El Asesino de Moira Gough

En el primer semestre de 1995, el fútbol argentino, en una época en la que ni Boca ni River vivían obsesionados por la Copa Libertadores, el torneo local, el Clausura más precisamente, asistió a un intenso duelo entre San Lorenzo y Gimnasia y Esgrima La Plata. El Ciclón buscaba salir campeón despues de 21 años, el Lobo consagrarse por primera vez en un campeonato de Primera División del profesionalismo, fecha a fecha, cuervos y triperos no se daban tregua en la búsqueda del campeonato.

Uno de los jugadores principales que tenía San Lorenzo era Carlos Javier Netto (1), que había comenzado en Argentinos Juniors y que algunas temporadas después jugaría también en Racing y River. Era mediocampista y se destacaba por su potente pegada a la pelota, principalmente en los penales y los tiros libres.

Una noche del otoño de 1995, cuando los torneos Clausura estaban en su plenitud, un grupo de modelos noventosas, de toda clase y estirpe, tan comunes y abundantes en aquella década, la década que amamos odiar, la década que todos criticamos pero como la extrañamos, visitó el plantel de San Lorenzo.

No faltaron quienes pensaron que podría tratarse de una trampa urdida por Carlos Timoteo Griguol, técnico de Gimnasia, viejo zorro del fútbol, para desgastar a los jugadores azulgranas, recordemos que en aquellos años se decía que Silvia Suller había tenido relaciones sexuales con todo el plantel de San Lorenzo.

Nunca sabemos si hubo fiesta sexual o alguna clase, es probable que haya habido algo, aunque los códigos del fútbol se encargaron de silenciar la situación, lo cierto es que en el reparto de modelos, a Carlos Netto no le fue tan mal, fue uno de los más favorecidos, le tocó Moira Gough, modelo de Pancho Dotto en aquellos años, y con algunas incursiones televisivas, como por ejemplo, el programa “Un hermano es un hermano” con Guillermo Francella y Javier Portales.

Carlos Netto y Moira Gough quedaron a solas en una habitación de Puerto Madero, en un tiempo en el cual este barrio se estaba construyendo y ya tenía algunos “loft” como se los llamaba en aquellos tiempos, estaban semi a oscuras, primero tomaron unas copas de champagne, y bromearon un poco, tirándose el champagne, había también una bandeja con muchos cubos de Queso cortados, Moira se los tiró encima a Netto, y aunque ella no comió ninguno, el sí lo hizo, e metió uno, dos, tres cubos de Queso y los comió con ganas y placer.

- Te gusta el Queso como a los ratoncitos, ja, ja – le dijo Moira.

- Por supuesto, por eso pateo tan bien los penales, ja, ja – dijo Carlos.

- A ver esos pies con los que tan bien le pegas a los penales, Carlitos – dijo Moira.

Carlos Netto no es alto (mide 1,78) pero gozaba de unos pies muy grandes para esa estatura (calza 44)…

- Soy patón para la altura que tengo, por eso le pegó tan bien a los penales – dijo Carlos (2).

Aún con los Quesos encima suyo, Carlos Netto puso sus pies sobre el rostro de Moira, que empezó a lamerlos, besarlos, chuparlos y olerlos, los pies del futbolistas parecían haber crecido en medio de todo aquella excitación, y Moira disfrutaba del olor que emanaban, y tras eso, no solo le chupó los pies, también el pene y el culo, el no se quedó atrás, y chupó las tetas y la vagina de la modelo, después de estas chupadas tan excitantes, cogieron de lo lindo, los dos disfrutaron mucho de aquello, fue todo muy salvaje y feroz, Netto mismo se sorprendió de aquella cogida espectacular, Moira en cambio, la disfrutó pero como alguien acostumbrada a ese tipo de faenas.

El sexo había terminado y tanto Carlos Javier como Moira habían disfrutado mucho de aquella intensa relación, la modelo ahora estaba sumergida en las sabanas, semi dormida, mientras el futbolista se levantó de la cama, y presurosamente comenzó a vestirse…

- ¿Qué pasa, estas apurado, Carlitos? – le preguntó Moira, tapada por las sabanas, sin ver a Netto, pero dándose cuenta que el jugador parecía apresurado.

