El Asesino de María Isabel Sánchez
En el Mundo Quesón, había estallado una crisis mundial, cuando la Pandemia parecía haberse disipado, con la asunción del rey Carlos lll, quien había firmado un decreto contra Lady Dumistrescu, la Marquesa de Avila y la búlgara Leia Stoichkov. Era una conspiración de Lady Karlotta Karla Katyusha. Quien además había robado el cuerpo embalsamado de María Laura Santillán, que se consideraba una obra de arte del gran Carlos Regazzoni. Y había amenazado con su destrucción, sino se presentaban las Santillanas (que ella creía que eran cuatro) para ser sacrificadas por cuatro Quesones.
- Y recuerden que yo predije un fin del mundo, el armaggedon, el apocalipsis –pensó en vos alta Carlos Roa- Y no me creían hasta que estalló la pandemia.
El mundo común y conocido se estaba recuperando de la pandemia, comenzando a disfrutar de las fiestas, las reuniones masivas. Un ejemplo de eso era La Exposición Rural, la tradicional muestra de Ganadería, Agricultura e Industria que se hace todos los años en Palermo.
- Es una imprudencia pero también es una oportunidad para comprar Quesos – siguió diciéndose Carlos Roa - Un Quesón tira Quesos.
El arquero degustó productos regionales, como vinos, jamón crudo, salames y obviamente, Quesos, especiados, ahumados, de pimienta. Algunas personas del público lo conocían, sobre todo los que ya tienen algunas décadas en años, por sus pasos futbolísticos en Racing y Lanús, y por supuesto, la selección argentina donde atajó algún penal contra Inglaterra, en Octavos de Final.
- Pero tienen Quesos de calidad, aunque estos ahumados no son los preferidos por nosotros, los Carlos Asesinos, somos muy conservadores en ese tema.
- Y yo puedo ofrecerle un facón, si necesita – dijo un hombre.
Carlos Roa se sorprendió al ver que se trataba de Emilio Hardoy, un testigo y colaboradora de productos regionales. Increíble como este sujeto, que aparentaba tener como mínimo ochenta años, tenía fotos en diferentes exposiciones rurales, desde 1920 en adelante, siempre en la clasificación de los toros Aberdeen Angus, Hereford o Shorthorn, o de los caballos criollos.
- Estoy de incógnito, aunque aca me conocen todos, y me confunden con mi tocayo Emilio Solanet, el pabellón histórico de los caballos criollos se llama así, pero como vendedor de facones soy como un tipo del pueblo, y no el oligarca que soy, je, je –aclaró- Pero vine a presentar unos caballos, que tienen condiciones para ganar un premio. Y tal vez encontrarme con algunos de ustedes, leales a Oana.
Hubo una conversación, en que Carlos Roa habló de sus métodos de asesinato, que no requerían de armas cortantes, sino de estrangulaciones, a veces con las manos y a veces con lazos y cordones, y otras veces, asfixiando a sus víctimas con sus enormes, gigantescos y olorosos pies. Hardoy le ofreció algún lazo, que sería efectivo para ahorcar a alguna celebridad, como había hecho con Cristina Pérez. Y un lugar muy discreto.
- Los Quesones siempre estamos a la expectativa y dispuestos a asesinar a alguna mina en cualquier contexto, pero aca no he visto ninguna celebridad de importancia, quizás me contenga con alguna oligarca de esas que están viendo los toros Aberdeen Angus, ja, ja, alguna boluda que se parezca a Carla Conte, mi víctima preferida, o a Valeria Mazza, la quesoneada por Carlitos Delfino.
- Tal vez no haya de las internacionales, ni siquiera de las más deslumbrantes de las locales. Pero hay un programa de radio, con una locutora. Medio pelotuda, no es Carla Conte, pero es mejor que una víctima desconocida, je, je.
Carlos Roa fue al sector de la Rural, en que había instalado un estudio de radio, con conductores, panelista de segunda. Un humorista que no lo hizo reír. Era el programa Encendidos en la tarde. En que había una locutora. María Isabel Sánchez, a la que no había escuchado nombrar.
- No es deslumbrante, como las que Quesonean los Carlos Delfino. O el rugbier cheto, Carlos Ignacio Fernández Lobbe. Pero un Queso es un Queso.
En algún momento, María Isabel Sánchez se puso de pie. Y el arquero vio que estaba disfrazada de diablita. Escuchó que la locutora había perdido una apuesta. Y nuevamente era la prenda que tenía que cumplir.
- ¿Seré una cosplayer? Y yo soy exorcista, liberé a Astrid Breitner de ser poseída por esa actriz, que hacía de boxeadora –pensó el arquero- Voy exorcizar a esa diablita. Además yo empecé mi carrera en Racing, o sea que como académico debo exorcizar a esa diablita, ja, ja, ¿Será de Independiente esta boluda?
Carlos Roa esperó con paciencia el final del programa, apenas ausentándose en algún momento. Y por fin, vio salir a la locutora, todavía con ese disfraz, poco sexy.
- No me gusta ese disfraz, locutora – le dijo Carlos
-¿Y vos quien sos para criticar? – dijo la locutora, sin la simpatía que mostraba en el programa, sino en forma brusca y grosera- Seguro que sos un ñoqui del canal estatal.
-Soy Carlos Roa, arquero y Quesoviano, como solamente Queso, ni carnívoro ni vegano–le contestó, mencionando toda la trayectoria.
-Sí me di cuenta, oles a Queso pibe, Andate con tu olor a Queso a otro lado, Si no te invitan a Radio Mitre, no sos tan famoso –siguió diciendo la locutora- Y ahora dejáme ir, que grito y te denuncio por…
Y ahí la locutora se encontró con un pañuelo en la boca, empapado con algo, que la adormeció. Quiso gritar pero apenas pudo gemir, antes de caer inconsciente.
