Carla, la Aventura de una Quesona Asesina en el Conurbano #Mission15
Un grupo de amigos de un barrio cualquiera del Conurbano Bonaerense, de clase media baja a baja, de veinte años más o menos cada uno, que todas las tardes se juntan en alguna esquina a chupar cerveza y fumarse algunos porros, lo que ocurre en cualquier barrio, alguno más laburante, otro más estudioso y universitario, otro totalmente vago y atorrante, alguno medio implicado en cosas turbias, alguno metido en algún sindicato, otro en alguna barra brava, esa diversidad social que se da en cualquier barrio, nada nuevo bajo el sol.
Para algunos vecinos, la presencia de estos pibes era irritante y molesta, para otros le resultaba indiferente y formaba parte de la fauna habitual, no faltaba quien pensaba que esos pibes ahí hasta era un factor de seguridad, porque era mejor tener a esos chupando cerveza o fumando porros, que estuvieran otros chorros parando la parada.
Una tarde cualquiera, pasaba una rubia por ahí, bien tetona, culona y patona, irresistible para cualquiera, “Que ganas de cogerte”, “Dale rubia vení por aca”, “Voy a ser tu lesbiano”, “Quiero ser tu novio”, “Mira que te cojo rubia”, “Mi pija metida en tu concha, rubia” y cosas por así, bien groseras y soeces, hemos puesto las más suaves y educadas, en el lenguaje propio de los barrios.
La primera vez la rubia pasó como si nada, sin darle ni cinco de bolas a los chabones, pero el segundo día, los piropos o insultos aumentaron en intensidad, la diferencia fue que esta vez la rubia se paró, y le mostró toda la humanidad a los chabones, sus tetas, su culo y sus patas, bien grandotas para ser mujer…
Tenía guantes negros, algo que la hacía aún más misteriosa y seductora a la rubia.
“Vos sos como la culia esa de la canción de Luck Ra” dijo uno de los chabones “esa se llamaba Teresa, y es una asesina, usa ropa fina, que cuando camina la ven y dicen oh, oh, Se pone loca, con fernet y con coca, Y se muerde la boca cuando se pone pu-, Y no le importa si el novio le corta, Se corta una botella y se va para el club”
“Ja, ja, soy una asesina” dijo la rubia “pero no me llamo Teresa, yo soy Car…”
No llegó a completar su nombre, porque la interrumpió otro chabón y dijo: “No sos Teresa, pero sos una culona gótica, de carita exótica, pero sos las cuatro onas, chabona” “sos una chabona tetona, culona y patona, sos la mina ideal, naciste para ser garchada, te queremos coger, rubia tetona, culona y patona, te vamos a violar, ja, ja”
“Y me van a coger” dijo la rubia ”es verdad, soy una chabona, bien tetona, culona y patona, pero a esos ona que me dijeron, le falta uno, el más importante, también soy una Quesona, la QUESONA”
“¿La Quesona? ¡Ja, ja, ja!” todos rieron y se burlaron del apodo “¿Por qué te dicen así? ¿Vendes Quesos o sos una Mujer Queso? ¡Ja, ja, ja!”
“Me dicen así porque les tiro un Queso a los chabones como ustedes, que se ríen de las chicas inocentes como yo” dijo la Quesona.
“Ja, ja, ¿en serio, Quesona?” decían los chabones “Ja, ja, dale Quesona tírame un Queso, dale Quesona”
“Y claro que les voy a tirar un Queso” dijo la Quesona “a todos, uno por uno, ya tengo preparado un buen Gruyere para la mitad de ustedes, y un buen Emmental para la otra mitad, serán todos quesoneados, ja, ja, los voy a quesonear uno por uno, ja, ja, Quesoneados”
“Dale, quesoneame, Quesona”, “Tirame un Queso, Quesona”, “Quiero ser tu Quesoneado, Quesona”, “Dame tu Queso, Quesona” decían los chabones y cosas por el estilo, mientras se burlaban de la Quesona.
Los chabones empezaron a rodear a la Quesona y esta, siempre desafiante y temeraria, sintió cierto temor por primera vez, pero enseguida retomó la palabra,
“Hagamoslo bien, Quesoneados” dijo la Quesona “Hay QUESO para todos, ja, ja, vamos todos juntos a una casa que tengo por aca, hay cuartos para todos, me esperaran uno por uno”.
