El Asesino de Maru Botana
La famosa cocinera Maru Botana recibió una millonaria invitación para participar de un evento para recaudar fondos a favor de niños huérfanos y desamparados, organizado y promovido por la Fundación Dumitrescu. El evento consistía en hacer un mega torta, “el Pastel Imperial” y rematarlo al precio de una Ferrari. Para ese loable y altruista objetivo, se dirigió a uno de los hoteles más caros y conocidos de la ciudad. Le indicaron que fuera a la suite imperial y ahí se dirigió.
Botana subió sola al ascensor, intrigada por todo aquello, nunca había oído hablar de esa Fundación, pero el cheque de 250.000 dólares que le habían ofrecido, no admitía muchas dudas, ni daba lugar para hacer muchas preguntas, al fin y al cabo, el “Pastel Imperial” no era más que una simple torta con bizcochuelo, dulce de leche, pasta de maní, duraznos, merengues, vainilla y chocolate.
Botana llegó al piso de la Suite Imperial y se dirigió a la misma, al llegar notó que la puerta estaba entre abierta, la cocinera entonces la abrió y entró, la suite era realmente muy grande, aunque tenía todas las ventanas cerradas, y estaba iluminada por la luz roja, la cocinera observó una mesa repleta de Quesos de gran tamaño, donde sobresalían unos pares de Gruyere y otro par de Emmenthal, Botana empezó a escuchar como unos gemidos de mujer, mientras se escuchaba la música francesa de “Emmanuelle” y se fue acercando al dormitorio, y lo que vio la llenó de asombro y sorpresa.
Dos jóvenes mujeres, totalmente desnudas, se encontraban en una cama, en una relación lésbica, besándose, tocándose, lamiéndose, arrastrándose una con otra en la cama, con gran pasión e intensidad, dándose vueltas una y otra vez, se chupaban el culo, las tetas, el cuerpo entero, con caricias, lamidos, besos y cosquillas.
Botana contempló todo aquello con la boca abierta, y quedó paralizada. Las dos chicas la vieron y la saludaron con gestos y sonrisas, pero siguieron en lo suyo, o sea, el coito lésbico.
- Disculpen, me debo haber equivocado de habitación – dijo Maru Botana.
- No, estimada Maru, no te equivocaste – le contestó una voz masculina – estas en el lugar indicado.
Maru vio entonces frente a ella a un hombre muy alto, gigantón, de unos 1,95 metros, de cuerpo atlético, no cabe dudas que era un deportista, ya sea activo o retirado, y con dos enormes pies, de colosal tamaño, talle 50/51, que despedían un fuerte olor a Queso.
- ¿No me conoces Maru? – le dijo el hombre presentándose – soy Carlos “Chiquito” Bossio, arquero de fútbol profesional, Belgrano de Córdoba, Estúdiantes de La Plata, el Benfica de Lisboa, Lanús y los Gallos de Querétaro figuran en mi trayectoria, le hice un gol de cabeza a Racing el 12 de mayo de 1996, jugué algunos partidos en la Selección Argentina, todos me conocen en el fútbol, me decían “Pichón” cuando debuté en Las Palmas, en mi Córdoba natal, pero despues me pusieron “Quesón”, por mis colosales y olorosos pies, ¿Los queres probar, Maru?
Carlos Bossio levanto su pie derecho y se lo mostró a Maru Botana, que casi se desmaya al oler aquella fragancia, el arquero extendió sus pies hacia las dos chicas, que dejaron su relación lésbica y comenzaron a oler, chupar, lamer y besar los pies de Carlos. Una jugaba con el pie derecho, otra con el pie izquierdo, jugaban con aquellos pies, ante la sorpresa de Botana, que permanecía observando todo en forma inmóvil.
- Creo que me equivoque de habitación – dijo Botana – a mí me convocaron para hacer una torta y rematarla para un fin benefico.
- Ja, ja, ja – río Carlos Bossio – aca no hay tortas, pero sí hay Quesos, toma uno.
Carlos entonces agarró uno de los Quesos, y se lo tiró a Botana, que cayó al piso al recibir aquel Quesazo. Las dos chicas rieron a carcajadas mientras Maru recibía el Quesazo, y le dijeron:
- Vení Maru, vení, Carlitos ya te tiró el Queso, ya estas en nuestra fiestita, no podes irte de aca, somos Belén e Ingrid, te invitamos a jugar con nosotras y con Carlitos.
Las dos chicas se levantaron de la cama y al observarlas bien Maru Botana le notó un extraordinario parecido a las quesoneadas Belén Francese e Ingrid Grudke, las dos chicas rodearon a Botana, y le sacaron la ropa, en forma suave, mientras comenzaron a besarla, lamerla, chuparla y tocarla por todos lados.
