ¡Socorro! ¡Auxilio! – comenzó a gritar Laura Azcurra.
- Seguí gritando pelotuda – le dijo Carlos mientras seguía con sus pies encima del rostro de Laura.
Tras eso, Carlos se tiró sobre Azcurra, y empezó a tocarle las tetas, y a chuparselas. Azcurra se resistió y empezó a gritar todavía más fuerte, entonces el la penetró por la vagina. Cogieron bien, Laura dejó de gritar, pues disfrutó de la cogida. Lo de Carlos fue espectacular.
- Me gusto mucho. Tengo que reconocer que lo hicistes muy bien – dijo Laura Azcurra – igual te denunciaré.
- Lo harás en el más alla. Aca tu tiempo terminó – le dijo con frialdad Carlos Eisler.
El actor tomó el arpón de pesca y le disparó a Laura Azcurra. La especie de lanza que suelen llevar los arpones se le clavó en el cuello a Laura.
- Aaaajjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj – comenzó a agonizar Azcurra.
Un segundo disparo fue directamente al corazón. Ya no hubo más gritos de agonía de Azcurra. Estaba muerta. El asesino entonces sacó el Queso de la mochila.
- Queso – dijo Carlos Eisler mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Laura Azcurra.
- Aprende la lección nena. Nunca contradigas ni maltrates a un Quesón. Los Quesones asesinamos por menos, je, je – le dijo Carlos Eisler al cadáver de su víctima muerta.
El asesino sacó el cadáver de Azcurra de su auto, y quedo tendido ahí en el piso, con el Queso incluído, y las dos lanzas de los arpones clavadas, una en el cuello, otra en el corazón. Se fue con total impunidad.
Dicen que al día siguiente el Comisario Miguel se encargó de encabezar el operativo del descubrimiento del cadáver.
- Lo raro no es que hayan quesoneado a Laura Azcurra – dijo el Comisario Miguel – lo raro es que no lo hicieran antes. Quizás merecía ver como quesoneaban a otras minas, mientras ella esperaba su Queso.
Ante las cámaras de la TV, una mujer con acento rumano, dijo:
- No hagas basuras con las clásicos de Shakespeare – y se fue en forma tan misteriosa como había llegado.
había sobrevivido demasiado esta mina que bueno que le llego el Queso ja ja
ResponderBorrarme encanta la cara de Carlos Eisler en la foto final... que cara de loco che
ResponderBorrarHACE MUCHO PEDI QUE LA QUESONEARAN ERA HORA! BUENA LA ELECCION DE EISLER
ResponderBorrarsi Carlos Eisler vende esa camisa roja en Mercado Libre se la compro
ResponderBorrarel arpón un buen recurso... la máquina de lanzar clavos también era buena idea
ResponderBorrarquien era el actor que habla con Eisler?
ResponderBorrarmuy bueno el relato... sin duda se lo merecía... la podría haber empalado con el arpón y dejarla ahí con el Queso
ResponderBorrarSe hizo justicia, un bien por la ficcion.
ResponderBorrarLa lady en defensa de lls clasicos.