Vestida en forma provocativa, y con sus guantes negros, como el flautista de Hamelin que llevaba a los ratoncitos, la Quesona llevó a los seis chabones a una casa, vieja y gastada para el común de la gente, aunque pudiera parecer, como dijo uno de los chabones, “una casa bien fifí”, en realidad no era gran cosa, pero para el nivel de estos chabones, de humilde condición, era mucho decir.
Entraron a la casa y era como una especie de gamer room, la Quesona lucía aún más provocativa, seductora e irresistible en ese contexto.
Los seis chabones vieron que en una mesa había seis grandes Quesos, tres Gruyere, tres Emmental, quedaron asombrados…
“Ahí están los Quesos preparados, uno para cada uno, ja, ja, todos recibirán su Queso, serán Quesoneados”.
“¡Somos los Quesoneados! ¡Queremos que la Quesona nos quesonee! ¡Quesoneanos Quesona! ¡Quesoneame Quesona!” comenzarón a gritar los seis chabones.
“Bueno, Quesoneados” dijo la Quesona “Me acabo de dar cuenta que hemos venido hasta aca, pero no se sus nombres, ni yo les dije el mío, lo iba a decir pero justo me interrumpieron”
“A ver” dijo uno de los chabones “Juguemos a adivinar tu nombre y también vos tenes que adivinar los nuestros”
“Dale” dijo la Quesona “como había un programa antes de que todos nosotros naciéramos, lo ví en Youtube, a ver decime cual, cual, cual, es mi nombre”.
“Bueno, Teresa, como en la canción, no sos… aunque si sos una asesina, ja, ja”
“Y flor de asesina” dijo la Quesona “bueno, adivinen como me llamo, el que adivina será el primero en coger conmigo”
“Yo se, yo se, yo se” grito uno “Seguro vos te llamas…. Tamara, vos te llamas Tamara”
“No, no me llamo Tamara, y vos no te llamas Matías, aunque aca hay tres Matías, seguro vos sos Joaquín”.
“Sí, soy Joaquín” dijo el chabón “¿Cómo te diste cuenta? ¡Y es verdad, aca hay tres Matías!”
“Yo huelo los nombres, queridos Quesoneados, ustedes son seis, y se que hay tres Matías entre ustedes, un Joaquín, un Santiago y un Agustín, no tengo dudas, aca los tengo”
“Así es Quesona, somos tres Matías, un Santiago, un Agustín y un Joaquín” dijo uno de los Matías “Increíble, tenes poderes Quesona, sos una Quesona poderosa, guachín”
“Ja, ja, ja” río la Quesona “pero siguen sin adivinar mi nombre”
“Jessica” dijo el que se llamaba Santiago “vos sos Jessica”
“Nooooooooooo” dijo la Quesona “se ve que estan chupados y fumados, como no se dan cuenta, alguno de ustedes algún estudio debe de tener ¿Cómo se puede llamar una rubia culona, tetona y patona, bien chabona? ¡Una Quesona! ¡Solo hay un nombre para las Quesonas! Asi como hay un nombre para los Quesones, pero esa es tema de otras historias, no de la nuestra”.
“Miren mis guantes negros” y la Quesona le señalaba los guantes negros que llevaba puestos “¿Cómo me puedo llamar? ¿Qué nombre puede tener alguien que usa guantes negros de esta naturaleza? Guantes de asesina, de Quesona. Solo hay un nombre y lo tienen que adivinar, Quesoneados”
“¿Una Quesona como se puede llamar?’” dijo el que se llamaba Agustín…
“Vos que vas a la Universidad y no sos un vago como yo tenes que saber” le dijo uno de los Matías a otro de los Matías.
“Quesona, Queso, a ver, a ver, la verdad no se me ocurre nada” dijo Matías, el que iba a la Universidad.
“Teresa no, Tamara no, Jessica no, que se yo, a ver, Eugenia, Solange, Noelia, Nicole, Florencia, que se yo” dijo el universitario, mientras la Quesona iba negando cada nombre con su cabeza.
