El Asesino de Paula Robles
Año 2009, por un lado existía una gran conmoción por el asesinato de Valeria Mazza, decapitada y quesoneada por el basquetbolista Carlos Delfino, por otro lado, en el mundano ambiente de la farándula, se asistía a la anunciada y previsible separación de Marcelo Tinelli y Paula Robles, tras trece años de matrimonio oficial.
En medio de todo aquello, el arquero Carlos “Chiquito” Bossio ya no jugaba en Lanús, sino que actuaba en los Gallos de Queretaro, equipo de la liga mexicana. Aprovechando un receso por las eliminatorias mundialistas, Carlos regresó unos días a la Argentina. Muy profesional, con sus 1,95 metros de altura a cuestas, aunque estaba gozando de unas breves vacaciones, Carlos fue a entrenar para no perder estado físico a las instalaciones del club Lanús. Como siempre, había gozado del cariño de la gente, firmando autógrafos y sacándose fotos, aunque todos los que se acercaban se iban algo asombrados del terrible y apestante olor a Queso que emanaba Carlos Bossio, no solo en sus gigantescos pies talle 50, sino de todo el cuerpo.
- Con razón dicen que es un Quesón - le comentó un jugador juvenil de Lanús a otro.
- También dicen que es un asesino serial de mujeres, que asesinó a cientos de minas, aunque quizás todo sea una simple leyenda urbana.
Ocurrió entonces en aquella tarde, que un auto muy lujoso, una limousine, de esas que se ven mucho en Nueva York, y que casi no se ven aca en Argentina, se acercó a las instalaciones del club Lanús. Del auto se bajó la Feudales, sí, Marcela Feudales, la mítica y legendaria locutora de Videomatch y Showmatch. Muchos la vieron en Lanús y no faltaron quienes se acercaran a ella a saludarla.
- No me molesten – dijo la Feudales en forma despreciativa – estoy ocupada. No tengo tiempo para la chusma ni para la plebe.
La Feudales llegó a donde estaba Carlos Bossio. El arquero no se asombró al verla, sabía que lo iba a visitar, se lo habían avisado a través de un mensaje. Estamos en el año 2009, cuando se usaban los mensajes de texto.
- Hola Carlos, Marcelo te necesita, una vez más, como en aquellos tiempos.
- Un honor que Marcelo me necesite, ya tiré muchos Quesos trabajando para él, se nota que es algo serio.
Carlos dio por finalizado su entrenamiento y salió junto a la Feudales, metiéndose en la limousine. Allí estaba el mismísimo Marcelo Tinelli, que lo convidó con una champagne, y obviamente, le dio unos buenos trozos de Queso, Gruyere, Parmesano, Emmenthal y Pategras, una buena picada de Queso como le gustaba a Carlos Bossio.
- Bueno, Carlos – le dijo Tinelli – voy a ser directo, ya tirastes muchos Quesos para nuestros servicios, pero este es algo muy especial, se trata de asesinar a Paula Robles, mi ex esposa, de la que me separe hace poco.
- Un honor que me elijas para quesonear a Paula, algo tengo con las Paulas, je, je, el 60% de las Paulas asesinadas por Quesones, son víctimas mías, te digo Carlos que hay Quesones jóvenes buenos, que merecen una chance, como Carlos Izquierdoz o Carlos Quintana, te los digo para otros servicios que requieras en el futuro, sobre todo cuando yo esté en México, ahora juego ahí.
- Lo sabemos Carlos, de hecho, ya los hemos convocado para algunos trabajos menores, pero Paula Robles es tuya, ese Queso es para vos. Esta misma noche. ¿Te lo depositamos en la cuenta de siempre?
- Perfecto – señaló Carlos – sí, por supuesto, en la cuenta de siempre.
Cuando Carlos se bajó del auto, la Feudales lo acompaño unos pasos, y le dijo, sin que Marcelo escuchara:
- Dale ciento veinte puñaladas, Carlos, y usa el Queso más grande que tengas.
