La Asesina de Matías Criolani, Matías Schrank y Matías Spano
LA SAGA DE CARLA ROMANINI, LA QUESONA ASESINA
Carla Romanini, la sanguinaria enemiga de los Matías
CAPÍTULO 1 LOS QUESOS SON PARA TODOS
Un soleado día se presentaba en la ciudad luego de varios días de tormenta,
quizás como si el astro sol nos recordará que la luz es para todos, que siempre
que llovió paro y que la luz del amanecer nos desafía.
La luz también salía para Carla Lucía Romanini, la bella y rubia modelo, la
famosa asesina serial de hombres, conocida como la Quesona Rubia o la Asesina
de los Matías, porque la mayoría de sus víctimas, se llamaban de ese modo. “La
asesina de los Quesos que quesoneo a Matías Candia” como alguien la recordó en
Twitter, quizás porque ese crimen era uno de los más populares y conocidos de
las varias decenas que había cometido, sin desmerecer otros, como el de Pablo
Sinema, Matías Fioretti o Lizardo Ponce, por ejemplo.
Y la luz salía para Carla, porque aquel día estaba invitada a pasar un buen
día en la playa, una de sus amigas modelos la había invitado.
-
Y la
luz es para todos – dijo Carla mientras veía el sol – y los Quesos también son
para todos, porque todos los que deben ser quesoneados recibirán su Queso.
-
¿Vas
a seguir quesoneando chabones, Carla? – dijo una voz, una voz que Carla
escuchaba siempre, la voz del espectro de Matías Candia – llegará un día en que
algún Quesón te va a tirar un Queso.
-
Nunca
llegará ese día, no creo que haya nacido algún Quesón que me pueda quesonear –
dijo Carla como si estuviera dictando una sentencia mientras por el espejo veía
al espectro de Matías Candia – además vos no existis, solo existís en mi
imaginación, yo te asesiné, te asesté decenas de cuchillazos y te tiré un
Queso, volve al infierno, Matías Candia.
-
Volveré
al infierno, pero lo haré con tu espíritu, cuando haya cobrado mi venganza, fui
asesinado y quesoneado por vos, y algún día la venganza llegará, aunque tarde
en tiempo de los mortales, mientras tanto, deberás soportar mi espectro, una y
otra vez. Quizás no te tiren un Queso a vos, Carla – dijo el espectro – pero
deberás ver como tus amigas, una a una, sean quesoneadas por diferentes Carlos.
-
No me
importa – dijo Carla – ja, ja, ja, es un precio que debo pagar, siempre y
cuando continúe quesoneando chabones, y si tu espectro me persigue día y noche,
te volveré a asesinar una y otra vez.
Carla se puso los guantes negros, y agarró un enorme cuchillo, y apuñaló al
espectro de Matías Candia. Quien hubiera visto la escena, era una mujer,
desenfrenada y violenta, apuñalando al aire, cuando Carla se dio por
satisfecha, tomó un Queso y lo tiró sobre al aire.
-
Queso
– dijo la asesina – Matías Candia.
La asesina se quedó contemplando la nada misma, aunque ella en su mente,
observaba una vez más el cadáver de Matías Candia, totalmente ensangrentado,
con los cientos de cuchillazos y el Queso encima.
-
¿Estas
satisfecha? Ya esta, lo asesinastes una vez más – dijo una voz de hombre,
afeminada, sin duda, de un gay.
Carla miró al espejo, y esta vez vio al espectro de Lizardo Ponce,
ensangrentado, con las heridas y cuchilladas que ella misma le había
infringido.
-
Lo
voy a seguir asesinando todas las veces que sea necesario, así será, lo mismo
con vos y con los demás. Soy Carla, la Quesona Asesina.
-
También
te dicen la asesina de los Matías pero me asesinastes a mí, que no me llamo
Matías, que soy Lizardo, Lizardo Ponce.
-
Es
que en realidad yo asesinó hombres con cualquier nombre, pero mis dos primeras
víctimas y la mayoría de los quesoneados se llaman Matías, por eso me llaman
así.
-
¿Y
porqué Carla?
- El destino así lo quiso. Yo creo que como Carlos es nombre de viejo, en un futuro los Quesones podrían llamarse de otro modo, y Matías, por Carlos Matías Sandes podría ocupar su lugar, o compartilo, de esa manera, yo los voy asesinando antes, para que los asesinos del futuro sean exterminados en el presente. Y ahora Lizardo, tu también serás asesinado una vez más. Los Quesos son para todos.
C Carla levantó el cuchillo y tal como había hecho unos instantes antes, apuñaló al espectro de Lizardo Ponce, o sea, dio cientos de puñaladas al aire, y luego tiró al Queso, también a la nada misma.
-
Queso
– dijo la asesina – Lizardo Ponce – y agregó – y pensar que habían inventado una
infamia de que te había asesinado otra Quesona, yo te asesiné, Lizardo Ponce,
yo Carla Romanini, soy la asesina de Lizardo Ponce.
