El Asesino de Dakillah (y el QUESO DE ORO 2021)

(A pedido del público, dedicado especialmente a El Fauno y  Paul Toombes, que inspiraron esta historia con sus comentarios)

Seguramente muchos desconocen quien es Dakilah. Se trata de una cantante trapera de unos veintiún años, cuyo nombre legal es Morena Jabulij. Su saltó a la fama ocurrió gracias a batallas de rap que realizaba. Un tipo de arte propio de estos tiempos mediocres, ignorantes, pobres, oscuros y aciagos que atraviesa el país en particular y el mundo en general.

La tal Dakilah pasó un par de días totalmente drogada en una habitación de un hotel de baja estofa. Finalmente cuando volvió a la realidad, se encontró rodeada de cuatro mujeres exactamente iguales a María Laura Santillan.

- Estoy totalmente loca – dijo Dakilah.

- No – dijo una de las mujeres – no estas loca, y somos las Santillanas.

- Hemos venido a invitarte a una fiesta loca, repleta de sexo y placer – dijo otra de las Santillanas.

- Queremos que el arte de tu trap llene de ritmo musical esa digna celebración – dijo la tercera de las Santillanas.

- Podes venir o no, sos libre de elegir, pero te vamos a pagar muy bien – dijo la cuarta Santillana.

- ¿Qué significa muy bien? – balbuceó Dakilah.

- Hablo de millones en euros y dólares, los va a tener hoy mismo – contestó la primera Santillana.

- Bueno voy con ustedes – contestó la trapera – pero me dan los dólares hoy mismo, y me los llevo en una valija.

- Sus deseos son ordenes – contestó la segunda Santillana.

Ahí nomas las Santillanas se llevaron a la trapera y la pusieron en una camioneta, en todo el camino la trapera se fue fumando porros, y estaba sumergida en su mediocre mundo del trap. No le importo a donde la llevaron, tampoco hubiera entendido nada, estuviera lucida o drogada, era lo mismo. 

El lugar era nada más ni nada menos que la mítica Mansión “Los Carlos”, ubicada en algún lugar impreciso de la Provincia de Buenos Aires, cerca de donde desembocan los ríos Salado y Samborombón, allí se realizaba la legendaria ceremonia de entrega del “Queso de Oro”.

La misma congregó a casi todos los Quesones, Quesonas y muggles con conexiones en el Mundo Quesón. Al principio una gran cena de agasajo, con Quesos para los primeros, menú light para las segundas y asado con cuero para los terceros. Después la ceremonia, que comenzó con un emotivo homenaje al fallecido Carlos Calvo, el Quesón Supremo.

Siguió con la proclamación del nuevo Quesón Supremo. Una asamblea de Quesones, al mejor estilo elección papal, procedió a la magna ceremonia. Dicen que muchos le dijeron a Carlos Bossio que aceptara el rol de Quesón Supremo, pero este se negó afirmando que aún quería permanecer activo como asesino y que no era su momento; Carlos Navarro Montoya, el Mono, parecía envalentonado para proponerse el mismo pero fue en ese momento cuando Carlos Delfino se levantó y tras pedir la palabra, propuso a su padre como Quesón Supremo. 

- Quizás mi viejo no ha sido un Quesón destacado con un elevado número de víctimas, si lo comparamos con las que asesiné yo, o mi amigo Carlos Bossio, o mi colega del baloncesto Carlos Matías Sandes, pero asesinó a muchas mujeres, se los aseguro, una centena, y entre ellas esta Catherine Fullop. Por eso, lo propongo como Quesón Supremo.

- ¡Sí! – gritó muy efusivo Carlos Bossio, que no deseaba una interna entre Quesones sabiendo que una posible candidatura de Carlos Navarro Montoya podía dividir a los asesinos - ¡Carlos Gustavo Delfino! ¡El Toro! ¡Lo propongo como Quesón Supremo! ¿Nadie se opone?

Carlos Navarro Montoya masticó bronca pues creyó que estaba perdiendo su gran oportunidad, y vio resignado como sus colegas asesinos levantaban la mano y en medio de aplausos y aclamaciones, proclamaron a Carlos Delfino (padre) como Quesón Supremo.

- ¡Habemus Queso! – dijo una voz y Carlos Delfino (padre) salió a saludar ya en su nueva condición de Quesón Supremo.

