El Asesino de Liz Solari
Aquel sábado de septiembre, el casco de la Estancia “La Catalana” estaba alterado por la presencia de una gran cantidad de personas. Eran más de cien personas que iban a participar de una mega fiesta, que servía como previa para la filmación de una película.
No era una película cualquiera, se trataba de una nueva versión de la vida de don Juan Manuel de Rosas, el Padre de la Federación. De allí a que la filmación requiriera gran cantidad de personas, entre actores, técnicos y extras. La filmación estaría a cargo del prestigioso director Federico Bertolucci y se anunciaba como la mega producción histórica de la Piruli Filmes, el histórico estudio de cine.
Una de las convocadas a la filmación era la actriz Liz Solari, que encarnaría a la mismísima Encarnación Ezcurra, esposa del Restaurador de la Leyes. Y precisamente así se llamaría la película “La amante del Restaurador” pues se basaba en una novela de María Esther de Miguel.
Se dice que Solari comenzó a contemplar asombrada a un joven de unos treinta años, muy alto, flaco, muy patón, con dos enormes pies, que no se movía de la mesa de los Quesos. Parecía que iba arrasar con todo lo que había allí: Parmesano, Gruyere, Roquefort, Emmental, Provolone, Reggianito, Pategras, Fontina, Emmental, todo…
- ¿Quién es ese flaco que esta arrasando con los Quesos? – le preguntó Solari a Bertolucci.
- Con lo que flaco que esta debe tener el hambre atrasado, por eso debe estar poniéndose al día con la comida – dijo una tercera persona allí presente.
- Es flaco porque debe fumar de la buena, come mucho, y después lo compensa con unos buenos churros – acotó una cuarta persona también presente.
- Es Carlos Eisler – dijo Bertolucci que por fin pudo decir palabra – un joven actor, ex modelo, tiene muchas publicidades filmadas que ya participó en varias obras de teatro y en papeles menores en algunas filmaciones.
- ¡Qué pies grandes que tiene! – dijo Solari - ¿Qué papel hará en el film?
- De uno de los ingleses que se entrevista con don Juan Manuel – despejo la duda Bertolucci.
- Muchas cosas se hablan de ese Carlos – dijo la tercera persona – se rumorea que asesinó a su novia y le tiró un Queso.
- Eso ocurría en una película que filmó – aclaró la cuarta persona – la asesinaba con una pistola de clavos. Y le tiraba un Queso es cierto.
- El mismo afirma como chiste ser “Quesón” – completó el dato la tercera persona.
Solari se acercó donde estaba Carlos. Le habían llamado la atención sus pies. No dudó en hablar con el actor.
- Hola. ¿Carlos, no? Ese es tu nombre.
- Carlos Eisler. Carlitos para los amigos. SoyChachas en las redes sociales. ¿Con quien tengo el gusto? – el actor simuló no conocer a la chica, pero obviamente la conocía.
- Liz Solari - dijo la actriz – haré de doña Encarnación Ezcurra.
- Un gusto.
A partir de allí Carlos y Liz comenzaron a entablar un rico dialogo, y se alejaron de la fiesta, primero estuvieron casi siempre afuera, la chica le preguntó:
- ¿Cuánto calzas?
- 47. Soy patón, más que patón. Un Quesón.
- ¿Quesón?
- ¿Querés saber lo que es un Quesón?
- Me suena a Queso grande.
- Puede ser. Aunque un Requesón suena a Queso muy grande, re grande, y en realidad así la llaman a la Ricota en España. Pero sí te aseguro que Quesón hace referencia a un Queso muy grande.
- Ja, ja, muy gracioso, pero en que consiste ser Quesón…
- Aca no podemos – dijo Carlos – pero podemos seguirlo en otro lugar con más intimidad.
- ¿Qué te parece mi habitación, Carlos?
- Perfecto.
- Es la tercera a la izquierda de la planta alta de la estancia. Te espero allí.
- Media hora… ¿Puede ser?