Satisfecha al haber recreado dos de sus asesinatos favoritos, Carla recordó
la cita con su amiga y se fue a pasar un día de playa, por alguna extraño
razón, movida por el instinto, fue con una mochila que tenía Quesos y Cuchillos
(no podía ser de otro modo). Esa carga hubiera sido imposible de llevar por
cualquier mujer, incluso por un hombre, pero como Carla es una Quesona, pudo
llevarlo con una fuerza extraordinaria y lo guardó en el auto.
Otra vez tenía como chofer al anciano centenario Nicolae Dumitrescu, que no
pronunció palabra (al punto de parecer mudo) mientras la llevó a la playa, un
tránsito que duró un par de largas horas.
CAPÍTULO 2 LA ASESINA DE MATÍAS CRIOLANI
Al llegar a la playa, que parecía emular un exótico paraje caribeño, Carla
se reencontró con viejas amigas y la pasó realmente muy bien, fue una tarde
maravillosa, casi que se olvidó de los Quesos y de los asesinatos. Casi porque
en realidad le preguntaron por su novio Emilio Di Marco, otro de sus chabones
quesoneados, del que nunca encontraron el cadaver.
-
Esta
en un viaje espiritual recorriendo Asia de a pie – fue la respuesta de Carla,
la misma de siempre.
Pero aquel jogorio y disfrute se cortó casi de repente, cuando Vicky Botto,
una de las mejores amigas de Carla, le presentó a Matías Criolani, su novio.
-
Carla,
te presento a Matías, mi novio, que vive en Canadá y nos vino a visitar.
Y ahí estuvo el problema. Porque si el novio de Vicky se llamaba Juan,
Pedro o Roberto, quizás Carla lo hubiera pasado por alto en aquella tarde tan
feliz y relajada, en que parecía haber dejado atrás su realidad como Quesona,
como asesina, y volvía a ser la modelo feliz y exitosa de otrora, pero el
chabón se llamaba Matías, y ella era la asesina de los Matías.
-
Tenes
que asesinarlo y tirarle un Queso, asesinalo a machetazos y que el cadáver se
vaya flotando como hicistes conmigo, sos la asesina de los Matías, siempre nos
estas asesinando – le dijo esta vez el espectro de Matías Fioretti,
basquetbolista quesoneado por Carla, en otro de los crímenes preferidos de la
asesina.
-
No,
Carla, no seas tan violenta – le dijo el espectro de Santiago Artemis, el
afeminado modisto apuñalado por Carla – asesinalo de manera más romántica, más
suave. Además también podrías ser la asesina de los Santiagos, al menos me
asesinaste a mí, al Chano Carpentier y a Santi Maratea.
-
No le
hagas caso a este puto – dijo el espectro de Fioretti – tenes que ser muy cruel
y sanguinaria.
-
Conmigo
lo fue – señaló el espectro de Artemis – pero no usó un machete, como con vos,
basquetbolista patón y patasucia, simplemente me apuñaló con un cuchillo.
-
No se
peleen chicos, da igual, los asesiné a los dos lo mismo, los dos ya recibieron
su Queso. Me gustaría usar machete, pero es que traje cuchillos,
lamentablemente, no tengo opción, lástima por el, tengo que asesinarlo, este
Matías se cruzó conmigo, su destino esta marcado, si no lo asesinó ahora será
un asesino matamujeres en el futuro – dijo Carla, respondiéndole a los dos
espectros – y ahora, quesoneados, váyanse, ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso!
Y los dos
espectros se fueron….
¿Qué ocurrió
entonces? La tarde prosiguió como una fiesta, todos disfrutaron del sol, la
playa, y la arena, todas las modelos, que eran muchas, se fueron, todos los
modelos, que eran algunos, se fueron, hasta que solo quedaron la mencionada
Vicky Botto, su novio Matías y por supuesto Carla.
-
Podríamos
comer los tres juntos a la luz de la luna – dijo Vicky, que no podía incomodar
a su amiga echándola, pero era evidentemente que era quien sobraba, pues era
una ocasión en que tres son multitud.
-
No,
no hace falta, yo me voy – dijo Carla, y en ese momento, Carla sacó un caramelo
y se lo metió en la boca – son dietéticos, orgánicos y muy ricos, ideal para
modelos como nosotras.
-
¿Me
convidas con uno, Carla?
-
Por
supuesto.
Pero Carla no le
dio a Vicky ningún caramelo, sino un somnífero muy potente, y la Botto se quedó
totalmente dormida, planchada, para sorpresa de Matías Criolani.
-
Como
duerme tu novia – dijo Carla – la verdad que podríamos aprovechar y hacer el
amor aca en la playa, tirados en la arena.
-
¿Me
estas hablando en serio? Mira si le voy a hacer infiel a mi novia.
-
¿Y
porque no? Es solo sexo, mira, aca tengo un Queso, te lo tiro, te lo tiro.