Carlos Roa llevó a María Isabel Sánchez, en brazos. Hubo comentarios sobre mujeres que tomaban un poco y se entregaban a cualquiera. La llevó a un lugar reservado, siendo recibido por Hardoy, un lugar donde bañaban a los caballos criollos, a los carneros Corriedale o Hampshire Down.
-Ahí tiene, amigo Quesón –le comentó Hardoy con voz de paisano- Una mina para Quesonear.
-Todavía no me convence. Estas mujeres radiales se cuidan tan poco.
-No saben lo importante es la vestimenta –dijo una mujer rubia, germánica, no otra que Astrid Breitner- Pero puedo solucionarlo.
- Tenes que quesonearla, Carlos, si no, lo van a haer Carlos Berlocq o al cocinero, a Carlos Martinic, el de Bake Off, el Quesón ese de Tierra de Fuego, que se hace medio el boludo y parece un mariquita o una mosquita muerta, ¿Te gustaría que uno de esos te gane? – le dijo Hardoy.
La rubia y sus ayudantes maquillaron a la adormecida locutora, labios, pestañas. Y la desnudaron, aprovechando para tocarla, manosearla, para vestirla con lencería, roja. Y agregando unos cuernitos en la cabeza. Invitando al Quesón a exorcizarla.
María Isabel Sánchez despertó. Se hizo la mala amenazó con denunciarlos a todos. Hasta que comenzó a sentir un fuerte olor. Carlos Roa no tuvo piedad, la arrinconó, la obligó a arrodillarse. Y puso sus pies encima de ella, en ese instante la locutora perdió todo control. Fue sumisa, lamió, besó, olió y chupó los gigantescos pies talle 48 del arquero, que olían en forma apestosa e intensa a Queso. Aceptó practicar sexo oral. Ser desnudada por Carlos Roa, que le fue quitando el vestido, la lencería. Quedo fascinada por aquello. Y se tendió boca arriba, para ser penetrada. Se sujetó los pechos, sacudiendo los pezones. Y se arrodilló para ser sodomizada.
Carlos Roa estaba satisfecho a medias, recordaba a Carla Conte, Paula Trapani, Cristina Pérez o Emilia Mazer, no era lo mismo.
- La verdad que sos muy fría, locutora.
Y ahí fue entregada a Astrid y sus ayudantes, quienes fueron rudas, y prácticamente la violaron en forma lésbica. Y volvió a estar en poder del Quesón.
- Ellas me hicieron más felices, Carlitos – le dijo la locutora al arquero, no era así, pero disfrutó haber mentido a Carlos.
- Esto lo hago por el honor Quesón, y porque a mi las minas me llaman Caaaaaaarlooooossss, solo mis familiares me dicen Carlitos.
Y la poseyó de nuevo, hasta que la locutora quedó hecha una piltrafa. Así lo dijo, cometiendo un error fatal que otras famosas habían cometido.
Carlos Roa le apretó el cuello. La locutora luchó por respirar, resistió lo que pudo, pero se fue quedando sin aire. Por un momento, el arquero la soltó, cayendo la locutora al piso, sin fuerzas. El arquero le pisó el cuello, y casi la dejó sin aire con los pies.
- Podría asesinarte de esta forma –dijo Carlos Roa- Pero mejor uso algo más.
El Quesón anudó una soga alrededor del cuello de María Isabel Sánchez, y la hizo pasar por un soporte del techo del lugar. Tiró de la soga, como si estuviera arriendo a un caballo criollo. La locutora abrió los ojos grandes. Hizo un esfuerzo por respirar. Y nada. Estaba muerta.
- Queso – dijo con total frialdad Carlos Roa, agarrando un gran Queso y lo tiró sobre el cadáver de la locutora.
Hubo aplausos de Emilio Hardey, Astrid Breitner y sus esbirros y lacayas.
- Gran trabajo, Quesón. Salvaste mi prestigio –dijo la alemana alternando idiomas - Y ahora tengo un cuerpo para experimentar. Para que nos digan que son descerebradas sin alma, ineptas, las clones que produzco.
Al día siguiente, entró al estudio de radio, una clon que fue tomada por la verdadera María Isabel Sánchez. Para sorpresa de los demás integrantes, tenía un discurso muy distinto. Que no era de la línea editorial del programa. La habían cambiado, pero a nadie le importó, porque Quesos son Quesos y Quesones son Quesones.
Quedó muy bien, con las imágenes manipuladas, con arte.
ResponderBorrarY la forma en que completaste lo que escribí.
El resultado final, una fanfiction con morbo.
muy buen cuento, la exposición rural da para más relatos, mucho queso y muchos oligarcas, minas de clase alta y algún chabón siempre hay para quesonear, excelente aporte de El Fauno
ResponderBorrarmuy buen relato, es otra maravilla, como el de la Schiffer, y es del Fauno, bien ahí, otra vez, a mi la verdad no se me ocurre nada
ResponderBorrarojo Berlocq hubiera sido un buen asesino, y el de Bake Off, ni te cuento
ResponderBorraro el Bebe Contepomi, que esta un poco olvidado
Borrarun maestro de estranguladores el "Lechuga" Roa
ResponderBorrarLA VICTIMA ES UNA PELOTUDAZA POR ESO ME ENCANGA EL CUENTO JUA JUA JUA JUA
ResponderBorrartodo de Hardoy este asesinato, esos personajes siempre son buenos
ResponderBorrardebió haberla dejado colgada para completar el ahorcamiento
ResponderBorrarRoa es un gran estrangulador, pero la competencia que tiene con Ficicchia y Elder es muy seria
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