La Sangrienta y Quesona Piscina de Carla Romanini
La protagonista de nuestro relato es la modelo Carla Romanini, la bella y hermosa Quesona rubia, asesina serial de hombres, especialista en asesinar a chabones que se llaman Matías, y tirarles un Queso sobre su cadaver.
Como una fiera dispuesta a cazar cualquier presa que estuviera disponible, la asesina salió a quesonear, a asesinar a algún hombre (si se llamaba Matías mejor), con algún cuchillo, puñal, espada, daga, katana o machete, y tirarle un Queso.
Carla ya estaba decidida que una de sus siguientes víctimas debía ser Matías Almeyda, el técnico de River en la “B”, temporada 2011/12, en aquellos días un ídolo para los hinchas del Millo, hoy bastante olvidado y en cierta medida, despreciado. La Quesona incluso ya tenía preparada una daga española del siglo XVI para asesinarlo.
Sin embargo su instinto como Quesona no le estaba permitiendo rastrear a Almeyda, y empezó a sospechar que quizás Carlos Quesón (el bloggero de los Relatos Quesones), reconocido hincha de River, algo tenía que ver en el asunto. Carla decidió entonces cambiar de objetivos en forma momentánea y salió a matar, a asesinar, a quesonear, y pensó que una piscina, una pileta de natación olímpica era el sitio ideal para encontrar a alguien.
Al fin y al cabo en una piscina cometió uno de sus numerosos asesinatos, ahí había apuñalado al nadador Martín Naidich, aunque no fuera uno de sus asesinatos preferidos, sitio que sí ocupaban los crímenes de Matías Fioretti, Matías Candia, Matías Solanas y Matías Spano.
Había oído hablar de algunos nadadores que se llamaban Matías, como Matías Ola, Matías Aguilera, Matías De Andrade, Matías Díaz Hernández y Matías Oviedo, alguno podría estar allí, y ella, o sea Carla, iba a disfrutar apuñalarlo y quesonearlo.
Y sí no aparecía ninguno de esos Matías, otro objetivo de Carla podía ser el nadador Santiago Grassi, al fin y al cabo había asesinado y quesoneado ya a algunos Santiagos, como el modisto Santiago Artemis, el rockero falopero Santiago (“Chano”) Moreno Carpentier y Santiago Maratea, a quien asesinó en la misma misión asesina que Lizardo Ponce y el ya mencionado Matías Solanas.
Carla estaba expectante esperando el momento de quesonear, vio a algunos tipos de lejos, uno de ellos debía ser uno de esos Matías, o el tal Santiago, lo esperaba en la piscina, muy cerca, tenía el bolso, con los cuchillos, y en la piscina, flotando un Queso, el Queso que iba a tirarle a su víctima quesoneada.
Pero no llego ninguno de esos tipos, el que sí paso era un muchacho delgado, flacucho, más bien débil, que la vio muy atentamente.
- ¿Quién sos? – le preguntó Carla.
- Me llamo Juan, pero me dicen Futbolero Velez. Sos muy linda.
- Y vos muy atrevido, ¡Tomatelas, pendejo! – exclamó Carla, sintiendo desprecio por aquel muchacho, no era del target de los que le gustan quesonear.
Carla siguió esperando a los nadadores pero nunca llegaron, las que sí llegaron fueron tres nadadoras, todas ellas de destacada actividad en la natación, tres nadadoras cuya existencia Carla desconocía totalmente. Estamos hablando de Macarena Ceballos, Julia Sebastián y Andrea Berrino. Las tres nadadoras se metieron en la piscina, a entrenar sus nados, y al principio ignoraron totalmente a Carla.
- Estas tres boludas vinieron a estropearme mis planes – pensó Carla.
Una de ellas, Macarena nadó cerca de donde Carla estaba quieta, apoyada, tan cerca que salpicó a la Quesona, mientras otra, Julia, hizo lo mismo unos segundos despues, moviendo el Queso que flotaba en la piscina.
- ¿Qué mierda hace este Queso aca? – dijo en tono grosero Julia Sebastián.
- ¿Es tuyo, piba? – le preguntó Macarena Ceballos a Carla.
- ¿Para que queres este Queso, piba? ¡No tenes pinta de comer Queso! – dijo en tono despectivo Andrea Berrino.