Media hora después, Liz Solari estaba en su cama, esperando a Eisler, los treinta minutos se convirtieron en cuarenta y los cuarenta en cincuenta… Liz estaba impaciente pero por fin se abrió la puerta…
Ante ella estaba Carlos Eisler, disfrazado del Zorro, con una espada tipo espadachín y un enorme Queso, que colocó sobre una mesa…
- Yo no hago la marca Z del Zorro – dijo Carlos - Te haré la marca C de Carlos.
- Toma mi culo, Carlitos – le dijo Liz Solari – quiero que me cojas. Haceme la marca C de Carlos. Quiero saber porque sos un Queson.
- Soy un Quesón porque mis pies huelen a Queso. Es fácil.
- Quiero olerlos.
- Pero primero tu culo, nena. No te voy a coger por el culo, no soy de esos. Pero quiero tu culo.
Y Liz le entregó el culo. Y Carlos, con la mayor suavidad posible, le hizo la marca C de Carlos. Unto la punta de la espada con tinta china, y escribió la C de Carlos en el culo.
Se dice que a Liz le dio un enorme placer aquello. Y después la obligó a olerle los pies. Que olían intensamente a Queso. Mucho olor a Queso. Finalmente tuvieron sexo. Disfrutaron mucho, con intensidad y desenfreno. Vale aclarar que Eisler nunca se sacó el disfraz del Zorro. La cogió con la capa, el antifaz y todo…
Se dice que Solari comenzó a contemplar asombrada a un joven de unos treinta años, muy alto, flaco, muy patón, con dos enormes pies, que no se movía de la mesa de los Quesos. Parecía que iba arrasar con todo lo que había allí: Parmesano, Gruyere, Roquefort, Emmental, Provolone, Reggianito, Pategras, Fontina, Emmental, todo…
- ¿Quién es ese flaco que esta arrasando con los Quesos? – le preguntó Solari a Bertolucci.
- Con lo que flaco que esta debe tener el hambre atrasado, por eso debe estar poniéndose al día con la comida – dijo una tercera persona allí presente.
- Es flaco porque debe fumar de la buena, come mucho, y después lo compensa con unos buenos churros – acotó una cuarta persona también presente.
- Es Carlos Eisler – dijo Bertolucci que por fin pudo decir palabra – un joven actor, ex modelo, tiene muchas publicidades filmadas que ya participó en varias obras de teatro y en papeles menores en algunas filmaciones.
- ¡Qué pies grandes que tiene! – dijo Solari - ¿Qué papel hará en el film?
- De uno de los ingleses que se entrevista con don Juan Manuel – despejo la duda Bertolucci.
- Muchas cosas se hablan de ese Carlos – dijo la tercera persona – se rumorea que asesinó a su novia y le tiró un Queso.
- Eso ocurría en una película que filmó – aclaró la cuarta persona – la asesinaba con una pistola de clavos. Y le tiraba un Queso es cierto.
- El mismo afirma como chiste ser “Quesón” – completó el dato la tercera persona.
Solari se acercó donde estaba Carlos. Le habían llamado la atención sus pies. No dudó en hablar con el actor.
- Hola. ¿Carlos, no? Ese es tu nombre.
- Carlos Eisler. Carlitos para los amigos. SoyChachas en las redes sociales. ¿Con quien tengo el gusto? – el actor simuló no conocer a la chica, pero obviamente la conocía.
- Liz Solari - dijo la actriz – haré de doña Encarnación Ezcurra.
- Un gusto.
A partir de allí Carlos y Liz comenzaron a entablar un rico dialogo, y se alejaron de la fiesta, primero estuvieron casi siempre afuera, la chica le preguntó:
- ¿Cuánto calzas?
- 47. Soy patón, más que patón. Un Quesón.
- ¿Quesón?
- ¿Querés saber lo que es un Quesón?
- Me suena a Queso grande.
- Puede ser. Aunque un Requesón suena a Queso muy grande, re grande, y en realidad así la llaman a la Ricota en España. Pero sí te aseguro que Quesón hace referencia a un Queso muy grande.
