El Baloncesto Erótico y Asesino de Jowie Campobassi
La vida del basquetbolista Carlos Matías Sandes era tan rutinaria como feliz. Tras una exitosa noche de básquet en la Liga Nacional donde una vez más deleito al público con sus célebres fajas de Sandes, Carlos Matías disfrutaba ahora de la felicidad que le daban Maru, su esposa, y sus hijos, a quien llamaba cariñosamente “mis cachorros”.
- ¡Ja, ja, ja! – se ría feliz Carlos Matías, mientras jugaba con sus hijos - ¡Ustedes me cansan más que los rivales, es más fácil hacer un triple que hacerlos cansar a ustedes!
En un alto en la diversión y los juegos, Carlos Matías se dirigió entonces a Maru, su mujer.
- ¿Qué paso con Juan? ¡Dijo que iba a ir hoy al partido y no lo ví! ¿O se fue antes?
Juan era el hermano de Maru, el cuñado de Carlos Matías.
- No, pobre Juan – le contestó Maru, muy preocupada por su hermano – no sabes lo mal que la esta pasando, una empleada que tiene en el negocio, lo esta acosando todo el tiempo, y no la puede echar, porque sí se tiene que comer un juicio por despido, discriminación y violencia de género, no sabe que hacer, si sigue así, va a tener que cerrar todo y darle una indemnización millonaria a esa loca. Un acoso sexual y laboral, Juan no da más, esta muy mal.
- No te puedo creer – dijo Carlos Matías - ¿Y quien es la empleada?
- Una tipeja, joven, que trabaja con el, tiene pinta de modelo, es una linda chica, pero bueno, es un acoso constante.
- Quizás sea buena la intervención de un Quesón en un asunto como este – murmuró Carlos Matías.
- ¿Un Quesón? ¿Qué estas diciendo, Mati? – dijo Maru.
- Nada, nada, Maru, ja, ja, ja, me acorde de Los Simuladores, esos tipos resolvían esta clase de problemas.
- Es cierto, necesitaríamos a gente como esa. ¿Esa señora rumana, tan buena, siempre tan servicial, Lady Dumtrescu, no nos podrá ayudar? Digo, no se, de pronto me parece, es como que tiene muchos contactos con las altas esferas del poder.
- ¿Y como se llama la empleada?
- No recuerdo su nombre exacto, pero creo que Juanito me dijo que era la Señorita Campobassi, o algo así, creo que se llama de esa manera.
Esa noche, como era normal y habitual, y sobre todo después de aquella gran noche de básquet, Carlos Matías sometió a Maru al juego de sus pies, ella olió, lamió, besó y chupó aquellos gigantescos pies que apestaban a Queso, y despues cogieron en forma más que intensa, los dos eran como máquinas sexuales insaciables, que no podían parar, y si pararon fue porque Carlos Matías agarró el machete, uno de utilería, como los de Jason en las películas de Friday the 13th, y simuló apuñalar a Maru, apuñalarla en forma salvaje primero y decapitarla despues, para finalizar tirándole un Queso.
- Queso – dijo Carlos Matías Sandes mientras tiraba el Queso a Maru.
Maru quedó eufórica y gozó aquella simulación de ser asesinada, le encantaba que se lo hicieran, y los dos se qeudaron dormidos, así, con el Queso encima de Maru, era lo que le gustaban, en ese extraño duelo de Carlos Matías (el Quesón) y Maru (la Quesoneada).
Al día siguiente, Carlos Matías visitó a su cuñado Juan, que estaba demacrado, con ojeras, sin poder dormir, desesperado por los continuos acosos de su empleada, la Señorita Campobassi.
- No doy más – le dijo Juan – estoy destruido. Esa mina me pide millones de dólares, sino me va a denunciar con un Colectivo de Empleadas Acosadas.
- Pero es ella la que acosa, no vos, Juanito.
