La Asesina de Daniel Tognetti
El periodista Daniel Carlos Tognetti es alto (1,96 metros) y patón (calza 47/48) se encontraba tomando almorzando en una conocida confitería del centro de la ciudad. Muchos lo miraban y no era llamativo: era una figura pública, algunos lo saludaban y otros lo insultaban, para la mayoría, su presencia resultaba indiferente.
No para una rubia que estaba sentada en la misma confitería y no paraba de mirarlo una y otra vez. A Tognetti le llamó la atención: la rubia era igual, como un calco exacto, a la top model Valeria Mazza, a la sazón, decapitada, asesinada y quesoneada por el basquetbolista Carlos Delfino.
- Increíble – pensó Tognetti mientras miró a la doble de Valeria Mazza, ella no dejaba de observarlo un momento.
El periodista intentó hacerse el distraído, y termino el almuerzo, levantó la vista y vio que el lugar donde estaba la doble de Valeria Mazza, ahora estaba vacío. Tognetti hizo un gesto como pensando “¿Se habrá ido? ¿O habrá sido una alucinación? Qué rato todo esto”, pagó la adición y se levantó, pero justo cuando salía del lugar, una figura femenina se lo llevó por adelante. Era la doble de Valeria Mazza.
- Disculpame, Daniel Carlos, pero te admiró mucho – dijo la rubia - ¿Me firmas un autógrafo?
- Por supuesto – dijo Tognetti, que quedó sorprendido de que la rubia lo llamara “Daniel Carlos” – Disculpame, pero seguro ya te lo dijeron, sos igual a Valeria Mazza, si no la hubieran asesinado juraría que sos ella, aunque algo más joven.
- Sí, pobrecita, el basquetbolista Carlos Delfino le cortó la cabeza y le tiró un Queso. Muy parecidas, pero yo tengo diez años menos que ella. Mi nombre es Ravelia.
Tognetti entregó el autógrafo a Ravelia y esta le dio un papelito, el periodista lo abrió y lo leyó “Te amo Daniel Carlos, ¿No queres tener sexo conmigo? Te espero hoy a las cinco de las tarde” y le dejó una dirección. Tognetti iba a contestar pero la doble de Valeria Mazza se esfumó como por arte de magia.
Lo cierto es que Tognetti esa tarde estaba en el lugar indicado a la hora señalada. Ravelia lo recibió en el departamento y le dio de beber una copa de champagne, mientras le hizo un streap tease, tras eso, no tardaron en ir a la cama.
- ¿Te gusta el bondage? – le dijo Ravelia – pero el bondage con la hembra dominante y el varón sumiso, yo la hembra dominante, vos el varón dominado.
- Bueno – dijo Tognetti – la verdad, yo no sé…
No terminó de decir cuando Ravelia se tiró encima y lo esposó a la cama, Tognetti no opuso resistencia alguna, la rubia agarró un cuchillo y le arrancó las ropas al periodista. Lo hizo con furia, Tognetti temió en algún momento que lo apuñalará, pero entendió que era todo un juego y permaneció callado, comenzó a disfrutar de aquello.
- Daniel Carlos – le dijo Ravelia a Tognetti – dicen que el orden de los factores no altera el producto pero en tu caso sí que lo altera, ¡Y como! Si fueras Carlos Daniel, no tengo dudas que serías un gran Quesón, un destacado asesino de mujeres al estilo de Carlos Delfino o de Carlos Bossio.
- Puede ser – dijo Tognetti – hubiera sido un gran Quesón. Ja, ja, ja. No tengo dudas.
- Igual a Beatriz Salomón lo mataste en serio.
- Fue solo una investigación periodista.
- Puede ser. Pero fue algo que marcó un antes y un despues en tu carrera.
Tras eso, Tognetti permaneció atado a la cama, mientras Ravelia lo baño con una botella de champagne, y le tiró encima un Queso, con el mismo cuchillo con el que le arrancó la ropa, cortó el Queso en cientos de cubos, y luego, le dio varios latigazos, tras lo cual tuvieron sexo, Tognetti disfrutó mucho penetrándola, era el varón domado pero funcionaba muy bien.
- Me encantó ser el varón domado – dijo Tognetti al terminar todo aquello – que buena experiencia. Inolvidable.
- Y aún falta lo mejor – dijo Ravelia.
- No puede haber nada mejor que esto – contestó Tognetti – aunque ya esta, desatame.
Ravelia le tiró otro Queso encima, y luego de que el periodista recibiera el Queso encima de su cara, abrió los ojos, y para su sorpresa y terror, Ravelia lo estaba apuntando con un gran revolver calibre 45 con silenciador.
- Daniel Carlos Tognetti, debo comunicarte que morirás asesinado por Ravelia, la Quesona Asesina.
- ¡Noooooooooooo! – exclamó de terror Daniel Carlos Tognetti.
A continuación una lluvia de ocho balazos que impactaron en el cráneo, la cabeza, el cuello, el pecho y el estomago de Daniel Carlos Tognetti, que de esta manera fue asesinado.
- #Queso. Daniel Carlos Tognetti – dijo la asesina, mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de su víctima, finalizando así el asesinato.
La asesina no se hizo mucho problema, con mucha paciencia y dedicación, envolvió el cadáver de Tognetti en una gigantesca bolsa de dormir (pensó en descuartizarlo, pero luego lo quiso conservar entero), y en las horas de la noche, lo sacó, y Queso incluído, lo tiró en algún lugar de la Reserva Ecológica de la Costanera Sur. El descubrimiento del cadáver causó un gran impacto en la opinión pública. Una rubia fue señalada como única sospechosa. Pero a Ravelia, la Quesona Asesina, no le importo nada, para ella fue solo uno más en su larga lista de asesinatos. Solo un Queso más.
pudo haber sido un Quesón si se llamaba al reves, terminó siendo un quesoneado, y la verdad que este flaco merecía el Queso
ResponderBorrarA falta de una Carla, buena es una Ravelia. Rubia o tatuada, para conceder el último deseo.
ResponderBorrar¿La venganza de Beatriz Salomón? Sospecho que no fue casual esa mención. Por algo no fue quesoneada.
No sé si lo merecía pero tuvo morbo este relato.