El Asesino de Reina Reech
Antes de que el Mundo entrara en la cuarentena general que es de dominio público pudo haber ocurrido lo que voy a contaros a continuación…
Reina Reech, la famosa actriz, bailarina, cantante, y todo lo que podamos agregar, ex de Pablo Lena, ex de Nico Repetto, hija de la mítica vedette Ambar La Fox, fallecida hace ya muchos años atrás, en 1993, conductora del programa infantil “Colores” en los años 90, y productora de “Bosque de Chocolate”, habló en contra de las vacunas.
“A mí me parece que inventan cosas los laboratorios para vender. Hay hasta teorías en donde se dice que han inventado virus para vender medicamentos. Cada uno forja su vida como quiere. Yo me informo, averiguo qué cosas puedo ingerir para mejorar los achaques que uno puede tener…, pero de cosas naturales, sin químicos. Detesto los químicos” dijo Reech (1).
Al escuchar esto, El Fauno, no dudó: Reina Reech debía pagar esto con un Queso, un Queso postergado por muchos años, décadas tal vez, un Queso que debió haber sido tirado por Carlos Calvo en forma temprana en los 80, pero bueno, no se tiró y ahora hay que escuchar estas cosas.
El Fauno se contactó con Carlos Quesón, un gran patón, coordinador de los Quesones, una especie de RRPP de todos estos Carlos, de todos estos asesinos, de todos estos Quesones.
- El presupuesto que me dio Lady Dumitrescu solo me alcanza para encargar un asesinato más, lo de Pablo Cosentino me salio caro, pero creo que asesinar a Reina Reech alcanza,
- Reina Reech tiene 62 años, por protocolo solo puede ser asesinada por un Quesón que tiene más de 60 años, o sea un Quesón ya retirado – acotó Carlos Quesón.
- Que la asesine Carlos Calvo en ese caso, es el más adecuado para esta tarea – dijo El Fauno.
- No, Carlos Calvo está muy mal de salud, su último asesinato fue el de Graciela Alfano, el mismo lo describió como su despedida de los asesinatos Quesones, ya se a quien recurrir, un Quesón olvidado, que tuvo mucha actividad en los 80 y hasta mediados de los 90, Carlos Asnaghi.
- ¿Carlos Asnaghi? – preguntó El Fauno, que no recordaba quien era ese Quesón.
- Sí, Carlos Asnaghi, periodista televisivo, hincha de Gimnasia, tripero, trabajo en el 13 en los 80 y en los 90 condujo el noticioso de los mediodías de Telefé.
- Bueno, sí no queda otra – dijo resignado El Fauno – pero la verdad que Reina Reech debió haber asesinada antes, no entiendo como ningún Quesón no fue en su búsqueda.
- Los Quesones asesinan a mil minas por año promedio, no podemos estar en todas, se nos pasó, pero todavía no es tarde, me contactaré con Carlos Asnaghi, que esta retirado desde hace más de dos décadas, pero que gracias a la hechicería que aplicará la Princesa Leia, discipula de nuestra querida Dumitrescu, Asnaghi lucirá con el aspecto que tenía en 1990, al menos durante unas seis horas, en ese lapso asesinará a Reina Reech. Esto no te saldrá gratis Fauno, son 25.000 dólares, 10.000 para Asnaghi, 10.000 para el Fondo Común de los Quesones y 5.000 para Dumitrescu.
- Lo sé – contestó con gesto de resignación y fastidio El Fauno – el asesinato de Miguel Del Sel, que pensaba encargar, deberá esperar un tiempo prudencial, ya me gaste todo el presupuesto.
El diálogo entre Carlos Quesón y El Fauno concluyó de esta manera. Así finaliza la primera parte de nuestro relato.
Reina Reech se encontraba en su residencia, envuelta en su mundo lleno de esnobismo, pelotudeces y modas idiotas, repleto de supuestas y falsas malas ondas, cuando se acostó para descansar un rato, mientras pensaba que iba a escribir su ensayo “Las vacunas, la gran amenaza para la humanidad”.