- Pero la justicia le cree a ella, es lo que vota la gente cuando hay elecciones.
- Dame los datos de la empleada, Juanito, donde vive y otras cosas.
- ¿Qué vas a hacer?
- Tranquilo, conozco un grupo de gente que se va a encargar de solucionar esto, va a salir todo bien.
- ¿Los Simuladores?
- Ja, ja, ja, ja, ja – esa risotada, con tonada mendocina, fue la respuesta de Carlos Matías – Tranquilo Juan, ahora vas a conocer las ventajas de tener un cuñado Quesón
Esa noche, la Señorita Campobassi se encontraba acostada en su cama, con un alto grado de consumo de alcohol y algún que otro porrito que iba y venía, ni siquiera se había levantado aquel día, y no lo iba a hacer, Campobassi disfrutaba de todo aquello, y le gustaba delirar y ver visiones, por eso no le llamó la atención que de repente, vio una enorme figura masculina, muy alta, más de dos metros, delante de la cama, con un enorme sombrero que simulaba ser un Queso, sí, un Queso, y con un Queso gigantesco sobre sus manos.
- Ja, ja, ja – comenzó a reir la señorita Campobassi - ¡En vez de ver elefantes rosados, veo Hombres Quesos! ¡Qué divertido!
- ¿Te resulta divertido ver a un Quesón? – dijo aquella figura – Mira que soy un asesino serial de mujeres, adicto al Queso y fetichista de los pies. Y me gusta asesinar minas de mierda como vos, Señorita Campobassi.
- ¿Así que soy una mina de mierda? Seguro que te mando ese Juancito. Lo voy a hacer mierda. Me va a tener que pagar millones y despues voy a ir por equipos de fútbol y básquet enteros.
- No creo, señorita Campobassi – dijo el hombre – aca estoy para poner justicia.
- Ja, ja, ja – río Campobassi - ¿Y como te llamas, Hombre Queso?
- Caaaaaaaaaarrrrrrrrrlooooooooooosssssssssssssssssss – la respuesta de Carlos Matías Sandes, mientras tiraba el Queso sobre la Señorita Campobassi.
Campobassi recibió el Queso con cierta satisfacción y gritó: “¡Cogeme con el Queso, Hombre Queso, Caaaaaaaaaarrrrrrrrrlooooooooooosssssssssssssssssss!”, Sandes entonces se tiró encima y le puso los pies tamaño 52 encima, el olor a Queso era de tal magnitud, que Campobassi comenzó a chuparlos, lamerlos, besarlos y olerlos, una y otra vez, una y otra vez, y entonces ahí Carlos Matías la cogió con los pies primero, bien cogida, pero Campobassi quería más y más, y entonces ahí la cogio con el Queso, sí, la penetró con el Queso, para mayor satisfacción de Campobassi.
- Ahora sé quien sos, sos el cuñado de Juancito – le dijo Campobassi – sos el marido de esa hermana que tiene, un dominado, tu mujer te domina totalmente, vos sos un sirviente de ella, ja, ja, si tuvieras huevos, la asesinarías, pero jugas que la asesinas, y ella te sigue dominando, no tenes huevos para asesinarla, puto Quesón.
- Con ella juego a asesinarla, a vos te voy a asesinar en serio – fue la respuesta de Carlos Matías, mientras blandía el machete y ¡zas! comenzó a asesinarla en forma brutal, de varios machetazos, brutales machetazos, muchos machetazos, no solo la decapitó, sino que la partió en dos, en cuatro, en ocho, en dieciséis, no quedó nada, tanto, que casi no tenía donde tirar el Queso.
- Queso – dijo Carlos Matías Sandes tirando el Queso sobre lo que quedaba de Campobassi.
