El Asesino de Julieta Puente #SkyCheese

Julieta Puente es periodista, conductora, influencer y personal trainer.

“Entendí que mi lugar no es el de un entrenador tradicional, es el de motivar, ayudar y acompañar a través del entrenamiento, del movimiento, a transitar cualquier cosa que te esté pasando en tu vida. Mucha gente necesita ese empujón de alguien y si puedo ser yo, ya gané”, señaló.

 

Durante la pandemia, Juli dejó su trabajo en relación de dependencia en Canal 13 y empezó a transmitir en vivos sus entrenamientos físicos, a los que denomino “cardio de la felicidad”. Su éxito fue tal que creó una comunidad de casi un millón de seguidores en las redes sociales: las famosas Shulais.

Una tarde, Puente recibió una videollamada por WattsApp de un contacto desconocido. 

 

“Soy Astrid Breitner, presidenta de la Fundación Charlotte Corday, entidad sin fines de lucro que promueve actividades para jubilados y pensionados, me encanta su lema ENTRENA CONMIGO GRATIS EN YOUTUBE, me encantaría tener sus servicios disponibles en mi centro de recreación, estoy dispuesta a pagar una buena suma, podríamos hacer una Shulai”

“Sería un honor ayudar a jubilados y pensionados, donde esta su centro de recreación”

 

“En la Provincia de Buenos Aires, entre Cañuelas y Monte” (1)

“Una pregunta más” le dijo Breitner “¿Algún parentesco con Rolo Puente?”

“Ja, ja, ja, ja” río Julieta “Ninguno, ninguno, igual no se ni quien era, pero ya me preguntaron, parece que trabajaba con Porcel y Olmedo”

“Con Porcel querida, con Olmedo no querida, bueno, te espero” dijo Breitner.

 

Así terminó la comunicación. Al día siguiente llegó el remise, para sorpresa de Puente se encontró con dos alemanas con uniformes nazis, como de las SS… Eran Maier y Schumacher, las ayudantas de Astrid Breitner

“Son cosplayers no?” dijo Puente “bueno como Lilia Lemoine”

“Ja, ja, pero nosotras somos auténticas” contestó Schumacher.

“Y Lemoine fue quesoneada, la partieron en cuatro como se parten a los Quesos” dijo Maier.

Puente se subió al auto, otra nazi, era la conductora.

“Me hubieran dicho que era esta onda de cosplayers, me hubiera disfrazado de algo, algún personaje de Marvel o de Star Wars, o una onda La Niñera” dijo Puente.

Las nazis la miraron fijamente durante todo el trayecto, eran lesbianas y tenían el deseo de toquetearla toda, pero con gran esfuerzo, se abstuvieron, aunque Puente estuvo intimidada en todo momento, las lesbianas nazis le lanzaban todo el tiempo miradas seductoras y provocativas, a cada rato veía el paisaje y creía ver caer Quesos del cielo cada tanto, no sabía si era verdad o imaginación, ya no daba más de las miradas de las nazis.

Finalmente llegaron al Centro Recreativo “Charlotte Corday” una suerte de granja. Puente se bajo del auto y fue a ver a Astrid Breitner, veía para todos buscando a los viejos a los que supuestamente les iba a dar una clase, pero no había nadie, solo muchas vacas, de las razas Holando Argentino y Jersey.

Astrid Breitner, rubia nazi, con su uniforme de las SS, estaba frente a ella.

“Guten Tag Frau Puente, willkommen auf meiner Farm” dijo Astrid en alemán y luego se tradujo ella misma al español “Buenas tardes señora Puente, bienvenida a mi granja”

“Muchas gracias tardamos pero llegamos” dijo Puente “si creo saber, no se si lo vivi o lo soñé, pero en el viaje, y veía como llover Quesos del cielo”

“¿Quesos del cielo? Es el fenómeno conocido como Sky Cheese, Himmelskäse en alemán”

“¿Y que es eso?”

“Señala el triunfo de la raza aria y el exterminio, o el paso a la esclavitud de todas las razas inferiores” dijo Breitner, en una exaltación nazi, al punto tal que se imaginaba hablando en los Congresos del Partido en Nuremberg.

“Bueno, bueno” se atajo Breitner al darse cuenta que se había pasado de rosca “prepárate para el entrenamiento, lo harás junto a Carlos Leonel Schattmann, un basquetbolista alto y patón que te esta esperando, calza 49, los viejos están viniendo en micro, no tardaran en llegar”

“Todos los basquetbolistas son altos y patones” dijo Puente algo molesta empezó a sospechar que la estaban estafando y temía que fuera secuestrada “nada novedoso”.

“Pero este es Quesón, y un Quesón ario, medio rubión, tiene apellido alemán, sirve a la raza aria, y tiene olor a Queso en los pies, te va a gustar”

Puente quedo pensativa, “Quesos en el cielo”, “olor a Queso” ,“Quesón” y toda la locura del nazismo, ¿En que manicomio la habían metido? Gente disfrazada de nazi paseándose como si nada.

Se dirigió a una sala contigua y ahí estaba Carlos Leonel Schattmann, el basquetbolista alto, rubio y patón, exhibiendo sus bellos, olorosos y gigantescos pies.

“Mira, y decían que era un Quesón digno, mira los Quesos que tengo, y como huelen” 

 

Schattmann levantó sus pies y los puso encima de Puente, que se desmayó del olor, sí, el olor era tan impresionante, que Puente quedo desmayada.

No tardo en volver en sí y al abrir los ojos lo que vio fueron los pies de Schattmann encima de ella…

“Que olor que tenes, es impresionante, ahora entiendo porque te decían Quesón” dijo Puente.