- ¡Por favor, dejen de molestar! – dijo en tono defensivo Carla, como tratando de retroceder en la piscina.
- ¿Molestar, piba? ¡Este es nuestro lugar! – dijo Andrea.
- La intrusa aca sos vos, piba – le dijo Macarena.
- Ya se quien sos piba – le dijo Julia – vos sos la loca que anda acuchillando chabones y tirándole Quesos, vos asesinastes a Martín Naidich, José Meolans y Federico Grabich.
- ¡Sí! ¡No! – dijo Carla atemorizada - ¡No asesiné a Meolans ni a Grabich! ¡Eso lo hizo otra asesina! ¡Sí, soy la asesina de Martín Naidich! ¡Y fue un gusto darle sexo, placer, para despues acuchillarlo en forma sangrienta y tirarle el Queso! – exclamó Carla.
Las tres nadadoras rodearon entonces a Carla, que acostumbrada a asesinar hombres, se sintió ahora realmente asustada y aterrorizada al estar rodeada por tres mujeres.
- ¡Entonces reconoces ser la asesina de Martín Naidich! – dijo Julia.
- ¡Sos una maldita asesina, maldita Quesona, maldita Carla! – dijo Andrea.
- Tus fechorías terminaron aca, Carla, vengaremos a Martín – dijo Macarena.
Las tres nadadoras entonces terminaron de rodear a Carla, sin salir de la piscina, comenzaron a violarla de manera lésbica, le tocaban, olían, lamían, besaban, chupaban y golpeaban las tetas, la concha, los pies y el cuerpo entero, caricias por momento, golpes rudos despues, con violencia, Carla, que siempre tenía una notable fuerza cuando asesinaba hombres, se sentía disminuída, como si el hecho de ser violada y vejada por tres mujeres disminuyeran su poder, o la debilitaran totalmente, como una suerte de kryptonita.
La tortura fue tal que las tres nadadoras simulaban ahogarla, le metían la cabeza en el agua, y se la sacaban rápidamente, una y otra vez, mientras otra la “penetraba” con los dedos y los pies primero, y con un juguete sexual, después. Carla gritaba de horror, ante la impotencia de verse sometida de tal manera.
De repente las tres nadadoras la sacaron del agua, y la pusieron acostada al costado de la piscina, Carla cerró los ojos, suponiendo que la tortura había terminado, pero no, las tres nadadoras comenzaron a darle patadas, una tras otra.
- ¡Basta chicas! ¡Llegué yo! – se escuchó una voz masculina, con tonada tucumana.
Carla abrió los ojos y vio frente a ella a un nadador, alto y patón, creía reconocerlo, era uno de los nadadores a los que había googleado, sí, era uno de ellos…
- ¡Hola Carla! – dijo el nadador poniendo su pie encima del rostro de Carla - ¡Ja, ja, ja! ¡Soy Matías Ola, nadador de aguas abiertas! ¡El colmo de un nadador, nadar en el mar, y llamarse Ola! ¡Je, je, je! ¡Así que habías venido a asesinarme! ¡A mí o a cualquier nadador que se llamará Matías o a Santiago Grassi! ¡Y hasta habías traído un Queso para tirarme! ¡Je, je, je!
Era Matías Ola, nadador de aguas abiertas, de reconocida trayectoria en su ámbito, tucumano, alto y patón, con una página web (https://www.matiasola.com/) hoy algo desactualizada.
- ¡Sabía de una loca que estaba asesinando a chabones que se llaman Matías como yo, pero he venido a vengarlos! Sus espectros me alertaron y me convocaron hasta aca, no seré un Carlos, no seré un Quesón, pero te voy a asesinar, piba, serás asesinada por un Matías, como corresponde, no te tiraré un Queso, sino una picada entera, Queso, salame, mortadela, jamón, aceitunas, tomates disecados, roquefort, brie, salchichób, leverwurst, matambre, mira, como te tiró todo.
Y Matías Ola entonces agarró una gran bandeja con una picada y le tiró todo encima a Carla.
- ¡Vengaremos a Martín Naidich y a todos los Matías! – dijo Julia, dado que las tres nadadoras seguían allí observando todo.
