El Asesino de Giuliana Maglietti
Llamarse Carlos Alcaraz no hace referencia únicamente a un destacado tenista español, campeón del US Open, Wimbledon y Roland Garros, sino también a un futbolista argentino, ex Racing, de discreto paso reciente por el fútbol inglés y que en estos días (agosto 2024) acaba de convertirse en jugador del Flamengo.
Los dos Carlos Alcaraz nacieron en una misma época. El argentino nació el 30 de noviembre de 2002 y el español el 5 de mayo de 2003, apenas cinco meses y seis días de diferencia.
La gran diferencia es que “Carlos” en Argentina ya era un nombre anticuado en esa época, donde nacían muchos Thiagos y Lautaros, y en cambio, seguía siendo muy popular entre los nacidos en España. Pero eso es solo un pequeño dato de color.
Aunque originalmente era de una estatura media (1,76) cuando debutó en el Racing Club de Avellaneda, el Carlos Alcaraz argentino fue notando que su altura iba creciendo, aunque no tanto como su tamaño de pies, calzaba 46, pies muy grandes y olorosos.
“¿Es adicto al Queso?” le preguntó el Doctor Carlos Diego Scott a Carlos Jonás Alcaraz al realizar una consulta médica, de paso muy breve por Buenos Aires, antes de ir a Río de Janeiro a jugar para el Flamengo.
El lugar de la consulta médica era un par de pisos de la torre del Dumitrescu Five Star, dedicado a la medicina y a la investigación científica.
“Y sí, la verdad que desde que debuté en Racing, tengo más olor a Queso, mis pies son cada vez más grandes y olorosos” confesó el futbolista.
“Esta bien, entonces, no podes hacer nada, solo aceptar tu condición de Quesón, como ha hecho tu homónimo Carlos Alcaraz, que ya se ha destacado como Quesón quesoneando minas” le dijo Scott.
“¿Quesón? ¿Quesonear minas?” preguntó intrigado “Charly” Alcaraz “¿Qué significa todo eso?”
“Te voy a hacer un obsequio, el resto lo guiará tu instinto Quesón” le dijo Scott a Alcaraz. Y ahí, el médico abrió un armario doble, de un lado era una heladera, saco un gran Queso del mismo, del otro, un armario propiamente dicho, saco un par de guantes negros y un cuchillo largo muy filoso.
Carlos aceptó los regalos de Scott, se puso los guantes negros, agarró el Queso y el cuchillo y se fue del consultorio con una extraña mezcla de intriga y alegría, empezó a caminar por el pasillo para dirigirse a la salida.
Vio un puerta y entró, adentro había una chica desnuda, una chica bastante atractiva, no algo espectacular pero digamos que aprobaba con alguna buena nota.
“Disculpe, me equivoque, pensé que era la salida, y era un consultorio” le dijo Carlos Alcaraz a la chica.
“No hay problema, soy Giuliana Maglietti, una modelo, bailarina, vengo a hacerme unos estudios clínicos para ver si estoy apta o no para el Ballet Oficial de la Fundación Dumitrescu, me dijeron que esperara aca, pero no vino ningún médico” dijo la chica.
Como vemos, se trataba de Giuliana Maglietti, bailarina y modelo, con algún paso por los Bailandos del señor Tinelli, recientemente casada con un tal Martín Haissiner, y hermana de la quesoneada Alejandra Maglietti, asesinada por Carlos Delfino , una década atrás.
“Voy a averiguar” le dijo Carlos Alcaraz “A ver si viene algún médico”.
“No, no importa” contestó Maglietti “quédate aca, que pies grandes y olorosos tenes, como te llamas pibe, sos un lindo morocho, debes de tener antepasados indígenas, estas para hacerme un malón, pibe, sos deportista seguro”.
