El Asesino de Meri Deal

En un galpón abandonado en las afueras de Buenos Aires, donde el aire olía a humedad y todo tenía aroma a sucio y gastado, Carlos “Charly” Repetto, un rugbier Quesón, irrumpió con la fuerza de un rinoceronte en una cristalería.
Con sus 1,97 metros de altura y unos pies grandes y olorosos talle 50 que parecían dos portaaviones con olor a vestuario de rugby post-partido, Carlos no pasaba desapercibido. Sus zapatillas, agujereadas por el uso, dejaban un olor tan apestoso que hacía retroceder a las ratas del lugar.
En su mano derecha, con guantes negros, cargaba un cuchillo de caza de 50 cm, tan grande que parecía robado de un plató de Rambo. Un cuchillo similar al que uso para asesinar a Morena Beltrán o a Nati Jota. O al que usó Carlos Ignacio Fernández Lobbe, el gran Rugbier Quesón, su maestro en el crimen
Pero Carlos Repetto ya no era un padawan, hacía rato que había dejado de serlo, y ya se lo consideraba uno de los Quesones Premium, de primer rango.
Si con la mano derecha sostenía el cuchillo, con la izquierda, sostenía un Queso Gruyere gigantesco, de dos metros de diámetro, con sus agujeros grandes y voluminosos.
En el centro del galpón, bajo una bombita de luz titilante, estaba Meri Deal, una cantante pop del momento, practicando una nueva versión de su canción “Solo Necesito” un gran hit de 2016 y muy usada en las redes sociales, principalmente X, como sinónimo de algo que esta o que podría estar re bien, como punto máximo de la felicidad y la alegría.
Para más datos, Meri Deal es el nombre artístico de María Inés Deal Herrán (1996), cantante uruguaya, ex vocalista (y único miembro femenino) de la banda “Toco para vos”, que integró hasta 2019.
Meri, con su melena rubia y unos rasgos que la hacían parecida a la Quesoneada Morena Beltrán (sí, esa Morena, la periodista deportiva que el Quesón había Quesoneado durante los eventos de los Quesos de la Luna Roja), movía los pies descalzos al ritmo de la música.
Sus uñas pintadas de rojo brillaban como faros en la penumbra, y Charly, al verla, sintió que su corazón (y algo más) se aceleraba.
—¡Che piba, vos! —rugió Charly, su voz como un trueno en un día de tormenta—. ¿Sos pariente de Morena Beltrán o qué? ¡Porque te juro que me estás dando flashbacks de Quesoneo!
Meri giró, sobresaltada, pero no perdió la compostura. Con una sonrisa coqueta, se acercó, descalza, dejando huellas en el polvo del suelo.
—Tranquilo, grandote —dijo, mirándolo de arriba abajo, deteniéndose en sus zapatillas destrozadas—. ¿Qué es eso que llevás? ¿Un Queso o un OVNI? Y, por Dios, ¿qué es ese olor? ¿Te bañaste en una ciénaga o tus pies son así de fábrica? ¡Qué olor a Queso! ¡Sos un Quesón!
Charly soltó una carcajada que hizo temblar las vigas del galpón. Se quitó una zapatilla, dejando a la vista un pie que parecía esculpido por un escultor con pesadillas. El olor era tan potente que Meri retrocedió, tapándose la nariz, pero con una chispa de curiosidad morbosa en los ojos.
—Estos pies son mi firma, piba —dijo Charly, agitando los dedos como si fueran tentáculos—. Y este Queso… este queso es mi alma. Pero vos… vos tenés unos pies que me están hablando. ¿Qué talla calzás? ¿38? ¿39? ¡Decime que no son más chicos, que me deprimo!
Meri, lejos de asustarse, se acercó más, hipnotizada por el absurdo de la situación. Apoyó un pie descalzo sobre el Gruyere gigante, que Charly había dejado en el suelo, y posó como una modelo de Instagram.
