El Asesino de Florencia Torrente

Carlos Elder, Charlie Elder, el paisajista, el rugbier de San Albano, acababa de asesinar a Araceli González (1). Hacía apenas un rato, la había estrangulado y le había tirado un Queso. Se encontraba en algún lugar de la Provincia de Córdoba. 

Dicen que cuando salió de la escena del crimen contempló el cielo. Las constelaciones brillaban en su esplendor. La Cruz del Sur, las Tres Marías, el gran cinturón de Orión, Jupiter brillante, Saturno en su plenitud. Y tras mirar el cielo, miró a su alrededor, y vio asombrado que se acercaba hacia el, nada más ni nada menos que Florencia Torrente, la hija de Araceli González.

- Noche perfecta para seguir quesoneando – pensó Carlos Elder mientras observaba a la hija de su víctima – Una Florencia, como Vigna, Raggi o Etcheves.

No fue Carlos quien se acercó a Torrente, sino al revés, fue ella quien se acercó al rugbier.

- Buenas noches – le dijo Torrente a Carlos - ¿Sabe donde esta el Hotel Venus?

- Vengo de allí precisamente – dijo Elder.

- Mi madre, Araceli González, esta allí.

“Estaba” pensó Carlos “La acabo de asesinar. Y le tiré un Queso”. El rugbier señaló al cielo y le dijo a Torrente:

- ¡Mire! ¡Un Plato volador!

- ¿Qué?

Florencia observó al cielo, pero no vio nada, salvo las Tres Marías y la Cruz del Sur. Pero en el instante en el que observó el cielo, el rugbier le puso un pañuelo sobre la boca y la nariz, y la adormeció en forma instantánea. Dormida, Carlos arrastró a Torrente a un costado, en medio de las sierras cordobesas, en un zona boscosa. La hija de Araceli González se despertó, e intentó moverse, pero estaba atada, de pies y manos, y un enorme pie, muy grande y oloroso, se hallaba sobre su rostro. Era el pie de Carlos Elder.

- Ole mi pie, olé mi Queso, como lo hizo tu madre, hace un rato. La asesiné y le tiré un Queso. Ahora llegó tu turno.

- ¡Noooooooooooooooo! – gritó espantada Florencia Torrente – mi ex amiga, Calu Rivero, fue asesinada por un Quesón.

- A ella la asesinó Carlos Delfino, vos serás asesinada por Carlos Elder. Charlie Elder.

Torrente olió, besó, lamió y chupó los pies de Carlos. El rugbier intentaba que Torrente disfrutará, pero esta se resistía, gritaba desesperada, Charlie se dio cuenta que, a pesar de que la idea no le gustaba, debía apurarse, no tenía opción. La tomó del cuello, pero no la estranguló, ahí la penetró por la vagina, la cogió bien cogida, muy bien cogida, y entonces sí, cuando terminó, comenzó a apretarle el cuello, con furia y salvajismo, no con la suavidad con la que había estrangulado a Florencia Raggi o a Araceli González. Esta vez se dio de esa manera. Así fue que la asesinó. Al terminar, el estrangulador sacó un Queso de su mochila.

- Queso – dijo el asesino en voz alta mientras tiraba el Queso al cadáver de Florencia Torrente.

El asesino miró otra vez al cielo. Las estrellas seguían brillantes ahí arriba. El Universo se mostraba en su plenitud y eternidad.

- No me equivoqué – dijo en voz alta Carlos Elder – Una noche perfecta para quesonear.

Y el Quesón siguió su camino, por las Sierras de Córdoba, en aquella noche estrellada.

(1) https://cuentossangrientos.blogspot.com/2019/06/el-asesino-de-araceli-gonzalez.html