La Asesina de Matías Santoianni, Fabrizio Angeleri, Matías Ferrario y Juan Carlos Passmann
Primera Parte del Mega Relato "Los Trece Quesos de la Buena Suerte de Carla"
Capítulo 1 “El Telegrama”
A Carla mucho no le importaba porque total, lo hecho, hecho esta, y el asesinato de Matías Spano ya no tenía vuelta atrás, lo había degollado y le había tirado un Queso. Pero sabía que aquel crimen había despertado algún revuelo en ciertos sectores de la sociedad. Tampoco olvidaba a los espectros de los quesoneados que le reprochaban y juraban que iba a pagar por aquel asesinato, pero ella los había vencido. Por eso estaba expectante sabiendo que un autodenominado “Consejo de Etica del Mundo Quesón” había analizado el caso.
Pasara lo que pasara estaba dispuesta a ir para adelante, o sea, seguir asesinando y tirando Quesos. De todas formas igual leyó con ansiedad un telegrama, sí un telegrama, como si estuviésemos en 1960, en la era de los WhatsApp, las redes sociales e internet. Pero bueno, por lo menos, la oficina de correos emitió algún telegrama que no fue un simple telegrama de despido.
“Señora Carla Lucía Romanini:
Aunque no se presentó ninguna denuncia en su contra, ante la difusión e impacto en la opinión pública del asesinato del señor Matías Nahuel Spano, asesinado por usted en la tarde del 30 de junio de 2021, hemos decidido actuar de oficio.
La víctima del asesinato en cuestión era menor de edad cuando fue por usted asesinado en su condición de Quesona, degollado y quesoneado, tenía diecisiete años, seis meses y ocho días de edad para ser exactos.
Esto pudo haber sido una grave violación del Código Quesón que establece que ningún Quesón debe asesinar a una víctima menor de edad, sin embargo, el código habla de Quesones hombres, o sea de Carlos Asesinos, y de víctimas mujeres, no hace referencia a Quesonas Mujeres y víctimas hombres, existiendo por lo tanto un vacío legal al respecto.
Al mismo tiempo el hecho de que la víctima – Matías Spano – desempeñará una labor profesional en un reconocido canal de televisión y en un programa de una prestigiosa figura del mundo del espectáculo, pudo provocar por parte de usted – la asesina – la confusión de que aunque se trataba de un hombre muy joven pero mayor de edad.
Por lo tanto teniendo en cuenta ambas situaciones, sumado al hecho de que la víctima estaba a menos de seis meses de ser mayor de edad, y que ya estaba viviendo los dieciocho años, aunque no los hubiera cumplido, creemos que usted, en su condición de Asesina Quesona, no ha violado ningún reglamento ni código vigente.
Eso sí, de ahora en adelante, y sin efecto retroactivo, queda claro que el Código Quesón incorpora ahora la prohibición de que también las Quesonas Asesinas tiene prohibido asesinar hombres menores de edad, salvo que estos estén a menos de seis meses de cumplir los dieciocho años y desempeñen alguna tarea profesional en el ámbito del espectáculo o del deporte.
Por lo tanto, señora Carla Lucía Romanini, siga disfrutando de su condición de Quesona Asesina”
Capítulo 2 “Trece Quesos, el número de la suerte de Carla”
Con satisfacción y placer, la asesina termino de leer el telegrama.
- Ja, ja, ja – río la asesina – seguiré asesinando y ahora con más fuerza que antes. El trece, el número trece, dicen que es el número de la mala suerte, pero no lo será para esta asesina, para esta Quesona, Tiraré TRECE Quesos TRECE días, uno cada día, para que el mundo sepa quien es Carla Lucía Romanini, la Quesona Asesina, la asesina de hombres más poderosa de la historia, más importante que Carla Conte, o que la famosa y legendaria Carlota Monzón, conocida por todos como Ravelia Zamas, yo seré la única y verdadera Quesona de Hombres, la Asesina de los Matías como también me llaman, siempre recordando que la mitad de mis víctimas se llaman Matías, pero no todas mis víctimas se llaman Matías, la mitad se llaman de otra manera, por eso asesinaré a TRECE hombres, siete Matías y seis que se llamen de otro modo. Será fácil, primero, los días impares, a los siete Matías, los días pares, serán quesonados otros seis chabones, los espectros de los Quesoneados serán quienes elijan a mis víctimas, los escucharé a ellos, para que ellos decidan quienes les harán compañía en el más alla, y mi instinto Quesón me llevará a cada uno de ellos, ¡Ja, ja, ja! y ¡zas! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso!.