Esa misma tarde el país estaba paralizado, era 14 de octubre de 2009, Argentina se jugaba la clasificación al Mundial de Sudáfrica ante Uruguay en el Centenario. La selección argentina nunca había ganado en ese estadio jugando un partido oficial, aunque con un empate le alcanzaba para sellar el pase mundialista.
Paula Robles, la ex esposa de Marcelo Tinelli, se encontraba en su lujosa casa, finalizado el partido iba a reunirse con unas amistades. Iba a darse una ducha, el partido no le interesaba en lo más mínimo. No advirtió que mientras se desnudaba, alguien la estaba espiando, y el que la estaba espiando era Carlos Bossio. Paula no sabía que le ofreció un streap tease a Carlos Bossio.
- Siempre me pareció una mina fea – pensó Bossio – aunque tiene buen cuerpo.
Paula acababa de desnudarse e iba a entrar al baño, pero el Quesón no pudo esperar, y apareció ante la mujer, diciéndole:
- Que buen streap tease que me diste Paula.
- ¿Qué haces aca? ¡Yo te conozco! ¡Vos sos el arquero! ¡Chiquito Bossio!
- Vine a visitarte, Paula, aprovechando que toda la gente esta viendo el partido.
- Vos también deberías verlo, Chiquito.
- ¿Para qué? Argentina y Uruguay ya están en Sudáfrica 2010, el partido es para la gilada. Mejor venir a visitarte.
- Siempre te tuve ganas, esos pies que tenes, tan carnosos, olorosos, grandes, tan Quesones.
- ¿No me tenes miedo? Yo asesiné a muchas mujeres siguiendo ordenes tuyas, aunque los que se encargaban de comunicármelas eran Marcelo y la Feudales.
- ¿Miedo? No te veo con un Queso, me lo hubieras tirado si venías a asesinarme.
- El Queso que tengo es el olor de mis pies – le dijo Carlos Bossio, el Queso que había llevado, aunque era gigantesco, lo tenía muy bien escondido.
- Por eso quiero coger con vos, gracias a vos muchas presuntas enemigas mías ya no están. Tener sexo con vos es una deuda pendiente.
- Entonces a saldar esa deuda, Paula.
Paula, desnuda, como estaba, se tiró a la cama, Carlos le puso los pies encima, unos pies gigantescos y muy olorosos, ella empezó a olerlos, besarlos, chuparlos, lamerlos, quedó rendida a los pies de Carlos, estaba como en un éxtasis, plena de gozo y satisfacción, lo mismo la fellatio que le hizo a Bossio, despues tuvieron un sexo pleno y espectacular, con mucho goce por parte de ambos, aunque si bien el arquero disfrutó de aquello, sintió menos placer que con la mayoría de sus víctimas famosas, quedó satisfecho, pero no tanto, Paula en cambio, sí lo disfrutó.
- Me encantó esto, Carlos – le dijo Paula – como gozamos, sabía que no me ibas a fallar, sos un QUESÓN, con todas las letras y con mayúsculas.
- Gracias Paula – Carlos ya se había vestido y con los guantes negros, estaba agarrando el cuchillo, un cuchillo de enorme tamaño, similar al que había usado para asesinar a Karina Mazzocco, Belen Francese e Ingrid Grudke.
- Me voy a bañar Carlos, te espero bajo la ducha, ja, ja, podemos bañarnos juntos así seguimos la fiestita – le dijo Paula.
Carlos entonces se quedó quieto. Paula desnuda, como estaba, se metió bajo la ducha. Carlos fue a agarrar el Queso, que lo tenía bien escondido.
- Un asesinato tipo Psicosis – pensó Carlos mientras sostenía el cuchillo en sus manos – uno de mis primeros asesinatos fue así, un método que practique mucho con muchas desconocidas, con víctimas ignotas, pero nunca con una famosa. Este es el momento.
Cuchillo y Queso en mano, Carlos entró al baño, Paula estaba la ducha, y escuchó que el arquero ingresó al baño.