- ¿Qué hacen chicas? – dijo Maru, asustada al principio, y notando como aquel abuso lésbico empezaba a gustarle, y a darle gozo y satisfacción – Se parecen a dos chicas que están muertas, que han sido asesinadas y quesoneadas.
- Ja, ja, ja, ja – rieron Belén e Ingrid, mientras seguían jugando con Botana, y esta vio como Carlos Bossio, con sus enormes pies, la esperaba en la cama.
- Vení Maru, vení, juga conmigo, las chicas ya hicieron lo suyo, lo mejor te lo voy a dar yo, el gran Carlos Bossio, el Quesón de Mujeres, por excelencia – dijo Carlos Bossio – mírate al espejo, Maru, estas como en los años Noventa.
Botana se acercó al espejo y era cierto, en su aspecto estaba igual que a mediados de los años 90, era como si las dos lesbianas la hubieran rejuvenecido, le hubieran hecho retroceder veinticinco años, y muchos más incluso, era increíble, y entonces, como atraída en forma irresistible, Botana se fue acercando a Carlos Bossio, totalmente desnuda, mientras decía, como un mantra…
- Carlos, Carlitos, Carlooooossss, Carlitooooooossssss, Caaaaaaarloooooossssss, Caaaaaaaarlitoooooossss - y así repitiendo una y otra vez “Carlos” “Carlitos” sin parar.
Instantes despues Maru se encontraba sumergida en la cama, chupando, lamiendo, besando y oliendo los pies de Carlos, con gran fogacidad e intensidad, luego este, le chupó las tetas y la concha, y le ofreció una cogida brutal, salvaje y desenfrenada, algo rápida, quizás demasiado, como si fuera un sexo super sónico, pero Maru disfrutó de todo aquello, y quedó extasiada.
- Menos mal que vine a hacer esta torta, me encontré con este sexo y este Queso, que belleza esto.
- Debí quesonearte antes, pero siempre estabas embarazada, y los Quesones tenemos códigos, tus pibes ya son grandes, por eso te llegó la hora, o mejor dicho, te llegó el Queso, ja, ja, ja.
Botana estaba hecha como una piltrafa, y mientras Carlos se vistió todo de negro, incluyendo los guantes, las dos chicas, Ingrid y Belen, rodearon a Botana, y conformaron otra vez un trío en la cama.
- Hoy conocí el placer y el gozo extremo – dijo Botana.
- Y ahora conocerás el Queso – le dijo Carlos.
Carlos agarró tres Quesos y los tiró, uno sobre Botana, los otros dos sobre Belen e Ingrid, Maru se sacó el Queso encima, y al hacerlo, vio a Carlos encima de ella, sosteniendo un enorme cuchillo.
- ¡Noooooooooooo! – gritó de terror Botana - ¡Nooooo, Caaaaarrrrloooooss, nooooo!
Carlos Bossio levanto el cuchillo y con gran fuerza, se lo clavó a Botana, en el pecho, mientras esta balbuceaba el nombre del asesino, “Caaaaaarlooooossss”, “Caaaaaarlooooossss”, “Caaaaaarlooooossss”, Carlos le propinó una segunda herida, aún más profunda, levantó el cuchillo y observó a Belén y a Ingrid, y les dijo:
- Lo siento chicas, pero ustedes son meras copias, ya asesiné a las verdaderas, ahora les tocó a ustedes, bellas y quesoneadas imitadoras, ya me sirvieron, ahora solo sirven para tirarles un Queso.
Siempre con el mismo cuchillo, Carlos le propinó feroces heridas, primero a Ingrid, luego a Belen, luego otra a Botana, luego otra feroz puñalada hacia Ingrid, luego otra con Belen y otra vez con Botana, y así, propinando feroces cuchilladas y puñaladas, cambiando los cuchillos, hasta usar tres cuchillos en total, hasta propinarle más de ochenta puñaladas y cuchilladas a cada una, hasta que su brutal y salvaje instinto asesino se dio por satisfecho.
Carlos agarró otra vez los tres Quesos y los tiró sobre los cadáveres de las tres mujeres asesinadas.
- Queso – dijo Carlos Bossio mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Maru Botana, que aunque destrozado por las puñaladas, estaba con el aspecto juvenil de los noventa.
- Queso – dijo Carlos Bossio al tirar el Queso sobre el cadáver de Belen.
- Queso – dijo Carlos Bossio al tirar el Queso sobre el cadáver de Ingrid.