“Les hago un acertijo, como hacía el Acertijo en Batman…
Soy un nombre corto y dulce, suena con C al inicio y con A al final, suena como una melodía, y en el mar, una ola, Quien soy?”
“Con C y A…. ¡Carolina!” dijo el otro de los Matías, el que no era vago pero tampoco universitario, el que trabajaba en un sindicato.
“Noooooooooooo” dijo la Quesona…
“Entonces… ya se, ya se, tu nombre es Carla, ¡Carla! ¡Carla!” dijo Matías, el “vago”.
“Siiiiiiiiiiiiiiiii” gritó la Quesona de alegría “Soy Caaaaarlaaaaaaaaaa, y ahora todos juntos digan mi nombre”
“¡Caaaaaaaaarlaaaaaaaaaaaaaaaa!” dijeron los seis al unísono, mientras sonaba fuerte la música, doce años antes hubieran sonado los Wachiturros, pero ahora sonaba La Konga, Ke Personajes y Luck Ra, sobre todo este último, y aunque Carla era rubia, entonó bien fuerte La Morocha, y luego “Mission 15” la canción que dice…
Che, ¿no pinta algo más movido, culiado?, (Claro, ahora sí, bueno), (Vamo' a contar una historia de una amiga), (Que la vamo' a llamar Teresa), (Y dice algo como esto)
Teresa es una asesina, Que cuando camina, La ven y dicen "oh-oh-oh"
Teresa usa ropa fina, Y todo' la miran, Cuando mueve ese cu-oh-oh
Se pone loca, con fernet y con coca, Y se muerde la boca cuando se pone pu-, Y no le importa si el novio le corta, Se corta una botella y se va para el club
Sono una y otra vez, reemplazando el “Carla” por “Teresa” (aunque no rimara, no importa), y Carla aclarando que era una asesina, que no tenía novio, porque ya lo había acuchillado y quesoneado, mientras los chabones se ponían alrededor
y la chupaban, lamían, besaban y olían de cuerpo entero, las tetas, el culo, los pies, la concha, toda entera, y que bien olía, que bien perfumada estaba, y la besaban, la chupaban, la tocaban, le pegaban, la olían, la mordían, una y otra vez, fiesta total, orgía tal vez,
Carla la pasaba re bien, estaba muy contenta, de repente, sintió que se la cogían por adelante y por atrás, uno por uno, la cogían entera, en una diversión sexual que no daba más…
Los seis chabones, los tres Matías, el Agustín, el Santiago y el Joaquín, quedaron exhaustos tras el disfrute sexual, Carla en cambio, seguía a full, con más energía que nunca, y seguía cantando las canciones de La Konga, Ke Personajes y Luck Ra, cantando esa “Mission 15”
“Carla es una asesina, que a todos los chabones asesina, Carla es una Quesona, una culona, tetona, patona y chabona, que quesonea a los quesoneados, los asesina y les tira un queso, porque ella es la Quesona, la chabona que las asesina”.
“No damos más” dijo uno de los Matías “pero que feliz nos hicistes”
“Ahora entiendo, como nos quesoneaste, Quesona” dijo el que se llamaba Santiago.
“Pero Quesoneados, ¿Ya se cansaron? Yo quiero más” en ese momento la Quesona “Voy a entrar a ese cuarto, a buscar unas cosas, cuando vuelva, los quiero ver con energía, para seguir jugando y divirtiendonos, ustedes son los Quesoneados, no un gay cogido”.
Carla, la Quesona, entró entonces a otro cuarto y tardo un rato, los chabones se miraron uno a otro, estaban muy cansados, pero ninguno quería darse por vencido y seguir disfrutando…
“Sigamos, no podemos rendirnos, hay que seguir cogiéndose a esta Carla, a esta Quesona” dijo uno de los Matías, el que se decía vago y atorrante, y entró al cuarto “Por algo soy de la calle, guachines”.
“Todos juntos” dijeron los otros cinco.
En ese momento, llegó Carla, con sus guantes negros, portando dos grandes cuchillos, dos puñales, una katana y un machete, y se puso sobre la mesa donde estaban los seis Quesos.
“Llegó la hora, Quesoneados” dijo Carla “Les voy a tirar el Queso”.