Carla sacó un Queso de la bolsa que ya mencionamos y le tiró un Queso a
Matías, este cayó a la arena tras recibir el Quesazo, y entonces Carla
aprovecho para hacer un streap tease delante de el, muy sensual y gozoso, y le
puso los pies encima, Matías fue cayendo en una suerte extasis y ya no pudo
salir de eso, le chupó las tetas a Carla, el culo, la vagina, todo, y ella le
hizo cosquillas en todo el cuerpo, y hasta le dio latigazos, sometiéndolo como
un sumiso, y así se comportó el, como un sumiso, y disfrutó de eso, más
latigazos, más patadas, todas de Carla, golpes, cosquillas, sufrimiento,
situaciones que no evitaron que Matías le ofreciera una gran penetración a
Carla, que ambos disfrutaron al máximo.
-
Tenías
razón Carla – le dijo Matías – me encantó ser tu esclavo sexual.
-
Quizás
ser uno más de mis quesoneados no te resulte tan agradable.
-
¿Quesoneados?
¿Qué es eso? ¿Otra técnica sexual? ¿Cómo el Queso que me tiraste antes?
-
Sí –
fue la respuesta de Carla.
Carla agarro otra vez el Queso, y se lo tiró encima a Matías, esto quedo
con el Queso sobre su rostro, y esto le tapó la visión, mientras se sacaba el
Queso de encima, vio como Carla, con sus guantes negros, sostenía un cuchillo
gigantesco y se acercaba a el.
-¿Vas a cortar el Queso con ese cuchillo, Carla? – preguntó algo
aterrorizado Matías.
- Te asesinaré, Matías – dijo Carla, mientras se tiró encima del novio de
su amiga, lo atacó con el cuchillo, y tras clavárselo en el pecho, lo asesinó
de modo feroz y sanguinario, con decenas de cuchillazos.
- Queso – dijo Carla mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Matías
Criolani – Matías Criolani.
- Te convertiste en una simple cuchillera – le dijo el espectro de Pablo
Sinema a Carla Romanini – podrías usar otros métodos, ser una estranguladora,
usar armas ninjas, horcas, asesinatos más creativos.
- A vos te asesiné a balazos, despues creo que solo use revolver con Juan Pérsico (me parece) y despues nunca más, ja, ja, ja, y bueno, soy una cuchillera, ahora, tomatelas Sinema, ya te asesiné.
Tras asesinar a Matías Criolani,
Carla se fue de la escena del crimen y contempló a su amiga Vicky Botto, que
seguía totalmente dormida.
-
Quizás nunca se entere que asesiné a Matías,
quizás cuando despierte se encuentre con algún Carlos, que le haga disfrutar de
su olor a pies, la acuchille y le tiré un Queso, algún futbolista, onda Carlos
Izquierdoz, algún basquetbolista, onda Carlos Schattmann y sus armas ninjas,
algún rugbier, onda Carlos Repetto, el Quesón que jugó en Hindú, pero esa es
otra historia, y no es mi historia, será la historia de alguno de esos Carlos,
ja, ja, ja. Yo debo preocuparme solo en pensar quien será mi próxima víctima,
ja, ja.
-
¿Tu próxima víctima? – le dijo el espectro de
Matías Fioretti – repasa algún Gran Hermano, en Google, seguro había algún
Matías al que valga la pena quesonear.
-
Ja, ja, ja, tenes razón, eso haré – le respondió
Carla al espectro mientras siguió su camino.
CAPÍTULO 3 LA ASESINA DE MATÍAS
SCHRANK
Matías Schrank, un joven de
cierta fama por haber participado en alguna edición del Gran Hermano, donde
alcanzó notoriedad por proclamar a cuatro vientos su virginidad. Oriundo de la
Provincia de Misiones, tenía una gran actividad en las redes sociales hasta
marzo de 2020, cuando, según se dijo, difundió noticias falsas sobre la
pandemia, y a partir de allí desapareció de todos lados, como si se lo hubiera
tragado la tierra, o se lo hubieran llevado los platos voladores a algún
planeta lejano y desconocido.
Pero lo que ocurrió es que un
buen día Matías se internó en la selva misionera, en alguna de las épocas áreas
protegidas que aún quedan, para convivir con la naturaleza y alejarse de todo
placer carnal y material, como una suerte de ermitaño, que ya nada quiere saber
con la civilización. Y que entonces fue a pasar el resto de sus días a una
choza, a vivir de los alimentos que le da la naturaleza y a mantener su virginidad
a perpetuidad.
Una tarde, como cualquier otra
tarde, Matías estaba internado en la selva buscando algunos frutos silvestres y
quizás algún animal del que alimentarse cuando se desató una fuerte lluvia que
lo hizo regresar rápidamente a una choza que habitaba, y allí, para su
sorpresa, sobre la mesa, había un enorme Queso, de gran tamaño, de aspecto muy
sabroso, con agujeros grandes y voluminosos.
-
Deja de comer esas porquerías de la selva y hoy
disfruta de un buen Queso – le dijo una voz femenina - ¿Hay una comida más
masculina que un suculento Queso repleto de agujeros? ¿O acaso tu virginidad no
te lo permite?