En ese momento apareció el espectro de Matías Candia ante la vista de Carla y le dijo:
- Los trece chabones que vas a asesinar se deben llamar Matías, como yo.
- ¡No! – dijo Carla - ¡Ustedes son la mitad de mis víctimas, pero debo asesinar hombres que se llamen de otra manera! ¡Solo así me respetaran los hombres! ¡Además ya lo hice y lo seguiré haciendo! ¡Ja, ja, ja, je, je, je, ji, ji, ji, jo, jo, jo, ju, ju, ju!
- Debes usar varias armas, debes ser una asesina más creativa, mira a Ravelia Zamas, ella empezó alternando entre balazos y puñaladas, luego se hizo una excelente decapitadora y estranguladora, al principio usabas muchas armas, debes hacer lo mismo, lo importante no es como los asesinas, si no que cada uno recibirá su Queso, no te limites a ser una simple cuchillera – le dijo el espectro de Matías Fioretti.
- Sí, podes usar un arma de fuego antigua – le dijo el espectro de Pablo Sinema – a mí me asesinastes de esa manera.
- No sé, no sé, puede ser, puede ser – respondió Carla – por sí acaso, dispondré de numerosas armas, cuchillos, puñales, espadas, machetes, ninjatos, katanas, shuriken, armas de fuego antiguas, las que usaban en mil setecientos y pico, algunas sogas, y por supuesto, mi cuerpo, y los Quesos, ja, ja, ja.
- ¿Y el fetichismo de pies? – preguntó el espectro de Lizardo Ponce – Para Ravelia Zamas es un aspecto fundamental, al punto que siempre huele los pies de sus víctimas, y se lleva de trofeos sus zapatos o zapatillas, y también las medias y los calcetines.
- No es relevante para mí – dijo Carla – no es mi estilo, ella tiene una vitrina con los zapatos o zapatillas de cada una de sus víctimas, yo tengo este mural, con el rostro de mis quesoneados, o sea, de cada uno de ustedes, y la inscripción #QUESO, es lo mío.
Y tras decir esto, permaneció en silencio muchos minutos, mientras miraba el Mural con todas sus víctimas, las cincuenta y ocho hasta ese momento, viendo los rostros de los cincuenta y ocho quesoneados, sabiendo que esa lista se ampliaría rápidamente, recordando cada uno de sus asesinatos, la verdad que eran tantos que muchos casi no los recordaba y hasta había olvidado los nombres de algunas de sus víctimas, menos mal que estaba el mural para recordárselos.
- Y es la rutina de una asesina, de una Quesona, a los Quesones les pasa lo mismo, cuando una es una asesina profesional, quesonear puede ser difícil la primera vez (la verdad que no lo fue, pero bueno, es un decir), y después, es simplemente, QUESO, SIMPLEMENTE QUESO, SOLO UN QUESO MÁS.
Se puso los guantes negros, fue sirviendo en una mesa nueve Quesos y agarró un enorme cuchillo, y al grito de “¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso!” fue apuñalando los Quesos hasta provocar miles, decenas de miles, de cubos de Queso, que según se cuentan, fueron comidos por las ratas y ratones que pululaban por allí.