—39, grandote. Y no huelo a cloaca, como vos. ¿Querés un dueto? Yo canto, vos… no sé, ¿hacés ruido con esos pies o qué?
No supo bien porque, pero aunque el olor era nauseabundo para cualquier mortal, a la cantante uruguaya le gustaba, y apenas minutos despues, estaba oliendo, chupando, besando y lamiendo los gigantescos y olorosos pies de Carlos, con mucho frenesí y pasión.
Resulto lógico que tras el fetichismo de pies, Meri le chupará la pija a Charly Repetto, en una fellatio impresionante, un testigo que hubiera visto la escena hubiera considerado que la cantora era una sumisa esclava sexual del rugbier, un macho alfa dominante y “Quesón”.
Por supuesto, que Carlos luego le chupó las tetas y la concha, y luego la penetró, y aunque era un rugbier, y tenía el instinto salvaje en su juego y en su deporte, lo hizo con cierta delicadeza y dulzura, lo que le provocó a Mei un placer aún mayor.
La medianoche llegó, y el galpón se sumió en una penumbra aún más densa. Meri, agotada de tanto placer y extasis, se sentó sobre el Queso, donde descanso y se recuperó. Carlos, con el cuchillo de caza brillando en su mano, con guantes negros, se acercó lentamente, su sombra proyectándose como un gigante sobre la cantante.
—Sabés, Meri —dijo, con un tono que mezclaba seducción y amenaza—, sos demasiado parecida a Morena, al menos para mí, quizás otros no lo vean tan así. Y a mí, las que se parecen a Morena… me despiertan el Quesoneo. Es personal, no te lo tomes a mal.
Meri, que hasta ese momento había pensado que todo era un juego sexual de placer y gozo total, vio el cuchillo y abrió los ojos con un gesto de terror, se sintió amenazada, recordó que Morena Beltrán había sido quesoneada…
—¡Pará, loco! —gritó—. ¡Si me asesinas, mi fandom te va a cancelar en X! ¡Y ese Queso no vale mi vida!
- Je, je, je – río Carlos – este Queso vale por el Queso, estimada Meri, y ahora serás quesoneada, integrar la larga lista de Minas Quesoneadas por Quesones Asesinos, lo tenes que ver con un orgullo, piba, o botija, como le dicen en el Uruguay, ja, ja.
Con un movimiento rápido, apoyó uno de sus pies gigantes sobre el pecho de Meri, inmovilizándola contra el Queso.
- Esto es por Morena. Y por el Queso. Y por tus pequeños pies talle 38 —dijo, levantando el cuchillo.
El golpe fue brutal. El cuchillo de 50 cm atravesó a Meri y se clavó en el pecho de Meri, dando una herida tan profunda como mortal, la pudo haber cortado en dos, con esa sola hubiera bastado para asesinarla, pero la furia criminal de Carlos le dio dos, tres, cuatro, cinco y hasta nueve cuchillazos más, con eso se dio por satisfecho.
- Queso – dijo Carlos Repetto tomando el Queso y tirándolo sobre el cadáver de Meri Deal.
Con la total impunidad que caracteriza a los Quesones, Carlos Repetto, el Quesón, el asesino, abandono la escena del crimen. Al día siguiente, la policía encontró el cadáver de la cantora uruguaya, con el Queso encima, y totalmente desangrado, como si alguien (que no fue el asesino) hubiera extraído toda la sangre sin dejar ni una gota.
Para todos fue solo un Queso más, y la fama de la cantante, se expandió aún más ahora que era una Quesoneada, y como pasó con otras víctimas de los Quesones, surgieron imitadoras, y así, muchos no la extrañaron, y ni se enteraron, que Quesoneada había sido.
QUESO.