El basquetbolista se fue, muy contento por lo que había pasado, tarareando “En la jungla, calmada jungla, dormido está el león” en inglés y en castellano. Dicen que cuatro mujeres similares a María Laura Santillan metieron en bolsas los restos de la Señorita, con el Queso incluído, y se lo llevaron. Alguien recordó una frase de “La Matanza de Texas” (The Texas Chain Saw Massacre) (1974), cuando un personaje dice que “usan todo lo de las vacas, no queda nada, hasta con los huesos hacen Quesos”. ¿Harían acaso un Queso con aquellos restos? ¿Qué querían las Santillanas?
Al día siguiente, Sandes se lo dedicó totalmente al básquet, y volvió a tener una noche brillante, con miles de tuits que celebraban sus célebres fajas, alguien puso “Carlos Matías Sandes, Baloncesto Erótico”. De noche, a disfrutar otra vez con Maru.
- No sabes que contento esta Juanito, la mina esa desapareció sin dejar rastro, como si fuera una extraterrestre, que volvió a su planeta.
- Ja, ja, ja, las ventajas de tener un cuñado Quesón, otra que los Simuladores.
- Ja, ja, ja – río Maru – córtame la cabeza y tírame un Queso.
Otra noche de felicidad entre Carlos Matías y Maru, con fetichismo de pies, sexo de alto vuelo, penetración vaginal, que era lo que le gustaba a Maru, simulación de asesinato, esta vez Carlos Matías se disfrazó de verdugo medieval y simuló cortarle la cabeza a su mujer, la simulación fue tan perfecto que hasta la propia Maru puso la cabeza de un maniquí idéntico a ella, para que su esposo “le cortara la cabeza” y luego le tirará el Queso.
- Queso – decía siempre Carlos Matías Sandes cuando simulaba asesinar a su esposa.
Pero la diversión duro poco, en los días siguientes, Maru se engripó y debió guardar cama, y para evitar contagios, Carlos Matías prefirió dormir en otra habitación.
- La gripe es pasajera – le dijo Maru – en un par de días se me pasa, pero lo peor es que me pierdo la reunión de padres en el colegio, ¿Podes ir Mati, o tenes partido?
- Tengo partido – dijo Carlos Matías – pero voy a hacerme una pausa, estimada, y voy a ir. Los veo serios a los chicos, como si hubiera pasado un dementor y les quitó la alegría.
- Si, parece que hay una nueva directora, sádica y malvada, que los maltrata, con métodos nazis, latigazos, cadenas, mazmorras, y todas cosas horribles.
- ¿Metodos nazis? ¿No será Fraulein Astrid Breitner?
- No, esta se llama Madame Campobassi, es una directora malvada y sádica, tengo miedo que le haya pegado a los chicos, que los haya encadenadas – y Maru empezó a llorar.
- Tranquila, Maru, tranquila, otra Campobassi en el asunto, tu hermano ya conoció las ventajas de tener un cuñado Quesón, ahora los chicos conocerán la ventaja de tener un papá Quesón.
Carlos Matías fue a la reunión de padres, donde sobresalió, no solo por sus dos metros y dos centímetros de altura, y su calzado número cincuenta y dos, sino también por el olor a Queso que lanzaban, los hombres (que eran minoría) lo aguantaban, las mujeres (que eran mayoría) casi se desmayaban, y debieron ponerse máscaras antigás para sobrevivir, hasta que se adaptaron al olor al Queso del basquetbolista.
En la reunión, Carlos Matías se puso al tanto de la situación: Madame Campobassi maltrataba a los chicos, era la nueva preceptora, e insultaba y le pegaba al alumnado, las madres y los padres manifestaron que la iban a denunciar, pero la propia Madame Campobassi se hizo presente.
- ¡Es igual! – exclamó Carlos Matías en voz alta, quedando con la boca abierta, al ver que era igual a la mujer que había asesinado días antes.
- ¿Igual a quien? – dijo la malvada maestra - ¿Igual a quien, señor Sandes!
- Igual a una empleada que tenía mi cuñado, que regresó a su patria natal.