- Aca la única amenaza para la humanidad sos vos – dijo una voz femenina.
Reina se despertó de golpe, y para su asombro, se vio rodeada de las Santillanas, sí los cuatro clones de Santillán, estaban alrededor de ella, dos la agarraron por las piernas, las otras dos por los brazos…
- ¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Socorro! ¡Auxilio! – gritaba Reina.
- Te negabas a las vacunas – dijo la Santillana lideresa – ahora recibirás tu vacuna, seguí con tu Bosque de Chocolate, tus Colores.
- “Sí el chocolate es malo, la guerra que será” decías en los 90 si hubieras dicho “Sí el Queso es malo, la guerra que será”, un Quesón se hubiera encargado de vos en esos tiempos, y ahora no tendríamos este desastre mundial por culpa de gente como vos.
Las Santillanas ataron a Reech, y la vacunaron, anestesiandola, atada de pies y manos, y anestesiada pero despierta, las Santillanas sometieron a toda clase de relaciones lésbicas a Reech, con caricias, chupadas y cosquillas en todo el cuerpo, aunque anestesiada, Reech disfrutó de aquello, y quizás como producto de la anestesia, comenzó a delirar, pero de la alegría, y cantaba el repertorio completo de “Colores” y “Bosque de Chocolate”.
- Gracias chicas – dijo Carlos Asnaghi al entrar al lugar – ojala en mis tiempos de Quesón hubiera habido colaboradoras tan buenas como ustedes.
Las Santillanas dejaron a Reina Reech con Carlos Asnaghi, este aunque era un hombre viejo, tenía el aspecto que poseía en 1990, gracias al hechizo de Leia, Carlos puso sus pies sobre Reich, que obviamente olían muy fuerte a Queso, Reech sintió aquel olor con satisfacción, Carlos se tiró encima de ella y lo que paso a continuación fue una escena de sexo salvaje, intenso, feroz, una suerte de violación furtiva, que le causó a Reech un goce nunca alcanzado.
Finalizado esto, Carlos Asnaghi, que estaba muy bien vestido con sus guantes negros, agarró un cuchillo y se lo clavó a Reech, que gritó de dolor, la herida fue muy profunda, directa al corazón, no obstante, Carlos efectuó una segunda herida, en el cuello, que regó de sangre la habitación, Carlos entonces sacó un revolver y disparó un tiro en la frente.
- Tiro y puñalada, así las asesinaba, así las asesinó – dijo Carlos Asnaghi – menos que Carlitos se acordó de mí, me tenían olvidado, yo llegué a cometer misiones conjuntas con Carlos Calvo, con Carlos Romano, un basquetbolista de los 80, con Carlos Raffaelli, otro celebre asesino de aquellos tiempos, ja, ja, menos mal que se acordaron de mí aunque fuese para asesinar a esta rata inmunda.
- Queso – Carlos tiró el Queso sobre el cadáver de su víctima y finalizó así su sanguinaria tarea.
El asesino se alejó del lugar, las Santillanas por su parte fueron a una fiesta sexual que tuvieron con El Fauno, que aunque se quedó sin presupuesto y ya no podía ordenar asesinar a nadie, estaba muy contento, y dicen que tuvo una verdadera bacanal al estilo de la antigua Roma con las citadas Santillanas.
- ¡Y todo esto se lo debemos a Carlos Sainz! – recordó El Fauno - cuando vuelva la Fórmula 1 (sí vuelve) seguiré sus carreras como un hincha más.
Y colorín colorado, otro Queso se ha tirado.
(1) Los medios informaron que lo hizo en el programa radial de Ulises Jaitt, pero seguramente era un impostor, dado que Jaitt es una de las víctimas de la Quesona Asesina "La Asesina de Ulises Jaitt"
Letal y efectivo quesón.
ResponderBorrarMuy morbosa la intervención de las Santillanas.
Y una anti vacunas menos.