El Asesino de Romina Malaspina
Romina Malaspina, figura del Gran Hermano Argentina 2015 y también de la versión chilena del programa, estaba triunfando ahora en España, en un reality show llamado “Supervivientes”.
No hablaremos de ese programa, no es el objetivo de este relato, solo diremos que una tarde de agosto, en pleno verano español, Malaspina se encontraba en la Playa “La Malvarrosa” de la bella ciudad de Valencia.
“Valencia es la tierra de las flores, de la luz y del amor” como dice la canción.
Aquella tarde de agosto, después de haber disfrutado una buena paella valenciana, el plantel de un equipo de básquet argentino, que estaba en la ciudad disputando un partido amistoso, caminaba por la Malvarrosa.
Los basquetbolistas ingresaron a la playa. Malaspina los divisó:
- Vaya que altos y patones. Deben jugar al baloncesto estos chavales – vemos que ya se la había pegado el acento español.
Pasaron cerca de ella, y no pudo evitar escuchar el acento argentino. Malaspina entonces se levantó y fue hacia ellos.
- Hola pibes. Soy argentina como ustedes y como el dulce de leche…
- Y como el Queso Mar del Plata – ja ja acotó uno de los basquetbolistas al que precisamente sus compañeros llamaban “el Quesón” – soy Carlos Matías Sandes, basquetbolista profesional, y ellos son mis compañeros de equipo. Qué buena que estas piba.
- Bueno, Quesón – dijo Gabriel “La Tortuga” Deck en nombre de todos sus compañeros – te dejamos esta piba para vos.
- ¿En serio me dejan sola con este Quesón? – dijo la chica bromeando, en realidad sí deseaba quedarse a sola con Carlos.
- Obvio, te vas a divertir mucho con él – le dijo Deck – te va a coger con los pies que tiene.
- Vos también sos patón como el.
- Mis pies miden un centímetro menos y no huelen a Queso como los de él. Nos vamos, que disfruten.
Deck y los demás se fueron. Sandes y Malaspina quedaron solos, rodeados de toda la gente que estaban en La Malvarrosa.
- Quiero que me cojas con el pie, Carlos, como dijo tu compañero.
- Lo haré, nena, lo haré, pero aca no podemos. ¿Adonde podemos ir? Yo no conozco nada aca, estamos en la Comunidad Valenciana.
- El Pais Valenciá así lo llamen aca. La verdad que yo tampoco conozco mucho aca. Yo estoy viviendo en Madrid. Aca solo vine a pasar el fin de semana.
- ¿Qué te parece el hotel donde estoy residiendo, cerca del Ayuntamiento? Te espero ahí en una hora. Aca tenes la dirección.
Una hora después Romina estaba en la habitación de Carlos Sandes. Sobre una mesa, como mudo testigo de la escena erótica que habría allí, un enorme Queso Gruyere, muy grandes, con agujeros muy voluminosos.
- ¿Porqué el Queso?
- Me dicen el Quesón. Además me lo voy a comer después de cogerte, nena.
El basquetbolista solo tenía un bóxer como prenda, y sus enormes pies sobresalían en el contexto.
- ¿Cuánto calzas Carlos?
- 52.
- Dale cógeme con los pies.
- Ya lo hago nena.
Carlos Sandes la cogió por el primero. Primero le puso el pie derecho en la concha y después en el culo. Después hizo lo mismo con el pie izquierdo. Romina lo disfrutó mucho.
Después la chica comenzó a chupar, lamer, besar y oler los pies de Sandes, primero el derecho, después el izquierdo. Lo disfrutó mucho.
Le chupó también la pija. Tuvieron sexo, de una manera muy intensa. Cuando terminaron, Sandes fue al baño.
Romina estaba muy contenta, al salir del baño, el basquetbolista tenía un machete, que sostenía con los guantes negros.
- ¿Para qué es el machete, Carlos? ¿Para cortar el Queso?
- No pelotuda, es para asesinarte.
Sandes levantó el machete enfurecido, como una tromba imparable, mientras Malaspina retrocedía llena de espanto y terror. La chica intentó defenderse, pero nada pudo hacer ante la furia criminal de Sandes, que la asesinó salvajemente a machetazos, con cortes en todos lados.
Carlos Sandes contempló al cadáver de su víctima, tomó el Queso, lo arrojó sobre el cadáver mientras decía en voz alta:
- Queso.
Y abandonó la escena del crimen con total impunidad. Rato después, con sus compañeros regresaba en el AVE de Valencia a Madrid, desde donde se dirigiría directamente a Barajas para regresar a Buenos Aires.
- ¿Y Carlos? – le dijo Deck.
Sangre por crema, sangre por crema
ResponderBorrarSANGRE POR QUESO
ResponderBorrarSoy yo, desde el futuro. No está nada mal este relato quesón, con todo el protocolo, la seducción, el sexo. Y luego game over para la famosa.
ResponderBorrarla partió como un queso, queso!!!!
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