-
¿Quién sos? – preguntó aterrado y paralizado
Matías Schrank al ver frente a el a una rubia semidesnuda, en pose muy sexy y
seductora - ¿Qué haces aca? ¿Qué queres?
-
Soy Carla – fue la respuesta de la rubia – Carla
Lucía Romanini, conocida como la Quesona, y vengo a hacerte perder la
virginidad, por las buenas o por las malas.
Matías permaneció quieto,
paralizado, mientras Carla se fue acercando a el, con un cuchillo, un enorme
cuchillo, la rubia bien podría haberlo apuñalado en ese momento si así lo
deseaba, pero no hizo eso en ese momento, con el cuchillo le desgarró las
vestiduras al ex Gran Hermano, dejándolo desnudo, y entonces lo agarró, se
arrodilló, y empezó a chuparle el pene, primero, y luego le chupó debajo de las
axilas, el luego le chupó los pechos, la vagina y los pies, todo en una escena
repleta de pasión e intensidad, como la relación sexual que siguió a eso,
cuando finalmente Matías Schrank perdió la virginidad, al penetrar a Carla de
una forma selvática, haciendo honor al lugar donde estaban.
-
Perfecto Matías, perfecto, estas en la selva y
resultaste ser una fiera salvaje, como un yaguareté – dijo Carla.
-
Fue una experiencia sublime – dijo Matías
Schrank – pero no debí hacerlo, no creo que vos seas la mujer de mis sueños,
solo una relación sexual, y nada más, perdí la pureza, la castidad y la
virginidad, ya no soy digno de mi propia persona.
-
Ja, ja, ja – río Carla – tenes razón al decir
que no soy la mujer de tus sueño, porque aunque te dí sexo, ahora te voy a dar
Queso – y Carla agarró el Queso y lo tiró encima de Matías Schrank – y seré la
mujer de tus pesadillas, pues ahora me convertiré en tu asesina.
-
¡Nooooooooooooooooooooo! – exclamó de terror
Matías al ver como Carla blandía el cuchillo delante de el con sus guantes
negros - ¡Pero tal vez lo merezca por caer en manos del vicio y del pecado!.
Cuchillo en mano, Carla se tiró
sobre Matías y le asestó una brutal puñalada en el pecho, y a continuación le
dio tajos, heridas, cuchilladas, cuchillazos y puñaladas en todo el cuerpo,
apuñalando en forma salvaje al joven casto y virgen hasta un rato antes de
aquellas escenas repletas de sexo y sangre.
-
Queso – dijo Carla Romanini mientras tiraba el
Queso sobre el cadáver de Matías Schrank – Matías Schrank – mientras decía en
voz alta el nombre de su nueva víctima, la número cincuenta y siete.
Y Carla desapareció de aquel
lejano lugar en forma tan misteriosa, como había llegado, o quizás no tanto,
porque caminó unos metros donde la esperaba un chofer anciano, que no pronunció
palabra alguna, solo se limitó a hacer regresar a la bella y rubia modelo a la
civilización, mientras en su mente criminal, Carla ya estaba planificando
nuevos asesinatos.
CAPÍTULO 4 LOS ESPECTROS DE LOS
QUESONEADOS
Pasaron unos pocos días, tal vez
poco más de una semana, cuando Carla continuaba obsesionada con el nombre
Matías, pensando que asesinar hombres con ese nombre era una cruzada para
evitar el surgimiento de futuros nuevos asesinos, fue que una noche de domingo
estaba viendo el programa de la Señora Lizy Tagliani, “Trato Hecho”, a Carla,
le llamó la atención un joven de modales muy gays, extremadamente afeminados, con
pelo rizado y redondo. Y sintió un verdadero dolor de estómago al escuchar que
Tagliani se dirigió a aquel joven, bastante joven, quizás con no más de veinte
años, si los tenía, como recién egresado del secundario, diciéndole “Mati”.
-
Tengo que asesinarlo – dijo con desdén Carla
Romanini – tengo que tirarle un Queso.
Otra vez el espectro de Matías
Candia apareció ante la asesina, y mientras su imagen ensangrentada, se
reflejaba en el espejo, le dijo a la asesina:
-
Es muy joven, Carla, deja que los potrillos se
conviertan en caballos, aunque sea una vez, no le cortes las alas a los
pichones, a mí también me asesinaste, con veintiún añitos recién cumplidos.
Carla miró en forma despreciativa
al espectro de Candia, como una ama mira a su esclavo, y le dijo:
-
¿Y a vos quien te dio vela para este entierro?
Vos estas muerto, yo te asesiné. Y con veintiún años recién cumplidos.
Al espectro de Matías Candia, se
sumó ahora el de Lizardo Ponce, que dijo:
-
Además ese joven es homosexual, la van a
calificar de ser una asesina homofóbica.
Carla miró con mayor a los
espectros de sus dos de sus víctimas y agregó:
-
Me toco ser asesina en este tiempo, donde la
mitad de los hombres son gays, las cosas son así, además soy una asesina muy
inclusiva, que no discrimina a nadie, no difererenció entre homosexuales y
heterosexuales, los asesinó a todos, los Quesos son para todos.
