Carlos Eisler y La Venganza de la Rumana
Viernes 8 de abril de 2008. El humo seguía invadiendo la Ciudad de Buenos Aires por la quema de pastizales. El modelo Carlos Eisler, a la sazón figura de Dotto Models, había sido convocado para una publicidad. Por sus enormes y largos pies talle 48, por algo le llamaban “Bob Patiño”, había sido convocado para participar de una publicidad del famoso desodorante para pies “Efficient”.
Carlos iba de mala gana. Justo a el, que era Quesón, y que le gustaba tener olor a Queso en los pies, y odiaba esa clase de productos.
- Todo sea por la paga – pensaba Carlos – además con esto del humo quizás se suspenda la filmación.
Carlos llego a la Piruli Filmes, el famoso estudio cinematográfico ubicado en las afueras de Buenos Aires. Le presentaron a Constance Bonacieux, la modelo que era su compañera en la publicidad. Se decía que el terreno donde estaban los Estudios Piruli Filmes era propiedad de las hermanas Bonacieux, y planeaban venderlo.
Tras esperar un rato, Carlos ya empezaba a ponerse impaciente, llegó el director, un joven Alfredo Jichcock, en sus primeras armas como director, por entonces de publicidades.
- Disculpenme – dijo Jichcock – me retrase con esto del humo. ¿Quién es el patón que va a ser la publicidad del desodorante de pies?
- Yo – dijo Carlos – Carlos Eisler. @soychachas para servirle.
- ¿Chachas? Ja, ja, ja, ¿En serio te dicen así?
- Sí, en vez de Charly, o Carlitos, Chachas, así me pusieron en el equipo de fútbol.
- Muy divertido. Bueno, vamos a la filmación. Es una publicidad breve. Estas sentado, con los pies en medias negras sobre la mesa, ahí entra la chica, la modelo, Julieta Bonacieux, y dice: “¡Qué olor a Queso, Carlos! ¡Usa efficient!” y se desmaya. Ahí sale una un cartel que dice “Una semana despues”, otra vez estas sentado con las queseras (=medias o calcetines) sobre la mesa, y entra Julieta, y ahora dice “¡Qué lindo aroma, Carlos!” y vos contestas “Es que ahora uso Efficient”. Suficiente. Haremos unas cuantas tomas. Mínimo, una docena. Como Hichcock en “Los Pájaros”.
La filmación avanzó y Jichcock que era tan detallista no hizo doce tomas, sino veinte. Julieta casi no podía aguantar más: los pies de Carlos olían a Queso en serio, no era ficción, era realidad, y con el humo que invadía la ciudad, el olor parecía multiplicarse. De hecho, el único que parecía no olerlo, era Jichcock, varios de los ayudantes y técnicos se fueron del set de filmación ante el olor a Queso que emanaban aquellos pies, y otros permanecieron pero con escafandras y máscaras antigas.
- Creí que iba a morirme ante ese olor que tenes Carlos, sos un Queso en serio – le dijo Julieta a Carlos, al finalizar la filmación, y cuando quedaron los dos solos en un costado.
- Ja, ja, primero que no soy un Queso, aunque huela a Queso, yo soy más que un Queso, porque huelo más que un Queso, soy un Quesón.
- ¿Quesón? – esa palabra a Julieta no le gustó nada… recordó que cuando era una niña, apenas doce años recién cumplidos, su madre, había sido asesinada por Carlos Raffaelli, de quien se decía que era un Quesón.
- ¿Pasa algo? – preguntó Eisler al verla intranquila a Julieta.
- No, nada – dijo la modelo, como restándole importancia al asunto pero ella volvió al tema – Esa palabra que usaste “Quesón” me hizo acordar a algo trágico de mi infancia, no importa, no quiero meterte en mis rollos.
- Olvídate de eso – le dijo Carlos – y disfruta de este Queso. Dale no tengas miedo. Aprovecha, dale.
El modelo patón puso sus pies otra vez sobre la mesa, Julieta como guiada por un instinto irrefrenable, se acercó y empezó a oler aquellas medias negras, olorosas, las chupó, lamió y besó, empezó a sacarle las medias, y empezó a chupar, oler, besar y lamer los pies de Carlos, ahora descalzos. Tras el disfrute de los pies, Carlos le dijo a Julieta:
- Sin miedo Julieta, soy Quesón, y los Quesones cogemos muy bien.
Ahí la penetró por la vagina. Pudo ser una violación, pero no lo fue de ninguna manera, porque no hubo violencia, sino goce y disfrute por parte de Julieta que sintió estar tocando el cielo con las manos.
- Yo puedo asegurar que la felicidad es coger con Carlos Eisler – dijo Julieta – Yo puedo morir tranquila, nada será mejor que esto.
- Y eso es lo que harás – dijo Carlos Eisler, que abrió los ojos como loco, mirándola con esos ojos, aquellos ojos, y con los guantes negros tomó una espada que estaba ahí… una espada como la del Zorro.
- Ja, ja, ja – río Julieta, que pareció no asustarse a pesar de tener a Carlos frente a ella con la espada – esa espada es de utilería.
- No te haré la Z del Zorro, yo hago la C de Carlos – le dijo Carlos, que espada en mano, atacó a Julieta, le clavo la espada en el cuello, se lo atravesó, y tras una estocada en el corazón, ahora sí le hizo en el pecho la C de Carlos. Así la asesinó. Agarró un Queso que tenía en su mochila…
- Queso – dijo Carlos Eisler, el asesino, mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Julieta, su víctima.
Carlos se fue de la escena del crimen. Eran las 18:18 cuando tiró el Queso sobre el cadáver de Julieta. A las 19:19, una dama rumana de alta alcurnia, Lady Dumitrescu, entrando en la Piruli Filmes, miró el cadáver quesoneado de Julieta y dijo en voz alta:
- Știu ce au făcut în iarna de optzeci și opt, a plătit-o cu un brânză, fiicele ei vor primi și o brânză (que en rumano significa “Se lo que hicieron en el invierno del ochenta y ocho, ella lo pago con un Queso, sus hijas recibirán también un Queso”).
CARA E LOCO CARLITOS EISLER!
ResponderBorrarja ja ja tiene pata grande! aunque la primera foto sea un gran photoshop!
ResponderBorrarlos fulminaba a todos con el olor a Queso este Carlos
ResponderBorrarEste Zorro hizo justicia.
ResponderBorrarMachado, Eisler, Elder ySchattman. Candisatos a ser los nuevos cuatro grandes qudsones
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