- Asesina de Matías Candia, asesina de Matías Fioretti, asesina de Matías Solanas, asesina de Matías Spano, recibirás tu castigo, los invocó a ellos porque son los espectros que claman su venganza – dijo Matías Ola – pero hay muchos más, ¡Matías Ale! ¡Matías Defederico! ¡Matías Criolani! ¡Matías Sesto! ¡Matías Alemanno! ¡Matías Ferrario! ¡Matías Orta! ¡Matías Sotelo! ¡Matías Cuello! ¡Matías Lezcano! Y decenas más, que claman su venganza como quesoneados que fueron.
Carla se sentía acabada, sentía que su hora había llegado, que la derrota era total.
- ¡Llego tu hora Carla! – dijeron las tres nadadoras.
Matías Ola entonces agarró a Carla y la tiró a la piscina.
- Debería asesinarte en el mar dado que me llamo Ola y soy nadador de aguas abiertas pero bueno, esto es lo que hay, la piscina.
Matías se tiró a la piscina y la sujetó a Carla, diciendole:
- Ya te divertiste mucho con las chicas pero ahora falta el toque de macho que te lo voy a dar yo, piba.
Zamarreándola y con gran violencia, Matías violó salvajemente a Carla en la piscina, no hubo suavidad ni amabilidad alguna, una penetración violenta, con fuerza y energía, que hubiera destrozado a cualquier mujer. Y ahí precisamente estuvo la diferencia: a Carla lejos de destrozarla, la penetración parecía devolverle la energía, como si fuera un cargador de celular, y en cierta forma, se sentía feliz y satisfecha, olvidando la violencia que las tres nadadoras tuvieron con ella, como si ser cogida por un Matías le diera súbita potencia y energía.
- Ya esta Carla – le dijo Matías – tu hora ha llegado, pero veo que te hice feliz antes de que partas al infierno, donde recibirás el eterno castigo, una eternidad por cada uno de tus crímenes, asesinatos y Quesos.
Matías la tomó del cuello y comenzó a estrangularla, Carla se fue quedando sin aire, pero resistió y cuando simuló exhalar su último suspiro, el nadador aflojo un poco la estrangulación, claro, no era un estrangulador profesional, como Charly Alberti, Carlos Elder o Carlos Roa, entonces, de repente, Carla logró darle una patada al nadador, sumergidos en la piscina, le dio una flor de patada en los huevos, que dejó groggy al nadador.
- ¡Maldita Carla! – exclamó Matías - ¡Ahora vas a ver!
- ¡Chicas! – exclamó Julia a las otras dos nadadoras - ¡Ayudemos a Matías!
Carla logró agarrar el Queso y se lo tiró a Matías Ola, dándole otro golpe, ahora en la cabeza al nadador, dejándolo inconsciente, las tres nadadoras se metían ahora en la piscina, para auxiliar al nadador, Carla se sintió otra vez amenazada: si ser asesinada por un Matías era una humillación mayor, mucho peor era terminar siendo asesinada por esas tres mujeres, ¡Qué horror!
- ¿Qué pasa aca? – se escuchó una voz masculina, tonada mendocina, que Carla creyó reconocer, y al elevar la vista, vio sobre el borde de la piscina, al basquetbolista Carlos Matías Sandes, con sus 2,02 metros de altura y sus pies talle 52/53, rodeado de otros dos basquetbolistas, uno alto, Carlos Leonel Schattmann y otro bajo, Carlos Manuel Buendía. Dos Quesones de alta alcurnia y un tercer Quesón algo novato.
- ¡Futbolero Vélez que anda por aca nos aviso y aca estamos! – dijo Schattmann.
Las tres nadadoras entonces se dieron vuelta y ahora cada una de ellas se dirigió a uno de los tres Carlos, Macarena Ceballos con Carlos Matías Sandes, Andrea Berrino con Carlos Leonel Schattmann y Julia Sebastián con Carlos Manuel Buendía.
Los tres Quesones se sentaron en sillas, reposeras cerca de la pisicna, como esperando que a las mujeres, que estaban como fieras dispuestas a atacar, lo que si hicieron los tres Carlos fue levantar sus pies, sus enormes pies, sus olorosos pies, el olor a Queso que esparcieron fue tan grande, penetrante, asfixiante y sofocante, que las tres cayeron ante ese olor, se arrodillaron y entonces los tres Carlos tiraron los Quesos, sobre las mujeres, las tres nadadoras, quedaron como extasiadas por el olor a Queso, y presas de un extraño elixir, se sintieron prisioneras de aquellos pies, y empezaron a olerlos, chuparlos, lamerlos y besarlos, cada uno con un Quesón, recordemos, Macarena Ceballos con Carlos Matías Sandes, Andrea Berrino con Carlos Leonel Schattmann y Julia Sebastián con Carlos Manuel Buendía.