-
Muy bien Carla, salí y seguí asesinando, seguí
quesoneando – dijo el espectro de Matías Fioretti, que se sumó a la
conversación, junto a los de Candia y Lizardo Ponce – no les hagas caso a estos
dos.
-
Eso haré, esta misma noche voy a salir, a
asesinar a ese Matías y le tirarle un Queso.
-
No sabes quien es – dijo el espectro de Matías
Candia – desconoces su apellido, solo lo vas a asesinar porque se llama Matías,
como hicistes conmigo. Además el programa esta grabado, no es que ahora sale
del canal y ahí lo quesoneas.
-
Ya sé que esta grabado, no soy una imbécil,
ahora googleo Matías Trato Hecho, y seguro que voy a saber quien es, así hice
con vos Matías Candia, cuando ví lo que eras y lo que hacías, no pudo frenarme
más, y salí a asesinarte, a quesonearte, y mira, es uno de mis asesinatos más
populares y conocidos.
-
Y no te dejaré en paz desde entonces – dijo el
espectro de Matías Candia.
-
Problema tuyo, que preferís que te asesiné, una
y otra vez.
Y así fue que, una vez más, Carla
agarró el cuchillo y simuló apuñalar a Matías Candia, esta vez, sin embargo, no
lo hizo al aire, sino sobre un muñeco, que simulaba ser Matías Candia, lo
apuñaló y le tiró un Queso, el espectro desapareció, y para deshacerse del
espectro de Lizardo Ponce, hizo lo mismo, con otro muñeco que simulaba ser Lizardo
Ponce, y le tiró un Queso, también simuló asesinar una vez más a Matías
Fioretti, agarrando una espada y decapitando un maniquí, que simulaba ser el
basquetbolista patón y patasucia, le arrancó la cabeza y le tiró un Queso
(Aunque al verdadero Fioretti no lo había decapitado sino asesinado a
machetazos, y luego su cadáver salió flotando, como ya dijimos más arriba).
Carla creyó haberse deshecho de
todos los espectros, una vez más, y ahí fue cuando googleó a este Matías,
descubriendo que se llamaba Matías Spano, obviamente muy gay, y mientras veía
fotos del chabón con esos pelos rizados y redondos, crecía el deseo de
quesonearlo.
-
Es gay, debería violarlo, aunque hay una
propuesta del Fauno de que tres Quesonas logran que un gay tenga deseos
heteros, no voy a compartir este crimen con Carla Conte o con Carla Quevedo,
menos con la proscripta Carla Rebecchi, y otras Carlas, como Carla Rebello, no
le da para ser Quesona, podrá haber muchas Carlas, pero poca, muy pocas,
podemos ser Quesonas. Ja, ja, ja, ya veremos, quizás no haya sexo, lo someto a
una sesión de terror y ahí lo quesoneo.
-
Sos una asesina homofóbica, y vas a pagar por
eso – esta vez se lo dijo el espectro de Pablo Sinema o Pablo Giménez, el
asesinado productor del programejo de Guido Kaczka, “Estamos en el aire”, una
de las pocas víctimas de Carla que fue asesinado a balazos – Te van a tirar un
Queso.
-
¿Los Quesones nunca pagan por sus Quesos y yo
debo pagar por los míos? Además, vos estas muerto, Pablo Sinema, asesinado por
mí – le dijo Carla – y ya dije que yo quesoneo a todos por igual, y si a
alguien le tiraron un Queso, ese fuistes vos, yo te lo tiré, chau Pablo.
Carla sacó un arma de fuego como
de pirata y simuló asesinar una vez más a Pablo Sinema, baleando un muñeco que
era una replica del quesoneado productor, y por supuesto, tiró un Queso. Sí, la
obsesión de Carla por sus asesinatos la llevaba a tener muñecos y maniquíes de
sus víctimas, para recrear sus asesinatos. Ahora que los espectros se habían
ido, Carla salió a hacer lo que más le gustaba: quesonear.
CAPÍTULO 5 LA ASESINA DE MATÍAS
SPANO
Guiada por su instinto de
Quesona, y como una fiera depredadora persigue a un ciervo o a un antílope,
Carla, la asesina, no tuvo problemas en ubicar a Matías Spano, dado que el
rizado tenía muchas cuentas de Instagram, tik tok, youtube y todas esas
boludeces, en una sintonía aún más pelotuda que la del quesoneado Matías
Candia.
Y así ocurrió, que aquella noche,
aprovechando el programejo de la señora Lizy Tagliani, Spano hizo un video por
Youtube, justo acababa de terminarlo, cuando ante el, como un espectro de la
luz, que irradiaba luz blanca, estaba Carla Romanini, portando un enorme
cuchillo, despues de dejar un gigantesco Queso sobre una mesa.
-
¿Quién sos? ¿Qué haces aca? – preguntó
aterrorizado Matías Spano.