- Ah, sí, puede ser, una melliza mía, que es una soreta, una hija de puta, una mal nacida, casi no la conozco, nos separaron al nacer y nos criaron familias diferentes – dijo la malvada maestra, y al mismo tiempo, empezó a gritar - ¿Una denuncia? ¡Una denuncia las pelotas! ¡Yo los voy a denunciar a todos ustedes, madres hijas de puta, padres hijos de puta, sus hijos e hijas están todos expulsados y expulsadas! ¡Irán a nuestros campos de concentración! ¡Serán como los niños del maíz! ¡Entes al servicio de las fuerzas del mal!
- ¡Yo no puedo permitir esto! – gritó Carlos Matías Sandes - ¡Con los chicos no! - y ahí delante de todos los padres y las madres, se puso los guantes negros, y con el machete en la mano derecha y el Queso en la izquierda avanzó hacia la malvada directora.
- ¿Qué quiere señor Sandes? – le dijo la malvada Campobassi - ¡Conmigo no, Sandes!
- No nació la mujer que pueda resistir mi Queso – contestó el basquetbolista.
Y ahí nomás le puso los pies encima, la malvada directora quedó en el piso, y el basquetbolista la redujo con los pies, Campobassi empezó a olerlos, besarlos, chuparlos y lamerlos, y ahí (mientras era ovacionado por la plebe, y al ritmo del Twist del Colegio de Los Parchis), la cogió con los pies.
- ¡Piedad, señor Sandes, piedad! ¡Yo sé lo que sos sus Quesos!
Carlos Matías entonces sacó un machete, blandió el machete, y ahí, delante de todos, sin que nadie le importara, ¡zas! le cortó la cabeza.
- Queso – dijo Carlos Matías Sandes mientras le tiraba un Queso a la malvada Madame Campobassi.
Los padres y las madres aplaudieron y lo ovacionaron como si de un campo de básquet se tratara. Casi que se lo llevaron en andas a Sandes, mientras cuatro Santillanas entraron al salón de actos, y se llevaron el decapitado y quesoneado cadáver de la malvada Madame Campobassi. Y mientras todo esto sucedía, siguió sonando el Twist del Colegio de Los Parchis, y todos, el asesino, padres, madres y profesoras empezaron a bailr el Twist del Colegio. Las Santillanas regresaron despues de deshacerse del cadáver de Madame Campobassi.
Una de las Santillanas se paró sobre una silla y dijo:
- Accio!
Otra de las Santillanas se paró sobre otra silla y dijo:
- Wingardium Leviosa.
La tercera de las Santillanas se paró sobre una silla y dijo:
- Expectro Patronum.
Y la cuarta se paró y exclamó:
- Avada Kadavra.
Y ahí, como un mágico hechizo, los padres y las madres se olvidaron de todo eso, se olvidaron que había existido Madame Campobassi y volvieron todos contentos con la nueva directora de la Institución, Suzanne Dumitrescu, según se decía, prima hermana de la legendaria y popular Lady Dumitrescu.
- Ahora sí el Colegio va a andar bien – exclamó Carlos Matías Sandes – con gente seria, honesta y eficiente, comprometida con la educación, como corresponde, con amor a los niños, a las niñas y les niñes.
El basquetbolista regresó a su casa, Maru, algo recuperada de la gripe, le preguntó:
- ¿Todo bien? ¡Te veo contento, casi eufórico!
- La prima hermana de Lady Dumitrescu es la nueva directora. Una mujer seria, una maestra como las de antes, un ejemplo de la educación, parece salida de una escuela sarmientina, madre del aula, Sarmiento inmortal, gloria y loor, honra sin par. Las ventajas de tener un papá Quesón.
- ¿Y la otra? ¿La malvada?