Luego se pasó a la elección del Queso de Oro y fue un muggle, Futbolero Vélez, el que anunció al ganador…

- Comenzó siendo un Quesón digno, un simple compañero de asesinatos de Carlos Matías Sandes, luego ya emancipado, seguía siendo un Quesón tímido, que solo asesinaba en ciudades y pueblos del interior, como si temiera a las luces de las gran ciudad, pero quesoneaba y quesoneaba sin parar, al principio usaba machetes como su amigo Carlos Matías Sandes, despues degollaba con cuchillos como hacía Carlos Delfino, en sus primeras etapas de asesino, quizás como una suerte de homenaje a sus colegas y tocayos basquetbolistas Quesones, pero llegó un momento donde se empoderó como nadie, y se dio cuenta que había dejado de ser un Quesón digno, para convertirse en un gran Quesón, y ese fue el día que quesoneó a Jimena Barón, y entonces ahí sí, su lugar entre los grandes asesinos ya estaba asegurado, comenzó a asesinar con armas ninjas y se especializó en el arte de quesonear de esa manera, por eso se lo tiene merecido… ¡Carlos Leonel Schattmann, Queso de Oro 2021!

Carlos Leonel Schattmann recibió el Queso de Oro muy emocionado de manos de Carlos Matías Sandes, como no podía ser de otra manera, y se lo dedicó a su mamá, que según se dice, cuenta con la protección del Quesón, aunque es una gorda de poco atractivo, difícil que algún Quesón se fije en ella, pero sobre gustos no hay nadie escrito y mejor prevenir que curar…

El fuerte lobby de Maru Sandes – sí de Maru Sandes – tuvo éxito, y Carlos Leonel Schattmann gano sin oposición, mientras muchos Quesones rumoreaban que el siguiente ganador debía ser Carlos Izquierdoz, pero no nos adelantemos, que aún falta mucho para eso.

Fue entonces que en medio de las aclamaciones de los Quesones al ganador del Queso de Oro, estos comenzaron a pedir una exhibición del mismo ante todos los presentes, y entonces fue ahí que vuelve a nuestra historia la tal Dakhilla, a la que dejamos olvidada, encerrada en una camioneta, fumando porros, estaba pasada de drogas y podía venir el apocalipsis que no le iba a importar ni se iba a enterar, pero entonces ocurrió que las Santillanas la volvieron a la realidad y la trapera entonces salió a actuar.

- Aca un adelanto, cien mil dólares – le dijo una de las Santillanas, mientras le daba una valija con el dinero.

- El resto te lo damos despues – le dijo la segunda de las Santillanas.

- El público te espera, ve con ellos – dijo la tercera Santillana.

- Haz feliz al pueblo – dijo la cuarta Santillana.

Dakhilla entonces salió a cantar un trap e interpretó sus grandes éxitos “De su color”, “Otra vez flashe” y otras asquerosidades de ese estilo. Los Quesones reaccionaron con respeto y aplaudieron a la trapera, pero la reacción fue fría, la trapera estaba decepcionada al ver a este público tan raro, y al mismo tiempo con un olor tan fuerte… el olor a Queso que emanaban los Quesones era muy fuerte, imaginen todos esos pies todos juntos… la trapera creyó que la parte del espectáculo, ya estaba cumplida, se imaginó en una convención de profesores universitarios o de masones (aunque su entendimiento mental seguramente no le permite conocer que es la masonería), y ya iba a abandonar el espectáculo.

- Cinco canciones sus suficientes para estos tipos tan aburridos… además que olor a pata tienen, no doy más, apenas puedo respirar… - pensó la trapera.

- Quizás la música terminó – le dijo Carlos Leonel Schattmann mientras entraba al escenario – pero el show del sexo recién empieza, Dakhilla.

- ¿Sexo? ¿Con vos que sos un tirifilo, un mequetrefe y un badulaque? ¿Y delante de toda estos tipos que son más aburridos que una película sueca de los años 60? ¡No, pibe! ¡Me voy!

- Vos te quedas aca – dijo Carlos Leonel Schattmann y le tiró un Queso a la trapera.

El quesazo fue muy efectivo, la trapera cayó al piso, y quedó semi inconsciente, cuando volvió en sí tenía encima los grandes y olorosos pies talle 49 de Carlos Leonel Schattmann, al principio sintió repugnancia, y empezó a gritar, tenía nauseas y ganas de vomitar, pero comenzó como a sentir una suerte de extasis, y el olor la fue conquistando, entonces empezó a lamer, besar, oler y chupar aquellos pies, en medio de las aclamaciones de los Quesones.