 

“Y vos no olistes los de Carlos Matías Sandes, mi tocayo, amigo y compañero del básquet y del crimen, y también de los QUESOS, ja, ja, je, je, ji, ji, jo, jo, ju, ju”

“Dale seguí oliendo” dijo Carlos Leonel Schattmann.

“Noooooooooooooooo” exclamó de terror Puente, pero a pesar de ese rechazo inicial, empezó a sentirse como atraída por aquellos pies, y fue entrando en extasis, del desmayo inicial pose al goce mientras olía, chupaba, lamía y besaba los pies de Carlos Leonel Schattmann.

 

“Dame placer, así puedo rescatar algo de esta locura que es este lugar con esas alemanas, dame placer, mira me case hace poco con Facundo Migliorena, y debería ser una esposa fiel, pero no me importa, Facundo esta lejos, esto es como una dimensión paralela, no es real, y quiero divertirme un poco, viólame Carlos Leonel Schattmann” dijo Puente.

Carlos Leonel Schattmann la miro con cierto desprecio y obedeció la orden de Puente, la penetró con sus pies por el culo en forma salvaje y después por la vagina con el pene de un modo más bien romántico y delicado, Schattmann le mostró las dos facetas, y Puente quedo muy contenta.

 

“Ahora sigamos jugando” le dijo Carlos Leonel Schattmann.

“Ya estoy cansada, la pase bomba pero no doy más” le contesto Puente.

“Dale, yo te obedecí antes, y mira que bien que la pasaste, ahora dame el gusto”

“¿Y a que jugamos?”

“A las escondidas, dale, escóndete, te busco y “¡piedra libre!” solo que esta vez gritaré “¡Queso!”

“Y dale con el Queso”

“En esta granja hacen Quesos, y en cantidades industriales, diez mil Quesos por mes, un número magnifico para un emprendimiento cuasi familiar” (2)

 

Y “jugaron” a las escondidas, Puente no tenía muchas ganas, y se escondió detrás de un árbol, mientras estaba ahí vio otra vez el fenómeno de los Quesos en el Cielo, no se dio cuenta ni vio que con sus guantes negros, Carlos Leonel Schattmann agarró un tridente, esos que se usan en el campo para el heno, y empezaron a buscarla.

“¡Ya te encontré, Julieta!” dijo Carlos Leonel Schattmann…

 

Puente, detrás del árbol, se dio vuelta y vio que el basquetbolista estaba ante ella, tridente en mano al grito de “¡QUEEEEEEESSSSSSOOOOOOOO!” y ahí nomás se lo clavo en el cuello, el centro del tridente se lo metió en el cuello hasta el final, asesinándola de una manera tan grotesca como feroz, salvaje y siniestra.

“Queso” dijo Carlos Leonel Schattmann tirando el Queso sobre el cadáver de Puente.

No era la primera vez que cometía un asesinato con esta arma, todo lo contrario, Natalia Fassi y Karina la Princesita dan cuenta de ello…

Otra vez cayeron Quesos del cielo, ahora de alegría. Las nazis se encargaron del cadáver de Puente…

Cometido el asesinato y tirado el Queso, Schattmann se reunió con Breitner…

“¿Cómo hace para verse siempre igual? Usted no envejece ni cae en sus vaivenes de joven a vieja, de vieja a joven, como las damas” le prguntó Schattmann a la nazi.

“Podría decirte que es porque pertenezco a la raza superior y quedaría bien con la memoria del Fúhrer (Sieg Heil!) y del III Reich (Sieg Heil!) pero no, es porque se administrar muy bien la sangre que debemos tomar, en las dosis mínimas y necesarias, yo en realidad no necesito participar en esto del Sky Cheese, no me hace falta y me parece perfecto que el Queso de Oro se lo hayan dado a esa Carla, pero bueno, lo hago en solidaridad con las demás, y para aplacar la furia de ciertos espíritus, yo fui amante de Carlos Monzón en los 70 y de Carlos Calvo en los 80, je, je”

“¿Y quiere ser amante mía al menos una noche?”

“Sí, pero me dijeron que tenes una novia, una tal Luciana de la Barba, que no te pase como Sandes, que tardo tanto en quesonear a la mina esa que tenia de esposa”

“Ya la quesonee, ya contaremos el relato, o quizás no, igual es más de lo mismo, se la hago breve, fue como el asesinato de Jimena Barón, esa mañana tuvimos sexo, me olio, lamio, beso y chupo los pies mejor que nunca, fuimos al ascensor, y ahí la boluda saco el celular para sacar la misma selfie pelotuda de todos los días, y ahí saque el cuchillo en forma de katana, uno igual con el que la Quesona degolló a Fabricio Oberto, y ¡zas! le corte el pescuezo, después le tire un Queso, y dije en voz alta QUESO, yo tuve varias novias, todas fueron Quesoneadas y de la misma forma”

“So mag ich es” (Así me gusta) contestó Astrid.

Y todo terminó todo en una noche de amor entre Carlos Leonel Schattmann y Astrid Breitner… Breitner tuvo la ilusión de quedar embarazada y lanzar así el prototipo de la raza aria para el Siglo XXI, pero las mujeres como ella, no pueden procrear…

Y hubo un #SkyCheese pero de alegría, porque la paz se restablecía en el Mundo Quesón.

(1)    La Unidad Penal Charlotte Corday se encuentra en el norte del país, en la Provincia de Corrientes, pero esta es otro centro de recreación, vale la aclaración

(2)    Se resolvió el misterio después de más de 750 Relatos Quesones: la granja que provee de Quesos a los Quesones

 

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