- Perdió la cabeza, regresó a su galaxia, nadie se va a acordar de ella, tampoco vos amada Maru, nunca te vas a acordar de ella, y mira Maru, si te quesoneo esta noche, te recuperas de la gripe, vas a ver. Ahora conoce las ventajas de tener un esposo Quesón, mira que sos la única que lo puede contar, a las demás les tiraron un Queso, sos la única en serio, no es joda, la única mujer de un Quesón viva, la Omega Woman.
Y así fue, otra quesoneada de la san puta, Carlos Matías le puso los pies encima, y ella al oler los Quesos se sacó los virus encima, despues el basquetbolista la cogió con suavidad, ternura y mucho amor, para despues simular una nueva decapitación.
- Queso – dijo Carlos Matías mientras tiraba un Queso sobre su esposa, que contenta y mejorada, con mucha salud, se quedó ahí con el Queso, repleta de felicidad, sabiendo que era la Omega Woman, sabiendo que su esposo era un asesino, aunque se hiciera la boluda.
Bonus Track: El Debut Sexual de un Quesón
Hace muchos años, cuando Carlos Matías Sandes tenía 13 o 14 años, en el verano del 98, parafraseando a alguna novela por ahí, cuando todos le decían simplemente “Matías”, cuando renegaba de Carlos, su primer nombre, y solo lo usaban los profesores en la escuela o los médicos que lo atendían, se encontraba jugando en la piscina con un par de amigos. La piscina de Leonardo Murialdo, el club donde empezó a jugar Sandes, que a esa edad, ya se destacaba por su gran altura, sus gigantescos pies y su intenso olor a Queso.
Ocurrió entonces que Sandes, junto a dos amigos, identificados como Lucas y Gonzalo, empezaron a jugar en la piscina y salpicaron agua, y el agua salpico a una señora mayor, que se mojó toda, entonces el esposo de la señora, un señor de raza negra, que podría haber pasado por hermano de Louis Armstrong, identificado como el señor Orlok, se levantó y fue a retar a los chicos, y el reto fue violento, porque le pegó a los chicos, porque habían arruinado al alta costura de doscientos años de su esposa, y entonces el señor Sandes – el Carlos mayor, Carlos Humberto, el papá de Carlos Matías – se hizo presente, y lo que ocurrió fue muy violento. Orlok se llevó la peor parte y podría haber denunciado a Sandes por golpes y discriminación, dado que el afectado era negro, pero prefirieron hacerse humo. El incidente fue tan serio que todos hablaban del asunto, y se convirtió en leyenda.
Dos semanas despues, no había rastros del señor Orlok y su distinguida señora, Sandes estaba otra vez jugando en la piscina con Lucas y Gonzalo, y justo ahí apareció una mujer, muy bella.
- Uy mira Matías, esta señora, es como la otra pero más joven – le dijo Lucas a Carlos Matías.
- ¿Será la hija? A ver si se murió el negro por los golpes que le dio mi viejo, ¡Uy, que cagada todo esto! – exclamó Sandes.
- A vos te busco pibe, al más alto y el más patón, tenes unos pies gigantes, pibe – dijo la señora.
- ¿Usted quien es? – preguntó tembloroso Sandes.
- Yo soy la que soy – dijo la mujer, y se sacó los anteojos oscuros. Sandes tembló al verla, no tenía dudas: era la señora, pero más joven, los otros dos pibes quedaron estupefactos – algo más joven.
- ¿Y su esposo, señora? – dijo temblando y balbuceando el joven Carlos Matías Sandes.
- Quedate tranquilo pibe, esta en Monaco, disfrutando del casino de Montecarlo, estamos en 1998, en meses vamos a ver el Mundial, en Francia, nuestras ocupaciones pasan por ese tipo de cosas, y en dos años estaremos en Sydney. Eso sí, no estén en Nueva York en el 2001, háganme caso. Quería hablarte pibe, esas patas, esa altura, pareces grande, pero sos jovencito.
