El Asesino de Lola Indigo

Aplazado por la pandemia más de lo previsto, el Lollapalooza Argentina, fue un gran suceso en marzo de 2020, y la cantora madrileña Lola Indigo, fue uno de los grandes sucesos del evento. Miriam Doblas Muñoz, popularmente conocida como Lola Índigo, ​​ es una cantante y bailarina española. Con su primer sencillo, «Ya no quiero ná», alcanzó la certificación de doble disco de platino en diciembre de 2018.​

-          Ya no quiero ná – se dijo Lola Indigo mientras se miraba al espejo, la última noche que estaba en Buenos Aires – pero sí quiero algo ma’, tocar con una gran estrella argentina, el baterista Charly Alberti.

Y así ocurrió que ante la sorpresa y la aclamación del público, el popular baterista de Soda Stereo, Carlos Alberto Ficicchia (AKA Charly Alberti), se hizo presente, tocando con su batería los grandes éxitos de Lola Indigo, como “La Niña de la Escuela” o “An1mal”.

-          Gracias por invitarme – le dijo Charly – ahora me ocupo del medio ambiente, y de todos esos curros y chamullos, no tienen tanto éxito como las cuestiones de género, hay que remarla mucho, pero la estamos luchando para imponer la dictadura del medio ambiente del nuevo orden mundial.

-          Mira tu, chaval – dijo Indigo, cuando los dos ya estaban en el hotel – ha sido un éxito total el Lollapalooza.

-          Hubiera sido mejor un Quesopalooza, ja, ja, ja – río Carlos Alberto, o sea, Charly.

-          ¿Quesopalooza? ¿Pero que tontería es esa?

-          Tontería es la cogida que te voy a dar, te voy a montar como dicen en España, chavala.

-          Si me ha de coger, hazlo bien, como un toro lo hace en la arena.

Y como un toro lo hace en la arena, incluso imaginando al público gritar “Ole, “Ole”, “Ole”, y mientras sonaban a todo lo que da los grandes éxitos de Soda Stereo, Charly quedó descalzo ante Indigo, que empezó a oler un fuerte olor a Queso, y no pudo resistir, oler, besar, chupar y lamer los pies del baterista, para despues chuparle la pija, mientras Charly le dio una flor de cogida, una cogida suave, sentimental, romántica, como “Voy a ser tu mayordomo, Y vos harás el rol de señora bien, O puedo ser tu violador, La imaginación esta noche todo lo puede”, y la verdad que la cogió de forma lenta, suave, muy sensual, Lola Indigo quedó muy contenta, repleta de felicidad, era muy joven, y hacerlo con alguien ya veterano, como Charly Alberti, le causó una dosis de placer pocas veces bien.

-          Ya tengo muchos años, no importa cuantos, pero cuanto estoy en Modo Quesón, rejuvenezco, me siento como el joven que era en los años 80, incluso en apariencia, no solo en potencia sexual, claro que cuando estoy en Modo Quesón, debo terminar en Modo Quesón, o sea, debo tirar un Queso – dijo Charly Alberti.

Lola Indigo, repleta de euforia tras el sexo que le dio el baterista, se quedó bailando grandes canciones de Soda, con el volumen a todo lo queda, Charly desapareció de su vista, y empezó a gritar:

-          ¡Charly! ¡Charly¡ ¿Dónde estás? ¡Charly! ¡Charly¡ ¿Dónde estás?

-          Aca estoy nena – le dijo Charly a Indigo, mientras iba moviendo sus manos, con guantes negros, y se acercaba a la cantora española, se iba acercando lentamente, jugando con sus manos, cuando finalmente estuvo frente a la chica, la tomó del cuello, y así, la estranguló, con esa mezcla de suavidad y ferocidad que un Quesón estilo Charly Alberti solía dar, en principio pensó en estrangularla con una soga, pero despues prefirió hacerlo con sus manos, para emular la escena del tercer asesinato de “Madhouse”, clásico film de Vincent Price.

-          Queso – dijo Charly Alberti, mientras tiraba el Queso sobre el estrangulado cadáver de Lola Indigo.

El baterista asesino se fue de la escena del crimen, luego de dejar colgado el cadáver, ahora sí con soga, como si la cantante se hubiera ahorcado, y así lo informó el Comisario Miguel al mundo:

-          La cantora española se ha suicidado, desconocemos las razones.

-          No hubiera estado mal asesinarla en el escenario del Quesopallooza – nos cuenta Charly Alberti – tomarla del cuello delante del público y colgar ahí su cadáver, pero hay que cuidar el medio ambiente, y mejor hacerlo en la intimidad, por la emisión de los gases y el agujero de la Capa de Ozono, Quesón sí, pero con onda verdad, muchachos. Me convertí en un Quesón muy popular por los asesinatos de Sabrina Pettinaro y Deborah de Corral, y debo cuidar mi imagen, un Queso para todos, y todas, y todes,  y todxs.

Colorín Colorado, otro Queso se ha tirado.