La Asesina de Jorge "el Patrón" Bermúdez
Jorge Hernán Bermúdez, célebre jugador de la Selección Colombia, América de Cali y Boca Juniors, conocido por su apodo de “el Patrón” Bermúdez, se encontraba en un cuarto de un lujoso hotel, a la espera de algún importante partido de fútbol, cuando un empleado del mismo, muy parecido a Carlitos Tévez, casi un calco, le dejó un paquete con un obsequio.
- ¿Qué es eso? – pregunto Bermúdez con su acento colombiano.
- Un obsequio que dejó una admiradora.
- ¿Una admiradora? – pregunto intrigado Bermúdez.
- Sí, una admiradora.
El chabón que se parecía a Carlitos Tévez se fue y Bermúdez abrió el paquete, para su sorpresa, el contenido del mismo era un gran Queso Gruyere, con agujeros muy voluminosos.
- ¡Un Queso! – dijo Bermúdez – ¿Pensarán que soy un ratón?
El paquete con el Queso contenía un sobre y Bermúdez lo abrió.
“Un Queso, de una admiradora que te admira, si queres saber quien soy, y queres coger un rato, te espero a las nueve de la noche en el Parque Juan Román Riquelme, eso sí, lleva el Queso, si no no vengas”
Bermúdez miro el reloj: eran las ocho y media de la noche, y el Parque se encontraba a la vuelta del hotel, o sea, queen poco tiempo sabría quien lo había citado, y muy obediente, llevó el Queso.
A las nueve de la noche estaba en el lugar, el Patrón vio que una rubia, muy bella y elegantemente vestida, con guantes negros, se acercaba, y para su sorpresa, era… ¡Igual a Valeria Mazza!
- ¡Valeria Mazza! – exclamó el colombiano - ¡Tú eres la admiradora del Queso!
- ¡Ja, ja, ja! – río la rubia - ¡Soy tu admiradora, si! ¡Pero no me digas la admiradora del Queso! Llamame la Quesona, y en cuanto a lo de Valeria Mazza, me parezco a ella, es verdad, pero yo soy bastante mas joven, y me llamó Carlota Monzón, aunque me conocen como Ravelia Zamas, la Quesona Asesina!
- ¡Quesona Asesina! ¡Ja, ja, ja!¡Muy gracioso! ¡Pero vamos a coger para eso he venido aquí!
- Si me queres coger, me tenes que cazar, Patrón Bermúdez, y que sea con violencia, ¡Quiero que me violes, Patrón Bermúdez!
Ravelia comenzó a correr, y Bermúdez salió tras ella, no tardó en alcanzarla, la tomó por detrás y con gran violencia, la tiró al piso, Ravelia se dejó caer, y el colombiano comenzó a sacarle la ropa, mientras la rubia decía “Así, Patrón, así, así, violame, violame”, y el fubtolista lo hizo con real violencia, la arrastró por el césped del Parque, y ahí, la violó con real furia y salvajismo, una violación consentida, claro esta, pues eso era lo que Ravelia quería, y de hecho, ella disfrutó mucho más que el Patrón Bermúdez, aquel sexo salvaje, primitivo, violento y feroz, aunque quedó un poco lastimada.
- ¿Te gusto, Quesona? – le pregunto Bermúdez - ¿Te gusto como te violé?
- Me encantó Patrón, me encantó, esto es lo que yo quería, ahora, paremosmos, y agarra el Queso, la diversión no terminó.
- No creo que nos podamos divertir más que esto – dijo Bermúdez.
- Te aseguro que sí – los dos ya estaban parados, y Bermúdez agarró el Queso.
- ¿Me vas a sacar una foto con el Queso? – dijo Bermúdez.
- Sí – respondió la Quesona, mientras sacaba algo de una gran cartera que tenía, algo que Bermúdez creía que podía ser un cámara fotográfica, pero para sorpresa – y espanto – del colombiano, lo que la Quesona sacó de allí, no era ninguna cámara fotográfica, sino una Ametralladora S-Uzi con silenciador, y apuntó al colombiano.
- Lo siento Bermúdez, pero te asesinaré – dijo Ravelia.
- ¿Estas segura nena? – dijo Bermúdez – Mira que yo vengo de Cali, tierras de narcos y de sicarios.