Una leyenda dice que aquellas ratas y ratones bien podrían ser los Quesoneados por Carla reencarnados en roedores, también se dice que mientras Carla iba apuñalando los Quesos, con la misma furia con las que apuñala a sus masculinas víctimas, los espectros de los quesoneados se hicieron presentes y fueron tirando nombres de quienes podrían ser las nuevas víctimas de Carla. Así, elegidos por los espectros, Carla fue seleccionando su lista de trece víctimas, siete Matías y otros seis con otros nombres, y separó un Queso para cada uno, y entonces estaba decidida a salir a asesinar cada noche a cada uno de esas víctimas, cada día, a lo largo de trece días.
- Trece Quesos, Trece, mi número de la suerte, el número de la suerte para Carla, la Quesona, la Asesina, ja, ja, ja, ja.
Capítulo 3, Viernes, la primera víctima, MATÍAS SANTOIANNI (cimitarra)
El actor Matías Carlos Santoianni se encontraba robando con una obra de teatro titulada: “Homenaje a Sandro”, y no porque tengamos algo contra la memoria del gran Sandro (todo lo contrario quien escribe estas líneas es admirador del gitano y su obra musical), sino porque realmente la obra era una idiotez, un ton ni son, y recordaba tal vez los mejores días de Santoianni como actor, cuando estaba en unos recitales de Sandro y trabajaba en la popular serie Gasoleros, allá por 1998.
La obra, además de ser una basura, era también un fracaso rotundo, pero una noche habían vendido todas las entradas, Santoianni estaba eufórico, sin embargo, al abrirse las puertas del teatro, solo una espectadora, una bella rubia y patona, era la única persona del público.
- ¡No puede ser! – exclamó asombrado Matías Santoianni - ¡Una sola persona! ¡Sí habíamos vendido todas las entradas!
- Yo soy tan admiradora tuya que compre todas las entradas – dijo la rubia – te quería para mí solo, por el solo hecho de que te llamas Matías.
- ¿Quién sos?
- Carla, pero en el barrio me dicen “la Quesona”, y la verdad, Matías, solo quiero tener una sola con vos, sexo, y lo demás no me importa nada.
Santoianni quedó asombrado al escuchar a Carla así tan regalada, pero lo cierto es que unos minutos después los dos estaban en el camarín, ella hizo un streap tease express, con música de Sandro, al compás de “Ave de Paso” y “Una muchacha y una guitarra”, le fue sacando la ropa, pieza por pieza, para tirarse encima de el, y cogieron así, rápidamente, con furia y salvajismo, para sorpresa de Matías, que se sintió casi violado por Carla.
- Fue todo tan rápido, me gusto mucho, pero la verdad que quede medio hecho mierda, sos como una dementora, me sacaste toda la energía – dijo Santoianni.
- Yo esperaba algo mejor – dijo Carla – pensé que ibas a tener más resistencia, no que te ibas a entregar tan rápido, en fin, no sos digno de homenajear a un grande como Sandro.
- ¿Y vos quien sos, para determinar si soy digno o no? – dijo Matías Santoianni.
- Soy Carla, la Quesona, la Quesona Asesina, y vos, Matías Santoianni, vas a ser mi próxima víctima.
Y sin otras palabras, con sus guantes negros, de una gran mochila, Carla sacó una espada árabe, una cimitarra, la blandió y ¡zas! le asestó una brutal herida a Matías en el pecho, otra en el estomago, una tercera en el cuello, una cuarta en la espalda y con eso fue suficiente para asesinarlo. Finalizado el crimen, de la misma bolsa, la asesina sacó un enorme Queso, y lo tiró sobre el cadáver de Matías Santoianni.
- Queso, Matías Carlos Santoianni – dijo con total frialdad y en voz alta Carla Romanini, mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de su víctima, y luego de contemplarlo y con total impunidad, abandonó la escena del crimen.
Capítulo 4, Sábado, la segunda víctima, FABRIZIO ANGILERI (cuchillo yanagiba)
Fabrizio Angileri, Fabrizio con “Z” no con “C” de Carlos (o de Carla), como Fabricio Oberto. Jugador de fútbol, al parecer se inició en las inferiores de Boca Juniors, aunque luego terminó en River Plate, previo paso por Godoy Cruz. No hablaremos mucho de temas futbolísticos – no es el objetivo de este relato – simplemente señalaremos que Fabrizio es alto y patón, un morocho bastante apetecible para cualquier chica o para cualquier gay también.
