La Asesina de los Carlos 07: Carlos Javier Netto
Después del asesinato de Carlos Alejandro Alfaro Moreno
No pasó mucho tiempo de su último asesinato, cuando Carla, la asesina de los Carlos, la temible cruel y sanguinaria Matacarlos, decidió satisfacer su último criminal cometiendo un nuevo asesinato.
¿La víctima elegida? Esta vez era un muchacho llamado Carlos Javier Netto, según le dijeron un destacado jugador de fútbol, con una trayectoria que incluía Argentinos Juniors, San Lorenzo, el Racing Club de Avellaneda y River Plate. Famoso por su pegada en los penales y en los tiros libres.
Fiel a su estilo, la asesina no tuvo problemas en seducirlo durante una concentración y un domingo por la noche, después de un partido, ya lo tenía en una cama a Carlos Netto.
- Seguro que tus pies deben oler muy bien después de un partido – le dijo Carla.
- Seguro, nena, seguro, dale, olelos, y juguemos con los pies.
Olió los pies y olían muy fuerte. Carlos Netto era muy alto (1,78 metros) pero sus pies alcanzaban un talle cuarenta y cuatro, muchísimo para el, y la asesina disfrutó de aquellos pies…
- Voy al baño, luego cogemos – le dijo Carla a Carlos.
- Seguramente debe coger muy bien pero no importa – pensó Carla mientras estaba en un baño – lo asesinaré igual, porque soy la Asesina de los Carlos – mientras pensaba eso, se ponía los guantes negros, saldría, y sacaría de la cartera el revolver con silenciador.
Carla salió del baño dispuesta a asesinar a Carlos Netto, pensaba ejecutarlo a balazos, mientras estaba acostado, pero para su sorpresa, el futbolista no estaba en la cama, y no tuvo tiempo siquiera de buscar el arma en su cartera.
- ¡Carlos! – exclamó la asesina - ¡Carlitos! ¿Dónde estás?
- Aca estoy nena – la asesina escuchó una voz y se dio vuelta, Carlos Netto estaba detrás de una cortina - ¿Pensabas acaso asesinarme con este revolver?
¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!
Ocho balazos que nadie escuchó debido al silenciador. Carla cayó muerta, ensangrentada totalmente, con heridas en todo el cuerpo.
- ¿Así que yo iba a ser una de tus víctimas? – dijo el futbolista mientras contemplaba a la mujer que acababa de asesinar.
- Queso – dijo Carlos Netto mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de la mujer. El Queso que la asesina tenía preparado para tirarlo sobre su cadaver.
Con total impunidad, Carlos Javier Netto abandonó aquel departamento, que era de un amigo. Ya pensaría como zafar de aquella situación, había actuado en defensa propia y no temía en lo absoluto por su libertad.
La asesina de los Carlos fue así asesinada por un Carlos.
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