Como volviéndose loca, Carla agarró cada uno de los Quesos y los empezó a tirar de manera totalmente desaforada y descontrolada gritando “QUESO, QUESO, QUESO, QUESO, QUESO, QUESO”, los Quesos cayeron sobre los chabones…
“¡Caaaaaaaaaarlaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!” gritaron los seis chabones.
“Les dije que soy una asesina” dijo Carla “lo tomaron para el churrete, ahora viene la verdad”
“¡Caaaaaaaaaarlaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!” gritaron los seis chabones.
Dando alaridos y movimientos dignos de una experta en artes marciales, Carla, cuatro cuchillos, katana y machete en mano, se acerco gritando a los chabones (“QUESO” decía todo el tiempo, solo la palabra QUESO), y con gran rapidez, dio muchas patadas…
Entre los golpes, alaridos, patadas, gritos y quesazos, los chabones estaban todos medio tumbados en el piso, muy confundidos, y claramente en posición de vencidos, si de una competencia deportiva se tratase…
Carla entonces blandió la katana y ¡zas! le cortó la cabeza a uno de los Matías…
Y le clavó uno de los cuchillos al que respondía al nombre de Santiago, clavándoselo directamente en el corazón…
Y a otro de los Matías le clavó el cuchillo primero en el corazón, luego en el cuello, y finalmente en el estomago, dejándolo así iba desangrando de a poco...
Y al que respondía al nombre de Agustín le clavó el cuchillo en la espalda.
Y al tercer Matías le clavó el machete, asesinándolo de una certera herida que le atravesó el cuerpo…
Y finalizó asesinando a cuchillazos al que se llamaba Joaquín, apuñalándolo salvajemente…
Y volvió para verificar que Santiago aún vivía, aunque estaba desangrándose por la herida que recibió, lo siguió apuñalándolo hasta la muerte…
Y como también vio que Matías, el que recibió el machete, aún tenía algún rastro de vida, le volvió a clavar el machete, una y otra vez…
A Agustín, que le había clavado el cuchillo en la espalda, lo siguió apuñalándolo salvajemente, aunque de espaldas…
Con el otro Matías no tuvo problemas, le sacó el cuchillo que le dejó clavado en el estomago, y lo apuñaló salvajemente, una y otra vez...
Lo mismo al primer Matías, que como le cortó la cabeza, no tenía dudas que estaba muerto…
Viendo que los seis chabones habían sido asesinados, fue tomando cada uno de los QUESOS, tres Quesos Gruyere y tres Quesos Emmental.
“Queso, Matías Quesoneado” y tiró el Queso sobre el cadáver del primer Matías.
“Queso, Agustín Quesoneado” y tiró el Queso sobre el cadáver de Agustín.
“Queso, Matías Quesoneado” y tiró el Queso sobre el cadáver del segundo Matías.
“Queso, Santiago Quesoneado” y tiró el Queso sobre el cadáver de Santiago.
“Queso, Matías Quesoneado” y tiró el Queso sobre el cadáver del tercer Matías.
“Queso, Joaquín Quesoneado” y tiró el Queso sobre el cadáver de Joaquín.
Carla siguió bailando al ritmo de La Konga, Ke Personajes y Luck Ra, sobre todo cantando la canción Mission 15 de Luck Ra que habla de una asesina, sobre los cadáveres Quesoneados de sus víctimas, y la noche se hizo día, y se metió en otro continuum, vaya uno a saber donde caería ahora y a quienes de sus Quesoneados volvería a quesonear, porque Carla, es la Quesona, la Quesona Asesina, y el desfile de los Quesoneados continuará eternamente.