- Esta con vos Matías, esta con vos – le dijeron Lucas y Gonzalo – nosotros nos vamos – y se fueron, bastante asustados, al ver a la señora mucho más joven, como si hubiera pasado por un túnel del tiempo, y hubiera su yo, pero treinta años antes.
- Tus amigos me tienen miedo, y no esta mal, aunque a Lady Dumitrescu (así me llamó) nadie debe tenerle miedo, respeto sí, pero miedo no, yo reparto bondad a quien lo merece, soy muy benevolente, soy la paladina de la justicia.
- ¿Qué quiere de mí, Lady Dumitrescu?
- Solo oler los pies, nada más – dijo la rumana, porque era rumana la señora, y esto ocurre en 1998, la década en la que Rumania jugaba los Mundiales.
Fueron entonces a un cuarto oculto en el club Leonardo Murialdo, y para sorpresa (y placer) del adolescente Sandes, Dumitrescu le ofreció un streap tease, y tras quedar desnuda, le acerco los pechos al joven basquetbolista, esto no pudo evitar chupárselos, entonces ella empezó a sacarle las zapatillas, las medias (los pies de Sandes ya eran gigantescos en esa época), y empezó a oler, lamer, besar y chupar, una y otra vez, quedó rendida a sus pies, y entonces Sandes, guiado por un instinto natural, porque era la primera vez que lo hacía, la cogio a Dumitrescu, con gozo y placer. Dumitrescu disfruto mucho y Sandes estaba más eufórico que sí hubiera metido quince triples seguidos en la NBA.
- Vos no te llamas Matías, vos debes de tener otro nombre, no puede ser, tus Quesos son perfectos.
- Me llamó Matías, pero sí es cierto, tengo otro nombre, en realidad Matías es mi segundo nombre.
- A ver, déjame adivinar, un Jorge o un Roberto no huele así, un Juan o un José mucho menos. Solo te podes llamar de una manera, el nombre de Monzón y Calvo, el nombre de mis dos hijos. Vos te llamas Carlos.
- Sí, me llamó Carlos, pero no me gusta, es nombre de viejo, es el nombre de viejo, en mi familia todos Carlos, por eso todos me llaman Matías.
- Sos un Carlos renegado, en fin, algún día aprenderás. Como dice Yoga “Aprenderá a ser paciente”, ya llegará la hora de tus Quesos, todavía es prematuro, mis dos hijos, Carlos Gonella y Carlos Kramer, en cambio, sos Carlos orgullosos y son medio jóvenes. Pero bueno, ahora me iré Carlos Matías, pero te aseguro, que nos volveremos a ver.
Y así desapareció Lady Dumitrescu de la vida de Carlos Matías Sandes por varios años, ya sabemos que hubo un reencuentro, pero esa es otra historia, este es el debut sexual de un Quesón.
UNA LOCURA BRILLANTE!!!! SANDES ES UN QUESO QUE PARECE HOMBRE!!!!
ResponderBorraruna novedad narrativa muy interesante en un relato excelente con mucho sexo, locura, crimen y queso, como debe ser esto, el hecho de que una víctima sean en realidad dos, y que ninguna sea la "verdadera" como para que aparezca en otros relatos, excelente, y las revelaciones del bonus track, sos un crack papa!
ResponderBorrarMaru Sandes esta metida hasta la manija, y ahora tambien el hermano, ¿no será mucho? moraleja: si tenes un cuñado queson ninguna mina te va a garcar, falto quizas una aparición del comisario miguel diciendo "esto huele mal" y ahí se da cuenta que lo que huele mal son las zapatillas de Sandes
ResponderBorrar¿Lady Dumitrescu habra desvirgado a otros Quesones? teoría muy interesante, aunque a Carlos Delfino le tenía miedo en algún relato, y con Carlos Bossio no se si compartieron alguna historia
ResponderBorrarQuien le tenía miedo a Delfino era la Marquesa de Avila.
