El Asesino de Micaela Argañaraz
Micaela Argañaraz, supermodelo y actriz argentina según dice
Wikipedia (1), pasa casi todo el año fuera de Argentina, trabajando para
diferentes marcas y firmas, la mayoría de ellas europeas. Según me han contado,
en una ocasión en que se encontraba en la siempre distinguida y perfumada
ciudad de París, la invitaron a una recepción a la selección argentina de
rugby, los populares “Pumas, por el solo hecho de ser argentina.
“No me gusta el rugby – le dijo Micaela a otra modelo que
estaba en la recepción – es un deporte de chetos salvajes, al ser chetos
deberían ser finos y distinguidos, pero no, todo lo contrario, son como bestias
salvajes, que cuando se desatan son capaces de cometer cualquier bestialidad”.
“¿Entonces para qué vinistes?”
“Me invitaron y soy argentina, no iba a despreciar la
invitación. Mira como lo que te digo es cierto, míralo a ese rugbier, gordo,
alto y patón como todos, no se mueve de esa mesa, se esta devorando ese Queso,
parece que solo el tiene derecho a comer ese Queso, como sí todos los demás que
estamos aca no existimos. Se lo esta devorando el solo al Queso”.
El rugbier en cuestión era Carlos Ignacio Fernández Lobbe,
que en realidad ya no practicaba el deporte, sino que estaba como flamante
entrenador, con su metro 1,94 de altura, sus 114 kilos, y sus enormes pies
talle 49. Devoraba el Queso. Micaela lo miraba con desprecio, y se acerco al
rugbier. Fernández Lobbe se dio cuenta y le dijo, de una manera muy grosera:
“¿Pasa algo nena? ¿Te molesta que me este comiendo el
Queso?”
“A mi el Queso no me gusta, pibe – le dijo Argañaraz – pero
creo que tenes que dejar algo para los demás. Sos una bestia”.
“¿Una bestia? ¿Y vos que sos una dama fina y distinguida?”
“Yo soy Micaela Argañaraz. Obvio nene, ¿Vos como te llamas?”
“Carlos Ignacio Fernández Lobbe, ¿No es cheto llamarse Carlos
Ignacio Fernández Lobbe?”
“Es cheto, pero vos sos una bestia, como todos los
rugbiers”.
“¿Tenes ganas que te meta un Scrum, Argañaraz? Estamos en
París, le puedo meter un Scrum a la Torre Eiffel o al Arco del Triunfo”.
“Ja, ja, ja, sos tan
bestia, que seguro el Scrum se lo metes al Louvre.
“¿Y vos me enseñarías
acaso buenos modales para estar a tono con París?
“Por supuesto,
Fernández Lobbe, por supuesto, no aca, claro, me gustaría ver tu espíritu
salvaje en la intimidad, te espero en mi piso, frente a la Torre Eiffel, esta
misma noche”.
“Allí estaré” dijo
Carlos Ignacio Fernández Lobbe.
Efectivamente, esa misma noche el rugbier estaba en el piso
de la modelo frente a la Torre Eiffel, la modelo lo esperaba con una botella de
champagne bien frappé, el rugbier entró con un enorme Queso Emmenthal que
sostenía con sus manos. Dejó el Queso sobre la mesa y el mismo agarró la
botella de champagne y la baño a la modelo con el mismo.
“Sos bestia Fernández
Lobbe” le dijo Micaela “pero me gusta que me bañes en champagne”.
“A mí me gustaría que
desfilaras exclusivamente para mí”.
“Con mucho gusto lo
haré”.
Y la modelo desfiló exclusivamente para el rugbier, paso una
vez, dos veces, agarró un champagne, esta vez lo baño ella a el, y tras
hacerlo, cosa que al rugbier le encantó, el rugbier la agarró la pierna
derecha, y le besó el pie.
“Lindos pies tenes,
los míos en cambio son grandotes y olorosos” dijo Carlos Ignacio Fernández
Lobbe”.
“¿A qué huelen?”
“¿A qué cosa huelen
los pies de hombre?”
“Dicen que a Queso”.