A la asesina esto no le hizo mella, y con total frialdad, realizó el primer disparo, pero el futbolista, agarró el Queso, y con eso logró que el balazo rebotará, tanto que el mismo, al regresar, rozó a Ravelia, provocándole un pequeño roce, una lastimadura, con gran rapidez, Bermúdez se movió, y Ravelia perdió el equilibrio y se le cayó la ametralladora al piso, el colombiano entonces la agarro del cuello, y cuando Ravelia se dio cuenta, notó que estaba siendo estrangulada por Jorge Hernán Bermúdez.
Estaba totalmente perdida, la asesina esta vez había caído en su propia trampa, y Bermúdez la estaba estrangulando, se estaba quedando sin aire, y notaba, resignada, que ya todo estaba perdido.
Ocurrió entonces que, comenzaron a sonar truenos y relámpagos, y de repente, ¡zas! cayo un rayo sobre el Parque, rayo que cortó la rama de un árbol, y esta cayo sobre Bermúdez, el impacto solo le provocó un leve golpe al futbolista, pero el suficiente como para que Ravelia lograra liberarse de las manos del colombiano.
- ¡Rayos y centellas! – exclamó Bermúdez - ¿Qué paso?
- Se desató una tormenta – dijo Ravelia mientras volvía a sostener la Ametralladora S-Uzi con silenciador - ¿En serio creías que ibas a estrangularme? ¡Si te llamaras Carlos vaya y pase, pero te llamas Jorge!
- Me chupa un huevo – dijo Bermúdez, mientras se incorporaba del césped, aunque con Ravelia apuntándole con la S-Uzi – fundaré la secta de los Huevones, asesinos estranguladores que se llaman Jorge y tiran huevos a sus víctimas, en vez de Queso.
- ¡Ja, ja, ja! – río Ravelia - ¡Será en otra vida, porque esta ya termino!
Y ahora sí Ravelia, sin compasión alguna, disparó una ráfaga de balazos sobre Jorge Hernán Bermúdez, cuyo cadáver quedó tendido en el piso, mientras la tormenta se desató con todo.
- Queso. Jorge Hernán Bermúdez – dijo Ravelia mientras tiraba el Queso, bajo la lluvia, a la vez que como trofeo se llevaba las enormes zapatillas talle 47 del futbolista colombiano.
- Quesoneando bajo la lluvia – dijo Ravelia mientras se alejaba del lugar, tarareando la celebre canción de “Cantando bajo la lluvia”.
La asesina había tirado otro Queso, pero esta vez muy lastimada, quedó, tanto que debió acudir a la guardia de un Hospital. Alli la atendió el Doctor Carlos Diego Scott, el actorzuelo que hace del Doctor Felipe.
- Debería quesonear a Mauricio Serna, ahora – le dijo Scott – digo, señora Ravelia, para completar la trilogía, Oscar Eduardo Córdoba, Jorge Hernán Bermúdez…
- No es mi estilo ese tipo – dijo Ravelia – no lo voy a quesonear, je, je, por ahora, nunca diga nunca.
- ¿Y cual es su estilo, Señora Ravelia?
- Y mi estilo podrían ser el chileno Arturo Vidal, el portugués Cristiano Ronaldo, el holandés Marco Van Basten (en los 80), el italiano Paolo Maldini (en los 90), el español Iker Casillas (onda 2010), algún asiático, como el modelo coreano Kim Woo Bin… William Levy, galán cubano, unos cuantos balazos y un Queso, Christian Meier, galán peruano, estaría bueno acuchillarlo, Fabricio Coloccini, con esos pelos, además se llama Fabricio, como Fabricio Miranda y Fabricio Oberto. Un Queso no estaría mal.
- ¿Lionel Messi?
- ¡Nunca! ¡No es mi estilo!
- ¿Y alguno más?
- El negro Shaquille O’Neal, al Shaquille de los 90 claro, a ese debería apuntar, calza 56, imagínate, tener esas zapatillas en mi colección, sería lo máximo. Retroceder en el tiempo con algún recurso de alta hechicería. Ahora ya esta viejo, pero en los 90 era una buena presa.
- ¿Y cómo lo hubiera asesinado?