Una noche de luna llena, Fabrizio se encontraba descansando mirando el cielo, y contemplando la brillante luz que siempre emana el planeta Venus, al que algunos llamaban el Lucero.
- Como brilla esa estrella – dijo Fabrizio en voz alta, en una actitud reflexiva y filosófica, algo totalmente raro e inusual en el.
- No es una estrella, es un planeta – dijo una voz femenina. Fabrizio se dio vuelta, ante el, estaba una rubia bella y patona, realmente irresistible.
- ¿Quién sos?
- Me llamó Carla, Fabrizio, Fabrizio con Z, no con C, como Fabricio Oberto. Dicen que ese quesudo estaba mirando las estrellas cuando Ravelia, la Quesona, le cortó el cuello con un cuchillo en forma de katana, después le tiró un Queso.
- Que historia tan truculenta – dijo Fabrizio – me das miedo, me transmitís terror. Estoy aterrorizado.
- ¿En serio? Y hay una historia también muy sanguinaria, la del asesinato de otro Fabricio, Fabricio Maximiliano Miranda, la historia que esta relatada en el blog “Cuentos Sangrientos” basada en un hecho totalmente real (https://cuentossangrientos.blogspot.com/2015/06/fabricio-maximiliano-miranda-y-la.html).
- Pero era Fabricio con C, yo soy Fabrizio con Z, no es no lo mismo, Fabrizio con Z, como el amigo de Di Caprio en el Titanic, la verdad, rubia, me das mucho miedo, tenes pinta de asesina, ¿No querrás asesinarnos a todos los Fabricio?
- Ja, ja, ja – río la asesina - ¿Y porque no? Sería una asesina de pocas víctimas, por eso prefiero ser la asesina de los Matías, son muchos más, ja, ja, ja.
- ¿Sabes una cosa rubia? Se me va a ir el miedo si me das sexo.
- Y eso te daré, Fabrizio, Fabrizio con Z.
Carla se desnudó ante el tal Fabrizio, que no se pudo resistir, y a continuación, hubo un sexo alocado, demasiado salvaje y feroz, lo hicieron a la luz de la Luna, con Venus y las constelaciones como testigos. Ella empezó chupándole la pija, el las tetas, para despues revolcarse en el barro y en el pasto. Cuando finalizaron, ella estaba intacta, el futbolista, en cambio, esta exhausto.
- Que bien coges Fabrizio – dijo Carla.
- Fabrizio con Z, ja, ja, Fabricio con Z, no Fabricio con C.
- Sí, con C de Carla, C de Carlos y C de cuchillo, ¡de cuchillo! – y en ese momento Carla empuñó un cuchillo yanagiba, y se tiró sobre Fabrizio con furia y salvajismo, atacándolo de inmediato, y apuñalándolo en forma salvaje, tan salvaje como había sido el sexo.
Así lo asesinó, y al terminar de asesinar, Carla sacó un Queso de la mochila.
- Queso, Fabrizio Angileri – dijo con total frialdad y en voz alta Carla Romanini, mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de su víctima, y luego de contemplarlo y con total impunidad, abandonó la escena del crimen, no sin decir antes:
- Mucho Fabrizio con Z, pero ya había quesoneado a uno, Fabrizio Silva, una de mis primeras víctimas.
Capítulo 5, Domingo, la tercera víctima, MATÍAS FERRARIO (arco y flecha)
El modelo Matías Ferrario (ex galán de Combate) se encontraba haciendo ejercicios en un bosque, manteniendo el distanciamiento social, sin embargo, aunque el lugar estaba lleno de gente, de repente, notó como que la gente fue desapareciendo hasta quedar totalmente solo, algo que le llamó la atención, o no tan solo, pues se dio cuenta que una joven rubia, bella y patona se acercó a el.
- Hola Matías, ¿Cómo va? – dijo la rubia - ¿Me recordas? Hemos compartido algunos eventos y celebraciones, yo soy Carla Romanini.