-
Vengo a asesinarte, Matias Spano, a quesonearte,
serás otras de mis víctimas, como tu tocayo Matías Candia, a quien apuñalé y le
tiré un Queso.
-
¡Nooooooooooooooooooooooooooooo! – gritó
aterrorizado Matías Spano mientras se arrodilló ante la asesina gimiendo y
llorando - ¡No me asesines! ¡No me asesines! ¡Soy demasiado joven para morir!
Matías Spano estaba totalmente
indefenso, arrodillado, aterrorizado, era demasiado fácil asesinarlo, aún para
una asesina de la experiencia de Carla, bastaba que Carla agarrara el cuchillo
y le rebanará el cuello.
-
¡No lo hagas Carla! – otra vez un espectro, esta
vez el de su novio, Emilio Di Marco - ¡Es demasiado joven para morir! ¡Tiene
razón!
-
Apenas diecisiete años, es menor de edad, no
rompas los códigos, ¡Es solo una vez! ¡Espera unos meses, cumple dieciocho, y
ahí sí, lo asesinas Carla! – dijo otro espectro, el de Matías Garfunkel.
-
¡Qué desagradable que sos Garfunkel, aún como
espectro! – dijo Carla - ¡No tiene diecisiete! ¡Tiene más! ¡No mucho más pero
tiene más! ¡Esos datos de internet están mal! Además puedo viajar por el tiempo
y asesinarlo cuando ya tiene dieciocho.
-
Hace lo que quieras, Carla – dijo otro espectro,
el de Matías Camisani – Dolores Barreiro fue quesoneada, yo fui quesoneado, no
entiendo porque otros no deberían serlo. Pero debes atenerte a las
consecuencias, Carla.
Matías Spano continuaba
aterrorizado, Carla estaba indecisa, ¿Lo asesinaba primero o previamente lo
violaba? ¿O acaso bastaba con violarlo y perdonarle la vida?
Dotada de una gran fuerza, dado
que tenía botas, y era muy patona (un aspecto que mencionamos poco pero que
Carla tiene), Carla le dio una patada a Spano, y entonces ahí, lo penetró con
las botas por el culo, una violación hecha y derecha, que Spano disfrutó mucho.
Tanto disfrutó con la sodomización que parecía tener un instinto hetero y
entonces pudo disfrutar de la penetración que le dio a Carla, que gozó mucho de
ello.
-
¡Nooo! ¡Yo soy gay! ¡Basta de esto! – gritó de
repente Matías Spano, como si hubiera estado drogado o en estado de extasis, y
ahora recobraba la conciencia.
-
Te asesinaré Matías Spano y te tiraré un Queso,
tuviste la chance de vivir pero vas a recibir tu Queso.
Con total decisión, la asesina
agarró entonces el cuchillo, con sus guantes negros, un enorme cuchillo,
similar al que usó para asesinar a tipos como Matías Candia, Bautista Araneo,
Lizardo Ponce o Santiago Maratea, por citar algunas de sus víctimas.
Carla colocó el cuchillo sobre el
cuello de Matías y raaaaaaaaaajjjjjjjjjj le infringió una brutal herida de
izquierda a derecha.
-
Aaaaaaaaaaaaaajjjjjjjjjjjjjjjjjjj – gimió Matías
Spano mientras Carla le cortaba el cuello. El grito de dolor de Matías mientras
fue estremecedor, un alarido pocas veces oído, incluso Carla, que asesinaba
hombres en forma habitual y era una rutina para ella, sintió el impacto de
aquel alarido.
Por supuesto, que con la frialdad
propia que sola una asesina de la clase de Carla Romanini tiene, Carla, la
Quesona, repitió con otra herida feroz, esta vez de derecha a izquierda.
-
Aaaaaaaaaaaaaajjjjjjjjjjjjjjjjjjj – el gemido de
Matías Spano con esta segunda herida apenas se sintió, y fue disminuyendo,
conforme el cuchillo avanzaba sobre su cuello, y le infringía esa herida
brutal, una herida de muerte.
-
Como la gallina degollada – dijo Carla Romanini
mientras levantaba el cuchillo ensangrentado con la sangre de Matías Spano,
mientras observaba el cuello sangrante de su víctima – aquel cuento de Horacio
Quiroga.
-
Queso – dijo Carla mientras tiraba el Queso
sobre el cadáver de su víctima – Matías Spano.
-
Ja, ja, ja, je, je, je, ji, ji, ji, jo, jo, jo,
ju, ju, ju – río con total sarcasmo la asesina mientras disfrutaba de su asesinato,
observando el cadáver degollado de Matías Spano con el Queso encima.
CAPÍTULO 6 EL ATAQUE DE LOS
QUESONEADOS
Carla regresó a su residencia y
colocó la foto de Matías Spano con la inscripción #Queso en el Mural de
Quesoneados, un gran mural donde estaban los rostros de sus cincuenta y ocho
víctimas, una por una, Carla sonreía mientras observaba aquel Mural, y se sacó
selfies, una por una, decenas de selfies, centenas de selfies, una tras otra,
con cada foto de cada quesoneado, pronunciando la palabra “Queso” y simulando
apuñalar a muchas de sus víctimas una vez más.