Jugaron con los pies y luego de quedar satisfechas con ellos, los Quesones las penetraron, Sandes y Schattmann lo hicieron con gran elegancia y suavidad, como dos auténticos profesionales, dándole placer a las nadadoras, también Buendía dio mucho placer, pero lo suyo fue muy diferente, penetró a Julia Sebastián con salvajismo, como si se tratara de un chimpancé en celo, que estuvo meses con abstinencia sexual. Lo cierto es que las tres mujeres quedaron exhaustas y luego de ser cogidas se rindieron ante los Quesones.
Carlos Matías Sandes entonces sacó su machete y ¡zas! asesinó a machetazos a Macarena Ceballos, con una inusitada violencia, que contrastó con la suavidad con la que la había cogido unos instantes antes...
... lo mismo pasó con Carlos Leonel Schattmann, que sacó la ninjato y con eso le dio una serie de cortes brutales a Andrea Berrino, aunque sin decapitarla, asesinándola de esta manera, y por último siempre, como un chimpancé en celo, que caminaba por las paredes, Carlos Manuel Buendía sacó una cimitarra (espada árabe o persa) y con eso asesinó en forma más que salvaje a Julia Sebastián.
- Queso – dijo Carlos Matías Sandes tirando el Queso sobre el cadáver de Macarena Ceballos.
- Queso – dijo Carlos Leonel Schattmann tirando el Queso sobre el cadáver de Andrea Berrino .
- Queso – dijo Carlos Manuel Buendía tirando el Queso sobre el cadáver de Julia Sebastián.
Mientras todo esto sucedía, Carla seguía en la piscina con Matías Ola, inconsciente por el quesazo que había recibido, cuando el nadador intentó volver en sí, Carla agarró otra vez el Queso, y lo golpeó con furia y salvajismo, una y otra vez, no era su estilo de asesina, a ella le gustaba asesinar a los hombres con cuchillos, sables, espadas, puñales, dagas, katanas o machetes, pero esta vez no le importo, y luego de darle varios quesazos seguidos a Matías Ola, lo agarró del cuello, y lo sumergió en la piscina, el tiempo suficiente para ahogarlo y dejarlo sin aire, así lo asesinó. Otro Matías había sido asesinado por Carla Romanini.
- Queso – dijo Carla Romanini tirando el Queso sobre el cadáver de Matías Ola, tras asegurarse que el nadador de aguas abiertas ya estaba muerto.
Los tres Carlos se acercaron entonces a Carla, que quedó cansada, perpleja y agotada.
- ¡Gracias por venir, Carlos, Carlos y Carlos! – exclamó Carla Romanini – sin ustedes estaba perdida, este Matías Ola y esas tres locas me estaban matando.
- Esto era imposible sin Futbolero Velez, el nos avisó – dijo Sandes.
- ¿El flaco ese que pasó por aca hace un rato? – dijo Carla.
- Ese mismo – dijo Schattmann – ese muchacho merece un premio.
Los tres Carlos llamaron entonces a Futbolero Vélez, que con mucha tímidez y vergüenza, se acercó…
- Has salvado al Mundo Quesón, Futbolero Vélez – dijo Sandes - No tengo dudas que este ha sido otro maquiavélico plan de Lady Katyushka. Las cosas no estan fáciles: debemos unir fuerzas tres Quesones y una Quesona, ya con uno solo no alcanza. Me preocupa esto.
- El poder de Lady Katyushka esta aumentando, pero hemos podido derrotarla hoy. Y eso gracias a Juan, alias "Futbolero Vélez". Eso merece un premio, debes ser recompensando, ¿Qué deseas? – dijo Schattmann.
- Yo, este, yo, este – balbuceaba Futbolero Vélez.
- Parece que el muchacho tiene mucha vergüenza – dijo Carla – pedí lo que quieras.
