La Asesina de Matías Bortolín, Matías Sánchez y Matías Lezcano
LA SAGA DE CARLA ROMANINI, LA QUESONA ASESINA
LA ASESINA DE MATÍAS BORTOLÍN, MATÍAS SANCHEZ Y MATÍAS LEZCANO
1 - CARLA ROMANINI, LA QUESONA ASESINA
El asesinato de Matías Fioretti generó una gran conmoción en la opinión pública, más que nada por la forma en que apareció el cadáver, flotando, en medio de un club de básquet, después de que la asesina lo apuñalara con un machete y le tirara un Queso.
Carla Romanini, la asesina, se dio cuenta que no tenía alternativa, debía seguir asesinando para no ser descubierta, y estaba dispuesta a todo, por eso decidió cometer nuevos crímenes, las víctimas ya estaban elegidas, las había googleado mientras buscaba a quien asesinar.
Cuando buscó a Matias Fioretti, había puesto “Matías basquetbolista” y encontró un par de potenciales víctimas interesantes, tres deportistas, dos basquetbolistas y un voleibolista, los tres llamados Matías, obviamente.
Cuando buscó a Matias Fioretti, había puesto “Matías basquetbolista” y encontró un par de potenciales víctimas interesantes, tres deportistas, dos basquetbolistas y un voleibolista, los tres llamados Matías, obviamente.
- Aunque todas mis víctimas no se llaman así, sino una parte de los hombres a los que quesonee, seré recordada por la eternidad, como la Quesona Asesina de los Matías, ja, ja.
2 - LA ASESINA DE MATÍAS BORTOLÍN
Matías Bortolín, basquetbolista de 2,08 metros, nacido en 1993 y que milita en Argentino de Junín encabezaba esa lista de víctimas para Carla Romanini. La rubia asesina se dirigió entonces a Junín. Pensó en ir al club, pero ante la conmoción generada por el crimen de Fioretti, se dio cuenta que no era la mejor opción. Era mejor esperar afuera. Al llegar lo vio a Bortolín bajarse de una camioneta, una minivan.
- Vaya, vaya – pensó la asesina – estos tipos ganan dos pesos, no ganan ni el 1% de lo que ganan en la NBA, pero les alcanza para comprar una minivan.
Con Bortolín entrenando en el club, la asesina se acercó a la minivan, y tras una serie de maniobras, como poner el Queso encima de la cerradura del vehículo, pudo abrirlo, y se quedó esperando sentada en los asientos de atrás. Como una cazadora furtiva, a la espera de su presa, se quedó pacientemente esperando el momento adecuado para atacar. El entrenamiento finalizó y Matías Bortolin regresó a la minivan, ya era de noche.
- Buenas noches Matías – dijo Carla, la asesina, que sentada en el asiento de atrás, sacó una katana y la puso sobre el cuello del basquetbolista.
- ¿Quién sos? ¿Qué haces aca? – preguntó aterrorizado Matías Bortolín, mientras el frío del filo de la katana estaba sobre su cuello.
- Soy Carla Romanini, la Quesona Asesina de los Matías. Hace una semana asesiné a Matías Fioretti, ahora te toca a vos, Matías Bortolín.
- ¡Nooooooooooooooo! – gritó aterrorizado el basquetbolista.
- Me gusta tener sexo con mis víctimas antes de asesinarlas, pero aca en la Mini Van puede ser algo incómodo, ja, ja, aunque nunca hay incomodidades cuando hay gozo y placer.
- ¡No! – dijo Matías Bortolín, con la katana sobre su cuello, e intentó poner en marcha la Minivan para salir del lugar, casi como una reacción instintiva.
La camioneta amagó arrancar, pero al hacerlo, Carla entonces le cortó el cuello con la katana, fueron dos golpes feroces, sanguinarios, uno tras otro, la sangre de Bortolín quedó flotando por todos lados.
- Te ofrecí sexo y gozo, pero lo desaprovechaste, tuve que degollarte así, con la katana, por intentar escapar, ja, ja – dijo la asesina, y le clavó la katana en el cuerpo, pudo haberlo partido en vos.
- Queso. Matías Bortolín – dijo la asesina mientras tiró el Queso.
