La Asesina de Bautista Delguy, Lucas Mensa, Matías Osadczuk y Juan Carlos Díaz
LA SAGA DE CARLA ROMANINI, LA QUESONA ASESINA
LA ASESINA DE CARLOS QUESADA, BAUTISTA DELGUY, LUCAS MENSA, MATÍAS OSADCZUK Y JUAN CARLOS DÍAZ
Unas pocas semanas después de los asesinatos de Matías Szulanski y Matías Orta, ocurrió lo que voy a contaros a continuación. Se encontraba Carla Romanini, la Quesona Rubia, una cruel, sanguinaria e implacable asesina de hombres, haciendo ejercicio en su lujoso y amplio departamento de Puerto Madero, observando el mural con los rostros de sus víctimas, que ya sumaban treinta y dos, hacía ejercicio, un rato con la bicicleta fija, otro rato con la cinta, mientras escuchaba canciones mezcladas de The Who, los Rolling Stones y Pink Floyd.
Mientras ocurría esto, Nicolae Dumitrescu, el anciano, aparentemente más que centenario, mayordomo y chofer mudo de Carla, ingresó y le mostró una carta documento a la asesina.
- ¿Es para mí? – dijo Carla, mientras agarraba la carta, Nicolae se dio vuelta y volvió a la cocina, su lugar, donde estaba escuchando unos tangos, era mudo, pero no sordo, y en su juventud fue íntimo amigo de Carlos Gardel, cuando era un joven inmigrante rumano recién llegado a la Argentina.
Carla agarró la carta con cierto temor, con treinta y dos hombres asesinados, temió que alguien la estuviera por descubrir y la citaran de algún juzgado, investigación o algo así, pero al ver la carta, se tranquilizó…
- Una carta documento para Emilio Di Marco – pensó Carla al ver que estaba dirigida para Emilio, su novio, al que había asesinado tiempo atrás de numerosas puñaladas – todos piensan que está en un viaje místico, ja, ja, pero yo lo asesiné.
Tras leer la carta documento con mucha atención, Carla agarró la campanilla, y Nicolae, el mayordomo mudo, muy sumiso y obediente, se hizo presente, Carla le dijo:
- Nicolae nos vamos a la Estancia Don Carlos, en San Antonio de Areco, son 113 kilometros, el dueño, don Carlos Quesada, dice ser tío de Emilio Di Marco, como el esta en un “viaje místico” iré yo a representarlo, en una hora más vamos, Nicolae, prepare el auto y vaya a cargar combustible si hace falta.
Nicolae obedeció a Carla, y una hora despues partieron para allá. Carla escuchó canciones de Carlos Baute, Carlos Rivera y Carlos Vives durante la travesía.
- Que suerte tener un mayordomo y chofer mudo, una especie de robot, que no dice nada, y que solo obedece ordenes – pensó Carla durante la travesía.
Llegaron a la estancia y un gaucho, muy fachero, con pinta de modelo los recibió, se presentó como Juan Carlos Díaz, capataz de la estancia. Carla le explicó que venía en representación de Emilio Di Marco, en viaje místico, vaya a saber donde.
- Que fachero que sos, Juan Carlos – dijo Carla – pareces modelo, yo soy modelo.
- Fui modelo de Dotto Models, tuve mucho éxito tipo 2003/04, despues me dedique a los negocios agropecuarios, soy de Arrecifes, que no queda muy lejos de aca.
- Mira vos pibe – le dijo Carla – Usted Nicolae , vayase, ya le diré cuando tiene que volver – el chofer mudo agachó la cabeza, obedeció y muy rápido, se metió en el auto y rajó a una velocidad increíble.
Carla Romanini delante de Juan Carlos se dejó caer la ropa y quedó desnuda.
- ¡Señorita Carla! ¡Como se desnuda así! ¡Menos mal que don Carlos Quesada esta durmiendo! ¡Le anticipó que quiere repartir la herencia y Emilio Di Marco es uno de los herederos!
- Ja, ja, no te asustes – dijo Carla, que permaneció desnuda, mientras recorrió el salón principal del casco de la estancia, le llamó la atención una colección de facones, justo ella, que le encantaban los cuchillos.
- ¿Y estos facones, Juan Carlos? – preguntó Carla.
- Son de la colección de Don Carlos Quesada.
