el relato de Carlos Ariel Missirian y Ravelia la Tatuada #QUESO #Carlos14
Erase una vez un joven oriundo de Paraná, capital de la Provincia de Entre Ríos, cuyo nombre real no revelaremos, simplemente lo llamaremos "Fobricio”. Este chabón era fetichista de pies y estaba obsesionado con los pies, de una manera más que extrema.
Resultó lógico que navegando por las redes encontrará a Ravelia la Tatuada o Couer Rouge, en Instagram y Twitter, chica famosa por sus tatuajes y el fetichismos de los pies.
A el le gustaban los pies de mujeres y a ella los de hombres, eran tal para cual, por eso al principio se quedaban chateando hasta altas horas de la noche, intercambiando fotos de uno y otro, o de terceros también.
Pero pasada una temporada, Ravelia se lo quería sacar de encima, aunque parezca mentira, Ravelia despreciaba a “Fobricio” porque no se llamaba Carlos (si, una locura, pero muy propia de Ravelia), y esta prefería a Quesones como Carlos Sebastián Beneitez (el Quesón de Pehuajó) o Carlos Alberto Costa (Charly el 22), por el solo hecho de que se llamaban Carlos.
- Ellos no tienen mejores pies que yo – le dijo “Fobricio” a
Ravelia
- Sí, los tienen, vos calzas 44, ellos calzan de 45 para
arriba, se llaman Carlos, huelen a Queso, son Quesones, vos sos un Quesudo, un
Quesoneado, te faltan muchas materias para ser uno de ellos.
- Que Carlos ni Carlos, yo soy “Fobricio” – le dijo “Fobricio”,
y la bloqueo de todas las cuentas y redes sociales.
Ravelia no se hizo mucho problema y su “respuesta” fue escribir un cuento donde
asesinaba a “Fobricio” a balazos, luego de un encuentro sexual con fetichismo
de pies, y le tiraba un “Queso Azul”, símbolo del desprecio y la vergüenza.
En el cuento, Ravelia tomaba dos micros para trasladarse de Mar del Plata a Paraná y tenía un encuentro íntimo con "Fobricio".
- Pies – le decía en el cuento “Fobricio” a Ravelia.
La chica extendió sus pies y “Fobricio” los empezó a chupar, oler, besar y lamer una y otra vez. Le encantaba el olor que tenían los pies de Ravelia. Era fascinante para él. Del juego de los pies pasaron al sexo explícito.
Cuando terminaron, “Fobricio” sentía que le había tocado el cielo con los manos. O mejor dicho, con los pies...
La chica se levantó de la cama y le dijo:
- Ahora vuelvo.
Algunos minutos después, “Fobricio”, aún acostado, levantó la vista y observó que la chica estaba frente a él, apuntándole con un revolver largo con silenciador.
Con una mezcla de susto y asombro, “Fobricio” le dijo a Ravelia:
- ¿Qué significa esto?
- Soy una cruel e implacable asesina serial de hombres.
La chica, sosteniendo el revolver con un par de guantes negros que le cubrían las manos, le dijo:
- Te asesinaré “Fobricio”.
Ya no hubo más dialogo entre Ravelia y “Fobricio”. solamente una docena de balazos que impactaron en el cráneo, el cuello, el pecho y el estomago del muchacho.
Ravelia agarró un Queso Roquefort y lo tiró sobre el cadáver de “Fobricio” diciendo en voz alta:
- “Fobricio” #Queso.
Antes de abandonar la habitación, la asesina se llevó como trofeo los zapatos de su víctima.
Así fue asesinado “Fobricio” por una Quesona cruel y sanguinaria...
Pasó algún tiempo, y Ravelia intentó olvidarse de “Fobricio”, aunque de vez en cuando lo rastreaba en redes sociales, no encontraba mucho, solo que había un abogado llamado así en Paraná, era el, sin duda, pero a pesar de que Ravelia era ya de por sí bastante loca, consideraba a “Fobricio” un depravado sexual (¿?), peligroso por el hecho de que no se llamara Carlos, mejor tenerlo lejos.