Pero entonces ocurrió que Carla
empezó a ver como la luz se oscurecía, se hacía de noche, y el lugar se llenaba
de humo, y del humo salían los espectros de cada uno de los cincuenta y ocho
quesoneados, que rodeaban a la asesina, mientras gritaban cosas como “Carla”, “Asesina”,
“Vas a pagar por tus asesinatos”, “Nos vengaremos, Carla”, y dentro de todo,
los espectros más visibles y poderosos parecían ser los de Candia, Fioretti,
Sinema, Ponce y Artemis, y ahora también el de Matías Spano, cuyo cuello
sangrante aparecía una y otra vez ante Carla reclamando venganza “Era demasiado
joven para morir, pero igual me asesinaste, con mi asesinato rompiste todos los
códigos, lo vas a pagar Carla”.
Al principio Carla empezó a
aterrorizarse y se quedó paralizado viendo aquel desfile de quesoneados, pero
de repente, agarró el cuchillo, y los Quesos, y empezó a tirar Quesos para
todos lados, como tirándole otra vez los Quesos a los quesoneados, mientras
gritaba:
“¡Ya los asesiné a todos! ¡A
todos! ¡Todos fueron quesoneando por mí! ¡No pagaré crimen alguno porque soy
Caaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrrrrrrrrlaaaaaaaaaaaaaaa, la Quesona Asesina, y seguiré
asesinando” y así Carla derroto a aquel ejército de espectros de quesoneados.
-
Soy Carla, la Quesona Asesina, seguiré
asesinando, ojo chabón, vos podes ser el próximo – dijo Carla en un mensaje que
mandó en sus redes sociales.
¿Pagará Carla por haber roto algún código del Mundo Quesón? ¿Es que acaso los rompió? ¿Los códigos de los Quesones se aplican a las Quesonas? ¿Seguirá quesoneando Carla? ¿Seguirá quesoneando solamente chabones llamados Matías como ha hecho pura y exclusivamente en sus últimos asesinatos o habrá otros? No lo sabemos, lo que sí sabemos es que esta es la leyenda de Carla Lucía Romanini, la Quesona Asesina, y la leyenda continua, repleta de sexo, sangre y Quesos.
excelente relato, Carla hermosa y sanguinaria como siempre!!!!
ResponderBorrarun relato largo, casi épico, como una superproducción del cine, Carla esta desenfrenada y totalmente loca, ve alucinaciones, pero ella asesina a todo Matías que este en su camino y siempre tiene un Queso cerca, una composición perfecta, aunque ¿nadie persigue a la asesina? ¿los asesinatos quedan impunes?
ResponderBorrary cuando esta Carla quesonea a Matías Jesus Almeyda? o tu gallinismo no te lo permite?
ResponderBorrar¿Matías Spano es o no menor de edad? Si lo fuera, Carla debería pagar por romper algunos códigos, además asesinó al novio de la amiga, a la que le prometió un Quesón para que no sufra, lo del otro Matías, el de Gran Hermano (creo recordarlo, me parece) perfecto, una muerte heroica, por su virgnidad, como un ritual pagano, excelente cuento, con toques de terror con los espectros, ¿existen los espectros o son parte de la imaginación de Carla? una composición digna de Stephen King
ResponderBorrarme encanta la imagen del cuello cortado del Matías Spano, una imagen bien gore, que expresa con realismo lo sanguinaria y peligrosa que esta Carla, y yo debería tenerle miedo, ja, ja, ja
ResponderBorrary sí es la enemiga pública de los Matías, y siempre sacas personajes nuevos, aunque todos tengan un queso
ResponderBorrarQUE MANERA DE AMASIJAR CHABONES ESTA MINA
ResponderBorrarX SUERTE ME LLAMO JUAN
AUNQUE EN CUALQUIER MOMENTO CARLOS QUESÓN SACA ALGUNA SAGA CON ALGUNA CARLA "LA ASESINA DE LOS JUANES"
yo que vos me cuidaba, esta Carla quesoneo a Juan Pérsico por ejemplo, o sea, que puede ir por vos
BorrarPero estás considerado un muggle, uno de los asistentes al Queso de Oro. Así que tendrías una protección. Además recuerdo un relato intimando con Carla Romanini, sin ser quesoneado.
Borrarya lo pusieron en otro comentario
ResponderBorrarsi esta mina es la auténtica asesina de los Matías que quesonee a Matías Almeyda, y que no se olvide de Matías Santoianni, cuyo segundo nombre es ¡Carlos! o sea que ahí podria sumar otro conflicto rompe códigos, si es que el chabón del cuento de hoy es menor de edad, como se insinua en el relato
Matías Santoiani, que actor mediocre, como aburría en Gasoleros. Carlos de segundo nombre no es tenido en cuenta. Tampoco protege de Carla Conte.