“¿Queres comprobar?”
La modelo lo comprobó y efectivamente los pies de Carlos
Ignacio Fernández Lobbe olían asquerosamente a Queso, cualquier mortal hubiera
sucumbido ante aquella fragancia, pero la modelo pareció impregnarse en eso, y
empezó a chuparlos, olerlos, lamerlos y besarlos, y tras eso, como si fuera un
scrum, o como si se metieran en el barro de una cancha de rugby, los dos
cogieron en el piso, dando vueltas en el mismo, una cogida muy salvaje, una y
otra vez, una y otra vez.
“¿Y te gustó,
Micaela?” preguntó Carlos Ignacio Fernández Lobbe.
“Me encantó, no
estaba equivocada, ustedes los rugbiers son salvajes y feroces”.
“Salvajes como Rambo,
y usamos también cuchillos como Rambo”.
En ese momento, mientras la modelo estaba sentada en un
sillón, recuperándose de la fenomenal cogida de minutos antes, el rugbier sacó
un enorme cuchillo, sos cuchillos de caza con dientes, estilo Rambo, y se lo
mostró a Micaela, que empezó a verlo algo horrorizada.
“Pero Rambo no era Quesón, David Morrell le puso “John
Rambo” en “First Blood”, se equivocó, debió ponerle “Charles Rambo”, el daño ya
esta hecho, el no es Quesón, pero yo sí soy un Quesón, por eso en la recepción
devore el Queso”.
“¿Y ahora que me vas a devorar?” preguntó horrorizada
Micaela mientras Carlos Ignacio Fernández Lobbe se acercaba a ella, cuchillo en
mano.
“Ahora no es la hora de devorar, ahora es la hora de
asesinar”.
“¡Noooooooooooooooooo!” gritó Micaela Argañaraz.
Y con la furia de Rambo combinada con el salvajismo de un
rugbier, Carlos Ignacio Fernández Lobbe la atacó con el cuchillo y le asestó
noventa y dos puñaladas, noventa y dos cuchilladas, dándole tajos y heridas en
todo el cuerpo.
“Queso” dijo Carlos Ignacio Fernández Lobbe mientras tiraba
el Queso sobre el cadáver de su víctima.
El asesino, antes de irse, miró a la ventana, y al ver la
Torre Eiffell, de noche, iluminada, comenzó a cantar:
Allons enfants de la
Patrie, Le jour de gloire est arrivé !, Contre nous de la tyrannie
L'étendard sanglant est
levé, Entendez-vous dans nos campagnes, Mugir ces féroces soldats?, Ils
viennent jusque dans vos bras. Égorger vos fils, vos compagnes! Aux armes
citoyens, Formez vos bataillons. Marchons, marchons, Qu'un sang impur, Abreuve
nos sillons…
(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Mica_Arga%C3%B1araz
no la conocía a esta mina, buen queso
ResponderBorrarEL RUGBIER ADEMÁS DE SER UNA BESTIA SALVAJE ES MEDIO LOCO TAMBIÉN, NO PARA DE MATAR
ResponderBorrarun crimen al estilo cheto de Fernández Lobbe en París pero con mucho Queso
ResponderBorrarle veo un aire a Peleritti y a Cardone, un estilo, o sea que estuvo bien que la matara este asesino, debe ser bastante cheta tambien
ResponderBorraruna mina fina y distinguida que sucumbe ante el rugbier asesino
ResponderBorrarQue curioso, tanto que le repugnaban, desagradaban los rugbiers y luego se entregó a quien le desagradaba más.
ResponderBorrarEfectivo relato.
Un poco parecida en cuanto a cara, no al físico, a Carolina Peleritti.
Rambo como queson. Carl Rambo quesoneando a ejércitos, brigadas femeninas, letales. Podría ser interesante.
Ya es hora o para el 2021, que Charlie Sheen quesonee a su ex Denise Richards y a Neve Campbelle, aprovechando que ambas actuaron en Criaturas salvajes.
es agradable leer como Carlos Ignacio Fernandez Lobbe sigue asesinando
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