- Primero lo secuestraría y lo sometería a toda clase de torturas sexuales, ¿Sabes lo que debe ser hacerle cosquillas al negro ese que calza 56? Despues lo asesinaría, a balazos o decapitarlo seria muy fácil, debería hacerlo con mis propias manos, estrangularlo, como hice con Luis Scola, con ese estilo, estrangulación con soga y bolsa.
- Pero soga y bolsa no sería con sus propias manos, señora Ravelia.
- Bueno, podría atar a Shaquille O’ Neal, y estrangularlo con mis manos, todo un desafío, digno de una asesina de mi alcurnia.
- Mucha alcurnia, pero dígamos que con Jorge Hernán Bermúdez, la ayudó la providencia, estaba un poco perdida, la estaba estrangulando señora Ravelia, con Shaquille O’ Neal no crea que tenga tanta suerte.
Ravelia entonces, con sus guantes negros, tomó del cuello a Scott.
- ¿Querés que te tiré un Queso, Scott? ¡Aunque te llames Carlos puedo hacerlo, mira que los Quesones te consideran un idiota, les haría un favor sacándote del medio!
Ravelia lo solto a Scott y entonces el medicucho se quedó callado aunque pensó (“Yo también podría tirarte un Queso, Ravelia”) pero no dijo nada, y en completo silencio, tras hacerle unas curaciones y dejarla unas horas en observación, la dejó como nueva a Ravelia, lista para volver a quesonear.
excelente relato, esta vez casi la matan a Ravelia, pero gracias al rayo la asesina se salió con la suya, con la pinta de sicario que tiene Bermúdez no podía dejar que lo matarán asi como asi, la violación perfecta, y además ese encuentro con Scott, donde Ravelia hace una lista de objetivos y hasta propone viajar en el tiempo, diez puntos por donde se lo mire
ResponderBorrarhubiera sido indigno que Bermúdez matara a Ravelia dado que no es quesón, pero bueno ¿el rayo lo mando Dumitrescu o alguien de ese estilo?
ResponderBorrarla asesina del deporte argentino ahora aspira a ser la asesina del deporte sudamericano y mundial, que lo quesonee a Rafael Nadal, flamante campeón, y al antivacunas de Ndjokovic, o como se escriba
ResponderBorrarbuen cuento, tiene acción y suspenso, se escapa de la previsibilidad habitual (aunque tanto nos gusta), no quería asesinarlo en una cama, acuchillarlo y tirarle un queso, una asesina muy creativa, como siempre
ResponderBorrarpropongo que Ravelia sea una viajera del tiempo, y que viaje entre 1990 y 2020, así asesina a todos los deportistas de esa epoca, que no falte "la asesina de Zinedine Zidane" o "la asesina de Fernando Alonso", otro gallego como Nadal, al que nombraron en otro comentario
ResponderBorrarmaravilloso relato de una asesina, a por todas!!!!
ResponderBorrar"la asesina de Faryd Mondragón" así Ravelia sigue asesinando colombianos, y que mate alguno de River para que no se enojen los bosterillos
ResponderBorrarTeo Gutiérrez, por ejemplo, que alguna vez sacó un arma en un vestuario, hasta el asesinato se puede ambientar ahí, ¿será del gusto de la asesina?
BorrarLO DE LOS HUEVONES ES UNA IDEA MÍA, PERO NO SE LLAMABAN JORGE, SE LLAMABAN ALEJANDRO Y FANTINO ERA EL JEFE
ResponderBorrarUna sola crítica al relato. Estuvo bien que el deportista haya usado el queso como escudo, como lo habría hecho un Carlos asesino. Y que casi la haya asesinado a Ravelia.
ResponderBorrarPero lo del rayo fue un tanto inverosímil, un deus ex machina forzado. Hubiera sido mejor que Ravelia hubiera sido salvada por su hija, la Ravelia tatuada.
Salvo eso, el relato estuvo muy bien. Y es para festejar el regreso de los relatos. Y con una historia de quesonas.
Em un futuro relato de Ravelia, podría mencionarse que es ella quien realmente hace e aviso de Valeria Mazza, de las "arrugas gravitacionales".
Y que se incorporen más quesonas.
Digo quesonas.
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