- Quiero coger con esta chica – dijo desvergonzado el que tenía mucha vergüenza un segundo antes – pero tengo miedo, ella mata a los chabones que tiene sexo con ella, y despues les tira un Queso. No quiero ser hombre muerto, hombre quesoneado.
- ¡Ja, ja, ja! – río Carla - ¡Tenes miedo que te asesine! ¡Tengo una idea! Vas a coger conmigo, y ellos, los tres Carlos, se quedaran aca como garantía de que esta vez no voy a asesinar al que conmigo coge, solo una vez, total hoy ya asesiné a Matías Ola, o sea que te haré feliz, Futbolero Velez.
Y Futbolero Velez se sumergió en la piscina, para allí coger con Carla Romanini, conociendo la felicidad eterna, el gozo perpetuo y el placer celestial, como ningún muggle jamás lo había hecho, eso sí, bajo la atenta mirada de los tres Carlos, garantía de que la Quesona no lo quesonearía. Y así termina nuestro cuento, y como dice Serrat,
Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Vuelve la Quesona a sus delirios de asesinar a los Matías y a otros chabones, vuelven los Quesones a sus Quesos y vuelve Futbolero Vélez a su mundo muggle.
Quizás usted se pregunta como nadie vio todo lo que aconteció en esa piscina, pues bien, he aquí la explicación de Lady Dumitrescu.
- Los Muggles nunca ven nada, porque son muggles, personas sin magia.
Y Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
mama mía!!!! que matanza!!! brillante relato, una perfección, no se puede pedir nada más
ResponderBorrarigual de brillante que el relato anterior de Carla Czudnowsky, una maravilla de los Relatos Quesones, estos cuentos están demostrando vulnerabilidades de los Quesones y las Quesonas, a tal punto que si no aparecen los Carlos, Carla esta perdida; las villanas y el villano, en este caso, que terminan como víctimas, estaban poseídos por "Lady Katyushka" a quien se nombra pero no aparece, otra joyita de los Quesos, y que bueno que Futbolero Velez fue feliz una vez, ja, ja, aunque los tres Carlos supervisaron que no lo mataran
ResponderBorrarlos quesos van a dejar vacías todas las competencias de natación, las matan a todas, y el chabon que era nadador, que final
ResponderBorrarque buen cuento!!!!!!!!!!!!!
bien por futbolero velez que ligo a la asesina, y parece que sobrevivio
ResponderBorraruna maravilla el relato, brillante todo, el sexo, los quesos, la violencia, los asesinos, la nadadora, la mención a un fan de los relatos, otra obra maestra de los relatos quesones, sublime
ResponderBorrarME IMAGINAN FLACUCHO Y DEBIL, PERO SALÍ GANADOR!!!! LA GARCHE A LA CARLA, Y NO ME MATO!!!1 JUA JUA JUA QUIZAS NO ME IMPORTABA RECIBIR UN QUESO, ME LO PODRÍA HABER TIRADO IGUAL SIN ASESINARME, JUA, JUA, LOS RELATOS QUESONES EN SU PUNTO CUMBRE, Y AHORA POR MAS APARICIONES!
ResponderBorrarSALVE AL MUNDO QUESÓN, SI NO, SE CAIA TODO, UN MATIAS Y TRES MINAS AMASIJABAN A LA CARLA, ERA TODO UN DESASTRE, DUMITRESCU DEBERIA CONDECORARME Y QUE ME DE UNA MENCION EN LOS QUESOS DE ORO
ResponderBorrarEs cierto. Y tiene sentido una Mención de Honor, entregada en persona por Lady Dumitrescu. Que también merece una mención.
BorrarY además, un hechizo para poder tener intimidad con Carlas quesonas, sin ser quesoneado. Aunque yo tengo prioridad con Carla Conte.
ya no hay dudas que los Relatos Quesones se desarrollan en la misma dimensión que Harry Potter, o sea que Dumitrescu pudo ser amante de Dumbledore, o no, porque el viejo era gay, parece
ResponderBorrarO de Severus Snape, alguien tan sufrido, por lo que se cuenta en las películaas. Es justo que haya tenido momentos de felicidad con la Lady.