- ¡Hola Carla! Sí, claro que te recuerdo, sos la novia de Emilio Di Marco, ¿Qué fue de el? No tengo noticias suyas desde hace mucho tiempo.
- Viajando por el continente asiático, al que esta recorriendo a pie, ja, ja, ja – contestó y río Carla – o quizás fue asesinado por mí, a cuchillazos, y yo le tiré un Queso y luego me deshice del cadáver, ja, ja, ja.
- Ja, ja, ja – río Matías – bueno, en internet algún graciosillo escribió un cuento donde soy asesinado por Carla Conte, un absurdo, al principio, lo iba a denunciar, pero después me lo tomé para risa, encima Carla Conte en el papel de asesina, cuando fue asesinada por Carlos Roa, el arquero ese que resultó ser un Quesón estrangulador.
- Hay mucha locura en las redes – dijo Carla – aunque otra Carla, o sea yo, puedo ser tu asesina. Algo me dice que sos gay, pero de todas formas, creo que hoy puedo ser tuya – y Carla se desnudó ante Matías.
- No importa mi condición sexual – dijo Matías – la verdad que sos irresistible, irradias como un encanto que nadie puede evitar.
No hubo más palabras, Carla se tiró encima de Matías y lo tiró al piso, y casi que lo violó, porque lo que hubo despues fue un sexo salvaje y feroz sobre el pasto, Matías lo disfrutó extasiado aunque quedó como destruido.
- Estoy como un celular sin baterías – dijo Matías – así me dejaba Carla Conte en ese cuento, ja, ja.
- Y te asesinaba a balazos y te tiraba un Queso – dijo Carla.
- Sí, muy gracioso, ja, ja, me tiraba un Queso, me podría haber tirado un jamón o un salame, pero me tiraba un Queso.
- Y yo también te voy a tirar un Queso, pero no te asesinaré a balazos, sino con arco y flecha, o lo Robin Hood, o a lo Guillermo Tell, sí, te pondré un Queso sobre tu cabeza en vez de una manzana.
Matías quedó mudo y casi quieto, mientras la asesina colocaba el Queso sobre su cabeza, y sacó un arco y una flecha, disparó la primera flecha y cayó justo en el Queso, metiéndose en uno de los agujeros. El ex de Combate respiró aliviado, todo era un juego, algo macabro y raro, pero solo un juego.
- Ja, ja, ja – río la asesina – ahora viene lo mejor, ya asesiné a un rugbier, a otro Matías como vos, creo que era Matías Moroni, o algo parecido, ahora te toca a vos, Matías Ferrario, flechado y quesoneado, ja, ja, ja.
- ¡Nooooooooooooooooooo! – gritó de terror Matías Ferrario
La asesina disparó la flecha e impactó directamente en el cuello de Matías, otra flecha en el corazón y así, una flecha tras otra.
- Un asesinato muy creativo – dijo Carla – a la usanza de la antigüedad o el medioevo.
Entonces contemplando el cadáver flechado de Matías Ferrario, sacó un Queso de su mochila.
- Queso, Matías Ferrario – dijo con total frialdad y en voz alta Carla Romanini, mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de su víctima, y luego de contemplarlo y con total impunidad, abandonó la escena del crimen.
Capítulo 6, Lunes, la cuarta víctima, JUAN CARLOS PASSMAN (arma de fuego siglo XVIII)
Arma: arma de fuego del siglo XVIII, Lugar: Bodega de Quesos “San Carlos”
Eran los días en que Argentina había ganado la Copa América, luego de muchos años de espera y postergaciones, cuando justo coincidió que nuestra asesina, Carla Romanini, la Quesona, estaba haciendo este raid sangriento de trece asesinatos.
Fue en aquellos días cuando, una vez más, el opinologo de fútbol (y reconocido hincha de Boca Juniors) Juan Carlos Passman lanzó una de sus habituales opiniones defenestrando jugadores, en este caso pidiendo la inmediata separación de Angel Fabián Di María del seleccionado argentino. Un poco más Juan Carlos Passmann, conocido por todos como “Toti” (Un nickname más que pedorro dicho sea de paso) había pedido que Di María fuera quemado vivo en la hoguera a la manera de Juana de Arco.