- Tengo que irme, tengo entrenamiento muy temprano en San Lorenzo – dijo Carlos, ya casi vestido.

- Pero irás feliz al entrenamiento despues de lo bien que lo hemos pasado – dijo Moira.

- Por supuesto, creo que despues de esta relación sexual, el domingo voy a jugar un partidazo, tenemos que salir campeones, el Ciclon lo necesita, el pueblo azulgrana lo reclama, aunque el Lobo no nos da tregua.

- Ja, ja, ja, seguro Carlos Timoteo tiene algo preparado para cagarlos a ustedes, ja, ja, ja – la risoteada de Moira sonó fuerte, y siguió escondida sobre las sabanas, tratando de conciliar el sueño.

Carlos Netto quedó pensativo, ¿Y si todo eso era una trampa? Recordó leyendas urbanas de fines de los 80, cuando se decía existió una asesina serial que había asesinado a tres o cuatro futbolistas que se llamaban Carlos, le decían “la Matacarlos”, decían que tiraba Quesos a sus víctimas, y el juego sexual con esta Moira había empezado jugando con unos Quesos…

Carlos entonces revisó una mochila que le habían dado esa misma tarde, se la había dado una vieja rumana, que en forma ocasional, y cumpliendo una suplencia, había ido a limpiar las instalaciones de San Lorenzo…

- Te obsequio esta mochila Carlitos, quizás la necesites – le dijo la rumana, que se hacía llamar Lady Dumitrescu, mismo apellido de un jugador de la selección rumana de aquellos años – pero solo abrila y usala si crees que estas en peligro.

Netto se sentía en peligro (¿Y si Moira era una asesina? La Matacarlos, oficialmente, había sido asesinada, pero y ¿Y si Moira era una nueva asesina o una sicaria destinada a cumplir una misión?), y entonces abrió la mochila, tenía guantes negros, un revolver con silenciador y un Queso Pategras, esos con cascara roja…

El futbolista se puso los guantes negros, agarró el revolver y se dirigió a donde estaba Moira, entonces agarró las sabanas y la destapó…

- ¿Qué pasa Carlitos? – dijo Moira, asustada, al ver que el futbolista estaba frente a ella, apuntándole con un revolver.

Carlos Netto no respondió, miró a la modelo, y apretó el gatillo…

- ¡Bang! – Un único balazo, un disparo en la noche que nadie oyó dado que usó un silenciador.

La bala fue precisa, se incrustó en la frente de la modelo, que quedó muerta de inmediato.

Carlos Netto agarró el Queso que había en la mochila y lo tiró sobre la modelo asesinada.

- Queso – dijo Carlos Netto mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de la modelo a la que acababa de asesinar.

El asesino se fue de la escena del crimen con total impunidad. Mientras se iba, se cruzó con la rumana…

- ¿Cómo le va, señora Lacatus? – le dijo Carlos Netto.

- Lacatus no, Dumitrescu, te confundiste de jugador rumano, estimado Carlitos, ja, ja.

- ¿También trabaja en la limpieza de este lugar?

- En realidad soy suplente, me mandan a los lugares donde falta alguna de las compañeras, ja, ja.

- Que le vaya bien, señora Dumitrescu.

- Y a ti también, Carlitos Netto, ja, ja, ja – y Dumitrescu limpió la escena del crimen.

Ya sabemos que despues Carlos Netto fue campeón con San Lorenzo, pero que desperdició un penal la noche en que el Ciclon se consagró con Rosario Central, quizás algo acelerado por haber asesinado a Moira Gough unos días antes. 

Y así finaliza esta historia, la historia de un Quesón que solo quesoneo una vez, que solo tiró un Queso, un asesino de una sola víctima,  que solo efectuó un disparo, pero que no por eso deja de ser un Quesón…

La historia oficial dice que Moira Gough despues desapareció misteriosamente del mundo del modelaje y que se radicó en México, donde se casó con un Carlos, y una gorda parecida a Carrió la reemplazó (¿Un clón fallido de Dumitrescu?), uno de los grandes misterios del Universo, sin dudas (3)

(1) Un Mundial para Carlos Netto

(2) Netto te fusilaba

(3) Moira Gough: por qué abandonó el modelaje a los 23 años y se instaló en México, y cómo la llegada de su hija la sacó de un pozo depresivo