Borrarterror, tenía miedo que Carlitos sacara el cuchillo y raaaajjj le cortara el cuellito, ya sabemos que a Carlitos Delfino le gustan esas cosas
Borrarpues vaya jaleo con queso que es esto, el queso nunca se acaba
ResponderBorrarun ser tan asqueroso como Jowie Campobassi merecía dos Quesos, interesante ese desdoblamiento, la verdadera es lesbiana, o sea que esta bien que adopte dos personalidades, la acosadora y la maestra, al mismo tiempo podría haber intentado violar a Maru Sandes, bueno, eso puede pasar en otro relato, dado que podría ser una enemiga fija, al estilo del Guasón o del Pingüino, algo que sería novedad en estos relatos, y además Dumitrescu con el rostro de Sofia Loren y Orlok, al que ya habían mencionado es negro, muy interesante eso, y muy bueno también, y un acierto del autor del blog
ResponderBorrarMe sumo al pedido del relato de Jowie acechando a Maru Sandes, con esos propósitos.
BorrarMaru está entrenada fue deportista, podría defenderse, pero Jowie podría ponerle para doparla. Algo que ha hecho Sandes.
Y podría decirle:
-¿Así que sos amiga de Lady Dumitrescu. Yo soy muy amiga, más que amiga de la Marquesa. Así que no se va enojar si juego un poco con vos.
ja ja ja ja muy bueno esto, una locura total, con crimenes en la escuela y bueno lo de la historia del final, ese bonus track, sin queso, pero con mucho sexo
ResponderBorrarsiempre sacas un queso bajo la manga
ResponderBorrarCarlos Matías Sandes debe de tener una quesería en la casa, y Maru no se da cuenta de nada? es cómplice, jua, jua
ResponderBorraresta mina es famosa por sus tatuajes, pero al parecer las santillanas destrozaron los cuerpos, bueno, porque esos tatuajes podrían tener algun valor, como para darle más cosas a la cosa
ResponderBorrarVoy primero al bonus track.
ResponderBorrarO sea que Lady Dumitrescu ya conocía a Sandes y de que manera. Así que el basquetbolista tuvo su primera experiencia con una rejuvenecida mujer, con siglos de experiencia.
¿Habrá borrado la memoria de Sandes, para que el encuentro en Rusia haya parecido el primer encuentro?
¿Orlok ha cambiado de experiencia?
Que curioso e interesante Sandes interviniendo para ayudar a su cuñado. Y a su modo.
¿Será la misma Jowie Campobassi que fue cómplice en El asesino de Cristina Pérez? Podría unaclon, una equivalente de Las Santillanas.
De ser la original, habría dicho:
-No me podés matar, fui la cómplice de Roa, cuando quesoneó a Cristina Pérez. Y casi que soy amiga de la Marquesa. O más que amiga.
-Lástima, fuiste una buena cómplice, La Marquesa va a llorar. Pero te metiste con el hermano de mi Maru.
-¡Noooo!
Pero la verdadera habría acosado a Maru, así que esta debió ser una clon.
Y tal vez lo era la directora, que maltrataba a los alumnos.
¿Serán las Santillanas principales? ¿La Santillana Alfa sigue en Telenoche?
Messi también podría tener una aliada, como el hermano de Maru Sandes. Tiene como cuñada a una Carla, la hermana menor de su esposa.
ResponderBorrarAsí que hasta podría ser un muggle, un protegido por la Fundación Dumitrescu.
¿Y si Maru Sandes participara de Bake Off Argentina?
ResponderBorrarSeguro que Sandes terminaría quesoneando a Pamela Villar.
Y alguna Carla, Conte o Romanini, quesoneando a Damián Betular, por eso de que para un Carlos no hay nada mejor que una Carla y para una Carla no hay nada mejor que un Carlos.
A falta de la quesoneada Paula Chávez, podría haber una Carla, Romanini, Conte o alguna otra.
Borrar¿Cuáles serán los próximos relatos?
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