Pero todos sabemos como termino la historia: la noche del 10 de julio de 2021, Angel Fabián Di María, convirtió el gol del triunfo de Argentina ante Brasil, triunfo que significó la consagración de Argentina en la Copa América.
Un par de días después de terminado ese partido, el Toti Passman recibió un extraño mensaje anónimo.
“Juan Carlos, mereces ser ajusticiado, y lo serás, te desafío a un duelo, te espero en la Quesería de los Carlos, lástima que te pusieron ese Juan adelante, porque serías uno de ellos si no lo tuvieras, serías un Carlos, un Queso, un Quesón”.
Aunque Toti Passman pensó que eso era una boludez, fue a la famosa Quesería de los Carlos, y para su atención, no había nadie, absolutamente nadie, miro para un costado, miro para el otro, para adelante, para atrás, y nadie, hasta que vio aparecer a una rubia.
- Hola Juan Carlos – dijo la rubia – me llamo Carla – era nuestra conocida Carla Romanini, la heroína de nuestra historia – hubieras sido un gran Quesón, pero te pusieron un Juan adelante y te garcaron para toda la vida, ahora no servís para nada, solo para decir asquerosidades y obscenidades en la TV, pero vas a pagar por ello, Juan Carlos Passman. La tenes adentro. Y que la chupen, y que la sigan chupando. Hubieras sido un gran Quesón, un gran asesino, pero te pusieron un “Juan” adelante, y así te cagaron el hecho de ser un Quesón, y te convertistes en eso que sos, en un idiota, un imbécil, un sorete, un zorongo, porque la tenes adentro Passmann, la tenes adentro.
- ¿Quién sos?
- Soy Carla, una gran asesina, me gusta darles sexo a mis víctimas antes de asesinarlos, pero hoy me duele la cabeza, no voy a perder el tiempo, me das asco, casi tanto como Matías Garfunkel, para vos no hay sexo, solo hay Queso. La tenes adentro. Y que la chupen, y que la sigan chupando.
- ¡Nooooooooooooooooooooooooooo! – gritó de terror Juan Carlos Passmann al ver como la asesina sacaba un revolver, un arma del siglo XVIII, un arma de fuego de la era de los piratas, y apuntó a Juan Carlos Passmann.
- Queso – dijo Carla mientras tiraba el primer balazo, y así lo asesinó a la usanza de Carlos “Charlie” Reich, ocho balazos, y al efectuar cada disparo, la asesina decía en voz alta “Queso”.
- Queso, Juan Carlos Passman – dijo con total frialdad y en voz alta Carla Romanini, mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de su víctima – No es mi estilo este, pero este tipo no merecía otra cosa, La tenes adentro. Y que la chupen, y que la sigan chupando - y luego de contemplarlo y con total impunidad, abandonó la escena del crimen.
Continua en la Segunda Parte en
https://cuentossangrientos.blogspot.com/2021/07/los-trece-quesos-de-la-buena-suerte-de_24.html
UN POST DE LA PUTA MADRE SIN DUDAS
ResponderBorrarAlgo me dice que se va a terminar la buena suerte de Carla
ResponderBorrarQue delicia leer los relatos de Carla Romanini, como va quesoneando chabones, con sexo y queso, crimen y misterio, un placer estos relatos, pero si sigue así se va a quedar sin víctimas
ResponderBorrarEstos relatos siempre tienen como una mejor producción, ja, ja, Santoianni era un quesoneado que venía pidiendo pista desde hacía rato, que raro despues que quesoneen a uno de River, conociendo las confesas simpatías del autor del blog por River Plate, bien por los relatos, por el autor y por la asesina, y también por las víctimas
ResponderBorrarPassman, que asesinato tan merecido, y que bueno que lo haya asesinado así, a sangre fría, ja, ja
ResponderBorrarQue placer leer que los asesinan a Santoianni y a Passmann
ResponderBorrara esta asesina la tenes que coger o asesinarla vos Carlos
ResponderBorrarobra maestra de la literatura de terror, Edgar Allan Poe, un poroto, y con perspectiva de genero al ser una asesina la protagonista
ResponderBorrarla parte de cuando matan a Santoianni debió haber sido ambientada en la epoca en que hacía Gasoleros
ResponderBorrary a Passman debería haberlo cogido con un queso y decirle "lo tenes adentro, lo tenes adentro"
Me gusta el principio, con una advertencia a la quesona rubia. Y la conclusión de que puede seguir quesoneando. ¿Quiénes integraran el Consejo de Ética de Mundo Quesón.