El asesino, una vez más, se fue más que satisfecho con el nuevo asesinato que había cometido, uno más en su brillante y sanguinaria carrera criminal, sumando otro Queso, a los más de 1.500 que había tirado en 27 años de carrera, era increíble como seguía teniendo el aspecto que tenía cuando jugaba en Estudiantes o en Lanús, asesinar y quesonear lo mantenían joven, era Carlos Bossio, que buscaba ahora el Queso de Platino, ser consagrado el Mejor Quesón, el Quesón de los Quesones.
- Una secta platillista es autora de estos crímenes, el "Comando Libertadores de Masterchef por el Planeta Zermacroyd" - le explicó el Comisario Miguel a la prensa, cuando se difundió la noticia, que rápidamente quedó olvidada ante el fallecimiento de la Reptiliana.
ja ja ja siempre fue una idiota pero que bien la paso con las tortilleras
ResponderBorrarno había mejor asesino que Carlos Bossio para esta mina, un Maestro Quesón con mayúsculas
ResponderBorrarbrillante relato, un relato clásico, donde la víctima va directo al queso, una víctima que se hizo desear pues no hay dudas que merecía un queso, pero como siempre estaba embarazada la perdonaban, los asesinos tienen sus códigos también, yo creo que se embarazaba para que no la quesonearan, Bossio nunca envejece como Quesón, al contrario, es como los vinos, cuanto más añejos, mejor, diez puntos si fuese la vieja Taringa
ResponderBorrarla elección del asesino no pudo ser mejor acertada (aunque Fernández Lobbe también estaba bien), y la verdad que Botana es insufrible, un plomazo, se ve que las lesbianas la motivaron, ¿dos clones de quesoneadas de Bossio que sirvieron a su asesino? un recurso para otros relatos
ResponderBorrarBotana cayó en la trampa de Carlitos jua jua jua, esta buena como mina la Botana pero es tan idiota que ahí se le va todo lo linda que es
ResponderBorrardebería haberla asesinado el quesón cocinero de Baker Off, pero es demasiada víctima para ese Carlos, además Bossio le dio todo el morbo que el relato necesitaba, un maravilloso relato
ResponderBorrarMaru Sandes... Maru Botana... raro que se le escapo a Sandes, pero Bossio estuvo magnifico
ResponderBorrarque pelotuda es la Maru Botana, Queso a la idiotez humana
ResponderBorrarBotana demuestra que hay quedaban algunas minas quesoneables que había que quesonear, porque ya lo dice el viejo refran, un queson te quesonea, y para un quesoneador no hay otra cosa que un quesoneador, quesoneamos, quesoneeen, quesos para tdos
ResponderBorrar¿VAS A MATAR A ALGUIEN MAS HOY CARLITOS QUESÓN?
ResponderBorrarEsts no lo esperaba, con su aire de bondad. Pero eso no salvó a Sofía Zamolo, que era una buena chica.
ResponderBorrarNo estaba protegida, sólo había sido postergada por los códogos quesones.
Ah. Vi el tercer capítulo de Okupas. Y acutuaba una Carla. Carla Delgado.
El Fauno
me da la sensación que al cronista no le interesa incorporar más quesonas ni más carlas, es mas hasta me parece que si pudiera matar a las que estan, las mataria
Borrartiene que haber otras Quesonas, no puede agotarse en Carla Conte, Carla Romanini o Ravelia Zamas; por ejemplo Carla Gugino podría protagonizar muchos asesinatos de figuras europeas o una nueva Carla que asesine a todos los chabones que cantan en YouTube o son influencers, otra que asesine futbolistas (ya estuvo esa Carla Misteriosa que cometió algunos asesinatos), una lastima que suprimieron a Carla Rebecchi, era una buena asesina
BorrarConcuerdo. Karlie Kloss podría sumarse, para usar el derecho de protección con su reciente esposo. O con Taylor Swift, amiga y tal vez amante, se hanndado besos en la boca. Y es buena para ser mala.
BorrarCharlize Theron como en Monster. Pero sin afearse.
Carla Castiglione, jugadora de voley, de 1,90, para reemplazar a Rebecchi
Y más misiones para Carlos recien ingesadas.
Carla Pandolfi y Carla Quevedo en una remake de No moriré sola. Pel8cula de Paura Flics, rape & vengueance. Con otras dos Carlas. O con dos famosas quebsean quesoneadas.
El Fauno
estos quesos ya matan a todo el mundo, no van a dejar a nadie con vida
ResponderBorrar¿Un crimen conjunto entre Carlos Bossio y Carlos Delfino? Uno apuñala, el otro corta cuellos, o sea que uno atacaría a la mujer de frente y el otro de espalda, uno le clava el cuchillo en el corazón y el otro le corta el cuello, sería interesante, aunque no se a quien podría quesonear juntos
ResponderBorrarme gustaría ser un Carlos Bossio para asesinar a Maru Botana
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