Finaliza así otro cuento de CARLA, LA QUESONA, y sus QUESONEADOS
#QUESO
que placer leer como Carla sigue asesinando, muy buen post, aunque los quesoneados hayan sido ya quesoneados, un canto a la Quesona, me imagino a Carla cantando la canción de Luck Ra y tirando quesos, y que paja me hago
ResponderBorrarEN EL CONURBA PROFUNDO HAY MUCHAS CARLAS QUE SE PASEAN CON SUS QUESOS Y CUCHILLOS AMASIJANDO A CHABONES CUMBIANCHEROS, UNA HISTORIA REAL
ResponderBorrarque Dumitrescu sea fan de Luck Ra lo pone a salvo de que le tiren un queso, aunque no sabemos: deberá ser un fiel lacayo de Dumitrescu, aunque la Madame es buena y canchera, el cuento esta muy bueno, es una historia fuera de canón seguramente, donde quesoneados clásicos parecen haberse reencarnado en "chabones" del conurbano, muy buen post, Carla parece condenada a repetir sus propios crímenes una y otra vez, cuantas veces ya asesinaron a Candia y a Solanas? en este se salvo Matías Spano
ResponderBorrar¿La Lady fan de Luck Ra? Esa no me la esperaba.
Borrarlos mismos personajes, distintos quesos, porque Carla no asesina a nuevos Matías? porque le perdonan la vida a Luck Ra? La censura tal vez?
ResponderBorrargran canción Mission 15 debio haber quesoneado a 15 chabones, pero era mucho, y Teresa es una asesina, aunque aca Teresa sea Carla, cuentazo, a leer este cuento a ritmo de cumbia y cuarteto
ResponderBorrarestoy viendo los Martin Fierro, muchas quesoneadas y algunos quesoneados, seguro Dumitrescu tiene algo que ver en el asunto, que las viejas como Cris Morena, Susana Gimenez y Mirta Legrand aun vivan demuestra que estan protegidas por Dumitrescu, aunque en algun cuento se sugiere que Susana Gimenez pudo ser quesoneada por Carlos Monzón, es raro que Cris Morena no haya sido quesoneada por Carlos Calvo en la epoca de Amigos son los Amigos, un milagro que sobreviviera, o puede ser algun relato retro?
ResponderBorrarSin duda que Cris Morena entregó a algunas de las actrices, cantantes, de sus ficciones como Florencia Bertoti, Emilia Attias, Lali Esposito, etc.
Borraresta Carla es asesina en la vida real, no tengo pruebas, tampoco dudas
ResponderBorrarexcelente la imagen de Carla cogiendo, como mata a los chabones siempre esta quesona, igual entre el sexo, el chupi y los porros los chabones estos ya estaban hechos mierda, no debe haber sido dificil para la asesina
ResponderBorrarotra vez lo han matao al Candia, su destino es ser asesinado siempre por Carla, aunque aca haga otro papel, parece el mas desafiante en algunas fotos
ResponderBorraresta bueno el post, aunque sea más de lo mismo, muy buenos los dialogos de Carla con los chabones, ya tenía los quesos preparados, una asesina brillante, pero esta atrapada en el tiempo, parece que es el precio por el queso de oro, no solo Candia y Solanas son asesinados una vez más, tambien Agustin Bernasconi, es la tercera vez que lo pasan a cuchillo
ResponderBorrarCarla deberia chupar la sangre de los quesoneados y con lo que sobra, hacer un queso, en lugar de leche, sangre
ResponderBorrarno estaba mal que Carla acuchillara a Luck Ra, pero no se llama Matías, y lo protege Dumitrescu, bueno, quizas en otra dimensión
ResponderBorraren cierta forma es un relato original y en cierta forma un reciclado de otros, quesoneados haciendo de gente comun, de vagos del conurbano (aunque se dice que alguno es trabajador, otro universitario), deben ser de Pilar, porque salvo Candia, los demás tienen aspecto de pasarla muy bien, igual es un gran relato, Carla siempre esta sensacional, yo me la imagino con los quesos y los cuchillos, la perfecta asesina
ResponderBorrarcuando empieza vas contando como es el Conurbano, la realidad tal cual, ahi parece que estamos ante algo diferente pero después llega Carla y los quesos
ResponderBorrarAplaudo con todo entusiasmo, este regreso de Carla Romanini.
ResponderBorrarQue actuado como una justiciera, eliminando estos energumenos que eran potenciales violadores. Que incluso la intimidaron a ella, que es toda una quesona.
Pero ella supo manejarlos, los llevó hasta su territorio. Se entregó a ellos, para agotarlos. Y entonces, game over, quesoneados.
Me gustan las imágenes.
Vi a Carla Conte, me gustaría un relato en que yo tenga un encuentro más con ella, siguiendo con la protección como amigo de la Lady.