Tras el juego de los pies, totalmente ensimismada como si el olor a Queso la hubiera hecho prisionero de un extraño extasis, Dakhilla ahora se arrastró y empezó a chuparle la pija a Carlos Leonel Schattmann, este la sometió a una serie de latigazos con el Bo, un bastón ninja, que la trapera recibió con satisfacción, como si siempre hubiera sido masoquista, y tras eso, la penetró con furia, por atrás primero, y por adelante, despues, como un gorila en celo aparea a una hembra en medio de la selva africana, pero aca todo fue visto por los Quesones, que aclamaron todo.

Tras esto, la trapera quedó destruída, y hecha una piltrafa, las Santillanas la tuvieron que socorrer, y tras un largo rato, y algunas transfusiones de sangre de las Santillanas, se logró recuperar.

- Ahora viene lo mejor – dijo Carlos Leonel Schattmann, y como un maestro ninja, sacó unas shuriken, y se las tiró a la trapera, ninguna la hirió, pero sirvieron para sujetarla sobre un palo, y ahí el basquetbolista sacó la ninjato y terminó la faena, clavándosela a la trapera en medio del cuello, que se lo atravesó de punta a punta.

- ¡Aaaaaaaajjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj! – fue el suspiro final de la trapera.

- Queso – dijo entonces Carlos Leonel Schattmann y tiró el Queso sobre su víctima, en medio de las aclamaciones, gritos y aplausos de los Quesones.

- Como cantante era un asco, como toda esta gente – dijo el refinado Carlos Melia, el Queso Gay – pero sirvió para darnos este brillante espectáculo, aunque yo le hubiera tirado un tiro en la frente y punto, ¡Bang!

- Yo la hubiera estrangulado con una soga – acoto Carlos Elder – es lógico que cada Quesón hubiera sido fiel a su estilo.

- Por supuesto – dijo Carlos el Cali Izquierdoz – yo la hubiera apuñalado…

- Y yo la remataba con las shuriken – dijo Carlos el Chino Luna.

- El hacha, pero sin cortarle la cabeza, hachazos en todo el cuerpo – dijo Carlos el Hacha Quintana.

- Un cuchillo grabado con el nombre de la víctima – dijo Carlos Sebastián Beneitez, el Queso de Pehuajó.

- Yo la hubiera apuñalado con una máscara de mi esposa, la quesoneada Paula Pestarino, así recreaba una vez más su asesinato, que me hizo tan feliz y famoso – dijo Carlos Kramer.

- Balazos, una lluvia de balazos, como a Nicole Neumann o a Pampita – dijo Carlos Charlie Reich.

- Una máquina de lanzar clavos, así asesiné a Giuliana Caramuto, mi esposa – dijo Carlos Eisler.

- Un asesinato bien original, que tal una víbora, una Anaconda, como la de la película,  que la muerda, la estruje y punto – dijo Carlos Diego Scott.

- Pero ahí quien mata es la víbora, no el Quesón, ¿Qué gracias tendría? – le dijo Carlos Gonella a Scott.

- Y bueno, quise aportar algo original, de cuchillos, katanas, ninjatos, machetes, revólveres y estrangulaciones ya estamos hasta la coronilla – dijo Scott.

- Por algo sos el peor de los Quesones – le dijo Carlos Contepomi, ahora que sabía que ya no ocupaba el último lugar entre los Quesones, que había detentado durante tanto tiempo.

- No, hay uno peor, Carlos Manuel Buendía - le dijo Scott a Contepomi, como en una competencia de Quesones para no descender.

- No hay Quesones buenos ni malos, solo hay Quesones que quesonean y tiran Quesos, así debe ser, algunos simplemente son más populares, otras menos, pero todos somos iguales ante los Quesos, porque somos eso, un Queso, nada más que eso - dijo Carlos Delfino (padre) ejerciendo ya su rol de "Quesón Supremo".

Y así concluye nuestra historia, los Quesones seguirán tirando Quesos, y así la armonía del Mundo Quesón permanecerá como se merece, con un Queso, #Queso. 

LA HISTORICA FOTO DE LOS QUESONES, DE LOS CARLOS ASESINOS, EN LA SOLEMNE CEREMONIA DEL QUESO DE ORO

==== QUESO DE ORO 2021===

CARLOS LEONEL SCHATTMANN (el mejor amigo de CARLOS MATÍAS SANDES) y que sueña con quesonear a MARU SANDES

HISTORIAL COMPLETO