- Ja, ja, muy gracioso, pero en que consiste ser Quesón…
- Aca no podemos – dijo Carlos – pero podemos seguirlo en otro lugar con más intimidad.
- ¿Qué te parece mi habitación, Carlos?
- Perfecto.
- Es la tercera a la izquierda de la planta alta de la estancia. Te espero allí.
- Media hora… ¿Puede ser?
Media hora después, Liz Solari estaba en su cama, esperando a Eisler, los treinta minutos se convirtieron en cuarenta y los cuarenta en cincuenta… Liz estaba impaciente pero por fin se abrió la puerta…
Ante ella estaba Carlos Eisler, disfrazado del Zorro, con una espada tipo espadachín y un enorme Queso, que colocó sobre una mesa…
- Yo no hago la marca Z del Zorro – dijo Carlos - Te haré la marca C de Carlos.
- Toma mi culo, Carlitos – le dijo Liz Solari – quiero que me cojas. Haceme la marca C de Carlos. Quiero saber porque sos un Queson.
- Soy un Quesón porque mis pies huelen a Queso. Es fácil.
- Quiero olerlos.
- Pero primero tu culo, nena. No te voy a coger por el culo, no soy de esos. Pero quiero tu culo.
Y Liz le entregó el culo. Y Carlos, con la mayor suavidad posible, le hizo la marca C de Carlos. Unto la punta de la espada con tinta china, y escribió la C de Carlos en el culo.
Se dice que a Liz le dio un enorme placer aquello. Y después la obligó a olerle los pies. Que olían intensamente a Queso. Mucho olor a Queso. Finalmente tuvieron sexo. Disfrutaron mucho, con intensidad y desenfreno. Vale aclarar que Eisler nunca se sacó el disfraz del Zorro. La cogió con la capa, el antifaz y todo…
Terminaron de tener sexo. Solari estaba extasiada. Sospechaba que podía pasarla muy bien. Pero nunca se imaginó que tanto. Fue ahí cuando le dijo a Carlos:
- ¿Porqué trajiste el Queso?
- Porque soy Quesón. No hemos terminado.
- ¿No hemos terminado?
- No.
En ese momento Carlos Eisler tomó la espada de espadachín. Liz no le dio importancia. Para ella era una pieza de utilería, de las que se usan en las filmaciones de cine. La chica se levantó mientras Eisler se acercaba hacia ella, siempre vestido del Zorro, con los guantes negros sosteniendo la espada.
Llegó hasta ella, y le puso la espada sobre el pecho, allí le dijo:
- Aca tenés la marca C de Carlos. Ya te la hice en el culo, ahora te la haré en las tetas.
Solari acercó sus tetas con placer pensando que era solo un tatuaje, pero cuando se dio cuenta de lo que realmente era, ya no pudo reaccionar.
Carlos le clavó la espada en una de sus tetas, la sacó y se la clavó en la otra, y así varias veces más, asesinando a la actriz, que finalmente cayó muerta, ensagrentada.
Carlos Eisler contempló al cadáver de su víctima, tomó el Queso, lo arrojó sobre el cadáver mientras decía en voz alta:
- Queso.
Y abandonó la escena del crimen con total impunidad.
Al día siguiente los medios estaban conmocionados ante el asesinato de una actriz día antes del comienzo de una filmación.
Pero “Show must go on” y la filmación continuó con otra actriz claro… Y Chitón rodando.
Un escandalo mediatico más que al poder de turno le sirvió para entretener a la gilada.
Muy mal ese Carlos. Ya matar a Liz Solari es cuestionable. Pero además decir que no es de esos.
ResponderBorrarY encima matarla antes de que empiece la filmación. Tendría que haber esperado hasta el estreno. O al menos al final de la filmación.
no recordaba este relato, un queso clasico, el director de cine no hizo más películas?
ResponderBorrarun par de fotos más, con Carlos Eisler mostrando sus quesos y Liz chupandole la pija
ResponderBorrarexcelente asesino soychachas
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