“Me llamo Carlos y juego al futbol, Carlos Alcaraz”
“Como el tenista, igual nombre y apellido” dijo la modelo “yo tengo un tema con los Carlos, mi hermana fue asesinada por uno de ustedes, el basquetbolista Carlos Delfino”
“Uhhhh” dijo Carlos Alcaraz “que cosas, bueno, voy a buscar al médico”
“No, no, no” dijo Maglietti “quédate aca pibe, no te vayas, quédate aca” y Maglietti quedo desnuda ante el futbolista, y se acerco a el, y de repente, se agachó, y le empezó a oler las zapatillas.
Alcaraz no supo lo que hacía, pero su instinto lo llevo a poner sus pies sobre la mesa, mientras dejaba los obsequios a un costado (el Queso y el cuchillo), Maglietti le sacó las zapatillas, las olió, chupo, beso y lamió, luego hizo lo mismo con las medias y después con los pies descalzos, convirtiéndose en una esclava sumisa del futbolista.
“Ay, ay, ay” gimió Maglietti “no se que me esta pasando, nunca hice nada de esto, pero te ví y no me pude resistir, si me viera Martín, mi maridito nuevo”
“Yo tampoco entiendo nada” dijo Carlos “pero como estoy disfrutando esto”.
A continuación tuvieron sexo sobre una camilla, de una manera bastante intensa, sin llegar a ser salvaje, no fue el malón indígena, sino más bien el sexo de un indio que ya adopto la civilización, pero los dos disfrutaron mucho.
“Me encanto” dijo Maglietti “Resultaste un excelente amante, sentí que me cogía Carlos Alcaraz”
“Es que te cogió Carlos Alcaraz” le dijo Carlos Alcaraz.
“Me refiero al tenista, ja, ja, ja” río Maglietti, que quedó descansando sobre la camilla.
Al futbolista no le hizo mucha gracia ese comentario, ya recuperado de la intensa relación sexual, con los guantes negros agarró el cuchillo, observó el Queso y contempló a Maglietti.
Un pensamiento maligno se apoderó de el y pensó “Tengo que asesinarla, la asesinaré y le tiraré un Queso, este Queso, a partir de ahí soy un Quesón, un asesino de mujeres”.
Cuchillo en mano, Carlos Alcaraz se tiró sobre Maglietti y le asestó una brutal puñalada en el medio de las dos tetas, hundiéndole el cuchillo hasta el mango.
Maglietti lanzo un brutal alarido de sollozo mientras recibía semejante herida, balbuceando el nombre de su asesino “Caaaaaaarlooooosssss”, quizás dándose cuenta de que compartía el mismo destino que su hermana, ser asesinada por un Carlos, mientras era herida de muerte.
Esa herida hubiera bastado para asesinarla, pero Carlos le asestó otras puñaladas, hasta darle ocho o nueve puñaladas bien certeras y profundas, el cadáver de Maglietti quedo tumbado sobre la camilla, la sangre se desparramaba en todo el consultorio.
“Queso” dijo Carlos Alcaraz mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de su víctima, a la que acababa de asesinarla.
El asesino había tenido la extraña sensación como si hubiera asesinado a muchas mujeres y había tirado muchos Quesos...
“Ahora entiendo todo, soy un Quesón” dijo Carlos contemplando la escena del crimen “que ganas de seguir quesoneando minas”
Justo decía eso en voz alta cuando una dama muy parecida a Andrea Frigerio y que se presentó como “Madame Frigerios” entro a la habitación y le dijo: “Y asi será estimado Carlos, ahora en Río de Janeiro, cuando fiches por el Flamengo, la tenes que ver a Lady Garrincha, ella te proveerá de múltiples garotas a las que podrás quesonear en Brasil, en Brasil hay muchos Carlos brasileros y Quesones locales, pero hay tantas garotas para quesonear que tendrás las tuyas y en grandes cantidades, no sabes lo que son las playas de Copacabana e Ipanema, y los carnavales de Río, ja, ja, ja”.
“Me gustaría retroceder en el tiempo, y quesonear minas siendo jugador de Racing o en este tiempo que estuve en Inglaterra, es un desperdicio” dijo Carlos Alcaraz.