BorrarAunque algunos gays han tenido contacto con mujeres, así que también podría ser.
estuve googleando a Matías Ola, parece que se llama así en serio, y no tiene actividad en estos años, lo que le da crebilidad al relato, que la verdad esta muy bueno, en el anterior, los quesones dudaban de su virilidad, al no poder meterla, en este, la asesina esta a punto de ser derrotada... que sea atacada por mujeres es vulnerabilidad de estas asesinas? o que intenta asesinarla alguien que no se llama Carlos? interesante, tambien Ravelia Zamas estuve en apuros en el cuento del Patrón Bermudez, lo que demuestra que hay alguna distorsión en el mundo quesón, katyushka debe estar haciendo de las suyas, y parece no tener éxito, pero yo creo que sí, porque quiere hacer daño y lo esta haciendo, y pone en apuros a los quesones y a dumitrescu, y tiene que intervenir un muggle, futbolero velez, si no estaría todo perdido, muy interesante
ResponderBorrarlos relatos de esta asesina siempre son un exito, esta bueno, sale de lo de siempre, junto con el de carla czdunowsky, ahora podria haber otro similar, tambien con la intervencion de varios carlos, los que no intervinieron en estos relatos, o sea Eisler, Izquierdoz, Reich y los otros, en algún otro malvado plan de Katyushka, y con el Fauno como el heroe que salva al Mundo Quesón, mas las santillanas y todo eso
ResponderBorrar¿los quesones salvando a una mujer?
ResponderBorrara cambio de matar a otras mujeres claro,
solo así funciona esto,
y matando a un chabón que quería sacarle
el privilegio de matar mujeres
¿Qué pasara con Matías Almeyda?
ResponderBorrarlo tienen que quesonear junto a Matías Suarez
BorrarMuy bueno. Resultó ser una inesperada misión conjunta Carla-Carlos, de las que podría haber más.
ResponderBorrarCarla Romanini acechada por deportistas vengadoras. Y la ironía que fue el deportista que la salvó en forma momentánea, al interrumpir a las nadadoras, que no hubieran fallado. Y mientras tanto, fueron morbosas.
Tal vez las quesonas no están tan preparadas para luchar con mujeres, algo que se podría usar en futuros relatos. La Ravelia rubia tuvo problemas al enfrentar a Carly Baker.
Y además, esta Carla tiene un pensamiento más conservador que el de Carla Conte. Tal vez tenga un rechaza al intimar con mujeres. Además, las nadadoras no fueron suaves.
Tuvo su morbo lo de los tres Carlos con las tres nadadoras., les dieron con todo. en más de un sentido.
Es para destacar la habilidad de las nadadoras y la quesona rubia, para dialogar, mientras estaban en la pileta.
ResponderBorrarDe haber sido quesoneada, seguramente Carla Romanini habría sido condenada a estar en poder de sus víctmas, siendo posída de manera violenta, por la eternidad.
miren estos dos casos
ResponderBorrarhttps://amp.eltrecetv.com.ar/noticias/la-foto-de-un-queso-ayudo-a-atrapar-a-un-peligroso-delincuente-que-era-intensamente-buscado_150961
el delincuente buscado se llama Carl
y el otro caso más conmocionante, un delincuente apodado "Queso"
y se llama Carlos!
https://www.elcolombiano.com/blogs/revelacionesdelbajomundo/captura-a-queso-cabecilla-de-combos-del-oriente-de-medellin/9022
los Quesones existen!!!!
no son ficción!!!!!
si googleas "Carla Romanini", google te sugiere "crimen" y "asesinato", ja, ja, además de modelaje y esas cositas
ResponderBorrar¿Y que tal...?
ResponderBorrarEl asesino de Linda Evangelista.
La modelo que en 2016 se hizo un tratamiento cosmético, que tuvo un inesperado efecto. Y para peor, tanto que no se reconoce a si misma,
Opción 1) La historia falsa. Linda Evangelista fue quesoneada en 2016. Y no pudieron reemplazarla adecuadamente. Siendo la doble o clon menos atractiva.
Opción 2) La historia es verdadera. Linda Evangelista es capaz de ser voluntaria para ser quesoneada, a cambio de que se restaure su belleza. Teniendo un tiempo para ser contratada, disfrutar de su retornada belleza. También podría tener algo de venganza, encargándose un par de Carlos y Carlas de personajes anónimos.
El asesino podría ser Carlos Arroyo o Charlie Hunnam.
que pelotudez este cuento
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