ResponderBorrarMatías Santoiani dejará de aburrir. Que letal que fue.
Un asesinato con queso y sexo, bajo la luz de Venus. Tiene mucho sentido.
Entre la morocha y la rubia hay cierta rivalidad, por quien quesonea mejor.
Una buena actitud la de no haber denunciado el relato, tomado con humor. Lo que fue recompensado con el último deseo.
Lo que no tuvo Passman. Que fracaso. Ante él, a Carla Romanini le dolió la cabeza.
Muy bueno que los espíritus de los quesoneados acechando y a la vez, aconsejando a la rubia. Sospecho que desean poseerla al estilo El Ente, pero en grupo.
cada asesinato vale un queso, interesante teoría
ResponderBorrarlo extraño es que a Santoianni debió asesinarlo antes, se supone que el chabón ya estaba alertado de alguna manera y a Matías Ferrario lo quesonearon dos veces
ResponderBorrardos cositas:
ResponderBorrar- el Chino Leunis debe ser visitado por una quesona
- Matías Spano que estaba en el programa de Tagliani y fue quesoneado por Carla Romanini, hoy no estuvo en el programa, o sea que quizás Carla le corto el cuello en serio y le tiro un queso
Facu Mazzei merece un queso
ResponderBorrarDado que participó de Bailando por un sueño,, debería ser quesoneado por Carla Conte, quien fue una ganadora. Incluso le ganó a Laura Fidalgo.
BorrarAunque podría haber una opción. Carla Díaz, que es bailarina. Es tiempo de incorporar a alguna Carla.
https://es.wikipedia.org/wiki/Carla_D%C3%ADaz
También podría Carla Lanzi, bailarina y coach de Bailando por un sueño.
https://www.eltrecetv.com.ar/noticias/showmatch-super-bailando-2019/carla-lanzi-revelo-un-secreto-sobre-la-bachata-de-oscar-y_111844
https://www.youtube.com/watch?v=2dYtqDuw9dQ
Tinelli la retó y fue quesoneado. ¿Casualidad?
que bueno que en el Mundo Quesón al Chano Carpentier ya lo quesonearon
ResponderBorrarMaría Becerra y Morena Beltran podrían ser quesoneadas en una misión conjunta de Carlos Matías Sandes y Carlos Leonel Schattmann, que las decapiten e intercambien las cabezas
ResponderBorrarteniendo en cuenta que los quesones españoles ocupan un lugar relevante en los relatos no estaria mal incorporar un par de quesones toreros
ResponderBorrarCarlos Ochoa y Carlos Carmona
https://www.abc.es/cultura/toros/abci-carlos-ochoa-retira-si-no-estoy-dispuesto-jugarme-vida-no-debo-volver-vestirme-torero-201809271541_noticia.html
https://www.abc.es/estilo/gente/abci-salvame-carlos-enrique-carmona-torero-encandilado-chabelita-201810251700_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F
sería interesante ver a estos asesinos clavarles la estocada a sus víctimas, a las que podría torear, y despues tirarles el queso
Muy buena idea. Uno de los dos podría quesonear a Mónica Cruz, quien tuvo una relación, por indicación de la Marquesa de Avila.
BorrarY también hay un par de mujeres toreras, mexicanas, llamadas Karla.
Karla de los Ángeles y Karla Santoyo.