Una tarde de invierno, Ravelia se encontraba caminando por su ciudad, Mar del
Plata, que en esa época del año, es tranquila y apacible, ya había terminado
uno de sus trabajos, el de animadora de fiestas infantiles en un lugar cercano
a la Plaza Mitre, en San Luis y Falucho, y notó como que alguien la seguía.
Se dio vuelta, no vio a nadie, siguió caminando, y volvió a notar lo
mismo, otra vez se dio vuelta, y no vio a nadie, y así siguió por un buen rato,
sintiéndose observada y perseguida, pero sin ver a nadie, hasta que llegó al
edificio donde había, donde ella era la única habitante en el momento,
recordemos que en Mar del Plata la mayoría de las viviendas de las zonas
turísticas solo se habitan en época de vacaciones. Ravelia subió al
departamento, y luego de un rato, ya aseada y cambiada de ropa, salíó a hacer
unas compras, ya era de noche.
Llamó el ascensor, pero al abrirse la puerta salió un muchacho, con pinta de
sicario, de asesino a sueldo, apuntándola con un revolver con silenciador, el
tipo tenía olor a Queso
- ¡Buenas noches Ravelia! – dijo el sicario, mientras
colocaba el revolver en la garganta de Ravelia
- ¿Qué significa esto? ¿Quién sos?
- Me llamo Carlos Ariel Missirian, aunque me podes decir
Carlitos o Charlie, o mejor Carlos, se que a vos te gusta mucho mi nombre, de
hecho me seguís en las redes sociales, por el simple hecho de que me llamo
Carlos, ja, ja, ja
- ¿Y por eso me vas a asesinar, porque te sigo en las redes
sociales y te llamas Carlos?
- Te voy a asesinar por dos razones, primero porque me llamó
Carlos, y segundo, Francia.
- No, todavía no, estamos en 2016 o 2017, primero Francia nos
tiene que eliminar de Rusia 2018 y después sí le ganamos la final en Qatar 2022
- Tenes razón, entonces son tres razones, no dos, primero
porque me llamo Carlos, segundo porque soy un sicario que solo asesina mujeres,
al estilo Carlos Melia, el Queso Gay, y tercero, porque me contrato “Fobricio”
, me dijo que te dijera eso, el no puede asesinarte porque no es Quesón, porque
no se llama Carlos, entonces lo hago yo, ja, ja.
- ¿En serio? – dijo Ravelia - ¡Oh, no! ¡Siempre supe que ese
tipo no era de fiar!
- ¿Y acaso son de fiar los tipos que se llama Carlos y te
asesinan una y otra vez? – dijo una voz masculina, era “Fobricio” , ante
la sorpresa atónita de Ravelia
- Cógela “Fobricio”, es tuya, el edificio esta vacío, no pasa
nada, dale, despues la asesino a balazos y le tiró un Queso, como corresponde.
- Vos estas muerto, “Fobricio”, yo te asesiné a balazos y te
tiré un Queso Azul, símbolo de la vergüenza y del desprecio.
- ¡Ja, ja, ja! – dijo “Fobricio” - ¡Eso en tus pedorros
cuentos de ese pedorro blog! ¡Y aunque no me llamo Carlos mira lo que soy capaz
de hacer!
Lo que vino despues fue una salvaje escena de violación, porque de eso se
trato, “Fobricio” se tiro sobre ella, y la sometió con los pies, dándole
patadas y metiéndole los pies en el culo y la concha, una y otra vez, de una
manera más que salvaje, para penetrarla de un modo violento, Ravelia, que era
una máquina sexual, sufrió todo aquello como una vejación y una violación, o
sea que podemos imaginar de que se trato, y quedó presa de la angustia y la
desolación
Mientras pasaba todo esto, el que sí disfrutó de lo lindo, fue Carlos
Missirian, que se hizo varias pajas, y que conoció el placer de la
autosatisfacción.
