La Asesina de los Carlos 02: Carlos Gerardo Russo
Carlos Russo era un muchacho alto, joven y rubio, que todos los días iba a un gimnasio. Allí conoció a una chica que se presentó así mismo como Carla. Era una joven muy bella, irresistible para el deportista, y por eso resulto lógico que una noche ambos resolvieran encontrarse en un departamento para tener sexo.
Carlos estaba desnudo, con solo un calzoncillo que le cubría los testículos, mientras esperaba acostado a la chica. La joven se acercó hacia él, casi desnuda, pues la única parte del cuerpo que tenía cubierta eran sus manos, donde lucía un par de guantes negros. Con sus manos sostenía una bandeja que tenía un Queso. La asesina dejó el Queso sobre un mueble y se acercó adonde estaba Carlos.
La chica tomó los enormes pies de Carlos y le dijo:
- ¡Qué pies grandes que tenes! ¿Cuánto calzas, Carlitos?
- Cuarenta y cinco – fue la respuesta de Carlos.
- ¿Puedo oler tus pies? – dijo la chica.
- Bueno, pero mira que hoy no me los lave. Deben de tener olor.
- No importa, me gustan los hombres como vos, con olor a Queso.
La chica comenzó a oler los pies de Carlos, que efectivamente olían a Queso. Tras hacerlo, le dijo al muchacho:
- ¿Seguimos jugando Carlos?
- ¿Qué queres hacer algo? Con vos hago lo que quieras.
- Te voy a atar a la cama con estas esposas, es mi juego sexual preferido.
- Hacelo, nena, hacelo.
La chica ató a Carlos a la cama, y tras hacerlo, se tiró encima de él, de repente sacó un enorme cuchillo de cocina, para sorpresa y terror del hombre, que atinó a decir:
- ¿Qué haces con ese cuchillo?
La asesina colocó el cuchillo sobre el cuello de Carlos y le dijo:
- ¡Te voy a matar, Carlos! Vos asesinaste a mi madre, a mi hermana, a mi tía, y a la mucama. Fuístes uno de los asesinos que contrato Carlos Grosso. A el ya lo maté a balazos. Hoy llegó tu turno. ¡Vas a morir!
La asesina no terminaba de decir esto cuando levantó el cuchillo y lo clavó en el pecho de Carlos. Lo siguió apuñalando en forma salvaje y desenfrenada. Fueron como treinta puñaladas.
Al terminar, la asesina tomó el Queso, y lo tiró sobre el cadáver de su víctima. Mientras hacía esto, dijo en voz alta:
- Carlos Gerardo Russo. QUESO.
Así fue asesinado Carlos Gerardo Russo.
Buscó al autor intelectual. Y luego a quienes cometieron el asesinato. Una venganza muy personal
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