La asesina salió de la Minivan, y el cadáver del basquetbolista quedó sobre el asiento del conductor, Carla entonces encendió los motores, el arranque, y la Minivan, salió disparada. Provocó un gran choque en cadena, sin muertos, pero sí con heridos, grande fue la conmoción cuando vieron al cadáver del basquetbolista dentro, con la katana atravesándole el cuerpo. Aprovechando aquel caos, Carla se fue del lugar con total impunidad.
- Me pareció parecido a Esteban Lamothe este pelotudo – pensó la asesina mientras se iba del lugar, ja, ja – ahora iré por mi nueva víctima.
3 - LA ASESINA DE MATÍAS SANCHEZ
3 - LA ASESINA DE MATÍAS SANCHEZ
Un par de días después, el mundo del deporte estaba conmocionado tras los asesinatos de los basquetbolista Matías Fioretti y Matías Bortolín. Uno apareció flotando, el otro dentro de la minivan. Carla decidió que su próxima víctima sería otro Matías, pero no del mundo del básquet, y entonces apuntó al voleibolista que había encontrado en Google.
Estamos hablando del sanjuanino Matías Sánchez, jugador del Rio de Janeiro Vôlei Clube (SESC-RJ), 1,73 metros de altura, bastante más bajo que el promedio de sus víctimas habituales. Carla se trasladó de Junín a San Juan, donde el voleibolista estaba pasando unos días de vacaciones, siempre en su auto, que no era manejado por ella, sino por un extraño sujeto, que hacía las veces de chofer, al que ya hemos mencionado en otras ocasiones, llamado Nicolae Dumitrescu.
Era una tarde de intenso calor en la ciudad de San Juan, que se preparaba para la Fiesta Nacional del Sol. Aunque estaba de vacaciones, Matías Sanchez, entrenaba en un club local para no perder la forma. Aquella tarde estaba frente a la red de vóley, tirando tiros. Quizás por el intenso calor, y la falta de aire acondicionado, no había nadie en el club. Matías miró para un lado, para otro, estaba solo.
- Quizás te hace mal entrenar en medio de este calor, Matías – escuchó Matías, era la voz de una mujer.
- ¿Quién sos? ¿Me conoces? – dijo Matías mientras se dio vuelta y vio a una rubia, muy bella, y más alta que el, acercarse.
- Soy Carla Romanini, modelo, estoy acá porque vine para la Fiesta Nacional del Sol.
- Todavía faltan un par de semanas – dijo Matías, que como extasiado al tener a la rubia enfrente agregó – que linda que sos, sos hermosa.
- Podemos coger aca, estamos solos, no hay nadie, mira mis pies – dijo Carla.
Carla efectuó una suerte de streap tease ante el voleibolista, que se tiró al piso, ella puso los pies encima, y así, cogieron, disfrutando mucho de aquella experiencia, el voleibolista no lo podía creer, el gozo y placer que sentía eran enormes.
- Jamás pensé que iba a tener este placer en esta tarde de calor – dijo Matías Sánchez.
- Y falta lo mejor – agregó Carla.
El voleibolista estaba tendido en el suelo, boca abajo, y le daba la espalda a Carla, que tomó un gran puñal que tenía y ¡raaajjjjjjjjjjjjjj! se lo clavó por al espalda a Matías, fueron cuatro o cinco puñaladas, todas hechas por la espalda, a traición, así Carla Romanini asesinó a Matías Sánchez.
La propia asesina se encargó de llevar el cadáver de su víctima, con el puñal clavado en la espalda, y el Queso, a un costado del club, y lo tiró por ahí, tardarían varias horas en descubrirlo, el tiempo suficiente para que Carla se alejara del lugar y pensará en su nueva víctima.
4 - LA ASESINA DE MATÍAS LESCANO
4 - LA ASESINA DE MATÍAS LESCANO
Aquel raid criminal se completaría al cerrar la trilogía y la víctima elegida fue Matías Lescano, el Bicho, 1,96 metros de altura, basquetbolista ya retirado, cuya última actuación deportiva fue en 2015, en el club San Martin de Corrientes.