Otro gran Quesón, yo creo que con el pie solo ya la fulmina a la minita esta ja ja que bueno otro relatazo quesonazo
ResponderBorraraunque el relato no lo diga, queda claro que a la uruguayita ahí la mando Dumitrescu, la quesonearon y la dejaron sin sangre
ResponderBorrarun relato de terror puro, un asesino buscando una victima como un depredador, una chica ¿inocente? en el lugar equivocado (¿qué hacía ensayando en un galpón abandonado?), el asesino la ve parecida a una víctima anterior, ahí el queso, un relato quesón, disfrutalo, no trates de entenderlo
ResponderBorrarhay como una onda de una nueva generación de quesones o es una sensación mia (Pirovano, Buemo, Palacios, Repetto, el regreso de Baute, luego de una ausencia)
ResponderBorrarla conocía a la minita por el video pero no sabía cómo se llamaba, como dice el relato, ahora que le llegó el queso será más famosa
ResponderBorrarbuen relato, simple, directo, con solo dos personajes, el Quesón y la Quesoneada, buena víctima, y buen asesino, queda claro que estaba allí por alguna trampa de Dumitrescu y sus secuaces, por eso la dejaron sin sangre (está implícito), tendremos otro queso este mes?
ResponderBorrarCoincido con que cayó en una trampa Dumistrecu o la Marquesa de Avila.
ResponderBorrarComo otras veces, la conozco cuando la quesonean.
Seguro que habrá imitadoras para aprovechar la trascendencia, luego del quesoneamiento.
Y hasta puede ser que el grupo regrese con una imitadora como cantante.
No estaría mal que alguna cantante fuera acusada de asesinarla, por envidia de su éxito.
Detenida y quesoneada, haciéndose pasar su asesinato como suicidio por remordmientos.
Este Carlos podría quesonear a Luli J, la hermana de Nati.
esta bueno el relato, no la conocía a la victima, la conozco con el queso encima, queda claro que hay una generacion de quesones, yo adhiero a lo que propuso el Fauno en un comentario de otro post, Monica Ayos merece un relato propio y mejor, ahi deben volver los Bossio, Delfino o Fernandez Lobbe, se los extraña un poco, pero ya nos dieron mucho tambien
ResponderBorrarHace tiempo que faltan los relatos de Fernández Lobbe, raptando y atormentando a una famosa.
Borrarbuena minita, le llego el queso, hay que estar debajo de esos pies ja ja ja
ResponderBorrarme imagino al queson entrando con el cuchillo y el queso, esos pies, esta cantante tan chiquitita, un relato queson en esencia, los rugbiers son salvajes pero esta la cogio con dulzura, las santillanas pasaron por ahi?
ResponderBorrarCHE SE VIENE EL QUESONAUTA?
ResponderBorrarDeberían revivir a Carla Peterson, que hace de la esposa de El Eternauta. O que descubra que fue asesinada una doble.
Borrarmerece un nuevo relato, fue denigrada al ser quesoneada por Contepomi en un relato perdido, debe tener uno mejor pero no como Quesona, sino para Lobbe la secuestre y la destroce a torturas y puñaladas
Borrary tiene el perfil de las otras víctimas, no se le podía escapar a "Carlos Repetto"
ResponderBorrares verdad lo ponen siempre, video muy viral, pero ya le llego el queso
ResponderBorraryo aun siendo hombre, me cuidaria de este queson, intimida
ResponderBorrarUn par más de sugerencias.
ResponderBorrarAna Celentano. Destacada actriz, conocida por Okupas. Que filme para Piruli Fims, cmo parte de ser quesoneada.
Andrea Estévez.
Barbara Lombardo: Otra actriz.
Celina Font: Actriz que ha hecho de antagonista.
Dolores Moreno: Modelo.
Evangelina Carrozo: Desfiló en carnavales. Que sea quesoneada la haría ver una martir por la causa ecológica, que alguien intentó callar.
Marcela Baño: Siendo conocida por Pasión de sábado, Pasión de domingo.
Alternando alguna menos ilustre, hay material para dos meses, al menos.