- Dale, Juan Carlos – insistió Carla – no te resistas, cojamos, ahora que el viejo duerme.
- Perfecto, no puedo resistir la tentación.
Juan Carlos se tiró sobre un sofá, y Carla le puso los pies encima del rostro, se hicieron cosquillas mutuamente, se besaron y chuparon todo, y ahí cogieron en forma intensa, salvaje y pasional, estilo Campo, como el lugar lo exigía.
- ¿Así que el viejo va a repartir la herencia? – le preguntó Carla a Juan Carlos.
Sí, ahora llegaran los otros invitados, tres rugbiers, don Carlos fue entrenador de rugby, no tiene hijos ni sobrinos, y eligió a estos tres, Bautista Delguy, Lucas Mensa y Matías Osadczuk, quizás su novio Emilio Di Marco también jugó al rugby.
- No que yo sepa – dijo Carla, mientras agarraba uno de los facones, sin que Juan Carlos se diera cuenta – quizás lo conozca de otro lado.
- Esa herencia debería ser mía, yo serví al viejo durante años y no me deja ni un centavo, prefiere repartirla entre estos rugbiers asquerosos.
- Los rugbiers son asquerosos – dijo Carla – pero la herencia será para vos y para mí, haceme caso – Juan Carlos no vio que Carla tenía un facón en la mano y que podía apuñalarlo si quería – vos hacele caso a Carlita, conseguime cinco Quesos, esta es una estancia, cinco Quesos grandes, con agujeros, conseguimelos Juan Carlos, y te daré no solo sexo como ahora sino también la mitad de la herencia.
Juan Carlos obedeció y un rato despues, cinco Quesos, de grandes agujeros, lucían sobre la mesa, ahí estaba la pared con los falcones. Los tres rugbiers no tardaron en llegar, Bautista Delguy, Lucas Mensa y Matías Osadczuk, todos alumnos del viejo. El viejo, a su vez, don Carlos, se despertó por fin de su siesta e invitó a los presentes a entrar al salón. Carla aclaró que estaba en representación de Emilio Di Marco.
- Soy multimillonario – dijo el viejo – y he resuelto repartir la mitad de mi herencia en vida, solo me quedaré con la otra mitad, esta propiedad, y viviré con una jubilación mínima el resto de mis vidas, Emilio Di Marco, Bautista Delguy, Lucas Mensa y Matías Osadczuk son mis herederos, un cuarto para cada uno.
El viejo habló un rato más y despues se retiró a su escritorio para, según el, ordenar los papeles, los tres rugbiers permanecieron ahí, junto a Carla, comiendo el asado que le trajo Juan Carlos, en su rol de mayordomo. Los tres rugbiers estaban como atrapados por Carla, esta apenas probó bocado, y en cambio, se subio arriba de la mesa, se desnudó y les ofreció un streap tease. Los tres rugbiers quedaron como atontados, Carla se acercaba con sus pies sobre cada uno, y ellos le chupaban los pies. La música sonaba a todo lo queda, una surtido de The Who, Pink Floyd, Led Zeppelin, Sex Pistols, los Stones y The Police.
- Haremos una fiesta sexual chicos – le dijo Carla a Bautista, Lucas y Matías – pero antes voy a visitar a Don Carlos.
Don Carlos estaba en su despacho ordenando los papeles de su herencia… mientras Carla se dirigía a ese despacho, agarró uno de los facones con sus manos, con guantes negros, y uno de los Quesos, que le había traído Juan Carlos.
- Gracias Don Carlos por dejarle un cuarto de la mitad de su herencia a Emilio, mi novio.
- Mira piba – le dijo don Carlos – serás la apoderada, o decís serlo, pero tenes que mostrarme ese poder, de lo contrario no vas a poder firmar el papel que convierte a Emilio Di Marco uno de mis herederos.
- No hace falta don Carlos – dijo Carla, con el facón en la mano, mientras se ponía detrás del viejo – porque don Emilio esta muerto, yo lo asesiné, como usted estará muerto en unos instantes.
- Aaaaaaajjjjjjjjjjjjjjjjj – se escucho el grito de dolor de Don Carlos, mientras Carla le hundía el facón en la espalda, la herida, certera, precisa y profunda, fue suficiente para asesinar a Don Carlos.
- Queso – dijo la asesina mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de don Carlos.
