El Asesino de Florencia Gómez Córdoba



Esto que voy a contaros ocurrió antes que Carlos Delfino asesinará a Valeria Mazza, y probablemente después de que asesinará a Brenda Gandini y a Cecilia Bonelli. Obviamente al daros este dato no debéis tener dudas de quien es el protagonista de este relato: Carlos Delfino, el basquetbolista asesino, con sus dos metros de altura y sus dos pies talle cincuenta siempre a cuestas.
Era una bella tarde en un verano italiano. Cuenta que Carlos estaba en la muy movida y activa ciudad de Milán, capital de la Lombardía, con su intensa actividad comercial e industrial. 
Tras comer un par de dobles porciones de Queso Parmesano, Carlos salió caminando por las calles de Milán, pasó el Duomo y la Galleria Vittorio Emanuelle. 
Muchos de los transeúntes que se cruzaban con Carlos no podían evitar disimular su asombro y horror ante el fuerte e intenso olor a Queso que despedían los pies del basquetbolistas. 
Tras desviarse por la Via Torino, famosa por estar repleta de tiendas. Ingresó a una de ellas, famosa por vender zapatos de gran tamaño.



- Bona será bambino – dijo Carlos - Ho bisogno di scarpe di dimensioni molto grandi 50… (Hola pibe, necesito un par de zapatos muy grandes, talle 50)
El Bambino accedió al pedido del basquetbolista, que al probarse los zapatos causó el desmayo de varios de los que estaban en la tienda, al sacarse las medias y desprender sus pies ese olor a Queso tan intenso y apestante que tenía.
Carlos ya estaba decidido a comprar los zapatos en aquella tienda de Milán, cuando una chica, con un toque muy argento, morocha, bastante flaca, esbelta, muy bella por cierto, le dijo…
- ¿Vos sos Carlos Delfino, no? ¿El de la Generación Dorada?
- Sí, piba, soy yo, soy Carlos, Carlos Delfino…vos?
- Soy Florencia Gomez Córdoba. No sé si mi nombre te dice algo… 
- La verdad que no.
- Soy modelo del Staff de Dotto Models. Además, integré varias veces el Bailando por un Sueño. ¿No te gustaría ser mi compañero en la próxima edición? Vos un sex symbol, Carlos…



- Se que muchos me consideran un sex symbol, pero lo mio es el básquet…
- Como huelen tus pies y que grandes que son…
- Huelen fuerte, es que además de jugar al básquet, soy un Quesón…
- ¿No te gustaría que charlemos sobre esta propuesta de Marcelo Tinelli? Tener un campeón olímpico en el Bailando le daría mucho prestigio…
- Si fuera Suecia o Dinamarca, quizás en Hungría o Polonia, en una sociedad tilinga como Argentina no valoran estas cosas, por eso estamos como estamos…
- ¿Estas viviendo en Milán?
- Estoy de paso, un amigo italiano me presto su departamento, el se fue a pasar unos días al sur…
- ¿Al sur? ¿A Lanús, Banfield, Quilmes tal vez, Lomas de Zamora?
- No pelotuda, al sur de Italia, a Sicilia, a Siracusa.
- Quizás pueda ir a tu departamento a hablar sobre esta propuesta.
Carlos no podía creer lo regalada que estaba Gomez Córdoba, ya no pudo resistirse más…
- Dale, te espero en esta dirección…
Florencia llegó al departamento y Carlos abrió la puerta:
- Bonasera bambino! Tu sei un ragazzo d´oro…
La chica estaba solo con una sabana como única prenda de indumentaria, se la dejo caer, quedando completamente desnuda…
- Soy tuya Carlos.



El basquetbolista se calentó y no pudo evitar tirarse sobre la chica, como si de agarrar la pelota se tratase en un partido de básquet…
- Tendremos sexo, piba, pero primero olé mis pies…
- Se que huelen mucho a Queso…
La chica quedó tendida en el piso, mientras el basquetbolista puso sus enormes pies sobre su rostro… el olor a Queso era impresionante, a Gómez Córdoba le encantó, a pesar de que eran asfixiantes, intensos, apestantes… la chica los chupó, olió, lamió y besó…
El basquetbolista se incorporó…
- Sigamos jugando Carlos – dijo Florencia mientras se sentaba en un cómodo sillón que estaba en el departamento.
- Claro que jugaremos, pero ahora jugaremos con este Queso.
Gómez Córdoba observó entonces que sobre una mesa había dos grandes hormas de Queso, una de un Queso Emmental, otra de Queso Parmesano…
- ¿Qué Queso, Carlos? ¿El parmesano o el emmental?
- Los dos, los dos…
- ¿Qué me vas a hacer?
- Te lo voy a meter en la concha…
- Dale Carlos, así lo quiero…
Ocurrió entonces que Carlos se pudo detrás de Florencia, que le daba la espalda, se colocó los guantes, y de un estuche de color negro, tomó un cuchillo, un cuchillo muy largo y fino, casi tan largo como una katana oriental del estilo que en España llaman “jamoneros”…
El basquetbolista, sin que la chica lo advirtiera, hizo un rápido movimiento, se colocó detrás de Florencia cuchillo en mano y le cortó el cuello a la chica…



El corte fue un tajo profundo de izquierda a derecha, la chica nada pudo hacer ante el sorpresivo movimiento de Carlos Delfino, que efectuó otros cortes similares, degollando a Gómez Córdoba, provocando un chorro de sangre muy grande.
Carlos observó a la chica asesinada, con el cuello cortado, y agarrando el enorme Queso que estaba sobre la mesa, lo tiró sobre el cadáver de su víctima diciendo en voz fuerte:
- Queso.
Sin hacerse mayores problemas, Carlos Delfino metió el cuerpo dentro de una bolsa de dormir, con el Queso incluído, y luego lo llevó a una Mini Van. Al día siguiente, su amigo regreso de Sicilia y Carlos aprtió con su mini van al norte de Milán, para el lado de los Alpes, pasando el Lago Di Como…
Allí arrojó el cadáver quesoneado de la señorita Florencia Gómez Córdoba… nadie nunca supo de ella… 

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