El Asesino de Mariana Nannis
Entre 1999 y 2004, Carlos Bossio, el mítico arquero Chiquito Bossio, tuvo un paso bastante discreto por el fútbol de Portugal, donde fue un digno suplente del Benfica (1999-2001 y 2002-04), con un paso en el medio por el Vitoria Setubal (2001-02); en aquel lustro europeo de su vida deportiva, cuenta la leyenda que cada diez o quince días se registraba algún crimen Quesón en algún lugar de Europa, principalmente España y Portugal, aunque los crímenes se reportaron en todo el continente.
Bellas y jóvenes mujeres eran brutalmente apuñaladas, con un promedio de 60/70 cuchillazos en cada asesinato, y siempre sobre el cadáver de las víctimas aparecía un enorme Queso, generalmente un Gruyere o un Emmenthal, esos con grandes y voluminosos agujeros. Según se comentaba, las víctimas solían oler los pies del asesino antes de ser brutalmente asesinadas a cuchillazos, muchas, aunque no todas, tenían también una más que gozosa experiencia sexual con el asesino. Pero, en todas, sin excepción, el asesino tiraba el Queso, y cuando lo hacía, decía en voz alta la palabra “Queso”.
En ese tiempo la oligofrénica Mariana Nannis, envuelta siempre en su vida perezosa llena de lujos y placeres mundanos, residía en Marbella. Dicen que esto que voy a contaros pudo haber ocurrido en cualquiera de esos años, la esposa de Claudio Paul Caniggia estaba tirada sobre la playa, disfrutando de una bella tarde de la primavera andaluza, del mes de mayo, para ser exactos.
Mientras leía una revista, porque en el tiempo que estamos hablando aún no se usaba internet en los celulares, se reía de las noticias que hablaban de los asesinatos de “el Quesón”.
- Ja, ja, ja – decía Mariana Nannis – mira sí va a ser cierto esto, toda una leyenda urbana, mira si un tipo que mide casi dos metros y calza cincuenta, va a estar por ahí asesinando mujeres con total impunidad, acuchillando a las minas y tirando Quesos, ja, ja.
- Yo no me reiría tanto, estimada Mariana – dijo una voz masculina con tonada cordobesa, cordobés de Argentina, no de Córdoba de Andalucía – hay muchas mujeres asesinadas por ese sanguinario asesino, son cientos, te lo aseguro.
- ¿Y vos quien sos? – dijo Mariana, al ver a un hombre alto ante ella, muy alto, 1,95 metros de altura, 50 de calzado, vestido como arquero de fútbol, algo dientudo, con cierto aire a Freddie Mercury.
- Soy Carlos “Chiquito” Bossio, arquero argentino, llegué a ser compañero de Claudio Paul en la selección argentina, vengo a saludarlo, jugué en Estúdiantes de La Plata, donde hice un gol de cabeza a Racing el 12 de mayo de 1996, eso me dio cierta fama, hasta llegué a almorzar con Mirta Legrand esa semana, y…
- Suficiente, suficiente – dijo Mariana - ¿Carlos te llamas? Mira, pibe, Claudio Paul no esta, ni se cuando va a volver, lo que sí se es que tenes unos pies muy grandes, es impresionante – a Nannis le llamó la atención el tamaño de los pies de Bossio, era impresionante, quedó como atrapada por eso, el arquero se dio cuenta… - ¿Me los mostras? – Nannis no pudo evitar decir eso.
Carlos obedeció en forma inmediata, se sacó las zapatillas y las medias, sus pies talle cincuenta, quedaron descalzos e inmediatamente los puso sobre el rostro de Nannis.
- ¡Qué olor a Queso! ¡No me gusta la mortadela pero este Queso, tu Queso, es riquísimo! – exclamó Nannis, que empezó a oler, lamer, besar y chupar los pies de Carlos Bossio, primero el izquierdo, después el derecho, lo hacía con intensidad, furia y pasión.
Nannis quedó atrapada en los pies de Carlos Bossio, después le hizo una fellatio, el le chupó las tetas, Nannis estaba entregada en todo el sentido de lo que significa estar entregada, y resultó fácil para Bossio cogerla, la penetró por la vagina, para darle a Nannis un gozo y una satisfacción que Mariana nunca sintió, y eso que su relación con Claudio Paul se caracterizaba por la potencia sexual que ofrecía el rubio delantero.
- Menos mal que viniste a ver a Claudio Paul, Carlos, me diste un sexo que nunca imagine, que nunca sentí – dijo Nannis al terminar aquella relación sexual.
- En realidad no vine a ver a Claudio Paul, Mariana, vine a asesinarte, soy el Quesón, el que asesina a las minas y les tira un Queso, pero antes de asesinarte quería darte este gozo, con mis Quesos y mi sexo.
- ¡Nooooooooooooooooooooo! – grito aterrorizada Mariana Nannis.
Pero ya era tarde, Carlos Bossio se tiró cuchillo en mano sobre ella, y era un cuchillo gigantesco, la empezó a apuñalar salvajemente, primero una herida en el estomago, luego tres brutales cortes en las tetas, luego un intenso cuchillazo en el pecho, luego una brutal puñalada en el cuello, cortes y tajos en las piernas, los brazos, brutales heridas en la vagina, y así, y así, cuchillada tras cuchillada, en forma realmente bestial, hasta totalizar más de doscientas puñaladas, un record que el propio Carlos Bossio jamás volvió a superar en sus más de mil doscientos asesinatos cometidos.
- Queso – dijo al finalizar el asesino su sangrienta tarea, mientras tiraba el Queso, un gigantesco Queso, sobre lo que quedaba del cadáver de Mariana Nannis.
El asesino se fue con total impunidad, dicen que un rato después fue Claudio Paul el que descubrió el cadáver, que ya estaba rodeado de cuervos, roedores y murciélagos, Claudio Paul permaneció una semana en estado de shock, pero después se recuperó, y vivió la vida loca, hasta que también el recibió un Queso, pero esa es otra historia.
este relato es Carlos Bossio en su máxima expresión! no cabe duda que más que un asesinato, fue una ejecución
ResponderBorrarCarlos Bossio se especializa en asesinar esposas de futbolistas?
ResponderBorrarya se que estos asesinatos aparece metido en algún relato, pero estaria bueno que la sueca Alexandra Larsson y Carolina Baldini (ex esposa de Diego Simeone) tengan relato propio, con Carlos Bossio, por supuesto, como asesino, con sus decenas y decenas de cuchillazos, y un gran Queso sobre el cadaver
ResponderBorrarAparecen en Sangre y queso, un relato en tres partes.
BorrarAlessandra Charlotte Larsson intentado ser una quesona.
Y Carolina Baldini, como una quesoneada.
lo mejor de este relato es ese cuchillo sangrando con la sangre de la Nannis
ResponderBorrara la Nannis le tendrían que haber tirado una mortadela más que un queso
ResponderBorrarCasi que fue un desprestigio para un quesón, que asesinó a Margaux Hemingway, como se reveló en El asesino de Sofía Zamolo.
ResponderBorrarCasi que hizo una buena acción por Caniggia, quien debió ser feliz hasta encontrarse con una quesona.
Buen detalle cuervos, roedores y murciélagos. Como el de todas las cuchiladas.