La asesina de Mauricio Caranta
Una vez que Ravelia, la Quesona Asesina, decidió que su próxima víctima era Mauricio Caranta, un arquero del fútbol profesional, no fue díficil seducirlo y llevarlo a la cama... ¿Quien se iba a resistir a tener sexo con alguien igual a Valeria Mazza y que encima practicamente se entregaba gratis para hacerlo? Así los dos estaban juntos en una habitación.
Mauricio Caranta estaba desnudo, con solo un calzoncillo que le cubría los testículos, mientras esperaba acostado a la chica. La joven se acercó hacia él, casi desnuda, pues la única parte del cuerpo que tenía cubierta eran sus manos, donde lucía un par de guantes negros. Con sus manos sostenía una bandeja que tenía un Queso. La asesina tiró el Queso sobre Caranta.
- ¡Queso! - gritó Ravelia, a Mauricio le gustó aquel juego.
La chica tomó los enormes pies de Mauricio y le dijo:
- ¡Qué pies grandes que tenes! ¿Cuánto calzas, Mauricio?
- Cuarenta y cinco – fue la respuesta de Mauricio.
- ¿Puedo oler tus pies? – dijo la chica.
- Bueno, pero mira que hoy no me los lave. Deben de tener olor.
- No importa, me gustan los hombres como vos, con olor a Queso.
La chica comenzó a oler los pies de Mauricio, que efectivamente olían a Queso. Tras hacerlo, le dijo al muchacho:
- ¿Seguimos jugando Mauricio?
- ¿Qué queres hacer algo? Con vos hago lo que quieras.
- Te voy a atar a la cama con estas esposas, es mi juego sexual preferido.
- Hacelo, nena, hacelo.
Mauricio Caranta estaba desnudo, con solo un calzoncillo que le cubría los testículos, mientras esperaba acostado a la chica. La joven se acercó hacia él, casi desnuda, pues la única parte del cuerpo que tenía cubierta eran sus manos, donde lucía un par de guantes negros. Con sus manos sostenía una bandeja que tenía un Queso. La asesina tiró el Queso sobre Caranta.
- ¡Queso! - gritó Ravelia, a Mauricio le gustó aquel juego.
La chica tomó los enormes pies de Mauricio y le dijo:
- ¡Qué pies grandes que tenes! ¿Cuánto calzas, Mauricio?
- Cuarenta y cinco – fue la respuesta de Mauricio.
- ¿Puedo oler tus pies? – dijo la chica.
- Bueno, pero mira que hoy no me los lave. Deben de tener olor.
- No importa, me gustan los hombres como vos, con olor a Queso.
La chica comenzó a oler los pies de Mauricio, que efectivamente olían a Queso. Tras hacerlo, le dijo al muchacho:
- ¿Seguimos jugando Mauricio?
- ¿Qué queres hacer algo? Con vos hago lo que quieras.
- Te voy a atar a la cama con estas esposas, es mi juego sexual preferido.
- Hacelo, nena, hacelo.
La chica ató a Mauricio a la cama, y tras hacerlo, se tiró encima de él, aunque atado, Mauricio le dio a Ravelia una gran relación sexual, disfrutaron mucho, para el goce de ambos.
- Desatame Ravelia - dijo Mauricio - que bien que la pasamos.
- Seguirás atado, Mauricio - dijo la Quesona.
Así fue que de repente la Quesona sacó un enorme cuchillo de cocina, para sorpresa y terror de Mauricio, que atinó a decir:
- ¿Qué haces con ese cuchillo?
La asesina colocó el cuchillo sobre el cuello de Mauricio y le dijo:
- ¡Te voy a matar, Mauricio!
La asesina no terminaba de decir esto cuando levantó el cuchillo y lo clavó en el pecho de Mauricio. Lo siguió apuñalando en forma salvaje y desenfrenada. Fueron cincuenta y tres puñaladas, según el informe forense, setenta y cuatro, según la asesina.
Al terminar, la asesina tomó el Queso, y lo tiró sobre el cadáver de su víctima. Mientras hacía esto, dijo en voz alta:
- Mauricio Caranta, #Queso.
Así fue asesinado Mauricio Caranta. La asesina agarró las zapatillas de su víctima y se las llevó como trofeo.
- Desatame Ravelia - dijo Mauricio - que bien que la pasamos.
- Seguirás atado, Mauricio - dijo la Quesona.
Así fue que de repente la Quesona sacó un enorme cuchillo de cocina, para sorpresa y terror de Mauricio, que atinó a decir:
- ¿Qué haces con ese cuchillo?
La asesina colocó el cuchillo sobre el cuello de Mauricio y le dijo:
- ¡Te voy a matar, Mauricio!
La asesina no terminaba de decir esto cuando levantó el cuchillo y lo clavó en el pecho de Mauricio. Lo siguió apuñalando en forma salvaje y desenfrenada. Fueron cincuenta y tres puñaladas, según el informe forense, setenta y cuatro, según la asesina.
Al terminar, la asesina tomó el Queso, y lo tiró sobre el cadáver de su víctima. Mientras hacía esto, dijo en voz alta:
- Mauricio Caranta, #Queso.
Así fue asesinado Mauricio Caranta. La asesina agarró las zapatillas de su víctima y se las llevó como trofeo.
Usó la astucia para envolverlo, para dejarlo sin posibilidad de escapar, de resistirse.
ResponderBorrarY así lo terminó con crueldad. Aunque le concedió el último deseo.