Borrarlo de Matías Santoianni no debería postergarse mucho más, hasta debería ser un reclamo de los espectros quesoneados, para que se sume a ellos
Borrarnoto un ensañamiento con youtubers e influencers, si es así, que asesinen a Rodsquare, que ha hecho videos con Matias Candia y otros personajes similares
ResponderBorrarMuy bien. Un nuevo relatos. Y de una Carla quesona. Y de esta Carla, que es una de las más seductoras, letales y por lo tanto, populares. Y además me nombra, aunque no haga caso a mi sugerencia. Y sea un poco egoísta.
ResponderBorrarEs cierto que pudo haber roto alguna regla. Como lo de quesonear al novio de una amiga. Y los quesones no se detienen con las novias, esposas de sus amigos. Así que ella no tiene motivo para abstenerse.
Los Carlos también matan a lesbianas, aunque sea de las que quiere tener alguna experiencia con un hombre, por pura curiosidad.
Podría ser una infracción lo de quesonear a un menor de edad. Pero las reglas de las quesonas no se aplican necesariamente a las Carlas. Y podría regularse la edad de quesoneados como más de 16 años. O permitirse una excepción.
La quesona rubia podría recibir alguna represalia de los fantasmas de sus quesoneados. Algo como El Ente, pero grupal. (No digan que yo lo sugerí, es algo que podría darse). Carla podría entregarse o pedir ayuda a Lady Dumistrescu o a la Leia bulgara.
La rubia podría ser multada, condenada a tener una misión conjunta con una o dos quesonas, al estilo de Los Ángeles de....Charly.
Muy buen relato,
Aunque a la quesona rubia no lo quiera, estaría bien sumar Carlas o sus equivalentes.
mucho morbosidad, sexo y queso, un poco largo quizás, pero ella los va matando uno a uno y parece que habrá más
ResponderBorrarsiempre sedienta de sangre esta asesina, por más cuentos de Carla, queremos que siga asesinando a cuanto hombre se cruce en su camino....
ResponderBorrar"Carla Lucía Romanini, conocida como la Quesona", ay, jajajaa...me hiciste reír de lo lindo. Quise saber en qué momento incorporarías tu alimento favorito, la razón de tu exsistencia. Sos único!!!
ResponderBorrarInteresante narrativa que incluye tintes sodomasoquistas, sarcasmos, asesinatos, y quesos encima de cadáveres. Todo en el contexto de una serie de redes sociales que como buen vejete no entiendo un carajo. ¿Donde quedaron los pica hielos eróticos de Paul Verhoeven? ¿Los clásicos "muere rata asquerosa" de las novelas negras de Philip Kerr? Cierro este comentario con una cita de Vellon, "¿Donde están las nieves de antaño?" los vejetes estamos en extinción.
ResponderBorrarUna asesina serial que come, ofrece sexo y queso y le apodan la Quesona? Acabo de descrubrir tus relatos, los voy a leer todos. Saludos
ResponderBorrarCharly Alberti estuvo como invitado en Diego a la tarde.
ResponderBorrar¿Una situación propicia para ser quesón? En el programa están Karina Iavicoly y la locutora Nati López (Los métodos de Charly con una locutora). ¿O será que fue invitado a cambio de no quesonear a las mujeres del programa?
Otra cuestión. Piruli Films aún no hecho ninguna película de Rape & vengeance. En que una chica es victimizada y luego se venga violentamente. Como Escupiré sobre tu tumba, No moriré sola.
Es algo para que protagonice una Carla.
La rubia podría ser. Pero tratándose de actrices la protagonista podría ser Carla Quevedo, con experiencia en hacer de víctima. O Carla Gugino. Incluso pueden actuar juntas, por acción de la Fundación Dumitrescu.
Gugino podría ser a amiga que Quevedo pasa a buscar por el aeropuerto.
Y cuando se venguen, podrían matar realmente a los actores, que no se llamarían Carlos.
la Piruli Filmes nunca hizo una película asi, pero es un tema muy interesante del que hay que tomar nota, a mí me gusta mucho eso,
Borrarla olvidada historia de "la Asesina de los Carlos" (que esta en un blog paralelo a este) partía de algo parecido a "Escupire sobre tu tumba", o sea que el argumento podría ser ese,
https://asesinadecarlos.blogspot.com/
ese blog casi no recibe visitas, en cualquier momento su contenido volverá a este, con los relatos fusionados y algunos actualizados
Matías Spsno, la última víctima de Carla, al que le cortaron el cuello, a full con sus rulos en el programa de Tagliani
ResponderBorrarEl instinto asesino de la Quesona parece no tener límites. Entre sexo y queso todo se da a su voluntad jaa. Me gustó tu texto, lo disfruté, más allá de las instancias de vida. Saludos
ResponderBorrarUno de tus eselznantes relatos, con el queso como elemento esencial. Esto es el verdadero terror de la víctma, que me recuerda mucho a las películas de terror italiano de hace unos años, que supongo que tú habrás visto. Sabes transmitir el terror muy bien.
ResponderBorrarQUE ????? WTF QUE ES ESTO SJDHSLJA
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