La Asesina de los Carlos 17: Carlos Nicolás Gianella (Nico Gianella)

Después del asesinato de Carlos Alberto Berlocq ("Charly")

Carlos Nicolas Gianella salió del entrenamiento de básquet como todos los días. Se trataba de un basquetbolista que jugaba en algún equipo de la Liga Nacional. Tal como ocurría con Sosa, Giacobone o Karpan, Gianella era conocido por su segundo nombre, al punto que en el ambiente del basquet era Nico Gianella.
Gianella Llegó a la camioneta que estaba estacionada en el Parking, abrió las puertas e ingresó a la misma como cualquier otro día. Se estaba incorporando en el asiento delantero, cuando notó que una figura femenina, una chica alta y rubia, emergía de los asientos traseros. Carlos se dio vuelta, y la chica le inyectó una jeringa en el cuello. El basquetbolista se desvaneció de inmediato y se sumergió en un sueño intenso y profundo
Cuando reaccionó, un par de horas después, el basquetbolista estaba atado de pies y manos a una silla, una especie de silla de dentista, no podía moverse. No sabía donde estaba, era un cuarto oscuro y húmedo, como de una fábrica abandonada. Gianella observó que frente a el había una mesa con un gigantesco Queso Gruyere, y al lado de la mesa había una chica, de cabellos largos y rubios, con un elegante vestido de color negro, y con sus manos, enfundadas en un par de guantes negros de cuero, la chica sostenía un enorme, largo y filoso cuchillo.
El basquetbolista se aterrorizó al ver a la chica frente a él con un cuchillo en mano, y más con semejante cuchillo, era realmente gigantesco, y solo atinó a balbucear:
-            ¿Quién sos? ¿Qué querés?
-           Mi nombre es Carla Quesada – fue la respuesta de la chica – soy la “Matacarlos”, la asesina de los Carlos, ya maté a dieciséis de los tuyos, vos vas a ser mi víctima número diecisiete, Carlos Nicolás Gianella.
El basquetbolista quedó paralizado por el miedo y el terror. La asesina con el cuchillo y se acercó hacia su víctima. Dio una vuelta alrededor de la silla y se puso detrás de Gianella la asesina entonces tomó con fuerza el cuchillo, lo puso sobre la garganta del basquetbolista, y le cortó el cuello, la herida fue lo suficiente profunda, no hizo falta nada más. La sangre chorreo por todos lados, y salió tanto por la garganta como por la boca del basquetbolista degollado. La asesina no tardó en abandonar el lugar pronunciando en voz alta el nombre de su víctima, la decimoseptima:
- Carlos Nicolás Gianella. QUESO.



Comentarios

  1. una asesina que no le da placer a sus víctimas, simplemente los asesina, y es lógico, dado que ella fue víctima, por lo tanto solo quiere ver sufrir a los Carlos, nada de gozo de placer, solo dolor y sufrimiento, pues en cada Carlos ve un asesino de mujeres, un quesón al que hay quesonear

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  2. estos carlos son de segunda mano, por eso el autor del blog los mando al papel de víctimas, la asesina cobra su venganza asesinando carlos en modo outlet (salvo Berlocq y Tevez)

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