- Vamos a Corrientes ahora – le dijo Carla a Nicolae Dumitrescu, el chofer anciano, que parecía tener doscientos años, que no hablaba, era mudo, y solo obedecía las ordenes de la sanguinaria asesina – Matías Lescano, Lescano, suena parecido a Lazcano, como los rugbiers asesinos, los mellizos Carlos Gerardo y Carlos Isaac Lazcano Miranda. Esta vez la víctima es un basquetbolista retirado, para desviar la atención mediática, dicen que hay una rubia que esta asesinando chabones.
Si en San Juan hacía un calor intenso pero seco, el calor en Corrientes era aún más intenso pero húmedo, y se estaba preprando para la Fiesta Nacional del Chamamé, y guiada por ese extraño instinto que tienen las Quesonas, Carla no tardó en llegar a la residencia frente al Río Paraná donde vivía el tal Matías Lescano.
- ¿Matías Lescano? – preguntó Carla al ver al basquetbolista. Al verlo, Carla pensó: “Un flaco medio pelotudo, y encima más viejo que las fotos que están en Google, no importa, la decisión ya esta tomada, vine a tirarle un Queso, y voy a terminar la faena”.
- Soy yo – dijo Matías - ¿Quién sos? ¿Qué haces aca?
- Mi nombre es Carla Romanini – dijo la asesina y le mostro un gran paquete, donde estaba el Queso – vengo a darte un obsequio que te envían de la Liga de Aficionados de España, figuras en su plantilla.
- Ah sí, me habían avisado de la Liga EBA que me mandaban eso, a ver.
Carla le dio el paquete mientras miraba a Lescano con la mirada que solo una asesina puede tener. El basquetbolista abrió el paquete, y vio que eso, era un Queso, un gran Queso.
- ¡Un Queso! – exclamó Matías y se dio vuelta, grande fue su sorpresa al ver desnuda a Carla ante el.
- Sí, un Queso, ¿Qué te parece si cogemos? – y Carla se tiró encima de el, tocándole la pija.
- Que regalada esta piba – dijo Matías – dale, hagamoslo.
Y lo hicieron ahí, para placer de Matías Lescano, que no se imaginaba tener semejante disfrute, Carla le dio sexo y placer, de una intensidad nunca vista.
- Jamás pensé que iba a tener este placer en esta tarde de calor – dijo Matías Lescano.
Carla entonces, con sus guantes negros, levantó un gran cuchillo, un machete como los que usa Carlos Matías Sandes, y al mismo tiempo que gritaba: “¡Queeeeessssoooooooooooooooo!” se la clavó a Lescano, apuñalándolo en forma salvaje, dándole tantas puñaladas como había hecho con Santiago Artemis, por poner un ejemplo.
- Queso. Matías Lescano – dijo la asesina mientras tiró el Queso sobre el cadáver de su víctima.
Con total impunidad, la asesina se alejó del lugar del crimen, esta vez una casa, algo más fácil que en los asesinatos anteriores, con Dumitrescu manejando por las rutas argentinas, la Quesona regresó a su lujoso departamento de Puerto Madero, pensando solamente en quienes serían sus próximas víctimas.
- ¡Ja, ja, ja! – río la asesina mientras ponía a estos tres nuevos Matías asesinados en el mural de sus víctimas, donde tenía un Queso de Oro, y zapatos o zapatillas de cada una de sus víctimas - ¿Quién será el próximo?.
te llamas Carlos, escribis sobre los Carlos, pero porque ahora te enseñaste con los Matías? ja ja ja
ResponderBorrarbuen relato, los crímenes de Carla Romanini siempre son buenos, lo nombran a Lamothe, puede ser una víctima para Carla Conte, aparece Nicolae Dumitrescu, un espía para que esta quesona no se desvarie matando a algún Quesón, porque esta desatada y parece muy peligrosa, ja, ja
ResponderBorraresta chica hace otra cosa además de asesinar?
ResponderBorrarconsejo: si te llamas Matías y practicas algun deporte, no te cruces con Carla Romanini
ResponderBorrarCarla rubia es como una mujer fatal, bella y letal. Si te encontrás con ella, mejor no intentar huir. Es inútil y quien se entrega puede tener una oportunidad con ella.
ResponderBorrar¿El hermano de Lady Dumitrescu está como chofer silencioso? Entonces recibió más retos de la Lady.
teniendo en cuenta la tendencia de esta chica a asesinar a chabones que se llaman Matías, que no se olvide de Matías Almeyda
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