El Asesino de Barbie Vélez
Dicen que estaba Barbie Velez andando por ahí, demostrando ser el prototipo perfecto de la tilinguería y la estupidez humana, de como algunos individuos, en un darwinismo puro, salen fallados y pueden arrastrar con su descendencia a la involución, y quizás extinción, de una especie.
Barbie Vélez salía de un baño en un bar cuando se chocó casualmente con Carlos Izquierdoz, futbolista de Boca Juniors, el famoso Cali Izquierdoz. El choco provocó que a Barbie se la cayera la billetera, muy amablemente, el Cali se la levantó y se la dio.
- ¿Cómo te llamas?
- Carlos. Carlos Izquierdoz. Me dicen el “Cali”.
- Vaya sos muy alto y patón…
- Je, je, puede ser sí, alto, mido 1,88, calzo 45.
- ¿Sos deportista’
- Soy futbolista, juego en Boca, antes jugué en Atlanta, Lanús y un equipo mexicano, Santos Lugano.
- Yo de fútbol no sé nada
- ¿Sabes una cosa?
- ¿Qué?
- Nunca tuve sexo con un Carlos.
- Bueno, quizás sea un error que podes remediar hoy.
- ¿Me estas acaso acosando?
- De ninguna manera. Yo simplemente…
- La verdad es una buena idea tener sexo con un Carlos, un futbolista y un patón…
- También Quesón.
- ¿Quesón? ¿Porqué?
- Ya te vas a enterar…
Quedaron en encontrarse en un departamento. Un par de horas, cuando las primeras horas de la noche caían sobre la ciudad, Barbie Vélez ingresó a la habitación. Carlos Izquierdoz, la estaba esperando, totalmente desnudo, acostado en la cama. En realidad, solo poseía una única indumentaria: los guantes que le cubrían las manos.
- ¿Porqué esos guantes negros, Carlos?
- Me estimulan sexualmente.
Barbie le dijo:
- Sos narigón Carlos.
- Eso queda a tu criterio. Sí te digo que la tengo muy grande.
- ¿A qué te referís?
- A esto.
Obviamente se refería al pene, que era muy grande. Barbie no resistió ni un minuto y tras zambullirse en la cama, empezó a hacer una fellatio. Disfrutaron mucho, cuando ya estaban satisfechos, después que Carlos le chupara las tetas, Barbie le dijo:
- Dijiste antes que eras un Quesón. ¿Porqué?
- Porqué tengo olor a Queso en los pies. ¿Querés probar?
- Bueno, dale.
El olor a Queso de los pies de Izquierdoz era muy fuerte, Barbie apenas lo pudo soportar, pero como extasiada en aquella fragancia, empezó a chuparlos, lamerlos, besarlos y olerlos, primero el pie izquierdo, luego el derecho. Fue casi un acto de sadomaquismo, a Carlos Izquierdoz, habituado en la practica, le encantó mucho.
Luego tuvieron sexo, cogieron con mucha intensidad y pasión. Barbie comprobó que los Carlos hacen muy bien el amor.
- Lástima que haya tan pocos Carlos jóvenes, bah, casi no hay ninguno, cojen muy buenos.
- Somos pocos – dijo Izquierdoz – aunque ahora en Boca esta Carlitos Tevez, el boliviano Carlos Lampe y yo. Je, je. No importa, ya veremos quien nos sucede si nos extinguimos, ja, ja, quizás en algunos años empezamos a resurgir.
Carlos Izquierdoz se levantó entonces de la cama, y en unos minutos regresó, disfrazado de Scream mientras con la mano derecha, siempre con guantes negros, sostenía un enorme cuchillo y con la izquierda, un Queso de grandes proporciones. Sí, un Queso, un Maasdam, esos Quesos holandeses muy populares.
- ¿Qué significa esto Carlos?
- Soy un asesino serial. Apuñalo chicas y les tiro un Queso. Tenía ganas de cometer un buen asesinato. Menos mal que te cruzaste en mi camino. Nunca es bueno cruzarte en el camino de un asesino. Bueno, te toco a vos. Te asesinaré – fue la respuesta de Izquierdoz.
Ya no hubo más palabras. Carlos levantó el cuchillo y lo hundió en el estomágo de Vélez. Le aplicó un corte de derecha a izquierda, después otro corte de izquierda a derecha, después un cuchillazo en el pecho, y otros dos cortes, después un corte profundo en el cuello… esta vez batió el record de cuchillazos… la siguió apuñalando hasta superar las 180 puñaladas con cortes en todo el cuerpo.
Debió usar cinco cuchillos, todos enormes, cuando terminó, el asesino le tiró el Queso, esta vez sobre el cadáver…
- - Queso - dijo en voz fuerte el asesino.
Izquierdoz se dio una noche, se vistió y abandonó la habitación como si nada, yéndose a la concentración de Boca Juniors.
Cuando se conoció la noticia del asesinato de Barbie Vélez, Carlos Tevez le dijo a Carlos Izquierdoz:
- Che, la asesinó un Quesón. ¿No habrás sido vos?
- Por supuesto, Carlos, por supuesto, yo la quesoneee, ja, ja, ja…
- Bien hecho, Cali, pero me la perdí, Cali, me la perdí…
- Para un Carlos no hay nada mejor que otro Carlos.
segui asi locura
ResponderBorrarNo está mal, aunque los mejores relatos son los de María Laura Santillán y las de Sex and the city. Podrías haber hecho de madre e hija, eliminandola junto con Nazarena. Lo que podrías hacer con Catherine Fulop y Oriana Sabatini. Barbie en un primer momento apareció como actriz talentosa, en ese entonces hubiera sido inadmisible. Pero después se entonteció, así que está bien.
ResponderBorrarOtras historia podría tener la complicidades de las María Laura Santillán clones, que serían sumisas, sádicas. Podrían tener algún conflicto con Luciana Geuna y Maru Duffard, que están a punto de descubrir que hay clones que remplazaron a la original. O algún secreto de los quesones. O siempre porque lo sugiere Carlos Pagni. Las clones les tienen una trampa, tal vez les ponen algún afrodisiaco en un trago. Y quedan rodeadas por quesones, que las dominan con sus poderes quesones. Se vuelven desenfrenadas. Intiman con todos, tal vez entre ellas. Y hasta que rodean sus cuellos con cables de microfonos, sin dejar el frenesí sexual.
Y entonces les tiran dos quesos. Y las empalan analmente, quedando muy juntitas, cara a cara.
Barbie mi carne argenta favorita :heart_eyes
ResponderBorrartengo un problema ya tengo miedo a los muchachos llamado carlos y a los quesos.
ResponderBorrarme encantó... más cuentos Quesones del Cali Izquierdoz ja ja
ResponderBorrarno fue un asesinato, fue una merecida ejecución, y con queso
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