El Asesino de Ester Exposito
El baloncestista Carlos Suárez, el Chimpa, gran promesa frustrada del Madrid, mientras comía un suculento Queso, adquirido en los Países Bajos, no en Málaga donde residía, estaba viendo una serie de Netflix “Elite”, donde quedó prendado de un personaje llamado Carla Rosón.
- Carla Rosón, que nombre de asesina – pensó Carlos - ¿Será ella la asesina de la serie o en cambio será una de sus victimas?
En efecto, en la serie había una serie de asesinatos. Ese personaje, el de Carla Rosón Caleruega, la novia de Polo y ex-mejor amiga de Marina (la asesinada), su familia es una de las más ricas de todas; es la heredera del marquesado de Caleruega y de la bodega de vinos que lleva el mismo nombre.
- A Marina la asesinó Omar Ayuso, un personaje musulmán de la serie, debio haber sido un Carlos, no entiendo porque dejaron tal mal a la comunidad islámica, es una lástima que a esta Carla Rosón no la hayan asesinado en la serie, una pena – pensó Carlos – claro, que sí, no fue asesinada en la serie, puede ser asesinada en la realidad.
Y mientras decía esto, Carlos Suarez, con sus guantes negros, empezó a tocar el gran hacha que solía usar cada vez que asesinaba a una mujer.
- Muy jovencita esta actriz, a ver… su nombre verdadero es Ester Expósito… ¿No será aún menor de edad? Sus padres le pusieron Ester, nació con setenta años esta chica, a ver, a ver…
Carlos googleó a la actriz, no quería violar ninguna regla de los Quesones, que son tajantes al no permitir que una menor de edad fuera quesoneada, pero para alivio de Carlos, esta Ester ya no era menor de edad, Google informaba que el 26 de enero cumplió veinte años.
- Perfecto, ya tiene veinte años – dijo Carlos Suarez mientras se puso un trozo de Queso en su boca, y tocó el hacha.
Carlos levanto el hacha, y ¡zas! cortó una madera que estaba ahí, demostrando la gran furia criminal que tenía encima. Carlos se puso su ropa de verdugo, la que usaba cuando asesinaba a alguien, y salió de su casa en Málaga, para dirigirse, como un cazador furtivo a Madrid.
Carla Rosón, perdón Ester Expósito, salía de los Estudios de Netflix, ubicados en los alrededores de Madrid, sintió como que una enorme figura masculina, vestida totalmente de negro, como esos verdugos de siglos pasados, la estaba siguiendo, se dio vuelta, no vio nada, siguió caminando, se dio vuelta de nada, y otra vez no vio nada, vio que unos ratoncitos pasaban, sintió curiosidad al ver a esos ratoncitos, comenzó a sentir un fuerte olor a Queso, más ratoncitos pasaron, y Ester siguió ahora a los ratoncitos, entró a un cuarto, un cuarto repleto de Queso.
- ¿Os gusta el Queso? – sintió Ester, era la voz de Carlos Suarez, que estaba en aquel decorado de los Estudios Netflix España.
Ester quedó boquiabierta al ver frente a ella, a un hombre muy alto, delgado, ante ella, con un gran hacha en la mano, era Carlos “el Chimpa” Suarez, con sus 2,03 metros de altura y sus gigantescos pies talle cincuenta y tres.
- ¿Quién sois? – preguntó Ester.
- Soy Carlos Suarez, y vois sois Carla Rosón.
- Ese es el nombre de mi personaje.
- Yo os ofrezco un papel en una nueva serie, donde un psicópata vestido de verdugo medieval decapita a jóvenes mujeres por las calles de Madrid y Barcelona. Vois seréis la primera víctima de este asesino, al que la serie denominará “el Quesón”.
- Creo haber oído algo de eso, ya, bueno, Carlos, me voy – dijo Carla Rosón, perdón Ester Expósito, dándose vuelta, para abandonar aquel escenario, creyendo que todo era una broma de un idiota.
- ¡No os iréis! – gritó Carlos Suarez - ¡Conoceréis el hacha de Carlos, de Carlos Suarez, el Chimpa!
Como si de un partido de baloncesto se tratara, Carlos agarro un Queso, y se lo tiró a Ester, que cayó inconsciente del golpe, le metió un auténtico triple en la cabeza, Carlos ató a Expósito, y puso sus pies sobre el rostro de la actriz.
- ¡Qué olor a Queso! – exclamó la actriz al despertar ante el olor a Queso que despedían los pies de Carlos Suarez - ¡No me puedo mover! ¡Estoy atada!
- Tendreis sexo con el verdugo, follaremos.
- Si quieres follar, follame, imbécil, je, je, soy jovencita pero quiero follar con un imbécil como vois, alto y torpe como vois, idiota, vamos, disfruta de mi cuerpo.
Carlos entonces se tiró encima de Ester y la folló, así de simple, fiel a su estilo, bastante torpe, pero eficaz, así fue aquella follada.
- Ahora conoceréis el filo de mi hacha – le dijo Carlos, tras follarla.
- Lo de follar estuvo bien, pero ya basta, como broma de Halloween esto ya me ha cansado.
- Es que esto no es una broma de Halloween, además Halloween es a fines de octubre, y estamos en febrero – dijo Carlos – esto es un asesinato.
- Deja de joder ya con esto, Carlos.
Carlos ya no contestó, levantó el hacha, y como un verdugo que cumple con su tarea habitual, le cortó la cabeza a Ester Expósito, a Carla Rosón.
- Queso – dijo Carlos Suarez mientras tiró el Queso sobre el cadáver de Carla, llevándose consigo la cabeza, para su colección de cabezas de sus víctimas.
Dicen que del resto de aquel cadáver se encargaron los ratoncitos, que se divirtieron con los Quesos, mientras Carlos el Chimpa Suarez, con su trofeo, regresaba a Málaga, para jugar con el Unicaja.
Extraña la de los quesones, de predarse del personaje de una actriz. Capturarla para tener sexo con ella, algo para lo que esta chica parecía dispuesta. Y luego asesinarla. Para luego dejarla para que unos ratoncitos la devoren. Algo un poco extremo para esta actriz, aunque con alguna famosa odiosa podría detallarse un poco esa proceso de devorarla.
ResponderBorrarla galería de asesinos que presentais es muy interesante, debo deciros que a este jugador de baloncesto le cae de perillas el papel de asesino
ResponderBorraresta historia debe ser real, Carlos Suarez era un gran jugador de baloncesto pero despues su carrera deportiva decayó mucho, claro, empezó a decapitar mujeres con un hacha, creyendose un verdugo medieval
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