“¿Seguro que no lo hicistes, Carlos? Comete un par de Quesos y recordaras y descubrirás todos los asesinatos que has cometido en este tiempo, como jugador de Racing primero y en Inglaterra después, te vas a sorprender, ja, ja, no serás Carlos Bossio o Carlos Delfino, pero sos un gran asesino”
Y así será, y así este Carlos Alcaraz se convirtió en un Quesón por derecho propio, y no un simple homónimo o tocayo del gran tenista español.
muy buen cuento, simple, interacción directa entre quesón y quesoneada, muy buena la incorporación de este Carlos, debería hacer dupla con el español, y perfecta la aparición final de Frigerios, y bien también por Scott, en otros cuentos era un idiota, pero aca muy bien, buen relato
ResponderBorrarla resignación y la alegría con que las hermanas de las quesonedas son quesoneadas es una cosa increíble
ResponderBorrarDeportistas jóvenes llamados Carlos. Parece que habrá quesones para rato.
ResponderBorrarY por eso, un nuevo relato, lo que es para celebrar.
Es curioso que está chica Giuliana no estaba interesada en vengar a su hermana. siendo quesoneada luego de fallar en el intento. Si no que parecía tener la fantasía de tener sexo con un quesón, como el que asesinó a su hermana. Y hasta insistió en eso.
Pudo haber salido vivo pero mencionó a su homónimo, además riéndose. Y eso despertó la ira de este Alcaráz. Brutal alarido de sollozo, un lujo de frase.
Un nuevo quesón ha despertado. Y ha aparecido nuevamente la celebrada Madame Frigeiros. ¿Se incorporarán las hermanas Maglietti al prostíbulo de famosas vampirizadas?
¿Lady Garrincha promoverá a El asesino de Xuxa?
acompaño la idea de "El Asesino de Xuxa" pero que sea en los 90
Borrar¿el asesino? que el cronista elija al quesón
pinta de pibe chorro el queson, que raro que no tuvo otros cuentos antes, los merece sobradamente
ResponderBorrarfue generoso Carlos Delfino al no quesonear a esta chica, y dejarsela en bandeja a otro queson, muy bueno este Carlos Alcaraz, tiene que hacer dupla con el tenista, como propusieron en otro comentario
ResponderBorrarlinda chica, se caso hace poco, ahora que una quesona se encargue del viudo, asi es la ley de los quesos
ResponderBorrarNo deberían quesonear a Geraldine Neumann, para seguir esta onda de las hermanas si no la quesonearon ya, me parece que no, hasta este Carlos Alcaraz podría ser especialista en tirarle quesos a las hermanas de las asesinadas
ResponderBorrarGeraldine Neumann no fue quesoneada. Es algo que yo había sugerido.
BorrarPodría funcionar que sea víctima de este Alcaráz. Como una venganza fallida o que sea en un cumpleaños descontrolado, como el que tuvo alguna vez Geraldine, con fotos muy intensas.
Luli J, la hermana de Nati J también podria ser.
Carlos Alcaraz x dos una dupla para matar
ResponderBorrarel tenista quedo afuera del US Open, perdio con un tipo desconocido, o sea que tiene tiempo para pasar por Rio de Janeiro y asesinar a una garota brasileña
buen queso para este día de lluvia tan horrible, se nota que el cronista tuvo una inspiración y que bueno que haya un Carlos inédito
ResponderBorrarle sienta bien el cuchillo a Charly Alcaraz, aunque un asesinato con balazos en este caso no estaba mal, un quesón academico
ResponderBorraro sea que el tipo ya había quesoneado a otras minas, pero no se acordaba, ja, ja, siempre con recursos estos cuentos, buen relato, no hubiera estado mal en el sy cheese
ResponderBorrarAndrea Frigerio almorzando con Juana Viale, las dos quesoneadas por Carlos Ignacio Fernández Lobbe el rugbier cheto, que cosas no
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