- Asesinala Carlos, es tuya, yo no lo puedo hacer, porque en
su mundo los que no nos llamamos Carlos asesinamos mujeres, somos unos idiotas
y unos imberbes, es una loca, y merece morir, que lo haga en su ley.
- Dale “Fobricio” – le dijo Carlos, contento por las pajas, y
apuntó con el revolver - ¿Algún último deseo, Ravelia? Sos una condenada a
muerte y a una condenada a muerte se le puede otorgar algún favor.
- Sí – dijo Ravelia – quiero oler tus pies, Carlos Missirian.
- Bueno – dijo Carlos, y entonces, sin dejar de apuntar ni un
instante con el revolver a Ravelia, le otorgó el deseo a Ravelia, dejándole no
solo que le chupara, lamiera, besara y oliera los pies, sino también la pija, y
aunque este Carlos era gay, terminó también penetrándola en la vagina, de un
modo rápido y fugaz, pero muy efectivo y complaciente. - Noooooooooooooooooooo!
– gritó de furia “Fobricio” - ¡Debía morir ultrajada! ¡Ahora morirá feliz,
despues de que un Carlos le diera sexo y placer!
- Sexo, placer y Queso – le dijo Ravelia – Queso, lo que vos
nunca me vas a poder dar, porque no sos un Quesón, y Carlitos Missirian si lo
es
- ¡Dame el revolver! – dijo “Fobricio” y en un ataque de
furia agarró el arma y apuntó a Ravelia
- Asesiname “Fobricio”, y vas a romper toda la armonía del
Mundo Quesón, hacelo a ver que pasa – dijo desafiante Ravelia.
¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! – sonaron cinco balas, disparados por “Fobricio”,
pero Ravelia seguía ahí, ilesa, como si nada, tenía muy mala puntería, no había
acertado un puto balazo.
- Dame, ¡No servís para nada! – le dijo Carlos Missirian –
Solo queda una bala – y entonces Carlos agarró el revolver y disparó la única
bala que quedaba, que impactó en el cuello de Ravelia, que quedó muerta de
inmediato
- Queso – dijo Carlos Missirian, y tiró un Queso Azul sobre
Ravelia, símbolo de desprecio y vergüenza – como el Queso que te tiró en ese
cuento, un Queso Azul, bueno “Fobricio”, ya esta, se terminó, consumaste tu
venganza, dame la plata y chau
“Fobricio” le entregó lo pactado a Missirian, y aunque deseaba asesinar a
Ravelia, sintió como si todo aquello fuese un suicidio, pues mandando asesinar
a Ravelia, era como si se estuviera terminando algo de sí mismo. Para Carlos
Missirian fue solo un trabajo más, de un sicario de mujeres, solo un Queso,
solo eso. No se supo más de “Fobricio”, y quizás en cierta forma murió aquel
día con Ravelia. Y así Ravelia fue una vez más asesinada por un Carlos,
extendiendose la Leyenda de Ravelia y los Diécesis Carlos Asesinos y aunque
quizás ustedes no lo crean, esta historia poco tiene de ficción y mucho de
real, #QUESO.
18 Carlos Asesinos para Ravelia, la Tatuada (la saga completa) o aka Que fue de Couer Rouge?
el F es un forro y el Carlitos un quesito, pero esta bueno el cuento
ResponderBorrarel que contrata a Missirian asusta, muy cruel y vengativo, pero no podía ser quesón y recurre a este Carlitos, buen recurso eso, esta bien el relato, vamos bien
ResponderBorrareste relato es viejo, pero fue censurado, basta de censura en los quesos, los responsables deben ser quesoneados
ResponderBorrardan miedo Fobricio y Missirian tipos muy malos pero muy malos
ResponderBorrarMissirian es gay, el revolver silenciador es el elemento falico que no puede penetrar en Ravelia, mi interpretación freudiana del asunto
ResponderBorrarel queso azul o el queso roquefort, símbolo de la vergüenza de los quesones
ResponderBorrarquiero contratar a Carlos Missirian para que cometa un crimen, la víctima es una profesora forra de la Universidad, ofrezco suma importante
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