Carlos corrió la cortina de la ducha y cuchillo en mano, se tiró encima de Paula. Le aplicó una brutal cuchillada en el pecho, un tajo profundo que significó una gran herida, a continuación, uno similar en el cuello, y así, con tajos, cortes, heridas en todos lados, apuñalándola en forma salvaje, hasta darle ciento veinte puñaladas, siempre con el agua fluyendo, recién ahí, al llegar a la cuchillada número ciento veinte, Carlos dio por finalizada su tarea.
- Queso – dijo Carlos Bossio mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Paula Robles.
Cumpliendo con la orden de la Feudales, Carlos Bossio usó un Queso realmente gigantesco y colosal; el segundo Queso en importancia en tamaño en aquel momento; siempre se dijo que el Queso más grande fue el que usó Carlos Ignacio Fernández Lobbe cuando asesinó a Soledad Solaro. Un poco más grande, que el Queso que uso Carlos Delfino cuando asesinó a Valeria Mazza, unos pocos gramos de diferencia, pero más grande al fin.
- ¡Goooooooooooooooooool! – escuchó Bossio. Argentina le ganaba 1-0 a Uruguay y pasaporte a Sudáfrica 2010, primer triunfo de la albiceleste en el Centenario, en toda la historia.
- Parece que ganamos, a mí lo único que me importa es que llegué el pago de Tinelli, je, je – pensó Carlos mientras abandonaba la escena del crimen.
Mientras Bossio abandonaba con total impunidad la escena del crimen, un lujoso country, Maradona festejaba la clasificación al Mundial con la célebre frase “Que la chupen y la sigan chupando”. El asesino ya tenía el depósito en su cuenta bancaria, acababa de asesinar a la esposa de Marcelo Tinelli, no imaginaba en aquel momento que años despues, precisamente cuando comenzaba otro Mundial (Rusia 2018), también asesinaría a Guillermina Valdés, futura esposa de Marcelo Tinelli. Pero esa es otra historia, que ya figura en los Relatos Quesones desde hace algún tiempo.
para mí siempre fue una mina fea, la hubiera puesto como víctima de Carlos Navarro Montoya, es media parecida, igual el trabajo de Carlos Bossio, impecable, y lo mejor cuando la Feudales le ordena a Bossio las 120 puñaladas, gran relato
ResponderBorrarayer cuarenta años de la muerte de Hitchock, gran homenaje le hiciste aca Quesón, para completarla hubieras puesto que a Robles se la comían los pájaros
ResponderBorrarun placer leer un asesinato de Carlos Bossio y bajo la ducha, mejor que mejor
ResponderBorrarsiniestro Tinelli mandando matar a las minas
ResponderBorrarCoincido con algún comentario. Paula Robles se asemeja a otra víctima de un quesón, Dolores Trull. Paula con cara más rara que Dolores. Ambas con un cuerpo moldeado.
ResponderBorrarMarcela Feudale está resultando ser un interesante personaje, para ordenar o transmitir órdenes, contratos para matar famosas. Lo que se explica en otro relato.
Interesante que Tineli haya contratado a Bossio, asesino de atractivas famosas, para matar a una ex. Una ex que ya lo había contratado. Su contratado se convirtió en asesino. Toda una ironía.
Carlos Bossio casi asesinó a todas las esposas de Tinelli, le falta Soledad Aquino para comnpletar la trilogía
ResponderBorrarCreo que nadie la recuerda, pero estaría muy bien para un retro queso. Soledad Aquino le va a causar conflicto por Paula Robles. Y Tineli le dice, Te lo buscaste, ahora te digo Chau, chau, chauuu.
Borraryo creo que en la realidad Tinelli manda matar gente en serio
ResponderBorrarun gran cuento pero para agregarle mas sangre y más queso no hubiera estado mal agregar que Carlos Bossio apuñalaba a cuatro o cinco sirvientas de la Robles
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