El Asesino de Candela Vetrano
Carlos “el Cali” Izquierdoz no había tenido un buen partido en Boca Juniors aquella tarde. Todo lo contrario: era un partido decisivo, histórico y determinante. Carlos había metido un gol en contra. Ese gol en contra evito que su partido ganara aquel día. Era una noche triste para el Cali mientras reflexionaba porque había jugado tan mal, y en que debía mejorar.
Carlos olio las calcetines que había usado en el partido. Olían a Queso. Era un olor muy fuerte, apestante y profundo. A Carlos le gustaba. Le dio ganas de comerse un Queso, a ver si pasaba el mal momento.
Movido por un instinto muy extraño, Carlos se puso los guantes, unos guantes negros que tenía, y tomó un enorme cuchillo. Un cuchillo largo y filoso. Se acercó a la heladera y sacó una enorme horma de Queso. Era un gran Queso Maasdam, importado de los Países Bajos. La puso en una bandeja y la llevó a la mesa. Carlos empezó a cortar el Queso con el cuchillo y comenzó a devorarlo.
Fue cuando estaba comiendo el Queso, que a Carlos Izquierdoz se le despertó el instinto criminal. Era un Quesón. Un asesino serial de mujeres que le tiraba un Queso a cada una de sus víctimas. Le gustaba apuñalar mujeres y esa noche tenía ganas de cometer un nuevo asesinato.
Carlos Izquierdoz, el Cali, el Cali Quesón, comenzó a recordar a sus víctimas más famosas. Eliana Guercio, Marina Calabró, Barbie Velez, Lali Esposito, Natalie Perez. Todas acuchilladas, Todas quesoneadas. Carlos el Cali Izquierdoz decidió que esa noche debía cometer un nuevo asesinato.
Mientras masticaba el Queso, cuchillo en mano, Carlos se miró al espejo y pensó: “Antes del amanecer debo cometer un nuevo asesinato”.
Las ganas de cometer un nuevo asesinato las tenía, el cuchillo también y el Queso esperaba ser tirado sobre algún cadáver. ¿Quién sería su nueva víctima? Dictaminó que fuera el azar el que decidiría.
Miró la televisión, empezó a ver una serie de temporadas pasadas, Casi Angeles, se fijó en el personaje de Estefanía Elordi Rinaldi. Lo interpretaba una actriz, de nombre Candela Vetrano. Carlos Izquierdoz buscó el perfil de la chica en Wikipedia y se informó mejor de quien era.
- La asesinaré – dijo en voz alta Carlos el Cali Izquierdoz – mi instinto Quesón me llevará a donde estará y la asesinaré.
Se puso el disfraz del asesino de Scream, el que solía usar cuando salía a asesinar (bah, a veces asesinaba con la camiseta del club en el cual estaba jugando en el momento).
Como un cazador furtivo, Carlos Izquierdoz salió de su departamento, con el Queso y el cuchillo, dispuesto a asesinar. Tomó el auto. Algo le dijo que debía ir a la zona norte, a un country llamado “Pasadena”. Hacia allí se dirigió.
Entró en forma furtiva pero entró, y se dirigió hacia una de las casas. Estaba seguro que allí encontraría a Candela Vetrano. Forzó la puerta, ingresó a la casa, se dirigió directamente a la habitación. Y allí estaba la actriz, acostada durmiendo, sola, su novio estaba de viaje.
- ¡Queeeesoooooo! – gritó Carlos Izquierdoz mientras tiró el Queso sobre la actriz Candela Vetrano.
La actriz, aterrorizada, prendió la luz y se encontró ante ella al asesino.
- ¡Socorroooo! ¡Un loco asesino! ¡Vino a asesinarme! ¡Soy una actriz consagrada! ¡Protagonizó novelas!
- Grita todo lo que quieras. Nadie vendrá. Y yo soy Carlos el Cali Izquierdoz, figura del fútbol, te asesinaré.
Carlos, cuchillo en mano, hubiera deseado someter a la actriz al juego de los pies para luego tener sexo con ella y finalmente asesinarla. Pero el estado de histeria de la mujer, más los gritos que pegaba sin cesar, lo hicieron cambiar de planes. Debía asesinarla de inmediato. No tenía opción.
- Lo importante es cumplir con mi deseo de Quesón. La asesinaré y le tiraré el Queso. Para los pies y el sexo ya habrá otras oportunidades.
La chica intentó huir de la habitación pero ahí Carlos le dio le asestó la primera puñalada. Le clavó el cuchillo en el estomago, y le atravesó el cuerpo. Luego saco el cuchillo y le asestó dos brutales cortes, uno de izquierda a derecha, y otro de derecha a izquierda. La herida fue muy profunda. Vetrano perdió mucha sangre, y quedó tendida en el piso. Carlos la apuñaló salvajemente, fueron ciento diecisiete puñaladas, con cortes en todo el cuerpo. Carlos agarró el Queso y lo tiró sobre la actriz diciendo en voz alta:
- Queso.
Carlos el Cali Izquierdoz ya estaba satisfecho. El asesinato estaba cometido. Era un Quesón y había tirado un Queso. Carlos el Cali Izquierdoz era ahora el asesino de Candela Vetrano.
que asesino cruel y sanguinario el Cali Izquierdoz
ResponderBorrargran Quesón el Cali Izquierdoz
ResponderBorrarTu asesino Quesón sí que es sangriento!
ResponderBorrarLe faltó algo de la rutina, pero fue letal. Bien el detalle de que no la mató instantáneamente, la agonía de la actriz.
ResponderBorrar¿Van quesonear a todo el elenco Casi Ángeles? Que temáticos están los Carlos las Carlas. Ya quesonearon a Lali Esposito y la China Suarez, que estuvieron. Seguirían Nicolás Vázquez y Emilia Attias, que si es víctima se merece su tiempo, nada así de rápido.
Que activo está el blog. Muy bien.
Salvo el No soy un robot.
Me gustó; hay cierto dejo a novela negra; a olor a fútbol de barrio. Interesante historia. Saludos desde Iquique Chile.
ResponderBorrarQué original el asesino del queso! Además me gustó mucho la forma básica en que lo haces razonar. Me hace pensar en una bestia de 120 kilos que habla lo menos posible. Muy divertido tu cuento
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