- Al fin asesiné a un Carlos – dijo la asesina – aunque ya tenía algún Juan Carlos en mi historial de hombres asesinados, ja, ja.
La asesina volvió a las fiestas con los rugbiers, estos se desnudaron y ella empezó a cortar un Queso, le tiro a cada uno litros y litros de champagne, bañándolos, despues le tiró los cubos de Queso a cada uno, los rugbiers le hicieron cosquillas, le chuparon la concha y la teta, ella le chupó la pija a cada uno, despues vino un circo sexual, gozo y placer todos juntos, los rugbiers la fueron cogiendo de a uno, en forma salvaje y apasionada.
Repleta de gozo y placer, Carla tomó los tres falcones, y se fue acercando a cada uno de ellos.
- Aaaaaaajjjjjjjjjjjjjjjjj – se escucho el grito de dolor de Bautista Delguy, mientras Carla le clavaba el cuchillo en la espalda.
- Aaaaaaajjjjjjjjjjjjjjjjj – se escucho el grito de dolor de Lucas Mensa, mientras Carla le clavaba el cuchillo en la espalda.
- Aaaaaaajjjjjjjjjjjjjjjjj – se escucho el grito de dolor de Matías Osadczuk, mientras Carla le clavaba el cuchillo en la espalda.
- Queso – dijo la asesina mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Bautista Delguy.
- Queso – dijo la asesina mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Lucas Mensa.
- Queso – dijo la asesina mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Matías Osadczuk.
Con Don Carlos y los tres rugbiers todos asesinados, la asesina ahora se acercó, facón en mano, a Juan Carlos, este le dijo:
- ¿La Herencia es nuestra?
- La herencia es mía – le contestó Carla y le clavó el cuchillo en el estomago.
- Aaaaaaajjjjjjjjjjjjjjjjj – se escucho el grito de dolor de Juan Carlos Díaz, mientras Carla le clavaba el cuchillo en el estómago, dándole una herida profunda y brutal, tanto que no hicieron faltar más, fue al único al que apuñaló de frente, cuando a los demás los apuñaló de espalda.
La asesina tomó todos los papeles de Don Carlos y se los llevó. Toda la fortuna era suya, no la compartiría con nadie, aunque le aumentaría unos cien pesos el sueldo a su mayordomo mudo, Nicolae, que no tardo en llegar para buscarla. Carla estaba plena de gozo y satisfacción.
Incorporó los cinco asesinatos nuevos a su lista, en el Mural, y le pidió a Nicolae que le sacara unas fotos, y se preguntó:
- ¿Quién será el próximo?
Mientras lo hacía, sostenía una foto de Carlos Matías Sandes, y otra de Gabriel Deck, y dijo en voz alta
- Gabriel Deck, Queso. Matías Sandes, Queso.
Lo mismo había hecho después de asesinar a Matías Szulanski y Matías Orta, sabía que seguramente otras víctimas aparecerían en su camino, pero también sabía que en algún momento su instinto criminal y su sed asesina la llevarían ante Gabriel Deck y ¿Carlos Matías Sandes?
otro notable relato de Carla Romanini, el hecho de haber asesinado a un Carlos, aunque fuese un viejo, ¿tendrá represalías? será profeta también porque en el relato anterior ella ideo esta argumento para una película? hasta cuando podrá esconder el asesinato de Emilio Di Marco, su novio? hará algo el mudo Nicolae?
ResponderBorrarSE NOTA QUE TE HACES LA PAJA CUANDO ESCRIBIS DE CARLA ROMANINI, ESTOS POSTS ESTAN MEJOR HECHOS
ResponderBorrarbien por el relato, se merecía esto Carla Romanini, lo de la fiesta sexual esta bueno, pero me hubiera gustado que cada rugbier fuera mandado a su habitación y ahí Carla los iba asesinando de a uno, pero excelente relato
ResponderBorrarTengo dos objeciones, que haya asesinado un Carlos y ni siquiera haya habido una advertencia, siendo que es una infracción al pacto Carlos-Carlas. Debería ser un Carlos que romoó el pacto, asesinando a una Carla desconocida. O intentando hacerlo.
ResponderBorrarDe lo contario, la rubia quesona debería recibir un castigo. Como pasar un fin de semana prisionera de Astrid. Y entregada también a un muggle, con quien tenga que tener sexo, sin matarlo. Alguien como Futbolero Vélez, que la pidió.
Segunda objeción, no está bien que esta Carla se acapare todas las víctimas. Habiendo otras Carlas, como Rebechi, Quevedo, Gugino, la sensual morocha Carla Conte. Y las dos Ravelias, la doble de Valeria Mazza. Y la que no.
A pesar de estas objeciones, el relato tiene la efectividad que convierte a Carla Romanini en una nueva clase de mujer fatal. Alfred J podría hacer una película con ese estereotipo. Tan dada al placer como a ser letal.
Creo que al cronista le fascina tanto que parece dispuesto a que ella rompa toda las reglas. O casi todas.
Y tiene un notable gusto musical. No sabía que era tan rockera.
Da para que Alfred J haga un musical rockero, con las quesonas bailando My generation.
Talkin bouyt my generation.
Creo que podría ser interesante que aparezca Carla Conte para aplaudir la hazaña de la rubia. Y para ayudarla a encubrir que asesinó a un Carlos. Podría surgir que Para una Carla no hay nada mejor que una Carla. O una Ravelia.
Pero serían atrapadas. Y serían condenadas a ser esposadas juntas, teniendo que huir de perseguidores que no se llamen Carlos. Y deseen poseerlas brutalmente a los dos, obligarlas a tener sexo entre ellas. Y tal vez asesinarlas.
Mientras que ellas tenga que encontrar armas para liquidarlos, o usar sus cuerpos como armas letales. Cumpliendo la condena con matarlos a todos. O lograr escapar. Claro que podrían escapar. Y regresar para matar a todos los que queden.
Debería hacerse. Los quesones tuvieron asesinatos conjuntos. Es hora de que lo hagan las quesonas.
El novio de Carla Romanini podría ser revivido como un zombie, sumiso y obediente, tan callado como el chofer. ¿Es el hermano de la Lady? ´¿O es otro Dumitrescu?
ResponderBorrarLa estancia podría convertirse en un lugar de reuniones de Quesonas, ya es hora de que se reúnan para planificar asesinatos, como suelen hacer los quesones. Tal vez como lugar de crímenes, filmación de películas de crímenes reales.
Y con respecto a filamaciones. Carla Quevedo podría protagonizar una película del género de violación y venganza. En que la violaciones puedan ser fingidas pero las venganzas impliquen crímenes reales, que Carla Quevedo tire varioss quesos. Pobrecita, la tienen tan postegada.
Incluso podrían intervenir varias quesonas. Carla Gugino como actriz internacional. Y tal vez Romanini y Conte, muchos aceptarían morir con tal de estar con la rubia y la morocha. O las Ravelias Zamas.
La película podría incluir un musical rockero de quesonas en el bosque. La venganza de las quesonas podría ser un buen título.
Posibles relatos de quesonas.
ResponderBorrarLas asesinas de Pablo Consentino.
Carla Conte y Carla Romanini podrían tener como blanco a Pablo Cosentino. Empresario que estuvo en pareja con Daniela Urzi, quesoneada por el rugbier cheto, y tuvo como amante a Nicole Neumann, quesoneada por Carlos Reich. O sea que podría estar extrañando a las dos, se podría incluir una relación de tres, tanto para llegar a creer que regresen reencarnadas como Carla Conte y Carla Romanini. Quienes les otorgarían un último deseo antes de liquidarlo. Tal vez sin oponer resistencia.
La asesina (o Las asesinas) de Miguel de Sel.
El cómico de dudoso talento decide incluir en un espectáculo de Midachi, unas imitaciones de Lady Dumitrescu, que ha tenido algunas apariciones en los medios, y de la Marquesa de Avila, famosa por su música, sus actuaciones en el espectáculo con María Eugenia Ritó. Que implica que se disfracen de las dos célebres vampiras. A lo que se niega Dady Brieva, por tratarse de la Lady del pueblo y de la famosa gitana.
Así que del Sel decide hacer el espectáculo él sólo. Lo que no llega a concretarse ya que se enteran varias quesonas. Que se reúnen para decidir quien será la asesina. Podría ser Carla Rebecchi, a puro golpe del palo de hockey. Y podría haber una cómplice haciendo un streap tease para distraer a Miguel del Sel.